Neverland 19.
Vecinos..
DING-DONG escuchamos el timbre de la puerta y ambos nos miramos con asombro y en completa desnudez, pues no esperábamos a nadie. Mi hijo corrió para tomar mi ropa interior sucia y me la arrojo para ponerme la. Él se puso su ropa interior de Ben 10, diminuta. Con lo cual sus glúteos resaltan y le quedan divinamente enmarcados.
Al abrir la puerta un hombre alto cubría el umbral, rápido adivine de quién se trataba. Es nuestro vecino Tom, un hombre gigante y muy velludo, que vive a unas casas y con quién me llevo muy bien en el residencial. Aparte de ser alto, tiene un cuerpo bastante tonificado, facciones duras, mucho cabello y vello negro y con una sola de sus manos puede sostener un balón de basquetbol. Así de grande es.
Al parecer un sábado sin mucho que hacer fue el pretexto para que Tom se ponga a hacer mecánica en su auto. Vino a pedirme algunas herramientas. Lo hice pasar y al ver a mi pequeño David, lo abraza con un entusiasmo. Tenemos en común hijos varones pero el de Tom vive lejos así que lo ve poco. Y mi hijo le recuerda a su retoño, en muchas ocasiones le ha regalado juguetes o ropa a mi hijo que ha comprado para su hijo.
Tom lleva puesta una camisa de tirantes azul, con una pantalonera del mismo tono y un par de tenis blancos. Su miembro se marca bastante, al igual que su glande y para mí hijo eso no pasa desapercibido. Ni para mí… Así que pensé rápido mi maniobra. Le digo ¿Qué cuándo se cansará de la mecánica? venga a mi casa pues haré carne asada y llenaría la alberca inflable para mitigar el calor.
A Tom esto le pareció muy buena idea, así que al salir había la promesa de que él vendría a comer.
Hablé con mi hijo David y a él le pareció excelente idea el invitar a nuestro vecino a comer y más cuando le sugerí que podría bañarse desnudo. Así que con la piel erizada me dirigí a comprar lo que íbamos a comer.
Cuándo un hombre tiene una idea en la cabeza nada podría detenerlo hasta llevarlo a cabo.
Al avanzar la tarde la carne ya estaba cocinada, la alberca inflable aunque pequeña ya estaba llena de agua. Así que mandé a mi hijo a que trajera a nuestro vecino para dar comienzo a mi plan. Tom y David llegaron muy entusiastas y platicadores, serví la carne y algunas salchichas. Para los adultos hubo cerveza y para mi pequeño agua de sabor. La tarde fue calurosa el pretexto perfecto para queo yo y Tom nos quitamos nuestras camisas y dejar al descubierto nuestro velludo pecho, claro el de Tom parecía una alfombra árabe. Después de algunas cervezas y kilos de carne comidos, se me acerca mi hijo David y con una cara de súplica me pide permiso para meterse a lo que yo, con el plan en mente echando a andar, le di el permiso siempre y cuando se pusiera su traje de baño. Mi hijo corriendo fue raudo a «buscarlo» pero al no encontrarlo volvió con su cara de decepción. Mantuvimos una acalorada platica sobre dónde habría perdido su traje de baño y que sin él no podría meterse a la alberca por qué…¿Que dirían nuestras visitas? A lo que Tom nuestro vecino con un cierto grado de alcohol en la sangre le dice a mi retoño – Así mero mijo, en pelotas que al cabo aquí había puros hombres – jejejeje ayyyy Tom no sabes en la que te acabas de meter!?
Mi hijo David se da media vuelta y se baja su shorts de algodón color beige dejando a nuestra vista su culo blanco, avienta su única prenda y como cachorro de perro se clava dentro de la alberca inflable. Veo de reojo que Tom no le quita la vista de encima y bebe cómo tratando de apagar una sed inquieta su 6 botella de cerveza. Mi hijo nos grita que vayamos a acompañarle , a lo cual le digo a Tom que en cuanto salga la última carne echada al asador yo iré. – Pero es que yo tampoco he traído mi traje de baño! – me advirtió. – Vamos Tomassi, amigo, tú mismo le has dado la idea a mi hijo de meterse desnudo. Además él y yo nos hemos bañado juntos así que no te hará las preguntas incómodas que a mí ya me ha hecho! – Tom se la piensa un minuto y después de la segunda invitación de mi hijo, se levanta y se quita su camisa azul, da unos pasos y retira sus tenis blancos y justo al estar a un paso de la alberca se quita su pantalonera. Pfffffff que visión, mi hijo abrió grande sus ojos pues frente a él se encontraba un monumento a la masculinidad.
Tom estira su cuerpo mostrando su musculatura y haciéndose ver aún más gigante, tanto que dude que fuera a entrar a esa diminuta alberca. Al entrar solo tuvo que flexionar un poco su cuerpo y mi hijo fue desplazado. El nivel del agua subió considerablemente tanto que se desparramó un poco. Él y mi hijo comenzaron a luchar, arrojándose agua y tratando mi nené en vano de hacer sucumbir a nuestro vecino. Por mi parte a la distancia veía a mi nene reír y a mi vecino Tom disfrutar de su compañía mientras que con mi mano acaricio mi palpitante miembro atrapado dentro de mi ropa interior.
Llegó el momento, me quite mis ropas quedando desnudo y en igual de condiciones. Me acerque a ellos y con voz suave pregunto a mi nene – capitán, pido permiso para subir al barco – a lo que mi hijo David me responde que entre pero que debo de obedecerle pues él es el capitán. Le entrego otra cerveza a mi vecino Tom que la recibe como un tesoro. Mi bebé me pide una cerveza también, a lo cual yo no pongo objeción. Tom se sorprendió pues él no deja que su retoño beba alcohol a lo que yo le respondo – Tranquilo si mucho le dejaré dar dos o tres tragos. Es cerveza ligera y si por alguna razón se marea se la quitó –
Mi nene trae tres cervezas. Una se la queda, otra me la entrega a mi y la tercera va para nuestro vecino. La tarde continuo apacible y húmeda. Entre juegos y toqueteos «inocentes». Veo que Tom entre tanto toqueteo y cerveza su cuerpo comienza a reaccionar a lo cual le indico a mi hijo que comience nuestro siguiente paso del plan.
Mi nene va y se monta entre las piernas de Tom y comienza a saltar, Tom trata de disimular su embriaguez y su erección pero mi nene sabe jugar sus cartas. Se sienta dándole la espalda al velludo pecho de nuestro vecino, acomodando su miembro entre sus nalgas. Tom casi escupe la cerveza en su boca pero se deja hacer, deja que las suaves manos de mi hijo lo guíen por el placer prohibido. Pobre Tom, hace cuánto tiempo no sacará su bestia sexual?
Desde el otro extremo frente a ellos yo lo veía todo, pero me hacía el tonto, claro. La plática con Tom era sosa solo para mantenerlo ocupado mientras mi hijo le lleva a un punto de no retorno.
Y cuál va siendo mi sorpresa que ese punto de no retorno estaba siendo superado. Tom metió sus manos al agua acomodando la cadera de mi hijo, con su mano izquierda tomo su miembro grueso y lo apuntaló hacia el culo rosado de mi nene. Mi bebé por su parte se deja hacer y se acomoda a la perfección sobre el glande hinchado de Tom y con unos imperceptibles movimientos dentro del agua mi hijo David fue introduciendo el miembro de nuestro vecino Tom dentro de su recto. Por su expresión, pude intuir que mi bebé la estaba sufriendo con ese tolete grueso y moreno. Se detenía unos segundos y volvía a empujar, se detenía y volvía a empujar. Sus manos se aferraron a su pelota de playa pequeña pero su rostro reflejaba la lucha que se estaba llevando a cabo bajo el agua.
Tom tiene sus piernas peludas cruzadas pero levanta ligeramente su cadera permitiendo la penetración. Su cara estaba encendida y su respiración fuerte y pausada como la de un toro. Trataba de mantener la plática pero entre el placer y el alcohol adulterado que le dimos era más que evidente que el hombre estaba sufriendo por mantenerse en compostura.
Cuando por fin las nalgas de mi nene tocaron las gruesas piernas de nuestro vecino, hubo como una especie de alivio por su parte, ya que se detuvo y dándome la señal di por iniciada la tercera y última etapa del plan.
Salí de la alberca con el pretexto de que iría a orinar, para dejarlos solos y que mí nene tomara las riendas de la situación. Fui adentro y ahí dure bastante tiempo, pero desde la cámara oculta que hay en el traspatio vi como mi nene comenzó a cabalgar el grueso miembro de Tom. Primero fue una cabalgata suave pues la envergadura de Tom resultó ser bastante gruesa. Al ir tomando confianza y adaptación, el ímpetu de mi nene fue creciendo llevando a Tom a rasguñar el paraíso. Mi nene se voltea quedando frente a frente. Y le comenzó a dar pequeños picos a nuestro vecino y su nuevo amante. Al principio Tom no respondía pero por la insistencia de mi nene, termina por responder, dando comienzo a una lasciva muestra de besos obscenos. La boca de Tom parecía que fuese a devorar el pequeño rostro de mi hijo David.
Me asomo a la puerta de atrás y les grito que saldría a responder una llamada. – si papi – fue esa la respuesta de mi nené y ahí supe que él ya tenía por completo las riendas de la situación. Me metí a mi habitación donde podía ver todo por la pantalla mi nené estaba entrado por completo, incrustando se el trozo de carne de Tom. Por su parte nuestro vecino abraza a mi nene, lo besa con desesperación y hambre. Sus manos gigantes rodean la diminuta cintura de mi hijo y la comprime contra su pubis. Mi hijo en un arriesgado movimiento se levanta y sale de la alberca, Tom no comprende lo que sucede pero con la fina mirada de un cazador, lo sigue. Mi hijo se sube en una mesa y abre sus piernas exponiendo su sexo.
Tom sale de la alberca llevándose la mitad del agua contenida. Se dirige hasta donde está mi bebé, escurriendo agua por todo su cuerpo, lo contempla un segundo solamente para después agacharse y devorar el culo de mi bebé. Un grito ahogado sale de la garganta de mi hijo, mientras que con su mano hunde el rostro de Tom entre sus nalgas. Las manos gigantes del vecino, abren las piernas de mi nené para tener una mejor acción. Mi nené flexiona sus rodillas hacia su pecho y ayudándole a Tom con sus pequeñas manos abre más su culo ya dilatado. Por mi parte estoy que me arranco la verga viéndolo todo desde la pantalla, quisiera ir pero eso echaría a perderlo todo.
Mis ojos se clavan en la pantalla cuando veo que Tom se levanta y su rostro cambiado por completo, se ha entregado al placer de la carne prohibida. Con sus enormes manos toma los delgados tobillos de mi hijo, abre sus largas piernas y apuntando nuevamente su hinchado glande, vuelve a arremeter con fuerza el interior caliente de mi nené. David aprieta su mandíbula tratando de no dejar escapar un grito de dolor. Su cara roja demuestra que está vez si le ha dolido la penetración, pero no se ha quejado ni un poco. Tom comienza a embestir el diminuto culo de mi hijo, que se ha expandido mucho gracias a su grueso trozo. La mesa parece que va a dar de sí en cualquier momento y a destrozarse pero está aguantando la faena. Tom parece una bestia con todo aquel vello cubriendo su cuerpo mientras él cubre por completo el cuerpo de mi hijo. Por uno de los cuadros veo que Tom empuja su cadera una y otra vez contra el coxis de mi hijo David quien a sus 9 años no pareciese que fuese a salir bien librado
El hombre está por completo poseído y en un momento abofetea a mi hijo, para luego, inmediatamente besarlo con pasión y lujuria. Aquello se volvió una proeza difícil de quitarle la mirada. Tom suelta los tobillos de mi nené y con sus manos circunda la cintura blanca de mi nené y sus arremetidas aumentan en fuerza y velocidad. Su cabeza está completamente echada hacia adelante mientras su cadera sigue aumentando la velocidad. Sabía lo que está a punto de suceder y prohibiendo me el éxtasis, salí de mi habitación y rápido me dirigí afuera. Salí por la puerta de atrás y mis oídos escucharon el clímax que mi hijo le proporciono a nuestro vecino Tom. Su cadera está completamente unida a los glúteos de mi bebé, sus manos han dejado marcas alrededor de su cintura delgada y por todo su rostro escurre una cuantiosa cantidad de sudor que va a caer al pecho de mi David.
Tomo una cerveza y se la acerco a Tom. Reacciona a mi presencia abriendo grandes sus ojos. Me ve primero a mí, luego a mi hijo que yace acostado sobre la mesa, sonriente y un poco maltrecho, con su miembro grueso incrustado. Voltea nuevamente a mírame, ve la cerveza en mi mano y la toma, bebiendo su contenido de un solo trago. Mueve su cadera y del interior de mi hijo sale un miembro bastante impresionante, eyectando un poco de semen aún, mientras del culo de mi hijo comienza a escurrir un grueso hilo de leche caliente. Al terminarse la cerveza me la entrega y entrecerrando sus ojos me sonríe y de su boca exclama – al’awghad -.
Espero y sea de su agrado está entrega. Me gustaría saber sus opiniones al respecto. Ya sea dejando aquí en la laguna de SST su amable cometario o hacérmelo llegar a mi cuenta de TL @CesarImperator
Excelente relato, que gustazo la paja que me he hecho, necesito más
Excelente relato… Como sigue??
Que maravilla de relato, asi da gusto masturbarse 🔥 Estoy ansioso por la próxima parte 😋
Excelente relato, como sigue?