Modelé para mi amo
Mucho gusto, me llamo Fionn, y hoy les compartiré la historia de cuando modelé para mi amo, Adrián, un chico sumamente guapo de quién me enamoré y quién compartía mis fijaciones..
Primero que nada, me presento.
Me llamo Fionn, soy un chico de 18 años, soy blanco, alto y de cuerpo delgado, desde siempre he tenido algunas características femeninas en mi cuerpo, como cintura pequeña debido a mí bajo peso o labios gruesos con forma de flor.
Tengo cierto gusto hacia las prácticas del BDSM, más específicamente, hacia las prácticas de Maledom.
Descubrí que soy bisexual a los 15 años, cuando estaba viendo un chico pasar por el parque, y me enamoré de su carita linda y su cabello sedoso y rizado.
Desde entonces he tenido curiosidad por tener novio, pero siempre que intentaba algo con otro chico, este me rechazaba, pero eso cambió hace meses…
Cuando lo conocí.
Estaba caminando por el instituto cuando íbamos de salida, en ese momento me topé con Adrián, un chico excesivamente guapo, el cual va unos grados más avanzado que yo, pues tiene 21 años.
La hermosa cara que tiene, muy bien cuidada, sin mencionar la bonita forma que tiene, me tenía vuelto loco, y siempre que salía del instituto iba a su salón para ver su bella cara al menos 5 minutos.
No era el único, pues algunas chicas, de mi edad o mayores que yo, también iban a verlo, pues con lo atractivo que era las tenía locas, igual que a mí.
Sin embargo noté un patrón, pues cada que una chica se le confesaba él la rechazaba, e incluso, otro chico, el cual tiene 20 años, le confesó que le gustaba y el dijo que no. Él siempre que rechazaba a alguien, le decía a ese alguien que era molesto que le hostigara.
Eso último me hizo perder la esperanza, pues, a pesar de que en el pasado tuve una novia, cuando tenía 16 años, y varias chicas gustaban de mí y me consideraban guapo, sabía que era imposible que yo tuviera algo con él, quien además de ser guapo, es uno de los mejores estudiantes del instituto, así que me dí por vencido.
Intenté buscar a otro chico, pero no podía dejar de pensar en él.
Un día, por la profunda impotencia que sentía, no pude contenerme y empecé a llorar, en ese momento Levana, mi mejor amiga, me preguntó que sucedía, yo le respondí que no podía salir con Adrián y estaba enamorado de él, y ella intentó animarme como pudo.
Íbamos de salida y unas amigas fueron con Levana para hablar con ella, por lo que yo me fui solo, continuando en la tristeza.
En ese momento, un buleador se acercó a mí y me dijo:
– Deja de llorar mariquita.
– Déjame en paz, no tienes idea de porqué estoy así. – Le respondí impulsivamente.
– Bien imbécil, tal parece que quieres tener la cara deformada ¿Tienes idea de a quién le has respondido? Todos me tienen miedo, y soy más fuerte que tú.
– ¿Por qué me juzgas? ¿Qué te he hecho yo?
– Molestarme con tus lloriqueos, eso has hecho.
En ese momento, llegó Levana para tratar de frenarlo.
– Déjalo en paz, él no te ha hecho nada, y de por sí, le está yendo muy mal.
– ¿Vas a dejar que una vieja te defienda? – Me dijo el buleador.
– ¿Qué problema tienes contra las mujeres? – Respondió furiosa.
– Que son muy lloronas y delicadas, más o menos como el marica de tu amigo.
– Cuida tus palabras, para tu información, hace tiempo aprendí Taewondo.
– No perderé mi tiempo contigo, ahora si me disculpas, al mariquita este le voy a dar un golpe para que no haga escándalo con sus lloriqueos.
Me iba a golpear, pero en ese momento, Adrián llegó, cosa que me sorprendió.
– Deja de ser así con este chico, él está en su derecho de manifestar sus emociones cuando quiera.
– ¿A ti quién te habló? No te metas en lo que no te importa Adrián.
El buleador estaba apunto de golpear a Adrián, pero él detuvo su mano, y la empujó violentamente para dejarlo en el suelo.
– ¿Estás bien chico? – Me preguntó Adrián.
– Sí, muchas gracias Adrián.
– No te preocupes, no iba a permitir que ese idiota perturbara el orden del instituto y lastimara alguien en el proceso.
– Pero de no ser por ti, ese buleador me hubiera dejado muy herido, necesito agradecerte.
– ¿Agradecerme?
– Sí, haré lo que sea.
– ¿Lo que sea? Bueno, en ese caso, ten. – Me entregó un papel con una dirección. – Es mi casa, si vas, allá me podrás agradecer.
En ese momento no sabía que hacer, hasta que el buleador se estaba levantando y me fui corriendo junto a Levana.
Ella me dijo que debía ir, para confesarle mi amor, pero yo le respondí que era muy probable que me rechazara.
-¿Por qué crees eso? – Me preguntó Levana.
– No lo sé, quizá porqué ya ha rechazado a bastantes chicas y a un chico que se enamoraron de él.
– Pero te dio la dirección de su casa ¿Crees que él le daría la dirección de su casa a cualquier persona que se topara en su camino?
– Dices eso porque eres una Otaku Fujoshi.
-Quizá, pero parece que él te dió esa dirección porque quería algo particular como recompensa jeje. Si logras algo, mándame foto.
– Hasta crees jaja.
-Bueno, ya llegamos a mi casa ¡Nos vemos mañana Fionn!
– ¡Nos vemos mañana Levana!
En ese momento me pregunté porqué me dio la dirección de su hogar, pero sabía que para intentar algo, debía ir lo más formal posible y llevarle algún obsequio, así que me vestí elegante y le llevé una caja de chocolates, pero sabía que era muy probable que me dijera que no, así que no tenía mucha esperanza.
En su casa.
Cuando llegué a su casa, él me recibió y me preguntó por mi vestuario y el obsequio. Yo le respondí que era para agradecerle por salvarme de que ese buleador me hiciera algo.
– ¿Y por qué la caja tiene forma de corazón?
– Porque solo había de esas en la tienda. – Le dije súper temeroso.
– Lo que digas, mira, cuando te ví sabía que eras perfecto para algo…
– ¿Para qué cosa?
– Para probarte unos trajes.
– ¿Probarme unos trajes? Porqué yo.
– Porqué, son para alguien que está de tu vuelo. – Eso lo dijo algo nervioso.
– Está bien, lo haré.
Él fue por los trajes y me dijo que fuera a su habitación, de inmediato fuí.
Los trajes.
Él tenía los trajes en una bolsa negra, y de inmediato me dijo algo que me dejó impactado.
– Te diré la verdad, yo conseguí esos trajes para que tú cumplieras una de mis fantasías, desde hace tiempo te había visto entre las chicas que van a verme, y me gustaste.
Yo me sorprendí, pero porque ambos nos gustábamos el uno al otro.
– Mira, si crees que esto fue algo enfermo, te entiendo, no lo hagas, de hecho, fue muy estúpido de mi parte pedirte que hicieras esto. – Me respondió al ver mi impresión.
– ¿Te confieso algo? Tú también me gustas, y tenía la caja esa con forma de corazón porque quería confesarte mi amor, pero no tenía el valor para confesarlo.
– ¿Quieres ser mi novio?
– S-seguro.
– Entonces ¿Me modelarás?
– Claro.
Me mostró el primer traje y me sorprendí.
– Mira, estos trajes los compré antes de que vinieras, pero mejor no lo vayas a hacer, sé que es un poco enfermo pedirte que te pongas estos trajes. – Me dijo Adrián, de nuevo, arrepintiéndose por pedirme esto.
– ¿Un poco enfermo? Bastante enfermo jajaja, pero no me desagrada la idea, de hecho, siempre he querido modelar así para un chico, y que este fuera mi amo, seguro pensarás que soy un enfermo.
– Para nada, yo siempre he buscado un sumiso.
– ¿Quién lo diría? Somos tal para cual, los dos estábamos enamorados del otro, tenemos gustos que nos daba pena compartir con el otro, y nos gusta el Maledom.
En ese momento le modelé.
Modelando.
El primer traje era uno de camisa de manga corta blanca y shorts rosados.
Me lo puse y me encantó, sentirme como la putita de mi amo era una sensación que deseaba experimentar y por fin lo estaba logrando.
– Nada mal, me gusta ver cómo resalta tus curvas jaja, aunque creo que otro traje te quedaría mejor.
El segundo traje que me puse era uno de maid, y eso sí me puso nervioso, pero igual me lo puse.
– Que bien te ves putito, me gusta lo bien que te queda con ese cuerpo tan delgado, pero creo que te pondré el tercer y último traje.
– Bien Adrián.
– Mira putito insolente, de ahora en adelante te dirigirás hacia mi como «Amo» ¿Queda claro?
– Si amo, perdone mi falta de respeto.
Tenía que ser un sumiso ejemplar, juré nunca faltarte el respeto de nuevo, pues yo solo busco ser el sumiso que mi chico merece.
El tercer traje era uno de conejito, extra ajustado, con un rabito en la zona trasera y unas orejitas de conejo para la cabeza.
Me lo pusé y de inmediato ví como mi amo empezó a masturbarse.
– ¡Wow! Te queda increíble, quiero que seas mi conejito, ese traje demuestra lo sexy que eres.
En ese momento yo le toqué la mano con la que se masturbaba, y le imploré que me permitiera satisfacerlo yo. Sabía que era una falta de respeto, pero no me parecía justo ser su sumiso y no ayudarlo a desquitar sus deseos sexuales, pero lo más sorprendente es que no se enojó.
– Ya era hora de que ayudarás en algo putito ¿Qué tienes en mente para satisfacerme?
– Si soy tu conejito, creo que sería correcto que yo me metiera a la boca tú enorme y rica zanahoria jeje.
– Bien, mamamela ahora mismo.
Mamadas y masajes.
Y así lo hice, la empecé a chupar despacio mientras me masturbaba, y el estaba tan excitado que en el momento de su orgasmo, dió con todo.
Descargó demasiado semen en mi boca, tanto que casi me ahogo, pero no quería sacar su verga de mi boca, pues quería más lechita calentita.
Me gustó mucho su sabor agridulce, y él, a pesar de haberse venido, seguía excitado.
Se quitó toda la ropa y luego, me jaló bruscamente, para que me sentará encima de él. En ese momento, tocó mis piernas mientras me lamía el cuello, y yo, muy excitado, estaba a punto de correrme, pero él me dijo.
– Si te corres te daré una sanción, no quiero que desperdicies semen, quiero probar un poquito.
En ese momento me quitó bruscamente el traje, y yo le dije.
– ¿Para que me haces modelar si de todos modos me desnudarás?
– Calla putito, bien que gustó ponerte esos trajes, además, me dabas buena vista.
Conmigo desnudo, empezó a masajear mi cintura, me tocó la panza y me besó en la boca.
Sus labios eran ásperos pero disfrute de eso en todo momento.
– No sabes cómo me encantan tus labios, suavecitos y gruesos. – Me dijo Adrián.
Después, me empezó a tocar el pene, recordándome que si me corría me iba a sancionar, y poco antes de que él se pusiera de rodillas frente a mí para tomar mi semen, me corrí.
– Eres un pendejo, te dije que te aguantaras, ahora te voy a dar una lección.
Sacó de su closet uno de sus cinturones y me empezó a golpear con él en las nalgas, hasta que me las dejó rojas, aunque eso curiosamente me gustó, díganme enfermo, pero me encantó esa sensación de él aplicando su enorme fuerza sobre mí.
Después de eso, me suplicó que me sentara, y aunque no quería hacerlo por como me dolían las nalgas, lo tuve que hacer porque si no mis nalgas me dolerían más.
Aguantando el dolor y sentándome sobre una almohada, me excité cuando él me la empezó a mamar, seguía agotado por la corrida anterior, pero aún así mi excitación fue tal que me corrí, soltando mucho semen.
Recordé que Lavana quería que le enviara una foto, así que busqué mi celular y le envié una foto de Adrián desnudo detrás de mí, y ella me envió un vídeo masturbándose, diciendo que eso la había excitado mucho. No obstante, Adrián me dió más nalgadas por haberle tomado esa foto, y me suplico que la borrara y acepté, lo que él no sabe es que se la envié a mi amiga.
Desde entonces, podría decirse que somos novios, pues él me dió su número, y siempre chateamos caliente o romántico. Sin embargo, Lavana es la única que sabe que somos novios, pero ella lo ha mantenido en secreto como buena amiga que es.
Yo no tendría problemas con confesar que Adrián es mi novio, pero Adrián si, él no quiere que los demás sepan que es bisexual, al menos no por ahora.
Y por esa razón, me da todavía más rabia cuando veo a una chica o a un chico tratando de coquetear con Adrián, pues no puedo hacer nada para evitarlo. Conste que no me enoja por celos, sino porque estoy harto de que molesten a mi novio.
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