Mi tío macho es un morboso y preñador
Me encantaba admirar a aquel macho, nunca me imaginé lo que les contaré .
Actualmente tengo 23 años, soy del Estado de México, pero actualmente vivo en la Ciudad. Lo que les voy a contar comenzó hace 4 años. Yo soy estudiante de enfermería, mi rutina semestral es demasiado cansada y exhausta pero me gusta mi carrera, yo soy mediano de estatura (168 cm), muy servicial y bastante sumiso, tengo un buen culito trabajado por el gym y soy de cuerpo actualmente en definición. Mi «tío» tiene 48 años actualmente, de unos 175 cm y es un hombre calvo, barbón y con un cuerpo marcado por el trabajo (es plomero y carpintero) y con una verga descomunal, aún hoy no he visto verga más deliciosa que esa , no está casado con mi tía pero viven juntos desde hace 8 años, ella es una mujer madura pero bastante conservada y muy guapa, es dos años mayor que el pero siempre ha tenido fama de ser bastante recatada y reservada. Yo desde el día uno que lo conocí, sudado y con su pans gris que le hacía notar su enorme y apetitoso bulto me enamoré, pero lo que realmente me hizo querer ser domado por ese macho mal hablado fue un dia que llegué a casa de mi tía y ellos estaban en plena acción… Podía escuchar los gritos y gemidos de puta que daba mi tía tan seria y propia en cada embestida que ese macho le propinaba y deseaba ser ella, ese mismo día me masturbe en su sala mientras esperaba que saliera para darle el dinero que le había mandado mi mamá. Desde entonces buscaba la excusa de bajar a dónde viven en horas donde yo sabía que podía sorprenderlos y muchas veces valía la pena!
Un día mi madre y mi tía salieron a un evento por parte del trabajo en el que estaban y al hacer un calor muy infernal bajé sin camisa y con unos shorts cortos y entallados que dejaban ver mi redondo trasero. Fue en ese entonces que el salió (yo no sabía que estaba ahí) y me sorprendió dándome una nalgada acompañada de un
T:»tienes culo de vieja», y yo disimulando le intenté hacer plática casual, pero el es muy ácido y mal hablado y me dijo
T: no te hagas, se que te gusta escucharnos a tu tía y a mi y que no disimulas nada para verme la verga.
Yo me quedé sin palabras, me sentía acechado pero noté que se le empezó a poner dura mientras se sobaba por encima de sus shorts no aguanté y la tomé en mis manos, el me alejó con una bofetada mientras me decía
T:»eres un pedazo de puto», y me llevó por la fuerza a su sala, la verdad sentí miedo pero me gustaba ser tratado así por el hombre que era el dueño de mis pajas. Me trató bastante mal al principio, parece que disfrutaba de humillarme y degradarme, pero eso me hacía sentir más puta. No quería que lo besara, pero me tumbó en el sillón mientras me ponía su verga tan rica en sus calzoncillos y yo podía ver cómo se asomaban esos pelos tan ricos y su olor me dió el impulso de liberarla y ¡VAYA VERGA!, ahora entiendo porque mi tía gritaba de placer. Fue entonces cuando me la metí a la boca y aunque no me cabía, el hacía lo que quería conmigo, me la metía hasta hacerme dar arcadas y ponerme los ojos llorosos mientras con sus manos presionaba mi agujero por encima de mi short queriendo escarbar más a fondo, fue en un momento en el que puso su cara entre mis cachetes y comenzó a chuparme hambriento, parece que no era la primera vez que se culiaba a un putito. Me rompió el short y como no llevaba ropa interior se adentro y me dio un beso negro que a mi ¡ME ENCANTÓ!, sentía su barba raspando y sentía como cada vez mi agujero se estaba dilatando bastante y fue entonces que decidió meterme un dedo y luego dos hasta que lo abracé del torso con mis piernas y le pedí que estuviera dentro de mi, el entonces se rio y me puso patas al aire, mientras me la metía, la verdad tuvo dificultad para entrar porque es de verdad muy gruesa, así que decidió ir de poco en poco. Hasta que entró casi entera comenzó a bombearme mientras me ahorcaba y me cacheteaba y era de verdad doloroso pero me gustaba bastante, el era muy puerco y le encantaba decirme que era su puta y yo le decía que si, que era su perra y el mi macho. Comenzó a darme más duro, que yo grité de dolor pero el parecía disfrutarlo, entre cada metida que daba lo hacia tan profundo que dejaba escapar aire y me decía que le gustaba que le pedorreara la verga, que los putos somos tan buenos en la cama y asi siguió bombeándome hasta que comenzó a gemir de una manera tan acelerada y yo lo mire y la dije que quería tener a mis primitos adentro y el me miró de una manera desafiante y me la dejo ir entera mientras sentía como se hinchaba y algo caliente me invadía por dentro. Se quedó un rato dentro de mi y al sacarla de inmediato comenzó a salir su leche de mi agujero tan débil y cansado y con sus dedos la recogía y me la daba en la boquita mientras me decía que le gustaba vaciarse en mi porque «los putitos no se embarazan». Nos quedamos un rato juntos pero oímos el auto de mi tía y yo me subí disimuladamente a mi casa mientras podía sentir su leche escurriendo por mis piernas.
No fue la única vez que me cogió, pasaba por mi después de clases e íbamos a moteles, me compraba lencería, me cogía con mi uniforme quirúrigico puesto e incluso llegó a invitar a sus amigos que hicieron de mi lo que quisieron. Disfruté mucho cada momento con el, fue el primer hombre en mi vida y pese a que era sumamente machista, se que llegó a sentir cosas por mi. Desde hace algunos meses ya no vivo en mi casa porque estoy en mi servicio social y rento cerca de la Universidad, pero cada semana me escribe, me manda fotos de ese fierrote y yo fotos de mi hueco que el tanto apetece.
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