Neverland 36.
BINGO..
No es otro día cualquiera en Neverland. El verano llegó con toda su fuerza y lo que eso conlleva.
Pieles desnudas, jadeos intensos y acalorados. Bebidas calientes extraídas directo de la uretra. Néctar blanco eyaculado con intensidad. Los nns eran realmente amados en ese momento.
Mi hijo se ha entregado al placer por completo. Sobre el camastro debajo de una carpa, yace su cuerpo inerte. Gruesas gotas de sudor escurren de su frente al igual que de otras partes de su cuerpo. Su respiración se modera de a poco. Su piel tersa y mojada se ve tan hermosa, sus ojos entrecerrados denotan el intenso momento que acabamos de pasar él, su tío y yo.
Me acuesto a un lado y poso mi mano sobre sus nalgas blancas — Ya te recuperaste? ¿Quieres algo?– le beso la frente retirando algunos mechones de cabello. No me dice nada pero mueve su cabeza de forma afirmativa y en sus labios se dibuja una sonrisa pícara y coqueta.
Mi hermano está sentado en otro camastro recuperando el aliento y la cordura, con restos de semen aún escurriendo por su uretra. Veo mi pene y con picardía recuerdo el gran paso que hemos dado mi hermano y yo. ¿Quién lo diría? Que un día estaríamos compartiendo el mismo hoyo. El de mi pequeño David y en futuro el de mis sobrinos queridos.
— no mames cabron– le escucho decir y lo volteo a ver, sin levantar su rostro mojado en sudor — que delicia… no le digan a los gemelos, pero tú mi vida, eres el mejor! — levanta su rostro y su mirada se encuentra con la de mi hijo David y ambos sonríen con sorna. Mi pecho se hincha de orgullo y de amor, pues mi propio hermano está reconociendo la superioridad para amar de mi retoño.
— Después de esto no se si mañana pueda estar participando…– no termino de decir la frase cuando uno de sus hijos hace acto de presencia con retos de semen en su hombro derecho — que va haber mañana??– pregunto inquisitivo.
— una sorpresa para los nns fuertes y bonitos de Neverland y la verdad mi amor, tú no estás en ese grupo.– se lo dijo al tiempo que con una toalla retira los restos de semen de su piel y viendo que la tristeza de la noticia ensombrecía su semblante se lo llevó de la mano y ambos desnudos desaparecieron al atravesar una puerta.
Suelto mi cuerpo, abrazo el pequeño cuerpo frente a mi, me acomodo en el camastro y al igual que mi hijo David me entrego al sueño del medio día.
Al día siguiente se dispuso de cuatro grandes carpas afuera en el gran patio. De muchas colchonetas y toallas se dispuso para llenar el lugar. También lubricantes por montones, pequeños botecitos con su contenido liquido esperando a ser usado.
Se llegó la hora, el sol había caído un poco pero aún habría luz suficiente para disfrutar del día. Una gran cantidad de hombres hacían acto de presencia en Neverland, fácilmente más de 30, al igual que sus jóvenes adolescentes o sus acompañantes infantiles. La edad de los nns en Neverland iba desde los 5 hasta los 16 ó 17 años. Cuando todos estuvimos reunidos en el lugar, mi suegro, uno de los miembros más longevos de Neverland habló.
— Bienvenidos sean todos una vez más a Neverland, por lo visto hoy hay casa llena– jajajajaja sonreímos la mayoría de los ahí presentes. Nuestros cuerpos desnudos estaban cargados de electricidad sexual. La cantidad de nns nos ponía eufóricos. Mi hijo David aún sin saber que pasaría ahí, está delante de mí su espalda baja comienza a mojarse por la cantidad industrial de precum que de mi uretra sale. A un lado mi hermano sonriente, sostiene a sus gemelos con ayuda de mi vecino. Todos atentos al maestro de ceremonias que habla con ayuda de un micrófono.
— Hoy es un día tan anhelado para muchos y sorpresa para otros tantos pues es el aniversario de Neverland. Y para festejarlo hemos decidido hacerlo de la siguiente dinámica: BINGO– Una rueda con múltiples colores entra al sitio acompañada de una cajita giratoria.
–La dinámica es la siguiente: diez nenes han sido seleccionados para participar, cada nn tendría su color representativo. Los papás o tutores de esos nns solo serán el apoyo moral y no podrán participar. Todos los hombres que quieran participar lo harán, su resistencia será crucial en esta dinámica–
— el color indicará a qué nn podrán amar, si el nn decide salir de la dinamica el adulto pierde. Se puede usar cualquier posición o incluso sitio dentro de Neverland. Todos los nns están disponibles y el adulto que reúna todos los colores y aguante estar dentro de 10 hermosos nns, será coronado como el rey de Neverland. Y el nn que sobresalga será su príncipe. El tiempo con cada nn sera de media hora. Cinco minutos de juego oral y el resto como les sea adecuado.– muchos de los presentes se relamieron los bigotes como gatos hambrientos al tiempo que aplaudían, otros se daban ánimos y el resto dirija su mirada a los nns que estarían dispuestos a poseer.
–Hora de conocer a los nns que fueron seleccionados.– mi suegro giro la rueda y el primer color fue seleccionado. Metió su mano en la pequeña jaula con bolitas dentro, saco una y grito el nombre del primer nn– la alegría del nn y su tutor fue bastante, pues para muchos el escuchar el nombre de su pequeño acompañante era una sorpresa.
Uno a uno los colores y los nns fueron siendo elegidos. Y junto a los nns sus papás fueron tomando su lugar debajo de las gran carpa. El octavo nn para sorpresa mía, fue mi hijo david. Ambos sonreímos y a él le tocaría el color naranja.
Cuando los diez nns estaban por tomar su sitio en cuatro, siento que una mano me toma del hombro se trata de mi suegro quién con una sonrisa paternal se acerca y me dice — disfruta de tu hijo, yo le haré compañía — tomando mi lugar como su acompañante.
Diecisiete hombres se acercaron para ser participes del bingo. Cada uno tendría que cumplir con el tiempo establecido para cada nn, quien junte las diez fichas de colores sería el afortunado Rey de Neverland. No habría ayudas externas (pastilla azul) por lo tanto estaríamos a merced de nuestra hambrienta resistencia.
Yo, mi hermano, mi vecino, participaríamos mientras mi suegro acompaña a mi hijo David en esta olímpica odisea. Mi hijo se veía increíblemente bello y alegre. Su cuerpo se veía hermoso, sus nalgas muy apetecibles. Se que su hambre de sexo es bastante pero ¿¡soportará más de diez hombres!? Cada bb toma su lugar, primero en posición de perrito.
Un hombre robusto giro la rueda y el color le indicaría a qué nn tomaría para iniciar la alegre faena. Una fila se fue moviendo al tiempo que cada hombre se le dio el color. El rojo apareció al ser mi turno y al dirigirme al nn que me tocó mire de reojo buscando a mi pequeño, un amigo de musculatura prominente devora con singular alegría el culo de mi BB. Dos hombres más esperaban su turno mientras que yo fui el primer adulto con ficha roja. Un nn delgado y con un culo firme, amigo de mi hijo me acompaño. Su edad sería entre los 12 o trece años… Y ahora que lo pienso mi hijo es de los nn con menor edad que fue seleccionado, ni siquiera mis sobrinos estuvieron ahí. Ellos desde afuera del lugar veían como tres hombres adultos poseían a su primo. A mí lado un nn gordito tenía sus piernas elevadas mientras que mi vecino hunde su rostro entre sus nalgas. Mi hermano estaría a punto de terminar sus cinco minutos orales y su pene ya escurría suficiente precum como para lubricar varios orificios.
Abro el culo del nn que me tocó y cuando mi lengua tocó sus pliegues anales, el muchacho se estremeció –ohhhh ahhhh– le escuché gemir. Pero mi lengua ya estaba obsesionada con ese hoyo. Mi boca se movía entre sus nalgas a la par que su tío nos observaba y le dedicaba palabras dulces a su sobrino. Pasado los cinco minutos, me acomodo de tal forma que mi glande queda justamente en su entrada y al hacer un poco de presión su culo cedió. De una mi miembro termino por completo dentro del nn y el solo exhaló y hundió su rostro en la colcha. Me movía lento no quería acabar con mi primer nn y sabría que la jornada sería larga.
Una algarabía se escuchó a la cercanía y al levantar mi rostro veo que el hombre musculoso se le contraía todos sus músculos, no habían pasado ni 7 minutos cuando su eyaculación lubrico el interior de mi BB. Eso me puso muy caliente pero tuve que aguantar para no caer en las delicias del orgasmo. Mi hermano movió a su nn para que lo montaste. Un pelirrojo de cabello rizado elevaba sus caderas para luego dejarlas caer y ensartar se la verga de mi hermano.
Mi vecino aplicó la misma tarea que yo. Llevar lento la situación, su cadera se movía despacio invadiendo el culo de su amante adolescente quien veía a su padre con devoción y calentura.
El tiempo pasó rápido y termino mi media hora. Al retirarme un hombre de madura edad ocupo mi lugar y al hundir su verga en el muchacho aulló como un lobo.
Tomo mi lugar de espera y tras unos minutos veo que mi hijo David tenía a un nuevo hombre, me doy cuenta que es mi hermano — ah qué hora le llegó su turno?– me pregunté entre dientes y viendo que mi hijo tenía sus piernas abiertas, la cara de mi hermano está enterrada en su cuello y mi suegro le da un beso de lengua épico. A mi hijo le gusta que le besen a la hora de coger. Una vez más me llega mi turno y giran la rueda de colores está vez me toca el color morado. Lo busco y al encontrarlo veo que se trata de un nn de unos 8 años delgado y de piel morena, sobre él un hombre calvo le está machacando el orto con singular lujuria así que me toca esperar. Escupo sobre mi mano y con una leve presión humecto mi verga e inicio una leve sesión masturbatoria. No deseo alcanzar el orgasmo pero si mantener el ánimo.
Bajo la carpa se escuchan gemidos y sonidos guturales ahogados. Al otro extremo un hombre joven le inyecta su dosis de semen al rubiecito delgado debajo de él. Su cuerpo se desvanece unos segundos y levantando su mano hace un gesto al cuello dando por terminado su participación. Cuando el calvo termino su tiempo se levanta y veo un perfecto orificio rosado marcado en el culo del nn. Me arrodilló y le levanto la cadera, tomo un almohadón grueso y lo coloco debajo de su cadera. Escupo en su casi cerrado orto e inicio los cinco minutos que le deben saber a gloria a ese cabroncito. Mi lengua no encontró resistencia alguna y pude detectar un ligero sabor a moras cuando mi lengua inspeccionó ese lugar antes penetrado.
El tiempo paso y sin mediarlo mucho mi primer orgasmo llegó con mi 4to nn, apenas entre en su caliente hoyo cuando mi carga pesada y liquida lo inundó. Sentí un gran alivio en mis bolas cuando se vaciaron. — Hola señor! — escuché una voz entre infantil y aflautada y al ver al nn que acababa de preñar me di cuenta que se trataba del pelirrojo que antes había estado con mi hermano. Lo busque con ágil mirada y lo encuentro de pie bebiendo una cerveza de un solo trago. Cuando su mirada y la mía se cruzaron mi hermano levanta su mano y me muestra cuatro fichas. Tenía cuatro fichas como él y todavía no me había tocado poseer una vez más a mi hijo David.
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