Mi vecino y su perro me dieron la bienvenida
Luego de un dia agotador por la mudanza, me tiré a ver un poco de porno. Hacia muchos días que no tenia sexo y la leche ya se me estaba acumulando a niveles enormes en mis huevos. Por eso cuando se me presento la oportunidad de ser la perra de mi vecino y su perro no lo dude ni por un segundo..
Pero lo primero, tengo 31 años, soy versátil y muy morboso. Me encanta el sexo duro y ser dominante cuando soy activo y ser sometido cuando soy pasivo. Dicho esto, debo aclarar que hacía mucho tiempo que no estaba como pasivo, hacia como dos años por lo menos, por lo que mi cola estaba bastante cerrada más allá de alguna masturbación ocasional con mi consolador.
La historia comienza el día que me mude. Ese día conocí a mi vecino, me lo crucé en el ascensor y nos presentamos. El tiene aproximadamente 39 años, medía unos 1.75, es muy fornido y tiene el cuerpo muy trabajado seguro por largas sesiones de gimnasio. Yo en cambio soy alto pero delgado, no hago ejercicio así que no estoy ni marcado. La verdad es que ese tipo de hombres por lo general no son mi tipo y en el momento no me despertó ningún apetito sexual y nunca me llegue a cuestionar su sexualidad.
Eso cambio al otro día cuando nos cruzamos de nuevo en el ascensor, pero él iba acompañado de otro chico. En el poco tiempo que estuvimos en el ascensor pude notar la tensión sexual y no me hizo falta mas para saber que habían tenido sexo, casi que se podía sentir el olor y eso me excito, pero más por la situación que por otra cosa.
El vecino vive justo en el apartamento de arriba mío y otra noche que no me podía dormir comencé a sentir el típico ruido que hace una cama cuando dos personas están bombeando fuerte sobre ella. Eso me puso a mil y me comencé a pajear fuertemente imaginándome que yo era la putita de mi vecino. Como dije, no es que me atrajera físicamente, pero el morbo por ser dominado por ese pedazo de macho me estaba empezando a obsesionar. Me masturbé bastante pero no quise acabar, quería guardarme toda la leche para una ocasión especial, que por suerte iba a llegar en poco tiempo.
Al otro día me cruce de nuevo con el vecino que estaba sacando a su perro a pasear, se trata de un pastor alemán ya en su madurez, nos saludamos sin mucho entusiasmo, pero en mi interior se me vino de nuevo la imagen de él sometiéndome con su verga. Se me empezó a poner dura y a escapar algo de liquido pre seminal por lo que me acomode para que no se notara, pero el perro se ve que olio mi excitación y comenzó a hurgar mi paquete con su hocico. Yo me alejé muy incomodo y el vecino rezongo a Zar (así se llama), me pidió disculpas, le dije que no pasaba nada y justo el ascensor llego a la planta de abajo y salimos. Me sentí muy avergonzado por la situación, pero a la tarde ya me había olvidado del tema. Más tarde a la noche al estar acostado me vinieron de nuevo las imágenes a la mente y se me empezó a poner dura, y esta vez me empecé a imaginar no solo al vecino encima mío, sino también a Zar.
Debo confesar que la zoofilia me ha llamado la atención desde adolescente y que tuve alguna experiencia con un perro que tuve en esa época, aunque si bien logre que me la metiera un poco, nunca llegue a ser montado totalmente por lo que no sabia lo que me esperaba.
Mientras me estaba haciendo una paja pensando en los dos machos del piso de arriba, justo tocaron la puerta y se me acelero mucho el corazón. Era raro que alguien golpeara la puerta a esa hora, serian cerca de las 23hs. Me levanté y me vestí rápidamente ya que suelo dormir solo en ropa interior. En el fondo yo deseaba que fuera mi macho el que golpeaba la puerta y estaba seguro de que era el y mi instinto no se equivocó. Lo salude y me dijo que lamentaba la situación de mas temprano. Le dije que no pasaba nada y el insistió en invitarme a tomar una cerveza a su casa, a lo cual me sorprendió, pero acepté sin dudarlo. Entramos a su casa y me dijo que me sentara en el sillón, que el iba a darse una ducha porque llegaba recién del gimnasio.
Ahí estaba yo en la casa de los machos de mi fantasía y no pude evitar que de nuevo se me empezara poner dura (recordar que hacia muchos días no tenía sexo). En ese momento aparece Zar y me puse nerviosos pero el se acerco para que lo acariciara y así estuvimos unos minutos hasta que de nuevo empezó a oler mi entrepierna. Yo escuchaba el ruido de la ducha así que deje que Zar husmeara tranquilamente mientras yo le daba palmaditas en el morro. Mi verga ya estaba a mil y me anime a sacarla de mis pantalones y pajearme mientras Zar me daba ricos lengüetazos. Mis huevos ya estaban a punto de explotar, pero no podía acabar y dejar todo sucio al perro, aunque me hubiera encantado, así que me la guarde. Zar pareció insatisfecho así que lo hice subir al sillón y comencé a pajearlo a él. A todo esto, yo seguía escuchando el ruido de la ducha por eso me sentía seguro, así que cuando escuche a mi vecino hablarme al oído se me paralizó el corazón. Así te quería agarrar putita- me dijo. El susto fue tremendo ya que se había acercado silenciosamente desde atrás, pero sus palabras fueron el detonante que liberaron todo lo que llevaba reprimido y ya no había vuelta atrás. Sin soltar la verga de su perro me di vuelta, él estaba completamente desnudo con su verga a media asta, y le dije: Si, soy una putita, y ustedes mis machos así que encárguense de mí. Sonrió y contesto: Claro que sí, verdad Zar? Vamos a encargarnos de esta putita como nosotros sabemos.
Me agarro la cabeza, me dijo que abriera bien grande la boca y me metió su verga de una y hasta el fondo. Todavía no estaba en su tamaño completo así que no tuve problema de metérmela hasta la garganta y chuparle hasta la base. Ahí comenzó un mete y saca intenso y su verga comenzó a crecer en mi boca por lo que cada vez se me dificulto mas para recibir sus embestidas, pero aguanté todo lo que pude como buena putita, hasta que en cierto momento estuve tan atragantado que tuve que empujarlo y sacarla para poder respirar. Su verga no era muy larga, mediría unos 16cm, pero era bastante gruesa y tenia una hermosa y sutil curvatura hacia arriba. Hacía muchos días que no chupaba verga, pero la espera había valido la pena, porque la de mi vecino era hermosa, de esas que dan ganas de chupar eternamente y que nunca te saquen de la boca. Por eso cuando me la saco emití un gemido de queja, a lo que el me dijo: Tranquila perrita, ya vas a seguir comiendo, pero ahora le toca el turno a Zar.
La verdad es que nunca le había hecho un oral a un perro, y no me atraía la idea, me generaba bastante asco. Pero yo sabia que ya no dependía de mí, ahora era la perrita sumisa de mi vecino así que me sometí. Me llevo mi cabeza hasta la entrepierna de Zar y recién ahí me di cuenta que el perro ya estaba totalmente empalmado. Verme a mi chuparle la pija a su dueño lo puso así, y saber eso me excito y abrí bien grande mi boca. Al principio me genero una arcada de asco, pero fue mas por mis prejuicios que por otra cosa. La verdad es que cuando la tuve ya varios segundos en mi boca empecé a degustarla como lo que era, un majar. Mamé esa verga canina como nuca había mamado y comencé a sentir el gustito del liquido pre seminal del perro, lo cual era una delicia que me empalmo aún más. Así estuve varios minutos, mamando verga de mis dos machos, no podía creer lo afortunado que era. En cierto momento le agarré las pelotas al perro y también las empecé a lamer y chupar como si mi vida dependiera de ello. Yo también quiero eso-me dijo el vecino así que agarré sus enormes pelotas y comencé a lamerlas y chuparlas sin darme respiro.
Al pasar los minutos comencé a preocuparme porque sabía lo que seguía y tenía miedo de que mi cola no estuviera a la altura de las expectativas teniendo en cuenta que hacía mucho no me cogían y por eso se encontraba muy cerradita. No se si mi cola va a aguantar tanta verga-le dije a mi vecino. No te preocupes, tenemos tiempo y vamos a trabajarla hasta que este a punto-me contestó. Eso me tranquilizo y seguí mamando esas dos vergas hermosas por unos minutos más. En cierto momento mi vecino se levantó, fue a la cocina y volvió con una botella de un líquido transparente. Me dijo que era un edulcorante que lo usaba para estimular a Zar que lamiera con mas intensidad. Me hizo ponerme en cuatro patas y me unto el liquido por todo el ano, afuera y adentro. Enseguida Zar comenzó a hacer su trabajo, y cada lengüetazo que daba era mejor que el anterior, me lograba meter la lengua bien adentro y me hacia gemir como a una perrita. Viste que rico? – me dijo mi vecino. Yo asentí con la cabeza, pero no podía ni hablar de tanto placer que estaba sintiendo. Mi vecino se arrodillo en frente mío y me metió de nuevo su verga en mi boca y comenzó a cogérmela con mucha intensidad. Y ahí estaba yo, entre medio de mis dos machos, atragantado con una verga de un lado y con una lengua perruna que se lograba meter hasta adentro de mi ano en busca de su néctar. Los embistes de la trompa de Zar sobre mi cola me proporcionaban un placer y un morbo pocas veces sentido por mí. Mis sentidos en ese momento estaban totalmente saturados de placer y mi verga comenzaba a largar abundante liquido preseminal. Pero lo mejor estaba por venir.
Mi vecino (o mi dueño a esa altura se podría decir) me dio la vuelta y me embadurno la pija y los huevos de ese liquido azucarado y Zar comenzó a chupar con frenesí tremendo que si no fuera porque en general me cuesta acabar ya lo hubiera llenado de leche en ese momento. Mientras tanto mi dueño me comenzó a meter los dedos por mi cola. Entre el liquido y la saliva de perro ya no preciso mas lubricante y sentí sus dedos (primero uno, después dos, después tres y así) entrar fácilmente por mi cola. Me sorprendió lo rápido y fácil que dilaté, pero claro, estaba en manos de expertos obviamente. Viste lo abierta que tenés la colita putita-me dijo mi dueño. Si, esta con muchas ganas de tragar verga-le dije entre gemidos. Con cuatro dedos dentro mío que revolvían mi interior, mi dueño comenzó a darme fuertes palmadas con la otra mano, me pegaba en mis nalgas, en mi cintura, en mi panza. Cada golpe era una explosión de dolor y placer, sumado a los dedos en mi interior y las lambeteadas de Zar en mi verga y huevos que no aflojaban en intensidad. Era un cúmulo de sensaciones que nunca había sentido, se me aflojaron los brazos y caí con mi pecho hacia adelante. Así quede culito para arriba hasta que mi dueño me dijo que estaba pronto para Zar.
Me daba miedo porque nunca había sido cogido por un perro y sabia lo doloroso que podía ser por haber leído relatos. Pero ya no había marcha atrás, yo a esa altura era una simple perrita para mis dos machos y nada que hiciera o dijera iba a cambiar lo que me esperaba, así que traté de relajarme y aflojar mi esfínter lo mas que pude. Mi dueño coloco a Zar atrás mío y primero comenzó a lamer mi ano super dilatado, su lengua ahora llegaba aún más adentro, lo sentía por las paredes de mi recto. Mi dueño colocó mas lubricante adentro y alrededor de mi ano, porque me dijo que aun así de mojadito que estaba lo iba a precisar. Zar se subió de golpe sobre mis caderas y comenzó a bombear con un frenesí que me dio miedo, y eso que aún no atinaba a mi agujero. Mi dueño lo ayudo a apuntar su miembro y con un fuerte golpe me la metió bien hasta el fondo lo que me hizo soltar un fuerte grito de dolor. Callate putita que vas a despertar a todo el edificio-me dijo mi dueño y me metió la pija en la boca para que no gritara más. Con mi chupete de carne ya me sentí mejor y recibí las embestidas frenéticas de Zar con mucho gusto. A medida que más me embestía más sentía crecer la bola que había logrado meter adentro mío hasta que en un momento sentí que mi cola no iba a aguantar más, en ese momento Zar paro las embestidas y trato de bajarse, pero mi dueño lo sujeto para que no me rompiera el ano. Despacito lo ayudó a girar hasta que quedamos cola con cola bien abotonados. No pensé que fueras a soportar quedar abotonado a la primera-me dijo mi dueño-Se nota que naciste para ser una buena perrita-dijo mientras me acariciaba todo el cuerpo. Me agarró de la cintura y empezó a empujar adelante y atrás contra la cola del perro para que sintiera bien su verga y su botón empujando sobre las paredes de mi ano. Yo me limité a gemir y apoyé mi pecho contra el piso para quedar bien con el culito arriba. Nunca había sentido una experiencia tan dolorosa y a la vez tan satisfactoria, supongo que de eso se trata el morbo. Y ser cogido como una perra por semejante semental debe tener un precio a pagar, y yo lo hice con gusto, así fuera que no me pudiera volver a sentar por semanas. Estuvimos así abotonados un buen rato mientras mi dueño me acariciaba, me masturbaba y me hacía chuparle la pija.
Hasta que en cierto momento comencé a sentir fuertes chorros calientes que inundaban mi intestino. Estaba siendo preñado por mi macho perruno, y oficialmente me había convertido en su perra. Debo decir que era la primera vez que acababan dentro mío, y saber que un perro fue el primero me hizo excitar aún más. Había sido marcado por él, y ante su visión instintiva de animal, yo pasaba a ser su depósito de su semen. Luego de eso y de varios lechazos, sentí que la presión de mi ano aflojaba y la verdad fue un alivio. Zar tiro de golpe y saco su pedazo de verga que estaba mas grande que nunca y salpicando liquido por todo el piso se alejó y se acostó en un rincón. El muy hijo de puta me cogió, me destrozo la cola y ahora se iba sin más, pero bueno así son los machos, no? Con mi ano totalmente dilatado era incapaz de retener todos sus exquisitos jugos así que me puse bien colita para arriba para que bajaran por mis intestinos y quedara lo mayor posible pegado a sus paredes. Muy bien perrita, sin desperdiciar, así me gusta-me dijo mi dueño. Fue a buscar a Zar y lo acerco hasta mí, al principio me preocupe pensando que quería que me cogiera de nuevo, yo no daba más, pero obviamente el perro también precisaba descansar así que mi preocupación era infundada. Ahora como buen perrito el te va a limpiar toda tu colita-dijo mi dueño y le acerco la trompa a mi ano y ahí comenzó de nuevo Zar con sus fuertes lengüetazos limpiando su propio enchastre. Así estuvimos hasta que no quedó casi liquido en mi cola, así que mi dueño me dio vuelta y Zar siguió lamiendo mis bolas y limpiando el liquido pre seminal de mi verga con mucho entusiasmo. Yo ya estaba pronto para acabar pero mi dueño sujeto a Zar y lo dio vuelta. Ahora límpialo vos a él, o te pensas que podes dejar a mi perro así todo sucio-me dijo mientras me agarraba del cuello y me apretaba la cara contra el miembro aún afuera de su perro. Hice caso a mi dueño y comencé a lamer y chupar de nuevo esa verga que me había dado tanto placer, lo hice con muchas ganas hasta que le deje la verga bien limpita. Así Zar se quedo echado jadeando tranquilamente, su trabajo había acabado y merecía un buen descanso.
Yo estaba extasiado también, mis huevos estaban por estallar, pero mi cola no había terminado de trabajar. Mi dueño me levanto a upa y me hizo sentarme en su falda en el sillón. Ahora vas a tener que encargarte de esta verga también-me dijo. Mi cola no daba más, pero sabía que si quería repetir con ellos, también tenia que satisfacer a mi macho humano, así que me puse manos a la obra. Le lubrique bien su verga con mi saliva dándole una buena chupada desde la punta hasta la base de su pija. Después de tener a Zar adentro mío y con la cola dilatada como la tenía, la verga de mi dueño no iba a ser tanto problema pensé. Me senté de nuevo sobre el y con mi mano ubique la cabeza de su pija en mi ano y me deje caer para que entrara de una y bien hasta el fondo, igual que me había hecho Zar. Comenzamos a gemir los dos, yo cabalgando como la perrita que era en la pija hermosa de mi macho y el agarrándome del cuello y del pelo.
Así estuvimos unos minutos, mi cola estaba en llamas, rogaba por un descanso, pero mi dueño tenia otros planes. Me sostuvo de los glúteos y empezó a bombear con una intensidad frenética, casi como Zar. No pude evitar empezar a gemir fuertemente cada vez que esa verga me taladraba por dentro, de forma exquisita. Luego nos levantamos y me hizo poner en cuatro, yo era su perrita y el me lo iba a hacer sentir. Así que me cogió otro rato así en cuatro hasta que estuvimos a punto de acabar, pero me prohibió seguir masturbándome. Antes de acabar, me hizo poner boca arriba y me levanto la cola hasta que mi verga quedo apuntando a mi cara, en esa posición me metió su pija y comenzó un mete y saca intenso que me hizo sentir un profundo ardor en mis entrañas. Mi próstata estaba a punto de estallar y me dejo masturbarme. Habré demorado no mas de cinco segundos y me vine en mi propia cara lo que para mi fueron litros de leche, fue el mejor orgasmo de mi vida y cuando termine de sacar leche quede prácticamente desmayado. Pero mi dueño siguió bombeando fuertemente mi ano, aunque para esa altura a mi ya no me importaba nada, estaba volando por las estrellas. Hasta que sentí todo el calorcito del semen de mi dueño que inundaba nuevamente mis entrañas.
Mientras tanto Zar se acercó y comenzó a limpiar mi propio semen de mi cara. Me lambeteo todo hasta dejarme bien babeado, pero sin una gota de semen, el muy goloso. Yo no me opuse y dejé que hiciera su trabajo, luego continuó con mi ano que estaba al rojo vivo, pero las lambeteadas de Zar eran muy placenteras y parecía que aliviaban el dolor, por lo que estuve agradecido. Una vez que Zar me dejo bien limpio de semen me levante con todo el cuerpo temblando. Sentía que algo en mi había cambiado y así era.
Muy bien perrita, ahora anda a dormir a tu casa, descansa bien y estate atenta para cuando tus machos te ordenen venir-me dijo mi dueño mientras me echaba de su casa a medio vestir. Como era tan tarde no había nadie en los pasillos así que no tuve problemas. Cuando llegué a casa me iba a bañar, pero decidí mejor quedarme con toda la baba de Zar y todos los fluidos del sexo en mí, al final y al cabo yo era una perrita sucia, así que me acosté colita para arriba y desnudo (para que mi ano respirara y se aliviara) y me quede dormido como un bebé en cuestión de minutos.
La mejor decisión que he tomado en mi vida fue mudarme a ese edificio y someterme a ese par de sementales que viven arriba mío. Mi vida sexual cambio para siempre, de hecho, yo era más activo que pasivo hasta esa noche. Ahora se que mi destino es ser una perrita sumisa y si bien tengo garantizado el sexo con mis machos de arriba, estoy siempre abierto a conocer nuevos machos (sobre todo perrunos) que me usen para depositar sus grandes descargas de semen dentro de mi cola. Así he tenido sexo con perros de amigos y familiares (sin que ellos sepan) y me ofrecí como hogar transitorio de perros sin hogar, por lo que cada tanto tengo algún perro por varios días y los hago cogerme todos los días sin descanso, y cuando tengo hembras les hago lamerme (con ayuda del mismo líquido que uso mi dueño) todo el ano, los huevos y la verga hasta acabarles arriba. Pero eso son otras historias.
Y hasta acá esta historia, espero que ustedes también encuentren la felicidad con sus amigos perrunos, que son el mejor amigo del hombre, tengo pruebas y cero dudas.
Ufff que rico, esa es de mis mayores fantasías: Tener un vecino que me domine y tambien su perro o perra
Que delicia
Yo también tuve una experiencia así masomenos. Me éxito leerte
Me gustaría saber de ti fonde te contacto de dónde eres ?
Jodido relato, super hot…
Mmmmhhhhh…
Ostias, bastante deliciosa ésa situación me filipó hárto, tenéis mucha lláma vále…
OS sigo y adelante…
este relato me dejo durisimo, pr fa sigue escribiendo
Excelente relato que rico lo que cuentas aquí, me encantó muy morboso y excitante. Disculpa pero quisiera contactar contigo para consultarte algo relacionado con el tema de tu relato ya que tengo una gran duda te dejo mi correo para que me escribas .
Gracias y disculpa la molestia