Muy Especial
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
De pronto senti agua fria sobre mi cuerpo y me vi desnudo, con las manos atadas por la espalda, estaba dentro de una jaula que media un poco menos de un metro de alto, unos sesenta centimetros de ancho y como un metro y cincuenta centimetros de largo.
– Despierta flojo. Un grito de una mujer que no pude observar porque la luz le daba desde atras. Abrio la jaula por la parte delantera y me jalo de los pelos. – – Sal rapido, grito.
Como pude me arrastre hacia la salida, en cuanto estaba afuera de la jaula y guiado por la mano que traia mi cabellera me incorpore, entre la que me grito y otra mujer me pusieron dos correas en el cuello a un collar que no sabia que traia. – – Camina, dijo la primera al tiempo que ambas jalaron de las correas. Las segui. Al caminar senti unas pulseras en los tobillos, eran de cuero y tenian muchos aros alrededor recorrimos un area obscura y no pude ver a quien me llevaba. – – Alto.
Una le entrego su correa a la otra y se agacho por detras de mi a mis tobillos atando el derecho a una argolla en el suelo. – – Abre las piernas, dijo. Yo dude en obedecer por un momento cuando senti un golpe con un fuete en mis nalgas y repitio. Dije que abras las piernas.
Lo hice jalo un poco mas mi pierna izquierda y la ato a otra argolla. – Ato unas cuerdas a cada una de las muñequeras que traia y las desato de mi espalda, cuando quise llevar mis manos al frente senti como las jalaban hacia arriba, tanto que quede parado en la punta de los dedos de los pies. Por atras me vendaron los ojos y me amordazaron, oi que decian vamos por los otros.
Lo unico que recordaba era que iba caminando por la calle cuando se me acercaron dos mujeres, una por cada lado, me pusieron una navaja en el costado y me ordenaron subir a una camioneta, me pusieron un trapo que tenia algo que me hizo dormir.
A los pocos minutos se volvio a oir a las mujeres que decian "alto", "abre las piernas" y se volvieron a ir, en unos minutos se repitio la operacion. Paso otro poco de tiempo cuando se escucho que se abria una puerta y una voz diferente, era una voz autoritaria y fuerte que decia:
– Pasale, aqui esta la mercancia que te ofreci, ninguno esta entrenado pero si quieres a alguno yo personalmente te lo entreno y te lo entrego en dos semanas. – – Este se ve fuerte, dijo otra voz un poco dulce, pero este esta mas alto, ese tiene el pene mas grueso. Usted ¿Cual me recomienda?.
– Los tres pueden ser maravillosos, cualquiera va a ser docil y sumiso despues de pasar dos semanas conmigo.
– Yo necesito uno que me acompañe, pero que mantenga mi casa limpia y en orden.
– De eso despreocupate, despues de las dos semanas vas a venir un fin de semana para que te enseñe a manejarlo, se ve que tu no tienes mucha experiencia.
– Es la primera vez que voy a tener un esclavo, pero se que me voy a divertir haciendolo trabajar y sufrir. ¿Cual cree que sea mejor?
– Ya te dije el que escojas va a ser bueno.
– ¿Puedo tocarlos?
– Por supuesto, el que no enseña no vende.
– Este es realmente fuerte, pero su pene…, este es alto pero hay algo en el que no me agrada. Este, senti que me tocaban mi pene que para entonces estaba totalmente erecto y mientras manipulaban mis testiculos y mis nalgas, decia no es alto no es muy fuerte pero me gusta su pene, ¿si lo compro puedo hacer lo que quiera con el?
– El va obedecer todas tus ordenes, tu vas a hacer lo que quieras con el y el va a hacer lo que tu le digas. – – El precio, estoy de acuerdo, pero ¿Como se lo tengo que pagar?
– Hoy me dejas la mitad y dentro de dos semanas que te lo entregue y te enseñe a manejarlo me pagas el resto. ¿Vas a querer al tercero?
– Si, si me promete que va a ser docil y obediente.
– Eso te lo aseguro, ademas si lo necesitas podemos arreglar alguna manera de que vengas a castigarlo a nuestras mazmorras, supongo que en tu casa no cuentas con instalaciones tan completas como estas, aqui tenemos diferentes aparatos para aplicar diferentes castigos.
– Antes de que te enseñe nuestros equipos de tortura y sumision, ponle este letrero al que te vas a llevar.
– ¿Como se pone esto?
– Cuelgaselo de las tetas para que sepan cual es el que voy a entrenar.
Senti como me rozaban los pezones.
– Asi no, te voy a enseñar, si no lo haces con autoridad por mas entrenado no te obedecera. Senti que me tomaban todo mi musculo pectoral izquierdo y me ponian algo como una pinza en el pezon el dolor fue insoportable y la mordaza no me permitio gritar.
– Ahora tu. Volvi a sentir lo mismo del lado derecho y escuche una risa ingenua, me retorci del dolor. – – Vamos te voy a enseñar mis aparatos de tortura. Se escucho abrir la puerta y una orden. El marcado a mi recamara, los otros a sus jaulas. – – ¿Como los tienes en jaulas? se escucho alejarse a la voz mas dulce. – Senti una nalgada mientras una voz en tono sarcastico decia: No te vayas, en un rato venimos por ti.
Se escucho como bajaban uno de los cuerpos y decian: Mala suerte, tendran otra oportunidad.
Mientras se llevaban a mis compañeros del cuarto, yo no sabia que me dolia mas, si los pezones con las pinzas, ademas del dolor sentia que me ardia, o los brazos y las piernas que tenia a punto de entumecer.
– Mira, este es obediente, no se ha ido.
– Si sigue siendo tan obediente no sufrira mucho su entrenamiento con el ama.
– ¿Crees que nos permitan participar en sus castigos?
– Si seguimos siendo sumisas y se aburre el ama te aseguro que nos dejan aplicarle alguno.
– Ahora estate quieto. Me dijeron, bajaron unos centimetros mis manos de tal manera que pude apoyar las plantas de los pies. Cada una desato una de mis manos de la cuerda donde me suspendia y con gran habilidad, antes de que yo hiciera algo las pasaron por mi espalda y volvieron a atar mis muñequeras.
Descanse un poco, sin embargo el ardor y dolor en mis pezones continuaba, senti como ataban las correas al collar del cuello y mientras una detenia ambas, la otra paso detras de mi para desatarme el pie derecho, por instinto lo acerque al izquierdo, que rapidamente me desataron, movi el cuerpo para tratar de quitar las pinzas de mis pezones cuando senti el fuete arriba de mis nalgas. – – Si te lo quitas te lo coso al cuerpo para que veas lo que duele. – Me quitaron la venda de los ojos y me ordenaron: Camina.
Salimos de la habitacion obscura y me deslumbre subimos una escalera, recorrimos un pasillo y llegamos al final, me detuvieron con un tiron del cuello, una se acerco a la puerta y toco, nadie contesto al llamado, abrio la puerta y vi una gran habitacion de excelente gusto, con una cama grande, un tocador con un espejo y un banco, un closet con la puerta entreabierta y una puerta cerrada, que supuse que era el baño, me hicieron entrar, pude conocer a las dos mujeres que me llevaban, ambas vestidas de latex negro, con buen cuerpo, el pelo recogido una con ojos negros y la otra con ojos cafe claro, una llevaba un fuete en la mano.
En una de las esquinas habia un aparato que tenia un travesaño horizontal como a un metro del suelo y uno que salia del centro hacia el frente como a 30 centimetros del suelo, hacia esa esquina me llevaron.
– Date vuelta y de rodillas. Dijo la que no tenia el fuete. Obedeci, parecia que me habia acostumbrado al dolor en los pezones pero el ardor era insoportable. Se pasaron detras de mi, me desataron las muñequeras y con un movimiento sincronizado estiraron mis manos y ataron cada una a un lado del travesaño horizontal, el otro quedo entre mis piernas, la del fuete se puso adelante de mi y subio el travesaño perpendicular hasta que apreto mis testiculos y dijo: – – Sientate comodo.
– Yo creo que ya sabemos quien fue el vendido, dijo la otra.
– Mejor lo dejamos al ama.
– Como quieras pero es preferible que lo guardemos.
– OK, un volado para ver quien es primero.
– No las dos al mismo tiempo.
-Perfecto. Tomaron la placa que traia en el pecho que decia "vendido" y jalaron, el dolor fue indescriptible, los pezones estaban entumidos pero el ardor era de los mas intensos que yo habia soportado.
– La ultima advertencia, nunca veas a los ojos del ama y nunca la desobedezcas, suerte. Se dieron la media vuelta y se fueron.
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