Montse siempre tuvo un plan. I (mi primera mamada)
Montse cada vez disfrutaba más viendo como recibía y disfrutaba el sexo anal, hasta el punto de que sus fantasías son cada vez más fuertes y planea subir de nivel, su objetivo es verme sodomizado por otro hombre .
Llevábamos ya unos 6 meses de relación, el sexo cada día era mejor que el anterior, y sobre todo desde que ella empezó varias semanas atrás a penetrarme analmente, la confianza era cada vez mayor y los dos nos dejábamos llevar por nuestros deseos cada vez más.
Nuestros encuentros sexuales solían comenzar en algún pub o disco de la zona, nos tomábamos alguna copa de algún reservado mientras nos calentábamos el uno al otro y después a una hora en que sabíamos que sus padres se habían ido de fin de semana, partíamos a su casa y nos susurrábamos al oído como lo íbamos a hacer esa noche, evidentemente tras varias horas de magreo y conversaciones lascivas, llegábamos siempre muy calientes.
Ya nos íbamos conociendo muy bien y Montse ya había descubierto que cuanto más caliente estoy es cuando más fácil lo tenía para pedirme cualquier cosa (el momento perfecto para realizar su erótico plan).
Esa tarde de sábado nos dirigimos a un pub de la zona al que solíamos ir, era un sitio con un ambiente muy oscuro, con reservados muy discretos y con mesas altas tipo cajón que ocultaban perfectamente cuando las parejas se metían mano en sus zonas más íntimas sin problema de ser vistos. Pedimos unas bebidas y nos sentamos en nuestro rincón favorito, estaba muy apartado de otras mesas y lejos de miradas curiosas, comenzamos a besarnos y tocarnos por encima de la ropa, nos besábamos en la cara, cuello y cuando llegábamos al oído del otro, siempre aprovechábamos los dos en decir alguna “guarrada” erótica para calentar el uno al otro, cuando Montse notó que estaba muy caliente, bajó lentamente su mano de mi espalda a mi culo, la introdujo y empezó a jugar con mi ano, mientras decidió contarme al oído una de sus experiencias lésbicas y lo mucho que había disfrutado con chicas, yo acomodaba mi culo para que pudiera penetrarlo fácilmente, mientras yo escuchaba con atención su relato erótico lésbico, estaba cada vez más cachondo y ella continuaba hablando de lo contenta que estaba de que disfrutara tanto del sexo anal, yo estaba cada vez más caliente y la pedí más dedos, ella sabía que era el momento adecuado y continuó con sus palabras eróticas:
Montse: te gustan mis dedos
Yo: “siii”, “dame más”
Montse: ¿estás seguro?
Yo: siii, por favor
Montse: “Lo que daría por ver como te folla una polla de verdad”
Estaba tan caliente que prácticamente mis palabras fluían sin pensar, aunque era consciente de lo que me estaba pidiendo, en ese momento no me importaba, yo quería seguir sintiendo ese placer que solo Montse me había sabido dar.
Yo: si amor, y yo te dejaría que lo vieras
Montse: ¿te gustaría probarlo amor? ¿Quieres una polla de verdad? No te arrepentirás, tengo un amigo que podría darte lo que veo notando que necesitas
Yo: siiiii, amor, quiero que me folle una polla y que tú lo veas (En medio de tal lujuria y tanta calentura, no pude evitar asentir a su petición, la dominación de Montse sobre mí era cada vez mayor)
Montse, se separó lentamente, sacó la mano de mi trasero y cogió el teléfono
Montse: espera cariño voy a hacer una llamada y lo soluciono, creo que ya estás preparado, lo vas a pasar muy bien, te lo garantizo (el plan de Montse cada vez estaba más cerca de cumplirse)
Mientras tanto fui a por unas copas, y las pedí bien cargadas, ya que necesitaba algo fuerte para asimilar lo que estaba a punto de pasar.
Montse me explico que tenía un buen amigo gay (Raúl) muy discreto, que me conocía de vista y que le había contado que yo le gustaba, ella le había planteado lo que podría pasar y no tenía problema de unirse a la “fiesta”.
Montse: Vale, escucha Óscar te pongo en situación, a Raúl solo le gustan los chicos por lo que solo lo hará contigo, además el es solo activo, yo miraré y os daré indicaciones de lo que me gustaría que hicierais los dos, ¿Lo has entendido?
Yo: Montse, si está claro, pero ¿Cómo sabías que yo aceptaría? ¿Ya lo tenías hablado?
Montse: A ver cariño, como te lo explico, te gustan las chicas y mucho, pero he notado que necesitas algo más, yo he estado con chicas y es genial, estoy seguro que lo disfrutarás mucho con Raúl y por los celos no te preocupes, yo sé que me quieres a mí.
Yo: Está bien, parece que lo tienes muy claro
Raúl no tardó en llegar, pidió una copa y se sentó a mí izquierda, Montse me lo presentó, aunque coincidimos en que nos conocíamos de vista (Raúl es un chico muy guapo, alto y delgado, pelo largo y negro y vestía una camiseta y pantalones muy ajustados)
Raúl: Buenos chicos creo que os gustaría montar una fiesta ¿verdad?, tu chico es muy mono, creo que nos lo vamos a pasar bien
Montse: Si, estamos los dos preparados
Raúl: Por mí no hay problema. Nos calentamos un poco aquí si queréis y nos vamos después a mi casa os parece.
Yo: Si, claro no hay problema (yo no sabía por dónde empezar, por lo que, si Montse marcaba el ritmo no estaría tan perdido)
Montse quiso romper el hielo cuanto antes, dio un buen trago a la bebida, puso su mano en mí paquete y nos indicó que empezáramos a besarnos, Raúl y yo nos pegamos un morreo increíble, me estaba pegando el lote otro chico y en público, la situación era cada vez más morbosa y eso me gustaba.
Montse: Raúl, parece que le gustas a Óscar, se le ha puesto muy dura al besarte. Venga Óscar no seas tímido y juega con la polla de Raúl
Desabroché la bragueta de Raúl y se la saqué del pantalón, comencé a pajearla lentamente, Montse colocó su mano en mi cabeza y la llevó hacía abajo en dirección a las piernas de Raúl y me dijo al oído “chúpasela, te va a gustar, y hazlo hasta el final, como te la mamo yo a ti, yo vigilo si viene alguien”
Me agaché todo lo que pude poniendo las rodillas en el suelo, la posición era ideal y me tapaba la mesa, me metí la polla de Raúl en la boca, era mi primera mamada y quería hacerlo bien, su polla olía muy bien, pero aún sabía mejor, me la metía y sacaba de la boca sin parar, Montse se arrimó todo lo que pudo, quería ver bien cómo a su novio le follaban la boca, puso la mano en mi nuca para llevar el control y el ritmo de la mamada, Raúl la tenía cada vez más dura y yo ya empezaba a notar el sabor de su líquido preseminal, al rato Montse nos avisó que había movimiento en el pub y si no nos dábamos prisa nos iban a pillar, Montse puso ahora las dos manos en mi cabeza para aumentar el ritmo de la mamada, al ver que Raúl se corría, apretó con fuerza mi cabeza para evitar que retirara la boca, Raúl soltó su leche dentro y su polla no paraba de bombear, Montse no me liberó hasta que terminó de eyacular.
Al incorporarme Montse me dio un pañuelo para que me limpiara y me dijo al oído
Montse: Óscar, trágate la corrida, que nos vamos ya a casa de Raúl, la noche acaba de comenzar
Hasta ese momento nunca me hubiera imaginado tener sexo con un chico y menos chupar una polla delante de mi novia en un lugar público.
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