Mi vecino cachondo me toca de pequeño 2 (Continuación)
¡Hola a todos! Esta es la continuación del relato anterior. En esta ocasión iré a casa de mi vecinito donde habrá algunas ricas sorpresas..
Al día siguiente, un sábado, mi vecino paso por mi a mi casa, mis papas me dieron permiso y lleve una mochila con todo lo necesario. Al llegar a su casa, en efecto estábamos solos el y yo. Me quite la playera, deje mis cosas de lado y el también, y comenzamos a nadar y jugar en la pequeña piscina.
Pasando el rato, comenzamos a jugar a “las luchitas” un buen plan que el tuyo para mantener su corpulento cuerpo por encima del mío, podía sentir como se restregaba en mi espalda y mis nalgas, me generaba un hormigueo en mi colita que me encantaba. En un momento, de tanto frotamiento, comencé a sentir su erección, pequeña pero muy rica, así que yo levantaba mi pequeña colita para sentirla mas entre mis nalgas, el lo noto, y continuó, en algún momento, acerco su cabeza a mi cuello y comenzó a besarlo, me volví loco y comencé a moverme yo también, frotaba mi pene contra el piso de la piscina inflable, y alzaba mi culito para sentir su penecito infantil entre mis nalgas, y algo salió de mí, un pequeño gemido que al pasar el tiempo y con sus besos y lamidas en mi cuello fueron siendo cada vez más.
Un ruido nos saco del transe, al parecer alguien había pasado por la calle e hizo ruido, así que nos detuvimos y el me dijo que podríamos salir de la piscina para tomar algo
- ¿En el refri tengo jugos que mi mamá compro, quieres uno?
- Si, uno de naranja por favor (mientras acomodaba mi pequeño short que se había bajado ligeramente por tanta fricción)
Me salí de la piscina y comencé a caminar a la puerta de su casa
- Oye, pero estas muy morado
- Si, pero tú también, respondí
- Me quitare el short, tú puedes quitarte el short también y así entramos por el jugo
- No puedo, está amarrado
- Ven, te ayudo
Me jalo detrás de una pared que evita que la calle pueda ver hacia su casa, se hinco un poco quedando justo a mi altura, mi cara con la suya, muy pegados, y comenzó a desatar el nudo de mi short. Sentir sus manos ahí me dio una sensación muy extraña pero muy rica, y mi penecito comenzó a crecer, el termino por bajar mi short y yo coloque mis manos en sus hombros desnudos, el sonrió y miro a mi pene
- Se te paro otra vez
- Si, es que se siente extraño pero rico cuando me tocas ahí
- ¿Sí? Que bueno, de seguro puedo hacerte sentir mejor
- ¿De verdad?
- Si, entremos, respondió
Entramos a su casa, ambos en trusas, y los dos con erecciones.
- ¿También a ti se te paro? Pregunte, al ver la pequeña carpa en su tucita
- Si, me gusta mirarte así, y mirar más tus nalguitas
- Por que tu pene es más grande
- Porque soy más grande, respondió, ¿quieres ver?
- Si
- Pero tú también tienes que mostrarme
- ¿Qué cosa?
- Tu colita
- Está bien
Me acerque a el y tomo mi mano, la coloco sobre el borde de su trucita, y comenzó a bajarla lentamente, estaba apunto de ver mi primera verga. Ver su piel, su erección bajo la trusa, y sentir sus manos mas grandes sobre las mías me daba una sensación enorme e inexplicable de placer. De pronto, su pene sale disparado apuntando a mí, era linda, delgada, pequeña aprox 12 cm, sin ningún bello al ser aun también un niño, y me encantaba ver sus huevitos colgando.
Por instinto lo tome, y comencé a mirar la cabeza de su pene, toque sus huevos y eran suaves, algo me hizo querer meterlo a mi boca, pero me contuve.
- Ahora te toca a ti, dijo.
Tomo los bordes de mi trucita, y comenzó a bajarlo, mi pene salió también disparado. Lo vio y comenzó a tocar mi pequeño tronco, sentí una corriente eléctrica que recorrido mi cuerpo y fue exquisito. De pronto, metió un dedo a su boca y lo lleno de saliva, bajo mi prepucio y coloco su dedo sobre el haciendo círculos, sentí delicioso, así que siguió haciéndolo por un par de minutos. De pronto se detiene y me da la vuelta, se agacha y toca mis nalgas, yo volví a sentir riquísimo, pero algo inesperado y muy rico fue que comenzó a dar besos a mis nalguitas, que al ser yo un niño ligeramente pasado de peso, eran grandes, redonditas y paraditas, claro, sin un solo pelo en ellas. Yo me volvía loco, y por instinto comencé a empinarme hacia adelante, abriendo las piernas y el seguía besando. Yo tocaba mi pene y me sentía en el cielo. Dos pequeños niños teniendo una experiencia sexual. Era lo mas delicioso. Pieles suaves, jóvenes, tersas tocándose unas a otras, con penecitos infantiles bien duros y una lengua y labios recorriendo las nalgas de un niño aun mas pequeño. El cielo en la Tierra.
Así estuvimos un rato hasta que escuche a mi mama llamar por el patio, rápidamente nos subimos las trusas y corrimos por los shorts, una vez vestidos fuimos a la cocina y fue ahí donde mi mama nos encontró “tomando jugo” de lo mas normal”.
Esta historia se repitió varias veces por mucho tiempo, hasta que su hermana mayor nos descubrió cuando el intentaba bajarme el short, afortunadamente solo vio eso, y nos acusó. No tuve problemas porque dije que solo era un juego, sin embargo, ya no podía ir a su casa a jugar y sentir esos ricos placeres.
Hola amigos del SST, espero que esta segunda parte del relato anterior les guste. Les agradezco mucho sus comentarios, votos y mensajes. Tambien muchas gracias a quienes me mandan aportes. Que la sigan pasando muy rico en la pagina, saludos! Telegram @Stelary
Que rica experiencia, me encanta.
Espero continuación