Monica y su Familia 3
Tercer entrega, previo a un escenario de locura. .
Tercera entrega
Parte 1: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/familia-de-monica-1/
Parte 2: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/monica-y-su-familia-2/
Algo excitado y muy enojado Felipe salió del cuarto, no sabía a donde ir o que hacer, la ira lo tenia distraído, cuando se dio cuenta estaba en el lobby del hotel, no sabia que hacer o que pensar, había desatado la perra incestuosa de su novia, había cumplido su fantasía, pero ahora ella no quería que estuviera ahí.
Se sentía celoso, pero al mismo tiempo tenía una erección descomunal de solo recordar la imagen de Mónica sobre Camilo, decidió entonces aclarar sus pensamientos con la forma más eficaz que conocía, con alcohol, entonces se dirigió al bar atravesando el lobby del hotel y en ese momento se encontró a su suegra, que venía de la piscina del hotel.
Su suegra venia con una bata transparente que permitía ver el traje de baño que tría debajo, era un traje de baño de dos piezas un sostén de color azul oscuro y un panti tipo cachetero del mismo color, pero lo que más le llamaba la atención y lo que lo aterrizo de una vez por todas fue una de las razones por las que adoraba la familia de su novia, las tetas, las mujeres de la familia de Mónica tenían unas enormes tetas, redondas y apetecibles, y lo que más le encantaba a Felipe, les encantaba que se las miren.
Desde que empezó a salir con Mónica y conoció a Doña Teresa (su suegra) y a Ana María (su cuñada), se dio cuenta de que la característica mas notoria de los diferentes atuendos utilizados por estas mujeres eran sus generosos escotes. Había perdido la cuenta de las veces que su suegra lo había descubierto mirándole el escote, en un principio se avergonzaba tanto que ni siquiera era capaz de volver a verla a la cara durante unas cuantas semanas. Pero con el pasar del tiempo se dio cuenta que, aunque lo hacía de forma descarada una y otra vez, nunca escucho alguna queja o comentario proveniente de su novia o incluso de su suegra, esto lo llevo a ser más descarado.
Al reaccionar se dio cuenta que nuevamente estaba con la mirada clavada en las hermosas tetas de su suegra, y volvió a ve el rostro que su suegra, que lo miraba con una sonrisa pícara y que, sin prestar atención a la mirada morbosa de su yerno, le comenzó a hablar. Doña Teresa siempre había demostrado cariño por Felipe, él sentía que era su segunda madre, vivía pendiente de él y de sus cosas, habían construido una relación de mucha confianza y cariño.
T: ¿Hola mijo, como esta? ¿Dónde esta Mónica y Camilito?
F: Hola Doña Teresa, ellos en el cuarto (culiando -pensó-) descansando, es que la fiesta nos pego duro.
T: Ay, así también esta José (papá de Mónica), pero vinimos desde tan lejos y vinieron a encerrarse, así que chiste.
F: Pero se ve que usted lo esta aprovechando al máximo.
T: Claro mijo, estuve todo el día en la piscina y ahora quería ir a cambiarme para ir a conocer el hotel y tomarme algo
F: Si quiere yo la acompaño, yo ya iba a ver que me tomaba en el bar, vamos y la invito.
T: Ay, pero déjeme voy y me cambio, ¿sí? Es que me da pena estar así
F: No, vamos de una vez, después se llena y no podemos ni sentarnos, además pena de que, usted lo que esta es super buena.
En ese momento Felipe se dio cuenta del comentario que acababa de hacer, y se llenó de vergüenza tal como antes, pero esta vez su suegra más directa.
T: Ay gracias mijo, vamos entonces.
Felipe logro ver una sonrisa picara en la cara de su suegra, que lo calentó bastante. En ese momento se dio cuenta de lo que iba a hacer, iba a seguir con el plan que había planteado a Mónica, y aunque esta no quisiera él la iba a obligar si era necesario, y el siguiente paso era su suegra.
Felipe tomo la mano de su suegra y se dirigieron al bar, estaba vacío y se sentaron en una mesa, pidieron cerveza para iniciar, comenzaron a beber y a hablar del paseo y sus experiencias, como había estado la celebración y la ceremonia, de vez en cuando se daba el placer de mirarle las tetas a su suegra, que no decía nada solo sonreía cada vez que su yerno bajaba su mirada a su escote. Al poco tiempo el lugar se lleno de gente, y ellos seguían bebiendo, el alcohol y el calor ya se les estaba subiendo a la cabeza a ambos.
En un momento Felipe decidió lanzar el anzuelo y ver que pasaba. Se acerco al oído de su suegra, ya que había mucha gente y le dijo:
F: Suegrita, usted como hace para mantenerse tan buena, en este momento esta gente está como envidiosa, yo creo que piensan que somos pareja y el nivel de mujeron que es usted.
Bajo su mirada descaradamente a las tetas de su suegra, deseando que esta se diera cuenta de su actuar, estuvo varios segundos haciéndolo y cuando volvió a mirar a su suegra a la cara se saboreó la boca en símbolo de deseo.
T: Ay Felipe, no diga que eso que me da pena. Pero ¿en serio le parezco linda?
F: Linda es poquito, usted es una cosota muy sabrosa. Cualquier hombre daría lo que fuera por estar con usted.
En ese momento Felipe tuvo una idea que quería poner en práctica y se fue de frente sin pensar las consecuencias, su enojo y su excitación lo llevaron a tomar las riendas. Se acerco a su suegra al oído mientras ponía su mano en la pierna desnuda de su suegra.
F: Es que hasta Camilito le gustaría estar con usted.
T: ¿Que dice? Si el es un niño y mi nieto.
F: Y es hombre también, y a esa edad comienza a desear a las mujeres, usted no se imagina lo que me dice de usted, después que lo baña.
Aunque en un principio el comentario le pareció fuera de lugar, la calentura del momento y el alcohol la llevaron a continuar la conversación.
T: ¿Qué le dice el niño?
Felipe vio una oportunidad y se lanzo a aprovecharla.
F: Me dice que su abuela es muy linda, que tiene unos senos grandes como los de su mamá, y que cuando usted lo toca, el pipi se le pone duro.
No sabia si era el alcohol, pero las palabras de Felipe estaban calentando a Teresa.
F: Muchas veces me ha preguntado que si le puede pedir a usted que le deje chupar las tetas, así como hace con Monica, pero le hemos dicho que no, porque usted se disgustaría.
T: Tan tontos, yo sería feliz consintiendo a Camilito, yo hago lo que el quiera.
Felipe vio un extraño brillo en los ojos de Teresa, así que se acerco a su oído, mientras subía su mano a través de la pierna.
F: ¿Le gustaría que Camilito le chupe las tetas? – Le decía al oído mientras con su dedo pulgar rosaba la vagina de Teresa.
T: Mmmmm si, me gustaría. – Gemía Teresa.
F: Le gustaría que Camilito le chupe las tetas mientras usted toca su pene.
Rápidamente Felipe tomo la mano de su suegra y la puso sobre su miembro, ya tenia toda su mano sobre la vagina de su suegra, aunque la tocaba por encima del traje de baño, podía sentir lo mojada que estaba.
T: Mmmmm sí, que rico mi nietecito, esa verguita.
Felipe comenzó a besar a Teresa, que se encontraba muy excitada. La mano de Teresa se movía rítmicamente masturbando a Felipe debajo de la mesa, mientras Felipe la masturbaba, por encima de su cachetero, sentía un calor impresionante en esa entrepierna. Felipe quería salir de ahí y penetrar a su suegra, así que, sin pensarlo tomo de la mano a Teresa, pago su cuenta y salieron del bar, ante la mirada sorprendida de los demás usuarios del bar.
Felipe y Teresa salieron del hotel y se fueron caminando por el jardín, caminaron y caminaron hasta que ya no sintieron a nadie a su alrededor, seguían en los terrenos del hotel, pero parecía un pequeño parqueadero junto a la costa, pero por la hora ya la gente no se acercaba, sin pensarlo se escondieron detrás de las palmas del jardín.
Felipe comenzó a besar a Teresa y a cogerle el culo. Teresa se dejaba llevar, no ponía ninguna resistencia. Felipe rápidamente le quito el camisón que llevaba encima, y le saco las enormes tetas del traje de baño.
Mientras chupaba las tetas, Felipe metía el dedo a su suegra, que no hacia más que gemir de placer. Cada ves mas y más mojada, Teresa gemía mas fuerte, hasta que en un momento las piernas le temblaron y el orgasmo la hizo caer de rodillas al piso, aprovechando esto Felipe saco su verga y la apoyo sobre la cara de su suegra, que no dudo en metérsela a la boca.
F: ¿Te gusta la verga de tu nuero puta? O ¿Estas pensando en la de tu nieto?
T: Quiero la de Camilito, quiero que mi nieto me chupe las tetas.
La respuesta hizo enojar a Felipe, que recordó la escena de la mañana, sin pensarlo golpeo con una cachetada a Teresa, esto la hizo caer al piso. Felipe tomo de las piernas a su suegra y las abrió con fuerza, poso su miembro en la vagina y la penetro sin ningún tipo de consideración. Su suegra gimió de placer.
T: mmmm que rico, maldito.
F: ¿Te quieres coger a tu nieto?, maldita puta, pues tu hija ya se lo cogió, es mas se lo esta cogiendo ahora mismo.
T: ¿De que hablas?
F: Sí, Mónica se esta cogiendo a Camilo, en este momento, en la habitación, se lo ha estado cogiendo todo este paseo, y al niño le encanta, ¿quieres que te coja también?
Felipe penetraba con mas fuerza a su suegra que simplemente no podía hablar del placer que sentía.
T: Maldita puta, primero se coge a mi esposo y ahora a mi nieto, maldita perra.
El comentario dejo frio a Felipe, se había dado cuenta de los deseos incestuosos de Mónica, pero no se imaginó que había hecho algo con su padre. Deseaba saber más, así que mientras penetraba a Teresa seguía preguntando.
F: ¿La puta se tiro a Don Jose?
T: Si, esa perra se lo cogió varias veces, maldita perra, y ahora me estoy cogiendo a su marido jajajaja perra de mierda
El comentario hizo excitar tanto a Felipe que no pudo contener el orgasmo, tomando de la cintura a Teresa la lleno de leche.
F: Toma perra, mi leche mmmmmm.
T: Que rico, embarázame por favor, hazme un hijo primero a mi, que a esa perra.
Felipe dejo fluir toda su leche dentro de su suegra, que se encontraba extasiada con el acto sexual que acaba de terminar, sentía como chorreaba el semen de Felipe dentro de ella.
T: Que rico, hace rato no me cogían así.
F: Cuando quiera Teresa, se lo vuelvo a meter.
T: ¿Teresa? ¿Ya no soy Doña o suegra?
F: No, usted es mia ahora, Teresa.
Felipe se puso de pie, tomo los brazos de Teresa y sin dejarla levantar puso su verga en la boca de esta.
F: Límpielo, que aún tiene leche en la punta.
Teresa obedeció y se lo chupo, limpiándolo y tragándose el semen restante.
T: Si señora hágame lo que sea, pero primero quiero algo de usted.
F: ¿Que quiere?
T: Déjeme comer a mi nieto.
La solicitud sorprendió a Felipe, pero después de lo que había vivido y atando cabos, se dio cuenta que no era tan extraño. La relación entre Teresa y Mónica era distante, no eran groseras entre ellas pero era un ambiente tenso que tendía a ser algo competitivo, Mónica se tiraba a su esposo y ella se tiraba a sus amigos, incluso su novio casi esposo, y ahora quería a su hijo.
F: Claro, pero tiene que hacer lo que yo le diga, usted ahora me pertenece. ¿Listo?
T: Si señor.
F: Listo, vamos a cerrar el trato.
Felipe sin decir más, tomo del brazo a Teresa y comenzó a orinarse encima de ella.
T: ¿Que hace?
F: Calmese, estoy marcando mi territorio, además esto le encanta a su nieto, así que acostúmbrese.
T: Bueno, si señor.
Felipe y Teresa volvieron al hotel, cada uno se dirigió a su cuarto. Felipe regreso a su cuarto y al entrar encontró a Mónica y Camilo, desnudos en la cama, había un fuerte olor a orines, al parecer habían tenido varios orgasmos durante el día. Esto lo enojo más, pero sabia que tendría su venganza, se acostó en el sofá esperando y maquinando su próximo paso, el cual era humillar a Monica.
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