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Dominación Hombres, Gays

Pequeño hambriento de 6 recibe mi duro vergón hasta la garganta

El niñero del pequeño Lucas 08: El niño intentó liberarse, pero Fernando no lo dejó.  Sujetó sus brazos con una mano y su cuello con la otra, logrando que su verga empalara con profundidad y así la boca del niño quedó repleta de sus 19cm..

*****

Gracias a los que leyeron el relato anterior. Disculpen a los que no conteste pero me enfocó en los que mandan foto verga jeje. Este capitulo está dedicado a Sebastian & Seo, gracias por las exquisitas fotos de sus vergas.

La siguiente es una historia ficticia hecha con fines de entretención / disfrute, y no como manual para cometer actos reales.

*****

Capítulo 8: Pequeño hambriento de 6 recibe mi duro vergón hasta la garganta.

Sábado, día seis.

Las horas pasaron y Manuel nunca llegó. Lucas se había quedado dormido en el sofá mientras yo por otro lado me encontraba en el baño limpiando la evidencia de mis actos y desbordando confusión y felicidad. Ese pequeño me hizo entender que si mi cuerpo reaccionó a la pornografía 1nf4nt1 no fue por mi culpa, si no por la de esos putitos sumisos. Fue Lucas quien inició me convirtió en esto. Fue él quien empezó a morbosearme como si fuese un objeto, quien empezó a provocarme, a excitarme con su actuar… fue él quien entró a mi habitación a escondidas para abusarme.

Salí del baño hacía el cuarto así desnudo como estaba, con las gotas resbalando por mi piel. Vi mi cuerpo en el espejo, blanco, medio formado, con pelos en las piernas, axilas y parte del pecho y me centré en mi verga semi erecta que lucía como un verdadero mounstro peludo y carnoso digno de envidiar. Observé mi reflejo con la mirada llena de decisión, una que reflejaba el estado mental del cuál comprendí que no podía escapar. No estaba abusando a nadie, de hecho, fue el mismo Lucas quien me violó, profanando mi cuerpo y bondad, y ahora iba tener que afrontarlo.

Con una mirada llena de decisión, pronuncié lo que al principio me dio tanto miedo expresar… entendí en lo que me había convertido y en lo que ahora estaba orgulloso de aceptar.

– F: Lo acepto Lucas… soy…soy un pedófilo.

*****

Manuel llegó una hora después disculpándose por la tardanza. Hablaron de varias cosas entre ellas que al final Fernando no iba a renunciar. Lo tenía decidido, si la vida le puso a ese lindo niño entre las piernas tenía que aprovechar.

El domingo fue un día de reflexión para Fernando. Su mano reposaba en su verga subiendo y bajando mientras recordaba la boquita del pequeño en su tallo, sus cálidas manitos, sus suaves piecitos, su infantil cuerpecito. La atracción lo fue rebasando, haciéndolo fantasear. Recordó el cómo descubrió su violación, el cómo Lucas se trepó en su cuerpo intentando clavarse su vergón y pensó si podría repetirlo, pero esta vez logrando la penetración.

Pensó lo imposible del acto, pero luego recordó los videos y las fotos que empezaron todo. Recordó cómo los niños disfrutaban de penes adultos sin contemplación; Recordó cómo culos más pequeños que el de Lucas se tragaban vergas más grandes que la suya y sobre todo, recordó el orgullo de los machos disfrutando de niños sin remordimiento.

Aquello desplomó su mentalidad, incrustando un mapa de “necesidad sexual” que estaba dispuesto a completar. Esa tarde se masturbó unas 6 veces reproduciendo una y otra vez el infantil contenido, nutriendo su mente, aprendiendo de cada hombre como un kamasutra prohibido que le indicó pasos, las técnicas y el conocimiento necesario para hacer del pequeño Lucas su juguete sexual personal.

Lunes, día ocho.

Llegada la tarde, Fernando llegó puntual a la casa. Apenas entró, el pequeño Lucas saltó a sus brazos expresando cuanto le había extrañado. Estaba ansioso y su miembro también. El sudor recorría por debajo de su ropa a espera de insinuaciones por parte del menor. No quería verse desperado, aunque lo estaba y demasiado. Esperó y espero mientras el tiempo fue pasando sin tener idea que el pequeño tenía la misma lucha en su interior.

– L: Fer, tengo hambre.

– F: ¿Hacemos algo de comer?

– L: ¡Sí! Tío Manuel compró galletas esta mañana.

Caminaron a la cocina en busca de la comida. Fer buscó en las gavetas y en la alacena. Lucas lo veía de pie cuando sus ojos se posaron en su bulto y Fernando sintió su manito ejercer la presión. Una sonrisa involuntaria se le dibujo en el rostro… era el movimiento que esperaba con ansias.

– F: Tú no tienes hambre de comida ¿verdad?

– L: Quiero medicina – dijo con su tierna mirada.

– F: Cómo decirle que no a esa carita – expreso acariciando su mejilla con delicadeza – Vamos.

– L: No Fer, quiero medicina aquí mismo.

Fernando lo miró con asombro, uno que rápido se tornó al morbo. Lo tomó y lo recostó hacia el mesón, parándose imponente justo enfrente.

– F: Tú ganas, anda sácala, es toda tuya.

Lucas sonrió emocionado y enseguida llevo sus manos al jogger gris del mayor. De un tirón lo jaló hasta las rodillas exponiendo su ropa interior, un brief azul que resaltaba su piel y que enmarcaba la silueta voluptuosa de su bulto a la perfección. El nene lo miró fijamente, embobado por su belleza y comenzó a tocarlo entusiasmado, explorándolo.

El glande del niñero se enmarcaba por sobre la tela abriendo el apetito del menor. El camino de pelos empezaba en su ombligo hasta ocultarse en el elástico, aumentando su curiosidad, aún más cuando de su glande los primeras rastros pre-cum comenzaron a gotear, humedeciendo la zona y haciendo que el niño se acercara para olfatear.

– F: ¿Te gusta como huele mi verga?

– L: Huele a meados.

– F: No me sacudí bien cuando fui a orinar y se me quedo sucia, pero te gusta como huele ¿verdad?

– L: No mucho – decía mientras su rostro yacía enterrado en las partes íntimas del niñero.

– F: No te hagas que el sábado en el sillón me olía peor por el sudor y aun así me la chupaste rico – refutó, revolcando aún más la carita del menor contra su hombría – Ahora ve bajando mi calzón con tu boca.

El pequeño así lo hizo, llevó su boquita al elástico y lo mordió, empezando a bajarlo y liberando así la sudada verga del mayor. El olor le penetró en su olfato tan fuerte que se apartó por unos segundos, pero poco duró pues el joven lo estampó de vuelta entre sus genitales, haciendo que su carita chocara con su verga semi erecta y sus frondosos pelos salpicados de meados y sudor.

– F: Huele Lucas, sé que te gusta – jadeó el joven al tiempo que meneaba la cadera y restregaba su verga en la carita del menor – ¿Te gusta mi verga? ~ Ahh ¿Te gustan mis pelos?

– L: Si Fer, huele muy rico – contestó, restregando la cara en el carnoso miembro – Dame medicina, quiero rápido la medicina Fer, por favor.

Las suplicas del niño enloquecieron los oídos del adulto quien desesperadamente se deshizo del jogger y el calzón, quedando solo en una camisilla blanca que resaltaba sus brazos fuertes. Enseguida jaló una silla del comedor a la cocina y se sentó y abrió sus piernas dándole pleno acceso a Lucas a disfrutar de su gruesa hombría.

– F: Aquí tienes Lucas, vamos chúpala, es tuya – le mencionó mientras agitaba su falo ante la atenta mirada del menor.

Lucas se acercó rápidamente y sujetó la dura vara de carne, empezando un suave vaivén que le sacó varios espasmos y que luego aumentaron al sentir su aliento en el glande. Entonces Lucas empezó a esparcir besos en su pene, pasando su lengüita por el tronco y luego succionando con sus labios el babeante glande hasta que lamida tras lamida la mitad de su pene quedo cubierto en infantil saliva.

– F: Así Lucas ~ ahh, pequeño, eres tan bueno.

– L: ¿Lo hago bien? – pregunto con ojitos tiernos mientras seguía chupándosela sin parar.

– F: Lo haces de maravilla, me encanta ~ ahh, se siente tan caliente ~ mmm, sigue, la tengo bien dura ~ mmm, todo es por tu culpa.

– L: Está muy dura Fer, es muy grandotota.

– F: Si ~ ahh, y hoy te la vas a comer entera.

– L: ¿Cómo? No me va a caber – refutó.

Pero Fernando ignoró la pregunta. Se levantó de la silla y luego reposó sus nalgas sobre el lavamanos, levantó las piernas apoyándolas en la pequeña isla quedando así suspendido en el aire y con su verga y huevos colgando hacia el pequeño.

– F: Chúpame los huevos, anda.

– L: Pero no sé cóm…

– F: Solo ponlos en tu boca y saboréalos.

Lucas siguió la orden y se acercó a sus genitales. Abrió su boquita atrapando un testículo. Lamió varios segundos degustando su sabor y luego pasó al otro con la misma intensidad. Fernando sintió la succión y gimió en voz alta por la sensación. Inició a darse auto placer mientras observaba fijamente la carita de Lucas degustar sus bolas, aunque era difícil pues su verga la tapaba casi entera.

– F: Ahh, si Lucas, trágalos, trágate los dos.

– L: ¿Así? – preguntó con inocencia para luego llevar ambos testículos a su boquita y empezar a succionarlos como si fueses dos ricos caramelos.

– F: Ahh ¡Mierda! Así Lucas ~ mmm, eres todo un put..t ~mmm, me encanta lo sumiso que eres.

– L: No me gusta mucho Fer, sabe amargo.

– F: Es porque tengo los huevos sudados.

– L: No me gusta, mejor te chupo tu pipi.

– F: ¿Qué te dije sobre como tenías que decir?

– L: Perdón…mejor te chupo tu verga, Fer.

– F: Esta bien, pero juguemos algo primero.

El niñero sentó al niño sobre la banca y procedió a quitarse la camisilla, quedando completamente desnudo. Lucas admiró atento su cuerpo, sus brazos fuertes con las axilas peludas, su pecho en formación, sus ricas piernas con pelos y sus abdominales que lo hipnotizaron entero, aunque no tanto como la erecta verga que se alzaba imponente a solo centímetros de él.

– L: Está muy duro – dijo tocando su abdomen.

– F: ¿Te gusta? Esta así porque hago ejercicio.

– L: Es muy bonito, como el de mi papá – confesó, generando que su verga palpitara al escucharlo.

– L: Wuao ¿Cómo hiciste eso? – preguntó con asombro al notar la brusca palpitación.

– F: Es un truco de magia, ¿Quieres ver?

Lucas asintió y de inmediato observó como el pene de Fernando empezó a saltar como si tuviera vida propia, rebotando con brusquedad, lo que a su vez provocaba que los rastros de saliva y el pre-semen salpicara en su cuerpo y su carita. Cuando el acto de magia acabó, el joven tomó la camisilla y vendó los ojos del menor, dando inicio al perverso acto.

– F: Vamos a jugar algo – Comentó, tomando la crema chantilly que saco momento atrás – Yo me voy a poner algo en el cuerpo y luego tienes que adivinar que parte del cuerpo es ¿bueno?

– L: Si, si, que divertido.

Fernando entonces acercó sus dedos llenos de crema a la boca del menor quien abrió y saboreó con gusto cada dedo.

– L: Jiji que fácil Fer, son tus dedos.

– F: Así es, esa estuvo regalada.

Seguidamente untó crema sobre su abdomen y su ombligo, se acercó y Lucas sacó su lengua y lamió como un cachorrito tratando de adivinar el lugar.

– L: Creo que es… ¿tu ombligo? – preguntó el pequeño saboreando el dulce esparcido.

– F: Correcto, eres bueno… ahora una difícil.

Entonces decidió aumentar la dificultad. Levantó el brazo derecho y esparció el chantilly en su axila, embarrando los pelos con la crema. Con el otro brazo sujetó la cabeza del niño y la dirigió hasta la extremidad, pidiéndole a su vez que lamiera. Lucas sacó la lengua y empezó con la exploración. El órgano recorrió por los bíceps hasta llegar la axila donde los pelos le confundieron y no lo adivinó.

– L: Mmm ¿Es tu cabeza? Siento como cabellos.

– F: Error, perdiste – contesto burlesco y limpiando su axila con el trapo de la cocina – Una última vez.

Esta vez, el joven untó la crema sobre su pezón y le dio a probar. El pequeño se pegó cual becerrito y adivinó a los segundos, pero lejos de parar, el niñero lo dejó lamer una y otra vez, haciendo que sus pezones se pusieran duros. Fernando jadeaba en voz baja disfrutando del erótico juego, y luego, aprovechando que el niño estaba arqueado, unto un poco de crema en sus dedos y los llevo a su anito, empezando a masajearlo.

Recordó ese día en la ducha en la que descubrió su culito lleno de semen y como su dedo se le fue como mantequilla, por lo que empezó a empujar introduciendo el dedo en el agujero del pequeño.

– L: Ay, despacito – gimió el niño sintiendo como el dedo del mayor se iba entero en su recto.

– F: Uff tu culito está caliente, apretadito ~ mmm, quiero meterte mi verga… ¿Me dejas hacerlo?

– L: ¡No! Me va a doler mucho.

– F: Mentiroso, bien que te todas las noches te ibas a mi cuarto a tratar de metértela.

– L: Es que ~ ahh – gimió nuevamente sintiendo como Fer movía el dedo en sus entrañas.

– F: No te dolerá, lo prometo.

– L: Ahh ~ no Fer ¿mejor dame medicina sí?

A pesar de la excitación, el niñero no lo quería forzar, quería que Lucas se entregara por sí solo ya que, según los consejos en los videos, eso le aseguraría volverlo adicto a su verga por mucho más tiempo. Entonces desistió, pero en cambio lo levantó y lo acostó en la isla. Se subió poniéndose encima y dejando su pene justo a la altura de su cara, al menos usaría muy bien esa boquita.

– F: Bien, si tanto quieres medicina vas a tener que sacármela – mencionó al tiempo que abría un tarro de Nutella y lo untaba en su verga – ¿Listo Lucas? Es hora de chuparme la verga.

Lucas asintió con una sonrisa y enseguida abrió la boca y empezó a devorar el carnoso miembro de su niñero y a su vez la dulce mezcla de la Nutella.

– L: Mmm que rico sabe tu verga con chocolate.

Y Fernando sonrió con orgullo, deleitándose como el niño se devoraba 8cm de su pene con hambre. Sus labios embarrados de chocolate a simple vista no daban buena impresión, pero la sensación en su verga era tan buena que no podía evitar que palpitara, incluso llegando a dolerle la erección.

– F: Ahh, eso pequeño, así, así ~ mmm.

Sentía su lengüita moverse a los lados extrayendo el chocolate, introduciendo cada vez más de su longitud hasta que unos 12cm se lograron alojar en su cavidad… y entonces inició a mover su pelvis haciendo que Lucas tragara cada vez más. Quería metérsela toda, empalarlo hasta la garganta, pero la posición lo dificultaba y sabía que Lucas era muy pequeño para siquiera lograrlo, pero aun así las voces en su mente le decían lo contrario y pedían a gritos que lo intentara.

– L: Slurp ~ slurp… espera ~ slurp, me ahogo.

– F: Tú puedes pequeño ~ uhh, respira profundo y mantén el aire, yo te digo cuando lo saques.

Lucas intentó liberarse, pero el joven no lo dejó.  Sujetó sus brazos con una de sus manos y con la otra lo sujetó del cuello, logrando que su miembro entrara unos centímetros más. La inclinación de su cuerpo fue el componente final y así la boca del niño quedo repleta de 14 de sus 19cm.

– F: Eso, así ~ ahh, ya casi Lucas ~ uhh, ya casi.

Fernando observó la boquita del niño ser abierta por su verga y la imagen lo excitó de una manera tan perversa que perdió el control. Estaba a solo unos centímetros de pegar sus pelos púbicos a los labios del pequeño… y no lo dudó. Con un movimiento certero terminó introduciendo los 5 centímetros faltantes hasta el fondo. Sus testículos chocaron con la barbilla del pequeño y su mano sintió como el glande se abría pasó en la faringe, lo que le hizo saber que había logrado empalarlo en totalidad.

– F: Ahh ¡Que rico por dios! – gimió gruñendo como un animal – ¡Dios! No me lo creo ~ uhh.

El niñero sintió la garganta del menor apretar su miembro a un nivel descomunal, tan estrecho y cálido mejor que la vagina de una mujer, pero también sintió su desesperación. Entonces sacó su pene permitiéndole respirar y este en respuesta tosió varias veces y luego se deshizo de la venda, revelando su carita roja del esfuerzo y sus ojitos repletos de lágrimas.

– L: Ya no quiero Fer, no me gusta.

– F: Si no la quieres por la boca entonces tendrás aguantarla por tu colita, tú decides.

– L: Pero es muy grande, no… no me cabe.

– F: Si puedes pequeño, mira te voy a mostrar.

Entonces tomó su teléfono y abrió una carpeta en donde estaban el porno 1nf4ntil. Buscó uno de sus favoritos; un pequeño de unos 5 añitos que se tragaba una verga lampiña de unos 17cm similar en forma a la suya.

– F: Mira Lucas, este es mi primito – mintió – es más pequeño que tú y puede tragársela toda.

Lucas agarró el celular y vio asombrado al niño mamar verga hasta el fondo; El pequeño estaba sentando pegado a la pared mientras un hombre, con las piernas flexionadas, lo sostenía del cuello y arremetía profundamente contra su boca, logrando pegar sus pelos a su carita y al final eyacular una buena cantidad directo en su garganta.

– F: ¿Vez Lucas? Así como el niño tú también puedes meterte toda mi verga – comentó retirando el celular de las manos del menor.

– L: Es muy… grandotota – respondió con temor.

– F: Pero ya lo hiciste – contrarrestó mientras lo ubicaba delante del mesón – Anda, prometo que lo haré despacito, te pones como mi primito para que te vayas tragando mi verga tu solito.

– L: Pero yo solito me la trago.

*****

Hasta acá la octava entrega. No se olviden de mandar fotoverga😈no les de miedo jeje. Les dejo el tele @Samu19973. NO hago cambios, solo relatos y morbo. y por cierto el grupo murió, no pregunten por él 🙁 Hasta el siguiente relato.

11 Lecturas/19 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Byron6969
Etiquetas: baño, culito, culo, mayor, niñero, primito, semen, vagina
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