PASIÓN POR EL CULO DE UN AMIGO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siento un escalofrio bajar por mi columna vertebral y empiezo a disfrutar de echar chorros de semen dentro del ojete del culo que acabó de desvirgar. Ha sido una rica experiencia y aunque estoy mareado por la embriaguez del licor he seguido los rituales del sexo. Me la han mamado, y he utilizado las posiciones apropiadas para está relación. Mi pareja también está ebria, mucho más que yo. Sus ojos parecen perdidos como desconectados al momento que acabamos de vivir, su cuerpo completamente desnudo boca abajo, sus nalgas ligeramente hacia arriba, le escurre uh hilito de semen, sangre y caca.
He tenido la precaución de no quitarme los pantalones por completo pués el lugar donde estamos a pesar de estar aislado de cualquier camino no garantiza que algún curioso o alguien pase y nos vea.
Me paro y observó la escena, un cuerpo borracho tirado sin más colchón que un puñado de hojas secas, su boca abierta emana saliva de ebrio. Mi verga todavía está empalmada, me masturbo mientras una sonrisa malevola aflora a mis labios. Voy a pajearme y terminaré en esa boca que está a mi disposición. Pongo mi pene en sus labios y los roso con cierta fuerza, con mi mano obligo a que abra sus mandibulas y así meto toda mi polla dentro. Veo esos ojos perdidos que me miran y no dejo de sentir cierto pudor, estará conciente- pienso-.
Los efectos del alcohol hacen que mi grado de excitación sea de mayor duración, más prolongado, he cogido por más de una hora y no logro llegar a mi segundo orgasmo, todo un récord valorando que estoy con alguien por primera vez. Tomo mi tranca con ambas manos y haló con fuerza, me pajeo con desenfreno pues siento un cosquilleo dentro de mi ano que me indica la proximidad de mi acabada. No paro de gemir y veo las palpitaciones de mi miembro, levanto las nalgas de mi pareja y lo penetro hasta el fondo. Mis huevos chocan contra sus nalgas pequeñas y duritas, cabalgo con ansias y exploto, mi descarga de semen es mayor que la primera, siento cuando se riega dentro de sus extremidades.
He estado atento y observé un movimiento casi instintivo en los ojos de mi amante, eso me obliga a ponerle una mano sobre su cabeza para mantener mi presencia fuera de su vista.
Arreglo mis ropa, trato de mantener la Compostura. Me dirijo hacia mi casa que está a unos 200 metros de donde he estado, de reojo puedo ver el cuerpo desnudo de quién me ha servido como desahogo a mi deseo sexual, han sido dos horas de pasión y lujuria. Al menos yo he disfrutado, aunque quizás no sea correspondido en parte gracias al alcohol.
Ya en mi casa veo que no hay nadie, eso tranquiliza mi conciencia pues evitará el tener que dar explicaciones, aunque no tengo en defitiva alguien en particular para dar cuenta de mis actos.
Rememoro lo ocurrido, fue en horas de la mañana cuando recibí la visita de Oscar, un amigo borrachin que llegó a mi casa. Me manifestó que el día anterior se había emborrachado, y sufría hoy los efectos de una resaca "de los mil demonios". Le invité a pasar, sabía que podíamos disfrutar el tomarnos unos tragos, almorzar y pasar un rato ameno. El y yo aunque no éramos íntimos, en ocasiones anteriores habíamos departido juntos. Sabíamos de nuestra similitud en la vida, ambos veteranos de guerra. Oscar un guerrillero y de las fuerzas rebeldes en mi país y yo ex miembro de los servicios de inteligencia del ejército, habíamos combatido en bandos opuestos, mas no habíamos contendido en las pláticas que teníamos sobre el tema.
Éramos camaradas -decíamos-.
Mi amigo, como era su costumbre tomaba sin control y no pasó mucho tiempo para estar completamente embriagado, durante el almuerzo la charla fue amena, aunque por el estado de Oscar decía cosas incoherentes y fuera de tono. En mi también hizo efecto el licor, pero no a tal grado de verlo como un instrumento sexual. Sin proponemelo el borrachin me excitaba, y viendo su gula por la bebida deje que tomara hasta considerar que podía servir a mis propósitos. Sin planear nada con anticipación, se presentó la oportunidad y tras ver la embriaguez de mi acompañante lo saqué de mi casa aduciendo que lo llevaría a la de él, pude ver el lugar y al ver que era perfecto, desolado y oculto a los mirones. Lo deposite en el suelo, quité sus ropas y lo cogí, quizás por el morbo de estar haciendo algo indebido lo cogí con tanta ansia como jamás creí sentir.
Han pasado las horas desde que llegué, está anocheciendo y oigo a mis hermanas gritar nerviosas y asustadas. La silueta de alguien se acerca a nuestra casa, camina lento y torpemente. Veo a mi amigo que va vestido de manera desordenada y puedo apreciar en su rostro los efectos de otra resaca, hoy de "dos mil demonios". En aparente ignorancia le llamó la atención por su falta de consideración a su persona, mi discurso es duro y trato de hacerle sentir que lo aprecio y me preocupó por él. Oscar baja su cabeza y en actitud resignada me dice en voz baja:
-LA CAGUE, ME QUEDÉ DORMIDO Y CREO QUE HASTA ME COGIERON.
No digo nada, al menos no me conoció
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