PERDIENDO CON MI LINDA HERMANA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
No: yo, no podía creer lo que oía de ella..!
Ay! mi hermosa y exuberante hermana , la que me tenía hirviendo por todas las cosas que me hacía teniéndome para su diversión aprovechando su inmensa superioridad sobre mí en absolutamente todo, me estaba anunciando ahora que iba yo a ser su esclavo.
-"¡No, no, no y no!!!"-le dije; le dije y, al mismo tiempo, me decía yo mismo como queriendo resistirme a aceptar ese destino. Mi hermana y yo teníamos la misma edad pues éramos hermanos mellizos, pero su superioridad sobre mí era abismalmente asombrosa.
Teníamos entonces…19 años. De contínuo ella manoseándome, fastidiándome, pasando a mi lado y tocándome, fastidiándome de una y cien mil maneras sabiendo siempre hacerme estallar y arder en rabias impotentes pues jamás me animaba a enfrentarla pues su fuerza y poder dominante sobre mi cuerpo era excesivo y temía atrozmente yo sus castigos. Cierta vez en uno de mis momentos de extrema rabia y fastidio intenté agredirla, y ello me costó una soberana paliza atrapándome ella y desnudándome completamente desnudo para maniatarme y azotarme con cientos y cientos de cintazos que dejaron mi cuerpo enteramente marcado y rojo para luego masturbarme muy lentamente y con atroces cosquillas volviéndome loco casi, y desde esa vez completamente temeroso de ella y sus represalias.
A partir de entonces, mi hermana comenzó a hacerme lo que quería de contínuo, viviendo yo esa pesadilla de tener que aguantarla aunque enloqueciera desesperado.
Y un día, mi hermana comenzó a atacarme por otro frente digamos, y a hablarme diciéndome que yo debería gozar entregándome rendido a ella y disfrutar siendo su esclavo, y que ello sería altamente provechoso para ambos.
Sentí dentro de mí, cuando mi hermosa y dominante hermana me dijo éso…sentí como un cosquilleo erótico -es verdad-, pero resistiéndome a aceptar esa cosa de entregarme a éso que ella me proponía, me planté firme en mi estado de masculino orgullo, y no permitir que mi varonil condición fuese ultrajada por una mujer!
Ella, continuaba con sus atropellos. Y ahora, comenzaba a atacarme con las armas de su sensualidad , hermosura, y las psicológicas cosas que sabía cómo usar para excitarme eróticamente. Yo…estaba siendo por ella como arreado hacia un corral -como un animal-, para ser encerrado en él y allí hacerme centro de sus más ilimitados "haceres".
Terror sentí cuando un día, yo…encendido en excitación sexual monstruosa, al ver en el baño un par de sudadas medias de ella que recién se había quitado y ahí en el cesto de la ropa sucia dejado…pues…comencé a chuparlas con deleite desesperado..! mi hermana, estaba acercándome más, mucho más, a lo que ella deseaba.
Llovía torrencialmente aquella noche de sábado cuando todos los caminos circundantes a nuestra casa suburbana estaban completamente anegados, y estando mi hermana y yo solos pues nuestros padres andaban por el exterior, yo, que veía frustradas mis posibilidades de salir a mi sabatina salida con mis amigos, mi hermana, gozosa y burlona, comenzó a burlarse de mi suerte y bailando con los brazos bien en alto y rodeándome de continuo con burlona danza y haciéndome grotescas morisquetas, descvardamente comenzó a levantarse la corta minifalda mostrándome sus inmensas y hermosas piernas gruesísimas y girando, me mostraba su inmenso culo, así…yo…comencé a sentir que toda mi resistencia se desplomaba como un castillo de arena ante los embates de una potente ola marina, y casi llorando… le dije que no podía ya aguantar más, y que si ella lo deseaba…"yá mismo podía agarrarme y disponer de mi cuerpo y mi alma, como disponer ella quisiese."
De un salto cayó sobre mí atrapándome y, con irrespeto completo y rapidéz extrema, comenzó a desnudarme hasta quedar yo completamente desnudo, para inmediatamente hacerme subirla montada sobre mis hombros, comenzando ahí mismo a paser sobre mí así desnudo, debiendo yo llevarla sobre mis hombros montada y comenzar a andar con ella así desnudo y empalmado como un verdadero burro caliente soltando gemidos de calentura y hasta rebuznos mientras ella soltaba las carcajadas y alzaba sus brazos triunfante comenzando aquéllo que entre nosotros así comenzaba: Yo, esclavo sexual de ella!
Reíamos los dos; ella, con triunfal risa de dominación absoluta…yo, con risa de caliente macho sometido y felíz de comenzar a serlo.
Aquella monta exacerbaba mi calentura, y todo mi cuerpo era erótico fuego viril que multiplicaba mis deseos de soportar su peso imponente y entrgarme sometido a ella, y el sexo…no demoró en comenzar su ejercicio en nosotros:
Mi hermana me tumbó sobre la alfombra del living y ahí mismo comenzó a hacerme un 69 desesperadamente intenso, y mi verga empinada al mango entraba y salía de su boca y le zampaba intermitentes y sonoros besazos potentes que me hacían corcobear saltando con ella encima mío así metidas sus nalgas inmensas en mi cara y mi lengua lamiéndole el culo. Sus manos eran un torbellino cosquilleándome entero, y todo yo era como un cuerpo electrizado en sensaciones que me anunciaban la pronta eclosión de una caravana de orgasmos gigantes que se abalanzarían sobre todo mi ser haciéndome estallar como a mil bombas escandalosamente monstruosas.
sentí en momentos más ese torrente que comenzaba a escaparse desde mis huevos corriendo como un torrente de candente lava así verga afuera, y mi hermana comenzó a alzar los brazos festejando eufórica y con mi verga bien adentro de su boca mamándola desaforada, aquellas chorretadas monstruosas que comenzaban a saltarme como géiseres de candente crema seminífera que salía alocada.
Los orgasmos, me hacían gritar como un animal. Y gemía y aullaba, suspiraba y bramaba; relinchaba y rebuznaba.
Mi hermana, era una tormenta haciendo arder aún más el incendio monstruoso de mi eroticidad ya a esos entonces, enloquecidamente entregado a ella.
Sin pudores de ningún tipo comezó a follarme sin lástima, y cabalgando sobre mí me hacía un frenético mete-saca subiendo y bajando encima mío en un arriba-abajo arriba-abajo arriba-abajo arriba-abajo chac-chac-chac-chac-chac!
mi calentura era contínua y parecía no tener sociego mi ardor, a tal punto que hasta no habían respiros ni pausas ningunas entre mis acabadas, cosa que yo comenzaba ya a asombrarme pues jamás mi cuerpo había conocido sensaciones así de atroces…y cada orgasmo llegaba multiplicado en su intensidad, y éso exacerbaba mi desesperación pues comenzaba resultarme hasta bestialmente torturante tan intenso placer, y…comencé a gritar suplicando piedad y tregua para no sentir tan inhumano extremo de placer así desconocido en esa intensidad tan bestial. Mi hermana…a carcajadas reía! Y exprofesamente salía de encima mío para comenzar a bailar andando con rápido andar por todas partes así alzando sus brazos y haciéndome morisquetas, sintiendo yo entonces un fogocísimo ardor sexual que me hacía desear con desesperación atróz el volver a sentirla encima mío haciéndome cualquier cosa, pero sentirla hacerme; y…sentí mis piernas como que no podían obedecer a mis deseos de andar y correr, y mis brazos también lo mismo, como que no obedecían a mis órdenes mentales, y…mi hermana se acercaba y me tocaba con un dedo y se alejaba riendo y haciéndome desearla encima mío, y volvía a alejarse y bailar y yo a los gritos llamándola ya con guturalismos pues las palabras tampoco obedecían a mi cerebro, y…comprendí:
Estaba drogado!!! Sí: mi hermana me había hecho tragar, horas antes, una droga que exacerba las potencias eróticas y la virilidad y performance amatoria, pero a cambio, una atróz indefensión afecta a todo el resto del cuerpo que no puede defenderse de tan bestiales efectos. Y así, todo mi ser quedó embuído en ese loco y monstruoso estado que me sumió en una loca caravana de sentimientos gigantes de eroticidaddonde los más intensos orgasmos me azotaban unos tras otros haciéndome emitir todo tipo de sonidos guturales en medio de las más bestiales desesperaciones. Mi hermana, era un tsunami dominante abusando de mi cuerpo y alma.
Era recién el comienzo, el inicio de una relación donde una hermana, abusaría sin límites ni vergüenzas de ningún tipo ni especie, sobre su hermano sometido y caliente.
Pasé a ser algo así como un candente y loco objeto sexual de una muchacha que ahí nomás, en su casa, había conseguido al macho con el cual perversa y de manera ilimitada, poder divertirse a sus más ilimitadas anchas.
Solos prácticamente en nuestra casa vivíamos; y allí, mi hermana vivía capturándome para hacer de mí, su más sometido y felíz esclavo que al verla venir a agarrarme, ya comenzaba como a vibrar y gritar desesperado en mezclas de placer inmenso y rara sensación de amor y lujuria y un raro sentir donde no sabí si querer salir corriendo o lanzarme a sus brazos para ser su juguete.
Desnudo me tenía ella de contínuo en casa cuando sabía que estaríamos solos. Yo hasta me babeaba andando tras ella admirando su hermosura, y ella reía…reía y reía. Si: Me había vuelto completamente loco!!!
Me follaba a sus anchas y me mamaba y le encantaba ver mi leche saltando a chorros por mi verga, y hacerme lamerle los pies y todo lo que de los pies tuviese hacia arriba, también me lo hacía lamer, lamer y lamer…
¡Cómo vine a quedar así sometido a ella!!! Un día sí y otro también, día tras día, aquello se daba así.
Caí dominado por completo en esa relación con mi dominante hermana , y así debí aceptarlo. . .
Perdí!
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