Neverland 22.
Jueguetes 2.
Nos quedamos quietos unos segundos, respirando pausadamente. Los ojos de mi hijo volvieron a contemplar el azul del cielo y al levantar su pesada cabeza me grita – quiero más!!! –
Abrace su cabeza contra mi pecho, sintiendo su sudor en mi piel y su fuerte respiración golpeando mi pecho. Mi hijo David me abrazó y nos fundimos en un tierno beso padre e hijo. Tom, el vecino y mi hermano están arrojando potentes chorros de meos sobre los gemelos quienes gustosos juegan con ellos. – el chorro de mi papá es más grande – grita Raúl. – no, el chorro de Tomassi es más fuerte – le respondía mi sobrino Ramón. Mientras los hombres adultos ríen en complicidad.
Mi suegro se acerca y trae un suero rehidratante y se lo entrega a mi hijo. Mientras lo bebe, mi suegro le da pequeños besos en el cabello húmedo. No podía ser yo más feliz, viendo a todos los hombres disfrutar de la compañía y jugar con sus nns.
Tom sacude su verga y con voz potente se dirige a los nns – quieren ver qué otros juguetes hay para jugar? –
Mi hijo y mis sobrinos voltean a ver entre todos y moviendo sus cabezas, afirman. Por mi parte creí que ya era todo pero estaba equivocado. Tom corre hasta el salón múltiple y en pocos minutos vuelve, consigo trae una caja aún más pequeña. Al abrirla saca unos juguetes de lo más excitantes. Uno era un dildo flexible de doble cabeza en color rojo, muy largo. Otro era un par de juegos de cuerdas con bolas chinas. La primera es de bolas pequeñas en color blanco, la segunda, la bolas eran más grandes y crecían en tamaño. Otro dildo tenía forma alargada y su forma era torcida. De colores llamativos. Cuando mi hermano vio el largo dildo, se lo arrebato de las manos y dice – Uyyyy la que nos vamos a divertir – acto seguido acerca a los gemelos y hace que cada uno se meta en la boca los extremos del dildo y lo mueve de un lado al otro. Con lo cual los gemelos comienzan a hacer gestos. Mi hermano no se detiene y los abraza del cuello, haciendo presión empuja la cabeza de los gemelos con lo cual tienen que tragar más dildo. Están a tan solo una pulgada de distancia el uno del otro, sus rostros están rojos e hinchados cuando ambos nns mueven en dirección contraria sus cabezas y vomitan el largo dildo. Tosen y escupen mucha saliva. La cara de mi hermano es de satisfacción y orgullo.
Tom, el vecino, se hace de un nn de unos 8 años, rubiecito, de largas piernas y nalgas prominentes, lo coloca en cuatro y escupiendo varias veces en el orto abierto introduce el dildo de vidrio y colores llamativos. Despacio, sin forzar nada el dildo va desapareciendo en el interior del varoncito, quien levanta su cabeza al cielo y pide más – despacito, despacito, despacito… Más porfis, porfis.- le escuchamos decir. El dildo al tener una forma de tornillo alargado pareciera que Tom le va dando vueltas, pero no es así. Esa misma forma de torbellino crea un efecto de ilusión. El adulto detras del nn aumenta el ritmo de la penetración haciendo que el nn se desplome y comience a gemir desde su garganta.
Por mi parte tomo el par de juegos de bolas chinas y volteo a ver a mi retoño, quien pareciera que me lee la mente y con una rapidez, levanta sus piernas al aire las sostiene con sus brazos y deja al descubierto su culo rosado. Mi suegro rie y mueve su cabeza de un lado al otro, se levanta y nos deja a los adultos disfrutar de los nuevos juguetes.
Comienzo a introducir las pequeñas bolas chinas en el culo de mi hijo David, del tamaño de una canica pequeña una a una van desapareciendo. En un momento diez bolas pequeñas yasen dentro de mi bebé. Él con un poco de incomodidad mueve su cadera – listo!? – le pregunto. – para qué…- y ni terminando de formular su pregunta jalo la cuerda que sobresale, sacando una a una las bolas atadas haciendo que mi hijo grité de placer y gozo. Saco toda la cuerda y sosteniendo la en el aire veo que mi hijo abre y cierra sus manos y se retuerce girando su cuerpo. Tomó el otro juego de bolas chinas y estás son más grandes terminado la última bola del tamaño de una de billar. Repito el proceso de introducir las bolas y mi hijo David, respira profundo, hace pucheros o me toca la mano para detener la introducción – respira – le digo – profundo, lento – repito. – que ya nada más faltan tres – cuando le digo esto último mi hijo levanta su sorto colorado y me mira con cara de suplica. Yo no le hago caso e introduzco la bola número 7, mi hijo detiene su respiración…
Número 8, exhala todo el aire de sus pulmones y vuelve a inhalar…
Número 9, – aaaaaay papá, ya no aguanto – pero no le hago caso y continuo. Número 10, batallo para introducirla, es como si la bola no quisiera entrar. La meto y se queda a la mitad. No quiero forzar a nada. Mi hermano y Tom, han dejado de lado a sus nns para mirar asombrados como mi hijo casi a dejado entrar 10 bolas. Sigo empujando la última bola pero no termina de entrar a pesar de que casi está dentro del culo de mi hijo no cierra. Aplicó más presión y mi hijo grita – papá ya no más, por favor – muchos hombres giran sus cabezas hacia donde nosotros estamos. Varios nns se levantan y observan con cierto aire de precaución, pero todo es en vano… La décima esfera está por completo dentro del culo de mi hijo David. Al ver eso mi hermano y Tom comienzan a aplaudir fuertemente, vitorean la victoria de mi hijo como si hubiese ganado la medalla de oro olímpica. Con su mano mi hijo palpa su culo y siente como solo una cuerda diminuta sobre sale de él. Por mi parte, le levanto y acepto con mucho agrado los abrazos de mi hermano. Mientras Tom colma de palabras obscenas y de halago al culo de mi hijo.
– listo campeón? – le pregunto a mi bebé y tomando el resto de cuerda negra, la enrolló entre mis dedos índice y medio. Mi hijo mueve su cabeza en respuesta afirmativa y la deja caer. Ahora viene lo bueno, tenso la cuerda y poco a poco comienzo a jalar. Al principio hubo un poco de resistencia pero de a poco la décima bola comenzó a asomar se, saliendo del culo de mi hijo dió paso a la novena bola y así una a una fueron saliendo. La respiración de mi hijo ya no era pausada sino rápida y ágil. Tronando se los dedos fue sacando cada una de las bolas. Al salir la última y primera bola su culo la expulsó fácilmente dejando tras de su un hoyo abierto y rosado. Al ver eso mi mano la afiance alrededor de mi pene y comencé a masturbarme. Vi que mi hermano y mi vecino Tom también pensaron lo mismo que yo. Y ahí estábamos los tres masturbando nos alrededor de mi hijo. El primero en llegar al orgasmo fue mi hermano quien dejo su carga de leche en el pecho de mi hijo. Le seguí yo, al ver el orgasmo líquido de mi hermano. Unos cuantos mililitros de leche alcanzaron a tocar la piel de mi hijo, el resto lo deposite dentro de mi bebé. Al tener semi abierto su culo me introduje fácilmente y mi hijo no puso objecion alguna pues el tercer orgasmo fue a dar directo a la garganta de David. Tom debió aprovechar el grito ahogado de mi David e introduce su la mitad de su verga en el hoyo bucal de mi amado hijo.
Felicidades por la historia. Me encanta masturbarme siempre que la leo, es una auténtica maravilla.
😜🫶
Excelente relato, me encanta como escribes 😉
Como sigue?
Uuufff… Esta historia me pone muy cachondo, como me gustaría ser uno de los pequeños para tener todas esas pollas a mi disposición 😉😋🔥
Como sigue…?
Me he corrido de placer leyendo esta parte, que fantasía de historia. Ya me gustaría a mi estar en esa maravilla de sitio con todos esos pequeños 💦🔥
Excelente relato, como sigue?
Uuufff… Que paja me he hecho, este relato es una delicia. Me encanta tu forma de narrar.
Muy buen relato. Como continua??
Gran relato, no veo la hora de leer la próxima parte…. me dejaste con ganas de mas 💦💦
Como sigue???
Me encanta como escribes 😋😋 necesito que subas mas.
Estoy ansioso por seguir leyendo…. Como sigue?
Como sigue?
Genial, cada vez se pone mejor
Ufff que buen relato. Soy nuevo en este tipo de relatos y me están gustando.
Un gusto saber que gente nueva llega a mis relatos. 🫰