Neverland 30.

Los amigos de mi abuelo..
El domingo es de mis días favoritos en Neverland. Es el día más largo, lo disfruto mucho. Mis primos me acompañan y mis otros amigos con ellos jugamos mucho.

Por la mañana papá y yo salimos de la habitación después de tener una sesión de sexo. Papá me quiere mucho y después de practicar fisting con él, se desquitó. Y para despertarme me hundió su grueso pene en mi culito matinal. Primero sentí la frescura del lubricante abriéndome, luego el punzon de dolor al sentir que de una su verga cálida es empujada hasta adentro. Mi papá se estaba desquitando de lo de anoche, pues él sabe que por la mañana mi pene pequeño tiene una erección, por las ganas de ir a vaciar mi vejiga. Apenas y pude apretar mi esfínter (mi papá me enseña muchas cosas) cuando el pene de mi papá Lalo se introdujo entre mis nalgas y más allá de mi culo. Aún así pude hacer poco, pues un chorro de meos se me escapó antojando la sábana de la cama. –buenos días mi amor– mi papá me susurra al oído y después juega con su lengua en mi oreja.

–ayyyy papi– le digo, mientras mi piel se vuelve de gallina y hago un esfuerzo por mantener una cantidad alarmante de meos dentro de mi y no causar un desastre. Mi papá Lalo levanta mi pierna derecha y abre más mi culo. Su cadera se mueve hacia adelante empujando mis tripas y vejiga llena. –apaaaaa– mis manos se aferran a la sábana y muerdo la almohada. El calor de la verga de mi papá Lalo me invade. Me llena. Me siento tan querido que quiero más, tanto que yo mismo empujó mis nalgas hacia atrás para que mi papá me siga llenando. Las caderas de mi papá siguen empujando hacia adelante y yo empujó a atrás mis nalgas. Mi papá me abraza y besa mi cuello, se siente tan bien.

La respiración de papá se vuelve fuerte calentando mi cuello y espalda. Su abrazo me aprisiona y con sus piernas velludas me envuelve por completo. Entre jadeos silenciosos y sudor por parte de mi papá pude sentir como su leche la deposita dentro de mi, su nene preferido, su hijo.

Entre espasmos que se van haciendo más débiles mi papá saca de mi interior su pene, mi culo se cierra rápido. Dejando una sensación de vacío y deseo de ser llenado. Mi papá se levanta de la cama y antes de salir por la puerta de la habitación me dice –tu abuelito trajo a sus amigos y están esperandote abajo. Pero antes desayuna, ok? — me levanto como de rayo y salgo de ahí. Bajamos corriendo hasta llegar al comedor a desayunar lo primero que encuentro. Yo quiero ir a ver a mi abuelito, pero papá no me deja salir del comedor hasta dejar el plato que el mismo me sirvió, vacío. Y me sirvió mucho de todo.

Al terminar salgo, con mi abdomen hinchado de nuevo, no sé si por la leche de papá o toda la vendimia de comida. En el camino veo a nuestro vecino jugando en los columpios con su nuevo mejor amiguito, un nn de 7 años, moreno. El vecino lo empuja el columpio y al volverlo el nene se ensarta despacio en la verga velluda del vecino. Ya tienen rato así, porque el cuerpo velludo de nuestro vecino brilla por el sudor.

Cerca de mis camastros encuentro tres figuras,una de ellas muy familiar. Al llegar hasta ellos abrazo por la espalda a mi abuelo. –abuelito– hablo con jubiló mientras él arrastra desde atrás mi cuerpo por sobre el suyo y sus manos se posan primero en mi espalda y luego en mis nalgas. –aqui está señores, mi nieto favorito (y el único) el bebé más lindo de este lugar– me mira con un orgullo y luego pasa a besar mi cuello haciéndome reír a carcajadas. No puse mucha atención en los otros hombres. Hasta sentir que otras manos se unen a las candentes caricias que mi abuelo me da. Levanté mi rostro y ví mejor a los otros dos hombres. Uno era un anciano, casi jorobado con una mirada ansiosa por comer nenes. De su boca escurre un hilo de saliva que al darse cuenta él, la limpia con el reverso de su mano.

El segundo es un hombre alto y corpulento, calvo y con el rostro igual de limpio que su cabeza. Su verga descansa plácidamente sobre la cerámica de la alberca. Y remata con un glande prominente.

–Y tiene nombre está hombrecito guapo?– pregunta el hombre calvo quien masajea con fuerza mi pierna izquierda. –david, su nombre es David y es mi nieto– contesta mi abuelo al tiempo de darnos un beso de pico. -y cuantos años tienes david– dirigiéndose a mi por completo. –tengo 10 años– conteste rápido. — no mientas tienes 9 años y cuatro meses– sentenció mi abuelo.

Después de las presentaciones, los amigos de mi abuelo y mi abuelo me llevan a uno de los camastros grandes del jardín. Están acolchonados y fácilmente caben 6 personas adultas o diez niños. Mi abuelo me toma del rostro y me da besos ricos, su lengua y la mia juegan mientras nuestros la ips están unidos. El amigo más anciano acaricia mi pecho y abdomen, con su mano huesuda casi fría . Mientras que con la otra machaca su pene, tratando de que despierte. El amigo calvo dei abuelo, agarra mis bolas y las aprieta con su mano, haciéndome gemir de dolor. Mientras su otra mano comienza a dar masajes circulares en mi pene. Va aumentando la presión y la velocidad mientras jala el saco que contiene mis huevos. Algo en mi se acelera, mi respiración se agita, dejo de besar a mi abuelo, para ver qué es aquello que ese hombre calvo está haciendo que me tiene al borde del delirio. Levanto mi cadera mientras sus manos continúan masajeando mi sexo. Si poderlo entender como fue, una oleada de placer me hace gritar, mientras mi pene comienza a expulsar meos por todos lados. El calvo no se detuvo ni un segundo lo que me hizo seguir gritando más fuerte. Eleve mi cadera mientras tras apreté mis nalgas. Un orgasmo fuerte y vibrante se apoderó de mi. Tanto que creo haber perdido el conocimiento. Al volver a abrir los ojos, muchos rostros me miraban, mi papá, mi abuelo,mis primos, mi tío, el anciano y con una sonrisa de oreja a oreja el amigo calvo de mi abuelo.

–soy urólogo, especialista en el aparato reproductor masculino y lo que acabo de hacerte bebé fue un masaje que te mando ver la luna y las estrellas —

Trate de levantarme pero mi cuerpo,no respondió. -tranquilo, tuviste uno de los orgasmos más fuertes que visto en un nene de tue edad. Estarás mareado unos minutos. Así qué, quién quiere ser el siguiente?– pregunto a todo el público ahí presente y las primeras manos en levantarse fueron las de mis primos.