Neverland 11
Todo sube de nivel..
Mi abuelito seguía aferrado a mi cadera, sus manos grandes se marcaron en mis nalgas. Podía sentir como su pene dejaba dentro de mi toda su leche. De la misma forma que mi papá o los otros hombres en Neverland lo hacen. Por mi boca escurre la leche que mi papá me dio hacia unos segundos.
-mi amor, mi vida, me has hecho el hombre más feliz del mundo- mi abuelo me lo decía mientras besaba mi cabello y con sus manos sueltas recorría mi cuerpo mojado por su sudor. Su pene fue perdiendo firmeza hasta salir por si solo de mi interior. Mi colita se cerró pero pude sentir como un poco de la leche de mi abuelo salió de mi y escurría por mi pierna. Me levanté del camastro y fui caminando hacia las regaderas, mis piernas temblaban un poco.
El agua fresca y helada recorría todo mi cuerpo refrescante, en ese mismo lugar me tope a uno de mis amiguitos, quienes me atosigaron con las preguntas de rigor – quién es ese señor? Te dolió todo lo que te hizo?- yo me reí y mirando hacia la alberca los vi a ellos, a mi papá y a mi abuelito, de pie bebiendo unas cervezas y riendo entre ellos. Yo atiné a reírme y decirles que es mi abuelito! Me fui dejando a mis amiguitos ahí y me acerque a dónde estaba mi familia.
-tengo mucha hambre- les dije y me fui, llegando al comedor comunal una mano se aferró a mis nalgas volteé, era mi papá y atras de él venía con una tremenda sonrisa mi abuelito. Nos sentamos en la mesa, comimos y reiamos todo en completa desnudez.
Me dio mucho sueño así que me despedí de mis dos papis y me fui a buscar un dormitorio en el segundo piso de la finca. Buscando entre las habitaciones, una que estuviera vacía vi a muchos hombres disfrutando de los niños y adolescentes que se dejaban hacer de todo sin chistar, solo disfrutaban todos. Por fin encontré una con una cama amplia y clima fresco, me subí y deje caer mi cabeza sobre la almohada quedándome dormido al instante.
El calor que sentí era delicioso, mi cuerpo desnudo se sentía tan apacible y flojo. Mis ojos se fueron abriendo de poco viendo que la luz de afuera ya casi había desaparecido y daba paso a la luz de las lámparas de afuera. También pude sentir la opresión de mi cuerpo que al percatarme era que mi papá y mi abuelo dormían cada uno a mi lado. El calor de sus cuerpos me envolvió dándome esa calidez tan rica. La cama era muy amplia y aún así ellos estaban encima de mi. Forcejeando un poco me libere y quedando hincado entre ellos los vi a ambos, desnudos, hermosos. Mi abuelito Oscar más grande que mi papá y su cuerpo flojo, mi papá Eduardo en el otro extremo con su brazo debajo de su cabeza, su pecho lleno de vello que me encanta besar y la axila con una mata de pelo negro. Distinto a mi abuelo que se podía ver qué rasuraba todo su cuerpo velloso, pues ya empezaba a crecer.
Mis manos tomaron sus penes flácidos y comencé a juguetear con ellos, una idea creció en mi mente y era ver cuál de los dos se llenaba primero con mis caricias.
Ahí estuve un rato masajeando sus penes. El de mi papá despertó primero engrosando en la palma de mi mano, mientras que la de abuelito tardo un rato, pero cuando se despertó se llenó de sangre tan rápido que en pocos segundos tenía en mi mano izquierda el grueso pene vivo de mi abuelito. Mis ojos se llenaron con tal visión, tanto que sin pensármelo dos veces me lo llevé a la boca, primero el glande lo chupe solo, mientras mis dos manos masajeban los penes de mis papis. Tuve la boca llena y ni siquiera había llegado a l amistad. Poco a poco fui bajando por el pene de mi abuelito hasta que una enorme mano se posó sobre mi cabeza empujando la y haciendo que perdiera el poco equilibrio que tenía al estar hincado.
Llevé mis ojos hacia arriba y vi como mi abuelito me veía sonriente con esa sonrisa tan linda que tiene. Deje de masajear el pene de mi papá y me concentre en el de mi abuelito Oscar. Mi boca trato de engullir tanto como podía pero al parecer había crecido desde la última vez que le había visto tan solo unas horas atrás. Su glande era mas ancho y redondo. Su cuerpo se llenó de venas sobre todo una que salía desde su pubis y desaparecía en la cabeza hinchada. -por qué me lo quita suegro? tan bien iba mi hijo, caray! Le escuché decirle a mi papá a la par que su mano se posa en mi cachete y guía mi boca a su pene haciendo que también lo trague y disfrute mi boca en el. El pene de mi papá es muy distinto al del abuelo, es liso sin venas, su cabeza es más puntiaguda con una ligera curva que le hace caer el resto del cuerpo hacia abajo.
Mi boca se llenó en un instante con el pene de mi papá, mis manos se posaron en su panza y me acosté por completo para mamar a la verga de mi papá. Mi abuelo se acercó quedando ambos cuerpos unidos por la cadera, con su mano balanceo su verga muy cerca de mi rostro a lo que intérprete como una clara invitación para también tragarme la. Solté a mi papá y me metí la de mi abuelo en la boca, unos segundos chupando y luego volví a la de mi papá. Así varias veces repitiendo. Papá – abuelo – papá. En mi boca mezcle el sabor de mi papis, con mis dos manos sostengo sus vergas para mayor deleite de ambos. Escuché unos gemidos y al voltear arriba mis ojos, ambos adultos se estaban besando. No era raro que los hombres se besen en sus bocas o que besen las bocas de los otros niños en Neverland pero era la primera vez que veía a mi abuelo y a mi papá hacerlo. Me dio mucha risa.
Mi abuelo me miró con esa sonrisa y volvió a besar a mi papá quien sostenía mi cabeza para no perderme otra vez. Mi abuelito se sienta y baja de la cama, le dio la vuelta y se acomodo entre mis piernas, con sus manos abrió mis nalgas y de una introdujo su lengua en mi hoyito.
Sentí como toda mi espalda se erizó y me daban muchas ganas de orinar, pero sabía que si me movía o levantaba toda esa sensación de iría. Así que me concentre en la verga de mi papá.
-Mira Lalo, tu niño aún sigue abierto, crees que ya pueda hacer el dos?- le pregunto a mi papá sin yo saber a qué se refería con lo segundo que dijo. Mi papá me tomo el rostro con su mano derecha, se acercó a mi y me preguntó -bebe, sabes que te quiero mucho y nunca te haría daño o algo que te lastime, pero tú abuelo y yo hemos hablado a cerca de que ya eres un nene grande así qué crees que ya puedas sentir dentro de ti a tu abuelito Oscar y a mi al mismo tiempo!?- Me siguió mirando y sin pensarlo dos veces moví mi cabeza de arriba a abajo…
En el segundo siguiente sentí como la verga de mi abuelito se metio hasta la cocina, haciendo que mis ojos y mi boca se abrieran y mi papá me invadiera la boca con su lengua, un beso muy fuerte ahogando el grito que salió de mis entrañas. El cuerpo de mi abuelito me cubrió por completo, su peso me hundía en la cama, con brazo derecho me abraza el pecho y se gira sobre si mismo sin sacar su verga de dentro de mi, se acomoda abriendo sus piernas y flexionando las, mis pies se posaron en sobre sus rodillas dándome un punto de apoyo y permitiendo que su verga se clave más profundo, llegando a un rincón tan profundo que un chorro de miados salió de mi pene sin poderlo contener por más que apretaba mi colita. En esa posición pude ver qué mi papá se dirige hacia el mueble que está a un lado, lo abre y saca un recipiente que yo sabía que tiene líquido lubricante. Unta una buena cantidad y con su mano dando una masaje la distribuye por todo lo largo. Un buen chorro de líquido cayó en su pene. Su mirada se dirige a mi y se acerca, sube a la cama y se acomoda entre mis piernas y las de mi abuelito. Me besa una y otra vez y mi abuelito me abraza, haciendo que me acueste sobre su pecho, tanto que no me deja respirar bien.
Mi colita está llena con la verga hinchada de mi papi Oscar y aún así siento como la cabeza de la verga de mi papá Eduardo comienza a hacer presión para entrar. Mi colita fue cediendo de a poco dejando entrar a mi papá, yo sentí mucho dolor, tanto que comenzé a gemir fuerte.
-pap..- no inicie la frase para cuándo mi papá me besa y de nuevo invade mi boca con su lengua. Mi respiración es fuerte, mi corazón late muy rápido. Mi papá deja de empujar pero ya me siento muy llenó. Me ve como siempre lo hace, con amor y cariño. Mi abuelo sigue abrazándome con fuerza, pegando mi espalda a su pecho pudiendo yo sentir el latir de su fuerte corazón… o era el mío?
Vuelve a empujar, más fuerte está vez y siento como su pubis se pega a mi colita. Y un enorme dolor me invade. Grito con fuerza y las lágrimas escurren por mis mejillas. Mis manos se aferran a lo que pueden, mis pies se mueven en todas direcciones como si yo quisiera salir corriendo de ahí. Pero no pude. Estaba invadido por mi papá y mi abuelo. Ambos tenían sus cabezas pegadas a la mía. El calor que sentía es enorme. Así estuvieron unos minutos, invadiendo mi colita. Mi papá se movió hacia atrás, pero no se salió de mi, luego mi abuelito empujó su cadera hacia adelante invadiendo el espacio que mi papá había dejado. Se quedan quietos otra vez.
Mi abuelito Oscar se mueve hacia atrás pero mi papá aprovecha y vuelve a meter su verga en mi, comienzan un movimiento de vaivén los dos, llenando mi colita que para ese entonces sentía yo que estaba rota. Mi papá me toma de los tobillos y mi abuelito me suelta, aprovecho para acomodarme y tratar de sacar ambas vergas de mi, pero es en vano. Mi abuelito Oscar me toma de los hombros y me empuja hacia abajo, permitiendo que más carne me invada de ambos. La cadera de mi papá Lalo se mueve en círculos sacando y metiendo su verga de mi. Mi colita la siento caliente, pero el masaje que estaba recibiendo me empieza a dar más placer.
Mis dos papis estan disfrutando de mi colita, sus caderas se mueven adentro y afuera, sin sacar de mi interior sus dos vergas. Mi papá comienza a chupar mis pies y mis dedos y yo siento como una corriente eléctrica me pega. Mi abuelito me besa la espalda y sus manos me pellizcan mis pezones. Mi cabeza empieza a dar vueltas, el gusto es tal que de mi pene vuelve a salir un chorro más largo y fuerte de miados, haciendo que me moje yo, la cama y a mi abuelito otro tanto. Mi papi y mi abuelito ya están tan entregados en un movimiento frenetico que escucho primero a mi abuelito gritar. Mi papi lo sigue inmediatamente después y yo siento como mi banza se llena de su leche, de su amor.
Mi papá suda a chorros, respirando profundo y rápido. Saca de mi interior su pene y veo como aún sale leche de su verga. Deja dentro la verga de mi abuelito la cual se baña en leche que escurre de mi interior, de mi colita. Pierde firmeza mi abuelito y nuevamente sin tener que moverme o pujar sale de mi. Mis dos papis me abrazan mojando me en su sudor, abrazándome y llenándome de besos. Y así unidos en un mismo abrazo volvemos a quedarnos dormidos.
Ufff…. ya echaba de menos esta historia… y como siempre me has puesto a 100…
Me da gusto!
Excelente relato como siempre… espero con ansias la próxima parte.
Me excita mucho esta historia.. siempre que la subes la disfruto muchísimo..
Yo también. ;b
Gran relato… me encanta la forma que tienes de escribir.
Desde que empecé a leer esta historia me atrapo, ya que me parece muy excitante y también tu forma de escribir y narrar todo me parece es muy buena.
Gracias!
No sabes como me he corrido leyendo tu relato… es una pasada lo bien que escribes. Tengo la polla aun dura de lo caliente que estoy.
Como sigue? estoy muy enganchado a este relato… me encanta.
¡CÉSAR! Excelente manera de retomar Neverland… ¡Espero poder seguir leyendo!
Así será, habrá más de Neverland.