NO ME VIOLE MÁS, POR FAVOR (3)
3 parte. El astronauta heterosexual Ken es utilizado como cobaya de laboratorio por una raza alienígena que le ordeña su semen una y otra vez hasta dejarlo exhausto.
NO ME VIOLE MAS, POR FAVOR
(leer las 2 partes anteriores
—
–Fase 4 completada. Iniciamos la fase 5.
–Por Dios ¡¡por favor!! Ya no puedo más. –jadeaba exhausto sobre la camilla acolchada.
–Imprescindible muestra 5 –dijo la máquina
–Por favor…. Por Dios, ya no puedo más, ya no tengo semen.
–Imprescindible muestra 5. Repitió la máquina
–No puedo. No tengo semen. Anoche me follé a dos rubias en la base. No tengo más semen.
–Imprescindible muestra 5.
La máquina no iba a parar. Era una máquina, no accedía a sentimientos. Yo era su rata de laboratorio y necesitaban su quinta dosis de semen.
–IMprescindible muestra 5. –repitió a la vez que el consolador volvió a acercarse de la pared amenazante.
–Imprescindible muestra 5.
–Si necesita ayuda o estimulación podemos ayudar a usted. Imprescindible muestra cinco.
–Valeeeee… Lo haré.
Me puse de pie pensando en que me iban a violar y quitar mi hombría si no les daba lo que necesitaban: mi semen. Una quinta muestra.
La verdad es que me sentía una vaca y que me estaban ordeñando. Y que había perdido algo de mi hombría, pero aún me resistía a perder mi virilidad. Yo no era un vulgar maricone ¡¡y no iba a dejar ser penetrado!! Así que me agarré mi miembro con ambas manos y me masturbé como si no hubiera mañana. Sabía que si no había ‘muestra 5’ la máquina me violaría analmente.
–Imprescindible muestra 5.
–Ya va, ya va.
Intenté pensar en Sara, otra belleza de la nave, a la par que me masturbaba pero no sé por qué, en un flash , cruzó por mi mente la imagen de Andy, un chaval guapete, de 24 años, pelo corto, pelirrojo, con muchas pecas en las mejillas pero más aún a ambos lados de sus fosas nasales de esa nariz respingona.
Su uniforme de guardia en la Base Interestelar, marcaba su figura, su atlético cuerpo masculino y nada amanerado –en la nave había muchos gais viviendo con sus parejas (hombres), ya que ser gay estaba algo aceptado hace siglos–.
Nunca había reparado en aquel joven de 24 años, Andy. ¡¡Qué varonil!! ¡¡Qué guapo!! No sé por qué imagine que era él el que se pegaba a mi espalda mientras yo me follaba a la rubia en un menage a trois. Yo me follaba a Sarah y en la misma estancia, en el mismo camarote, estaba Andy,, observándonos.
–La realidad era que yo me la estaba cascando a toda velocidad con ambas manos para ‘imprescindible muestra 5’, pero tenía que estimularme evocando una situación real, y soñaba, me imaginaba, penetrando a Sarah en la estación espacial internacional.
–Imprescindible muestra 5 –la voz metálica, del ordenador, me sacó de mi fantasía sexual. Seguía empalmado y a punto de eyacular, pero estaba extenuado tras mis cuatro eyaculaciones.
–Imprescindible muestra 5.
Yo le daba con todas mis ganas a ambas manos cacándomela como si mi vida fuese en ello (y en parte era verdad, mi vida de varón corría peligro, mi integridad masculina estaba en el aire.) Nunca me había cascado una paja con tantas ganas y volví a mi sueño sabiendo que sólo podría eyacular pensando en Sarah y sus senos tersos de porcelana.
–Imprescindible muestra 5
La voz del ordenador me sacó otra vez de mi fantasía y yo me la casque más y más rápido deseando eyacular.
–Dios, Sarah, ohhhh,, Sarah…. Oh ¡¡qué coño!!!! ¡¡Oh, Sarah!! ¡¡Qué tetazas!! Sarah… ohhhh (no era Sarah, era el agujero en la pared, pero estaba dentro calentito y apretado, simulaba una vagina o un ano, ya no sé muy bien). Zipppppp zippp… El dildo se me clavó en el ano y yo grité ¡¡Oh, Dios, por favor!! No, Dios, por favor. No me violes. No me penetres. Pero me tuve que echar atrás para coger carrerilla y eyacular en Sarah y el dildo se me clavó, no solo la puntita sino que traspasó su glande y sentó como si Andy me estuviese violando a la vez que yo me follaba a Sarah en un nuevo trío, pero ahora de dos hombres en vez de dos mujeres como la vez anterior con Susan y Sharon…. Ohhgggg Dios.. Dios… (medio dildo estaba en mi interior y me estaba dando placer). Oh… si Andy –gemía en mis sueños a la vez que estaba siendo penetrado por aquel mecánico consolador (la máquina sabía que no iba a poder llegar a la quinta eyaculación sin una estimulación anal de mi próstata). El consolador era cálido, como un pene humano. No parecía de plástico… Ohhh… Sarah… ohhh Andy…. ¡¡y eyaculé dentro de Sarah (del agujero de la pared) mientras que del dildo manó algo dentro de mi ano. Oh, sí, sí, Andy ¡¡qué placer!!! Estaba teniendo un orgasmo anal a la vez que eyaculaba, una sensación que nunca había experimentado antes… pero estaba confuso…. ¿Quería volver a experimentar?
–Sí…. Andy, síiii…. Preñarme.. soy tu puta,


Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!