NUESTRA DEBACLE.-
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siete éramos. Siete chicos varones que habíamos entrado en esa edad donde las calenturas y la lujuria, se sitúan entre ceja y ceja en el varón.
Coincidiendo en nosotros siete una hermosura seductora que nos hacía como dotados por una endemoniada y maravillosa atribución no muy repetidamente usual en esta vida, los siete habíamos por este motivo obviamente ingresado en esa popularidad de ser centro de los comentarios en donde las mujeres y chicas del barrio especialmente, nuestro caso comentaban con predilección, hablando siempre de nosotros como "esa pandilla que anda queriendo hacer estragos"…
Ufanos, habíamos nosotros comenzado yá a tejer, elucubraciones donde yá, nos veíamos como "futuros Donjuanes implacables".
Cierta noche de carnaval, recuerdo, salimos dispuestos a inaugurar nuestra lujuriosidad, atrapando a la primer infelíz que en nuestras manos cayese!
Ay! ¡Ay de nuestro destino nacido en aquella noche!!!
Excitados en calentura bestial de adolescentes inexpertos, decidimos meternos en una inmensa fiesta llena de color y ruidos, allá en un gran salón cercano a un parque que cruzando la avenida, allí estaba.
De inmediato notamos la presencia viváz allí, de otro grupo pero éste de chicas mujeres, que también juntas y en una compacta unidad donde cada una sabía de memoria su papel en el grupo, iban y venían así como los cazadores andan en busca de sus presas. En éstas pusimos nuestros ojos, y ellas, captando esas intenciones nuestras…el desafío aceptaron! La guerra, estaba entre nosotros pues, declarada!
Las abordamos en propuestas de iniciar contactos preliminares a lo que pudiese luego surgir, y ellas, dominando la situación con una solvencia de desenvoltura admirable, aceptaron nuestra propuesta, y comenzando en aquella fiesta a juntos divertirnos en desenfrenada alegría de bailes y manoseos también. En nosotros siete, el candente infierno de lujuriosa calentura bestial…crecía! Ellas, con extraordinaria manera de saber controlarnos en los impulsos, sabían dominarnos limitándonos en cualquiera de nuestras intentonas de sobrepasarnos en los excesos.
Eligiendo ellas las bebidas a tomar, comenzamos a beber aceptando con agrado ilimitado, todo cuanto en nuestras manos ponían para que bebiésemos a placer.
-"Que aquí hace un calor horrible, vallamos a tomar aire fresco ahí al parque!!!" -Nos dijeron…recuerdo; y más que animados, aceptamos la idea, marchando junto a ellas, saliendo de aquella fiesta, corriendo hasta el parque aquél. Ellas, recuerdo muy bien,,, iban…a las risas!!!
Ya en el interior del parque, rodeados de bosque y alumbrados por la luz de una inmensa y redonda luna, allí en un claro engramillado y hermoso, nos dieron a beber aquellos tragos que en una botella, uno a uno los siete bebíamos con acalorado deseo. Un inmediato sueño…nos invadió en medio del oírlas, cómo las carcajadas largaban.
El despertar de cada uno, era recibido por las carcajadas de todas. Estábamos…completamente desnudos, y nuestras manos amarradas detrás, y nuestros tobillos, unidos por un segmento de media de mujer, con las cuales nos habían así amarrados a los siete, haciéndonos caer como idiotas en aquel juego en el cual ellas…irían a divertirse a sus anchas! Ayyy! cómo habíamos caído!!!
Allá en ela fiesta, ya nos habían ellas hecho beber a raudales, sustancias mezcladas en la bebida, que exacerbaba nuestra potencia sexual dándonos una poderosísima droga que se les dá a los cerdos para multiplicarles su performance sexual cuando para esos efectos los juntan con las cerdas, y luego ahí en el parque…aquel somnífero que les permitiría desnudarnos y amarrarnos como lo hicieron, y todo a ellas, les resultó de perillas..!
Despertábamos, recuerdo, empalmados como asnos, y hasta gritando de excitación alocada! SUS CARCAJADAS ADEREZABAN LA SITUACIÓN, DÁNDOLE A AQUÉLLO AQUELLA MORBOSA COSA QUE ELLAS MUY BIEN HABÍAN SABIDO ADELANTE LLEVAR.
Siete éramos nosotros, y siete eran ellas: "uno, para cada una"!
Una multiplicada hipersensibilidad había dejado nuestros cuerpos por demás predispuestos a sentir el más leve rose como una infernal cosquilla atróz, y aquellas inmundas y depravadas cerdas comenzaron a regodearse torturándonos con el hacer de sutiles y eróticas cosquillas que nos hacían a los siete gritar y aullar allí como marranos, en medio del reír y reír de todas y aquellas carcajadas que las mostraba como gozosas sádicas desenfrenadas en su deseo de enloquecernos a placer infernal.
La música de la fiesta llegaba a nuestros oídos como estridente aderezo a la orgía que ellas habían con nosotros a su manera comenzado, y sus cosquillas en nuestra desnudéz completa era cosa que nos llevaba a extremos indecibles de la desesperación total, y cuando sus manos llegaban a nuestros genitales…creíamos explotar y estallar como bombas inmersos en unas enchorradas de placer descomunalmente atróz.
Las mamadas comenzaron implacablemente inescrupulosas ante los desesperados gritos nuestros suplicándoles "que no nos tocaran" pues nuestro estado químico no nos hacía desear el mínimo toquecito en ninguna parte, pero ellas,,,hacían lo que querían con nosotros. Los orgasmos…eran cosa imponentemente atróz: sentíamos verdaderas sensaciones como volcánicas en su fuerza, y las cosas que sentíamos en nuestros cuerpos no pueden explicarse con palabras. Sí:aquellas mujeres…sabían lo que estaban haciendo! Éramos de ellas yá sus objetos absolutamente dominados, y nos tenían a su más absoluta dominación divirtiéndose a sus anchas en una orgía donde estábamos los siete drogados con unas sustancias que nos haría rendir a sus más descabellados antojos, haciéndonos rendir de una manera ilimitadamente bestial, eligiendo ellas las cosas a hacernos.
Deseábamos la muerte sin ésta llegar, y , por el contrario, más y más fuerzas y vitalidad loca nos invadía, y los orgasmos nos embestían multiplicados en su intensidad a cada nueva avalancha de éstos, y éramos alocados seres que no sabíamos cómo escapar a tanto placer insoportablemente bestial.
Unas y otras en nosotros subían y bajaban a las risas y carcajadas follándonos como energúmenas en aquelos arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba-abajo-arriba–abajo-arriba-abajo-arriba-abajo así frenéticamente refregantes sus conchas y culos en nuestros chorizos, y nosotros que aullábamos en un constante aullar y bramar desesperados y echando leche como mangueras en cada orgasmo.
Y nos obligaban a lamer sus pies, axilas y lo que se les antojase…o sea: "todo"! Y nosotros ya no sabíamos qué cosa iría a ocurrir en nuestros sentires de ahí en adelante, pues…estábamos sintiéndonos así "atrapados" en sensaciones de loco placer resultando como estábamos resultando, esclavos sexuales de ellas! Ayyy! aaayyyy de aquéllo que ya, nos estaba tomando por completo en nuestros sentires! Y no había tregua en la excitación que nos dominaba, y el ardor sexual no cesaba y aquéllo seguía, seguía y seguía, y aquellas mujeres tenían ocurrencias mil para humillarnos y saber enloquecernos a placer desmedido.
Por todo el parque y desnudos comenzaron a hacernos llevarlas así en nuestros hombros acaballadas cual si sus caballos fuésemos, y se regodeaban en ese placer de montarnos y sobre nuestros hombros pasear. Empalmados en empaladuars bestiales de nuestros penes, las muy cerdas nos masturbaban con sus pies descalsos, haciéndonos eyacular andando y diciéndonos que como caballos éramos: "desnudos, montados, y largando nuestra leche…en el pasto". Y nos hacían como caballos relinchar, y… relinchábamos..! O como asnos rebuznar, y…rebuznábamos..! Así, nos habían sabido capturar y hacer con nosotros lo que nos hicieron, aquellas mujeres.
Exaustos y casi muertos de cansancio y perdiendo el sentido, fuimos cayendo agotados hasta quedar los siete completamente dormidos, para despertar ya con las luces del día alumbrendo, y asistidos por servicios de asistencia y policías que hasta allí habían acudido avisados por ellas mismas según después ellas mismas nos lo dijeron.
Sí; aquellas mujeres, supieron también dejarnos para siempre atrapados en ese loco amor por el deseo de ser así por ellas siempre dominados, haciéndonos entrar en esa relación de dependencia en la cual somos de ellas ahora objeto, habiendo quedado para siempre así por ellas atrapados, y volviendo una y otra vez a caer a sus pies en ese juego eróticamente perverso en el cual para siempre, supieron ellas capturarnos.
Ay…ay de nuestro destino!!!
Sí: aquella noche con aquellas mujeres para nosotros resultó…"NUESTRA DEBACLE"!
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