Mientras me masturbaba, me distraje y me comenzaron a dar salvajemente por el culo.
El supervisor de un grupo de adolescentes que se encuentran en un campamento, al quedarse impresionado por el coño de la esposa del director en el dormitorio comienza a masturbarse, se descuida y el grupo de jovenes aprovecha y le dan bien duro por el culo. .
Había comenzado a trabajar como supervisor, en un campamento de verano, para jóvenes delincuentes, antes de eso era el típico tipo joven que, a duras penas, y ocasionalmente me acostaba con alguna noviecita, cuando no era que terminaba haciéndome una sabrosa paja, cuando no lograba mi objetivo.
El pasado verano conseguí un empleo, como supervisor de un campamento de verano para chicos con serios problemas de conducta, por no decir hijos de la gran puta, mi contacto con ellos era mínimo, mi labor consistía básicamente en vigilarlos, y más nada, pero entre las empleadas había una tipa, que era la esposa del dueño del campamento, que a todos nos traía locos.
Además, la muy hija de la gran puta, lo sabía, porque no había día en que no dejase que le viéramos el coño, claro que, de manera bien discreta, en ocasiones andaba sin pantis, se inclinaba un poco, y para que les cuento, pero la muy desgraciada, a nadie le soltaba prenda, es decir, no se acostaba con ninguno, ella se deleitaba mostrándonos a todos, sus nalgas, su coño, y sus tetas, de manera inocentemente accidental.
El dormitorio que yo supervisaba, tenía el récord de pajas hechas, a nombre de ella, una noche, justo antes de ir acostarme, la vi por la ventana de su habitación, completamente desnuda, acariciando su coño, de la manera más descarada posible, mientras su marido, se encontraba durmiendo, llegué al dormitorio que supervisaba, nada más pensando en su peludo, y rubio coño, apenas me di un duchazo, me recosté, sin ponerme nada, aparte de la sabana.
Ya estando acostado, boca abajo, comencé a mover mis caderas, soñando despierto que me la estaba clavando a ella, mi verga la frotaba contra el colchón, por lo que mi prepucio lo estiraba para atrás, y para adelante, una y otra vez, estaba tan, y tan concentrado en mi sueño, que no me di cuenta de que la sabana que me cubría se había corrido, dejándome completamente desnudo, frente a los ojos de los hijos de la gran puta a los que yo debía vigilar.
Mi concentración fue tal, que no cuenta me di que varios de ellos se encontraban observándome justo a mi lado, no fue hasta que uno de ellos, un tipo de lo más atrevido, al tiempo que yo continuaba moviendo mis caderas, y frotando mi verga contra el colchón, comenzó a tocarme las nalgas, cosa que honradamente les digo, ni cuenta me di, hasta que, de momento, comencé a sentir algo bien duro y caliente, rozando la raja de mis nalgas, de eso, a pasar a ser penetrado por él, no pasó ni un segundo.
Yo pegué tremendo grito, que rápidamente sus compañeros apagaron, colocándome una almohada sobre mi cabeza, sujetándome al mismo tiempo por ambas piernas, manteniéndolas separadas, al igual que mis brazos, mientras que él, comenzó a penetrarme, al principio no soportaba ese tremendo dolor que sentía en mi culo, aparte de lo impotente que me sentí de ser sometido tan fácilmente por todos ellos.
Pero bien no pasaron unos pocos minutos en que el tipo ese, continuó metiendo, y sacando su gruesa verga de mi ex virginal culo, cuando ese tremendo dolor, comenzó a dar paso a una rara, y extraña sensación de placer que jamás ni nunca antes había sentido tanto placer, que de manera involuntaria me llevó a comenzar a mover mis caderas, al punto que, a pesar de la vergüenza, el dolor, y humillación que pude haber sentido, desaparecieron dando paso a ese raro sentimiento, de placer que me estaba invadiendo.
Pero los muy desgraciados, no se conformaron con ver que su compañero, me estaba dando salvajemente por el culo, mientras que yo restregaba mis nalgas contra su cuerpo, buscando sentir más, y más dentro de mí su sabrosa verga, cuando otro de los chicos, uno con cara de idiota, que yo pensé que era medio retardado, colocó su verga frente a mi boca, diciéndome. “Mariconcita, rica, ponte a mamar.”
Decirlo, y yo hacerlo, prácticamente fue una misma cosa, era algo que no podía controlar dentro de mí, esa noche creo que todos los diez chicos a mi cargo me han dado por el culo, y los que no seguramente les mamé su verga, al siguiente día era un secreto a voces, lo que había pasado dentro del dormitorio, excepto que yo no sabía que el chisme se había regado de tal forma, y manera, por lo que cuando nos fuimos acostar, había una fila de unos cinco chicos que esperaban para que yo les diera el culo.
Lo cierto es que no tuvieron que rogarme mucho para que yo, casi de manera voluntaria, dejase que me volvieran a dar por el culo, yo estaba en ese momento con mi tercer, o cuarto chico, dejando que sabrosamente me hiciera lo que le daba la gana, mientras que con mi boca le mamaba su verga a otro, cuando la luz del dormitorio fue prendida, de inmediato entró el director, su mujer, y otros vigilantes.
Encontrándome a mí, dejando que me dieran por el culo, al tiempo que mamaba una gruesa verga con mi boca, no espero que puedan entender cómo me sentí, entre humillado, avergonzado, en fin, hasta me puse a llorar, me amenazaron con levantarme cargos, y mientras que yo estaba completamente desnudo frente a todo el mundo en el campamento, la muy hija de la gran puta, de la esposa del director, no dejaba de decir que llamaran a la policía.
Además, ella se me quedó viendo de una manera que me hiso sentir mucho más humillado, finalmente, no le levantaron cargos, pero fui despedido de inmediato, y tal, y como me encontraba me entregaron mis cosas, diciéndome que ni me atreviese a vestirme dentro del campamento.
Por lo que tuve que andar desnudo un buen rato, y una vez llegué a los portones, me vestí, hoy en día, ya sé de qué pata cojeó, ahora soy una persona sumamente discreta, pero con un gusto enorme, por ser clavado por el culo por otros hombres…
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