Neverland 29.
Juegos de niños u hombres. .
Después de una tarde muy entretenida. La noche hace acto de presencia, los nenes al saber que no irán a la escuela el día siguiente se desvelan, tampoco es que sea ya muy tarde pero en casa y con horario escolar mi hijo David ya estaría en la cama y yo junto a él.
Una fogata es todo lo que alumbra el exterior de Neverland. Muchos hombres alrededor, abrazan al nene que han traído, otros más dejan que su nene reciba cariños de otros adultos. Por mi parte abrazó a mi hijo David quien me da la espalda. Su cuerpo delgado ha comenzado a transformarse, le doy un masaje sobre sus hombros y cuello y él encantado se deja hacer. Mis manos le recorren por completo. Y girando su rostro nuevamente nuestros labios se hacen uno.
Veo a la distancia que dos hombres, tienen sus ojos cubiertos por una tela. De pie amarrados por sus muñecas, reciben caricias de un nene de 7 años que ríe mientras masajea un pene grueso y cabezón. Su cara risueña enmarca una sonrisa jocosa que invita a reír junto con él. Otro nene de la misma edad que mi David ya hace de rodillas mientras la mitad de su brazo desaparece en el interior del culo del joven hombre frente a él.
Con un esfuerzo constante, introduce y saca su brazo. En un ritmo marcado por los gemidos del adulto. Quién con sus ojos tapados recibe un masaje en su interior. De una y sin esperarlo el nene mete con más fuerza su brazo y este termina por desaparecer hasta el codo. Aquel hombre está en éxtasis por completo. Sus piernas tiemblan, sus manos se aferran al poste, atadas con unas esposas de policía. A pesar de que sus ojos están tapados, puedo adivinar que están en blanco.
Un tercer hombre se acerca llevando consigo una botella diminuta. La agita. La abre y se las acerca a las fosas nasales de cada adulto. Mientras los nenes continúan con lo suyo. El menor masajea a dos manos el pene frente a él y el mayor ha tomado un ritmo de mete-saca más rápido, lo cual tiene, a su papá o hermano, no se que parentesco tengan? En un éxtasis continuo.
— Papá, qué es lo que le está haciendo Miguel a su hermano? — asombrado por conocer el parentesco de ambos. Salgo de mi aletargamiento. Veo el rostro de mi hijo, que me mira intrigado y ansioso por conocer la respuesta.
— Se llama Fisting. Y es la práctica en la cual una persona introduce su puño dentro de ti — le contestó a mi hijo David mientras lo mantengo lo más cerca de mi cuerpo y le doy besos en su cabeza.
— Tú podrías aguantar mi puño dentro de ti? — pregunto mi hijo. Su rostro esta fijo, mirando, a los hermanos. Pero si mirada refleja curiosidad y lujuria.
— Solo hay una manera de saberlo, mi amor — y tomándolo de las caderas delgadas, gire su cuerpo hasta quedar frente al mío. — pero prométeme que si me duele o no me gusta, no te frustraras. Ok!? — sentencie, y al ver la alegría dibujada en el rostro de mi hijo. Me levanté y lleve a mi nene a un lugar más privado.
Entramos en una de las habitaciones vacías de Neverland. Revise en el mueble de noche y saque el botecito de lubricante que hay ahí y en todas las habitaciones. Pero también fui al baño de dónde tome el aceite para bebé que ahí estaba.
Le expliqué a mi hijo David como es que debía cerrar su puño para introducirlo en mi.
Vamos, que a estas alturas mi hijo y yo ya hemos probado muchas cosas, en casa también pones en práctica no nada más el sexo casual, sino también el reconocer que partes de nuestro cuerpo nos genera placer.
Me pongo en cuatro, abro mis piernas y mi hijo tras de mi inicia la faena con un beso negro. Nos encanta tanto a él como a mi recibir el beso negro. Tanto nos gusta que, en ocasiones, nuestros encuentros sexuales solo se basan en darnos ese placer oral-anal. Mi hijo a aprendido muy bien a mover su lengua, comienza con rápidos movimientos, seguido de lengüetazos de gato, sus labios se cierran alrededor de mi ano y vuelve a atacar con lengüetazos rápidos.
Subiendo el tono del encuentro, escupe y comienza a introducir dentro de mi dos dedos de su mano. No siento mucho y tampoco es traumante el momento. Sigue tres dedos, ya siento la presión. Gira sus dedos dentro de mi lo cual me da espasmos de placer. El plug que tenemos en casa ha sido de gran ayuda. Un cuarto dedo hace acto de presencia. Mi pene empieza a lubricar, mientras mi nene, mueve su mano y la moja con el aceite un cada cuando.
Ha llegado el momento, le muestro a mi hijo como debe de cerrar su puño para introducirlo en mi. Con toda la atención que me pone, imita los movimientos que le voy indicando. Mojo su puño con más aceite para bebé y con ayuda de tres de mis dedos empapó mi culo. Respirando pausadamente, coloco mi culo a su completa disposición. Puedo sentir los nudillos de la mano de mi hijo empezar a hacer presión. Mis pliegues se van abriendo, mi culo cede. Doy gracias a dios que el puño de mi hijo es la mitad del mío, que si no? Otra historia estaría contando.
El segundo esfínter se abre, la presión aumenta. Mi hermano jo no deja de empujar pero sin llegar a ser invasivo. Pellizco mis tetillas dándome valor y placer a la vez. En un segundo todo se acelera. El puño de mi hijo David termina por completo dentro de mí. Mi culo expandido fue capaz de recibirle. Placer, presión nuevas sensaciones. Si mi hijo ha sido capaz de recibir dobles penetraciones? No podré yo ser capas de ésto?
Le digo a mi hijo que espere un momento, que no mueva su mano, que no lo vaya a sacar. Que me dé unos segundos para acostumbrarme al grosor de su puño infantil. Los segundos pasan y mi cuerpo vuelve a relajarse.
Con ayuda de mis manos, abro mis nalgas. Con Mi mano derecha, puedo palpar la muñeca de mi hijo y cerrado a su alrededor mi ano. Comienzo a moverme de a poco, mi hijo entiende y hace fuerza en su brazo logrando que unos dos centímetros de su muñeca se introduzcan. Ahora sí sentí algo… Placer, mucho placer.
Mi hijo saca su puño y ambos contemplamos que sale limpio, brillante y lubricado. Con una enorme sonrisa mi hijo toma el lubricante y deja caer una buena cantidad alrededor de su mano. Está vez le vuelvo a indicar una nueva forma de introducir sus manos. Estirando sus dedos y tocando las llemas. Vuelve a abrir mi culo y descubrí la facilidad que tengo para recibir la mano de mi hijo David. Mi culo se calienta con esa nueva sensación. Mi hijo parece que al mirar a aquellos par de hermanos allá afuera, recibió una masterclass. Pues si mano se movía con naturalidad dentro de mí. Mi próstata está siendo masajeada de tal forma que litros de lubricante salen de mí. Lo que más me sorprende es que no tuve que recibir ayuda de la botellita mágica. Jajajaja
Durante varios minutos que sentí fueron horas. Mi culo es empalado por el puño de mi hijo. Él y yo completamente entregados hablamos sobre lo que estamos sintiendo. Su puño dentro de mi y la presión alrededor de su puño.
Mi hijo confiado mete y saca con buena velocidad su puño, mi culo se abre y se cierra a la voluntad de mi hijo. Mi próstata y yo estamos gozando de lo lindo. Tanto que sin poderme detener unos chorros de menos comienzan a salir, al ritmo que le marca el puño de mi hijo David.
Mmmmmmm ahhhhhhh ohhhhhhh me escucho vociferar en voz alta. — La putaaa madreeeee que te parió hijooooo– una frase que creí nunca tener que utilizar en presencia de mi hijo. Pero que era él y con ayuda de su puño que lograron que mi cuerpo se abriera, y dejara salir un húmedo y sonoro orgasmo.
Mi culo se rindió y por los movimientos de mi próstata hiper sensitiva. Expulse el puño de mi hijo, dejando dentro de mi un vacío enorme y que solo, de ahora en adelante, mi bebé podrá llenar.
Como sigue?
Excelente relato. como sigue?
Como sigue? necesito mas.