Neverland 34.

Viejas amistades, nuevas amistades..
Rafa y yo estuvimos hablando un buen rato. Poniéndonos al día de lo que ha sucedido en nuestras vidas. Rafa tiene sentado entre sus piernas a mi hijo David. Lo abraza y le da un suave masaje en su espalda y cuello, sus manos recorren la piel bronceada de mi hijo. Con su mano izquierda, atrapa el pequeño pene de mi hijo y lo sacude varias veces haciendo que mi nene se estremezca y con su mano derecha juega con los pezones redondos y duros de mi David. Rafa moja con saliva la yema de sus dedos y luego con un suave movimiento circular atosiga nuevamente los pezones de David. Todo eso tiene al borde de la excitación a mi hijo, que se aferra al grueso brazo de Rafa y abre su boca para dejar escapar quejidos de placer y gozo. Su rostro sonrojado y el precum botado de su uretra me indican lo bien que la está pasando en los brazos de mi amigo

Por mi parte estoy acostado sobre el camastro, mientras Rafita (JR) devora mi pezón derecho. Si el nene se lo propone? podria sacar leche de ahí! Mi mano derecha está posada sobre la cabellera de Rafita, mis dedos enredados entre su cabellera, con una suave fuerza le indico al nene mover su rostro para beneplácito mío. Su lengua y labios se mueven maravillosamente haciendo que mis pezones esten duros y erectos todo el tiempo. Con mi mano izquierda masajeo mi verga a momentos y otro rato golpeó el culo del pequeño Rafita de 6 años.

Mi mano se da vuelo recorriendo toda la espalda del nn. Con mis dedos mojados en abundante saliva me dispongo a dar un masaje más profundo y al abrirme paso por entre sus turgentes glúteos me llevo una grata sorpresa.

Un cordel… Un cordel negro con una anilla en el extremo sobresale del culo de Rafita. Volteo a ver a mi amigo Rafa y lo encuentro dándole tremendo beso obsceno a mi hijo. Ambas bocas, del adulto y del niño, se devoran con éxtasis. Ambos rostros están acomodados en una insana posición de sus cuellos. Sus lenguas se dejan asomar en pequeños lapsos y lo que veo es que están enfrascados en una lucha.

Vuelvo mis ojos hacia abajo y me encuentro con la mirada de Rafita. Sus ojos grandes ya me estaban mirando desde antes. Sus labios seguían succionando mi pezón. Su rostro denota placer así que sin el permiso de su tutor. Vuelvo a tomar la anilla, introduciendo mi dedo medio, cierro mi puño y comienzo a jalar el cordón de textura suave. Al tensarse la cuerda Rafita alza su culo tomando la posición de perrito. Sus manos se aferran a mis antebrazos y deja de chupar mi pezón. Continuo jalando la cuerda con mayor fuerza y Rafita lo que hace es llevar su rostro hacia mi axila. Con la misma curiosidad que tiene mi hijo, dirijo mi mirada al hueso sacro de Rafita y veo como su culo se va inflando. De una, una bola color carmesí brota del interior de Rafita haciendo que esté exclamé un ahhhhhh ahogado, un gemido oculto en mi axila. Sigo jalando y una segunda… Tercera… Cuarta esfera salen del interior del culo del nene. La cuerda seguía tensa y mis ojos enormes como plato ven con lujuria que aún hay algo adentro. Con mis dos manos sostengo las esferas de tamaño mediano. Diablos, mi hijo David pujó con las bolas chinas en aquella ocasión. Y Rafita solo deja salir quejidos que a mis oídos son musica.

–Jalale ya, para que termine de salir lo que queda ahí dentro– escucho decir a mi amigo Rafa que al fin reaccionó a los quejidos de su hijo. Él y otros cuatro hombres, volteaban a ver el pequeño culo de Rafita. Mientras qué con sus manos masajean sus duras erecciones. Todos tienen en su rostros la lujuria viva.

Acató la orden de mi amigo Rafa y jaló con mayor fuerza el cordón satinado. El culo de su hijo Rafita se va abriendo dejando ver una última esfera. Pero está no es esférica sino más bien alargada y ancha al centro (jajajaja). Continuo jalando y el último objeto termina por salir, cayendo pesadamente en la colchoneta del camastro. El culo de Rafita se mira expandido y rosado. Así que sin perder tiempo introduzco mis dedos medio y anular en su calientito interior.

Rafita saca su rostro de dentro de mi axila y con una sonrisa de descanso me dice muy cercano su rostro al mío –gracias, mi papi metió su juguete favorito desde anoche–. Unas perlas de sudor aparecieron en la frente de Rafita, se veía tan lindo y al estar tan cerca el uno del otro no pude contenerme y mis labios profanaron la boca del nn. Abrió grande sus labios con los míos y de igual forma que con mis dedos introduje mi lengua caliente. El interior de su boca me resultó fresco, como el primer trago de agua por la mañana. Sus labios se adaptaron rápido y con la misma pasión que yo, Rafita me besa.

Mis dedos se mueven en su culo, los meto y los saco con rapidez. Pues su interior está humectado, tal vez en aceite de bebé para introducir las bolas con facilidad. Unos gemidos me hacen abrir mis ojos. Me separó de mi nn en turno y levanto la mirada.

Mi hijo David está montando la verga de Rafa, sus piernas delgadas se flexionan una y otra vez, ayudando a su culo a qué la verga debajo se meta con un ritmo perpetuo. Sus manos reposan en el pecho de Rafa mientras él sostiene la cintura de mi hijo con sus gruesas manos vellosas. La verga de Rafa no es más larga que la mía pero si me gana en la circunferencia, es más gruesa. Pero eso poco le importo a mi hijito. Quién con una sonrisa dibujada en su rostro, choca una y otra vez su cadera contra el pubis igualmente velloso de Rafa. En pocos segundos Rafa comenzó a gemir extasiado. Su cabeza está colgando hacia atrás, la cadera de mi hijo se mueve en círculos con la verga clavada en su interior. Aunque el abdomen de Rafa es prominente, eso no le impide que el delgado cuerpo de mi hijo se acomode a su fisionomía y ambos se disfruten.

Rafita y yo nos acomodamos de tal forma que él queda entre mis piernas y empieza a devorar mi glande seguido del resto. En pausas saca mi verga de su boca para luego atacar mis suaves bolas. Grrrrrrr que rico!!!

Pellizco mis pezones mientras veo como el papá de Rafita lleva el ritmo de la penetración con ayuda de sus manos. Su rostro ya está mojado en sudor y en el se refleja dureza y perversidad. Mi hijo me mira y me sonríe. Con la complicidad de padre e hijo. Veo que en su cuerpo se marcan algunos músculos de las piernas, su abdomen se vuelve duro y luego flexible al ritmo de las estocadas.

–arggggghhh– gruñe Rafa. Se levanta empujando a un lado a mi hijo. Su respiración se torna pausada y lenta, inhalando lento y profundo. Su abdomen y pecho se mueven con pesadez. Levanta su mano y comienza a reír — espérame cabroncito. Te mueves tan rico que estuve a punto de llenarte el culo de leche– todos nos reímos por lo gracioso y natural que salió eso. El nn que ya hace entre mis piernas, llena su boca con mi caliente verga, sus labios húmedos y con un ligero color rosado se abren marcando una perfecta circunferencia alrededor de mi miembro. Su mirada está clavada en mi, mientras yo disfruto de sus labios con un largo historial para mamar. En ratos pongo una de mis manos sobre su cabellera rizada y en otros con mis dos palmas en sus mejillas marcó el ritmo que a mi me apetece.

Rafita se mueve y se acuesta en el camastro boca abajo, solito sin que nadie se lo pidiera, con sus dos manitas abre sus nalgas y voltea a verme con la misma sonrisa que su padre porta. Entiendo lo que Rafita me dice sin palabras, me acercó y paso mis brazos por debajo de sus piernas, lo levanto en peso y acercó mi cara a su culo abierto. Saco mi lengua abida por devorar ese culito. Cuando mi boca hace contacto con el culo de Rafita una corriente eléctrica recorre toda mi espalda. Mi lengua ingresa hasta el fondo y la muevo con vehemencia. El nn se contorsiona poseído por el placer que mi lengua le da. Sus nalgas firmes abrazan mis mejillas dándoles la bienvenida.

Después de unos minutos que para mí fueron nada, escupo una buena cantidad de saliva en mis dedos y la embarré en mi glande rosado. Me coloco sobré el nn y con ayuda de mi mano empalo y voy abriendo el orto de Rafita. Voy entrando lento sin prisas, sintiendo su calor alrededor de mi verga. En un instante mi envergadura desapareció en el interior del nn de seis años. Su cabeza yacía de lado con sus ojos cerrados y sus manos abriendo su culo. Al topar mi pubis en sus nalgas lo abrazó, beso su cabellera castaña y empiezo un taladrado lento pero firme. Rafita comienza a jadear muy rico.

Mi amigo Rafa se vuelve a acostar en el camastro apuntando con su verga al cielo. Mi hijo vuelve a montarse pero Rafa tiene otra idea. Toma los tobillos de mi hijo y los coloca cerca de su cuello a cada lado. Agarra de la cintura a mi hijo con tremendas manos velludas y lo comienza a mover, él solo, como si mi hijo no pesará ni un kilo. Rafa se pone de pie y veo que mi hijo queda colgando con sus brazos alrededor del cuello de Rafa al igual que sus pies. Diablos, la elasticidad de los nns es tremenda!!!

Rafa llevando la situación balancea el cuerpo de mi hijo, haciendo que esté se eleve un palmo para dejarlo caer sobre su verga ya enterrada en mi hijo. David empezó a jadear con entusiasmo –ayy ayy ayy si, así tío, asi tío Rafa dame más fuerte, mas…– lo escuché gritar. Yo creo que eso le calentó la sangre a Rafa porque decidido a seguir la orden de David arremetió con más fuerza contra el culo de mi bebé. Unos golpes sonoros comienzan a escucharse resultado del tremendo vaivén que tienen ambos. Mi bebé, mi hermoso hijo tiene su rostro compungido, su boca abierta jala aire o deja escapar gemidos deliciosos.

–dame verga tío, dame más duro, papi — es la primera vez que le escucho decir a mi hijo la palabra VERGA y eso solo hace que se me encienda la sangre. Más fuerte arremeto contra el culo de Rafita, empujando con fuerza mi cadera. El nn estoico debajo de mí, recibiendo toda mi potencia varonil. Mi verga hinchada se amoldo rápidamente al interior de este nn y se sentía delicioso.

Mi hijo y mi amigo Rafa habían alcanzado una velocidad constante y rápida. Sus cuerpos chocan creando sonidos perceptibles haciendo que cada hombre dentro de Neverland volteé a verles. Los nns también observan con curiosidad y sorpresa. Sus cuerpos sudorosos por la calurosa tarde y el ajetreo que llevan están para una postal… Una postal obscena y perversa. El delgado cuerpo de mi hijo aunque doblado en un ángulo casi insano, se mueve al ritmo que las manos de mi amigo Rafa le marcan.

Por mi parte, le doy una suave faena al Rafita que aún está debajo de mi. Si alguien desprevenido nos mirase, vería a un adulto haciendo una variante de flexiones. Mientras un diminuto cuerpo yace debajo del mío, cubierto. Las manos de Rafita están debajo de su cuerpo, con las manos entrelazadas. Misma forma que mi hijo toma durante nuestras faenas. La boca del niño se abre, luego se cierra. Sus labios se tensan o se cierran y de vez en cuando su lengua las recorre humedeciendo el ambiente.

Mis bolas comienzan a tensarse, esa deliciosa sensación que va creciendo en la pelvis de todo eyaculador. Mi cadera la muevo con mayor profundidad, chocando con las tersas y suaves nalgas de Rafita. Volteo hacia arriba y veo que Rafa tiene su rostro hacia el cielo, marcado por una mueca que pareciese que algo le duele. Su mano derecha está alrededor de la cintura de mi hijo David. Rafa mueve su cabeza de un lado a otro conteniendo la respiración por unos largos segundos. Al final sus ojos se abren y vuelve a respirar hondo y con rapidez. Desde donde yo los veía tenía una imagen panorámica del miembro de Rafa enterrado en el culo de mi hijo. En un segundo la verga de Rafa sale disparada del interior de mi David y un chorrito blanco es expulsado un segundo después. Un chorro de leche caliente y denso. Mi David por fin pudo volver a una posición más humana y su rostro queda pegado al pecho mojado de Rafa.

Por mi parte no puede contenerme más y de una sola estocada, me introduzco lo más que puedo en el caliente horto del hijo de Rafa, mi leche brota a borbotones que me hacen gemir con un placer llano y sincero. Mis brazos temblorosos se aflojan y no me queda de otra que caer por completo sobre el pequeño de seis años que ya hace debajo de mi.

— ayyyy que rico!!! — escucho una pequeña vocesita que viene de debajo mío. Una vocecita que me encantará sacarle más frases como esa.