Perros de una sola ama
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Antonio y actualmente estoy casado con María, tenemos 20 años de casados ya.
Tenemos 5 hijos, 4 varones y 1 mujer.
Ellos son Antonio de 19 años, Jesús de 18, Ángeles de 17, Mauricio de 16 y Felipe de 15 años.
Una familia "aparentemente del todo normal.
Con mi esposa nos conocimos en la universidad, cuando teníamos 21 años.
Nos hicimos novios y durante el noviazgo nos dimos cuenta que teníamos gustos muy peculiares: a ella le encantaba dominar hombres y a mí me excitaba la idea de ser dominado por una mujer.
Nos contamos mutuamente las cosas que deseábamos, incluyendo como vida en familia, y nos dimos cuenta que estábamos destinados a pasar la vida juntos, como esposos, marido y mujer, como ama y esclavo.
Terminamos la universidad, y por cuestiones de trabajo emigramos de la Ciudad de México a Yucatán, lugar donde nos casamos, tuvimos nuestros hijos y vivimos hasta la actualidad.
Trabajando duro los dos nos hicimos de un terreno amplio y edificamos nuestra casa.
En una parte de ella hicimos un cuarto de juegos privado para nosotros.
El juego que más nos gusta practicar (desde ese entonces hasta ahora) es el petplay, donde yo no soy otra cosa más que un simple perro para mí ama.
Siempre que sesionabamos ambos terminabamos super excitados y siempre cogíamos como locos.
Fue así como procreamos a todos nuestros hijos.
Pero por alguna razón, a mí me encantaba ser tratado como perro, y mí ama le encantaba que siempre que estuviéramos en la casa usará solo collar y actuara como uno.
Fue algo complicado al llegar mis hijos pues tuvimos que dejar de hacerlo en toda la casa para solo sesionar dentro de nuestro "calabozo".
Cuando Antonio cumplió 7 años pasó algo que cambió el rumbo de la familia hasta ahora.
El quería tener un perrito como mascota, mí ama se lo había prometido.
Cabe destacar que antes de casarnos ella sentía cierta curiosidad sobre el exhibicionismo y el incesto.
Así que en el cumpleaños de Antonio mí ama decidió que el perro mascota de nuestro hijo debía ser yo.
Al principio dudé, no se me hacía algo correcto o natural, pero nunca la había desobedecido así que en la noche durante una fiesta entre nosotros y nuestros hijos mí ama le dijo a nuestro hijo que esperara un momento.
Salimos los dos al jardín, me quito toda la ropa, me puso mi collar y me encadenó a un árbol.
La barda perimetral de la casa es algo alta y las casas de los vecinos están alejadas, así que nadie podría verme.
Enseguida mi ama entro por nuestro hijo Antonio y lo llevo al jardín con los ojos cubiertos con sus manos.
Al descubrirselos mi hijo me observó fijamente, y un poco extrañado de la situación solo oyó lo que su madre dijo:
-Aqui está tu perro mi amor, es todo tuyo, tu mascota, compártelo con tus hermanos-
Mi hijo no sabía lo que pasaba pero era feliz.
Sintió que de verdad era su mascota.
A partir de ahí algo cambio.
Mis hijos empezaron a tratarme como su mascota.
Mí ama solo les dijo que sólo no lo contarán a nadie más, que sería un juego secreto entre nosotros en casa.
Asi como al principio me resultaba extraño poco a poco fui tomándole el gusto a ser la mascota de mis hijos.
No había ninguna diferencia con un perro de verdad.
Mis niños me ponían el collar, me encadenaban y me paseaban por el jardín.
Así los años transcurrieron.
Cuando Antonio iba a cumplir los 15 años le pidió a mí ama algo que nos sorprendió.
Pidió que en su cumpleaños 15 le regalará un collar con placa igual que el mío, por qué el quería ser un perro al igual que yo.
Mi ama solo soltó una risa maliciosa sin contestarle nada.
En su cumpleaños hicimos una pequeña comida y celebramos, al anochecer, cuando yo ya estaba amarrado en el jardín para dormir (había días que dormía fuera amarrado a un árbol como perro) estaba yo echado en el suelo cuando veo salir a mí ama y nuestro hijo Antonio.
Se acercó a mí, y puso otra cadena en el mismo árbol donde yo estaba.
Mi hijo traía una bolsa de regalo en la mano, misma que era de parte de mí ama y que le había pedido no abrir.
-Ahora si.
Puedes abrir tu regalo- le dijo ella a Antonio
El así lo hizo y al sacar el contenido se dió cuenta que era un collar de perro con una placa, "Fido" en una inscripción por el frente y el nombre de mi ama en el reverso.
-Querias esto de cumpleaños y ahora lo tienes- dijo
-Quitate toda la ropa "Fido"… a partir de ahora debes obedecer todo lo que tú "ama" te diga- agregó
Mi muchacho estaba muy nervioso, note como temblaba, pero sin dudarlo le dió el collar a mi ama para posteriormente quitarse sus tenis, calcetines, playera, pantalón y al final sus boxers.
Cuando se levantó, su madre, ahora ama, se acercó a él, y le coloco ella misma el collar.
-Igual que tú padre, se ve muy bien en ti el collar- dijo riéndose mi mujer
-Ahora ven, esto aún no acaba-
Tomo una correa y la puso en el collar.
Obligándolo a ponerse en cuatro patas lo hizo dar su primer paseo como perro por el jardín.
-A partir de ahora eres un perro, y mientras uses el collar tienes prohibido hablar, ¿Queda claro Fido?-
-Si ma.
– intento decir mi hijo siendo pausado por una bofetada de mi ama
-Los perros no hablan!!- gritó enojada
-Wouf wouf- contestó mi hijo
Se acercaron a mi y justo después le quitó la correa al collar para ponerle la cadena que estaba junto a mi en el árbol.
Mi muchacho y yo estábamos ahí, encadenados a un árbol, vistiendo solo un collar como los viles perros que éramos.
Mi ama aprecio esa vista que tenía y soltó una ligera carcajada como satisfecha.
-"Firulais", creo que te he descuidado mucho- dijo (ese es mi nombre de perro)
-Te has portado bien últimamente, mereces una recompensa- añadió
En ese momento se acercó a mí y tomo mi pene, y empezó a acariciarlo hasta ponerlo erecto.
Era una situación tan morbosa y placentera, quedando empalmado frente a nuestro hijo que estaba embobado viéndonos a un lado de nosotros.
Al estar completamente erecto mi pene, mi ama empezó a masturbarme al principio lento y poco a poco subiendo la intensidad y velocidad, hasta que varios chorros de leche salieron.
Yo en todo el momento no podía pensar nada, pero al acabar de eyacular observé cómo mi hijo se nos quedaba viendo todo sonrojado, y con su pene erecto.
Le había excitado ver esa muestra de perversión.
-Eres un perro muy travieso Fido- dijo mi ama
-Por ser tu cumpleaños creo que también mereces ser recompensado- agregó
Entonces se acercó a él y empezó a masturbarlo también.
En muy poco tiempo, por la misma inexperiencia de Antonio, empezó a venirse en la mano de mi ama.
Agitado con su cara roja, esa respiración acelerada y con una cara que demostraba mucho placer y excitación se tendió de espaldas en el suelo feliz de esa primera experiencia placentera.
-Buen chico Fido, buen chico- dijo mi ama mientras rascaba su estómago como un perro.
Después de eso mi ama nos dejó ahí, solos, desnudos pero satisfechos.
A la mañana siguiente mis demás hijos salieron al jardín y se sorprendieron de ver ahora a su hermano a mi lado, con su collar y encadenado, como otro perro mas.
Unos días después Jesús le reclamo a su madre.
Resulta que el quería ser perro antes que Antonio, al parecer el se lo había comentado a Antonio por qué tenía miedo de la reacción de su mamá por eso se lo contó a el, y al final el se había atrevido a hacerlo primero.
Mi mujer y Jesús salieron justo después de eso, para volver un par de horas después.
Vimos abrir la puerta corrediza que da al jardín y de ella salir a Jesús completamente desnudo usando solo el collar con una cadena en una de sus manos.
Atrás de el mi ama se quedaba parada en el borde de la puerta simplemente viendo la situación mientras sonreía.
Jesús se acercó al árbol, rodeó el árbol con la cadena que traía en sus manos.
Ángeles, Mauricio y Felipe se pusieron a lado de su madre y vieron cuando Jesús tomo el otro extremo de la cadena y lo puso en el collar que rodeaba su cuello.
Posteriormente se puso a cuatro patas.
-Wouf wouf wouf- dijo Jesús comportándose como perro.
-Muy bien, parece que sabes tú lugar- le dijo mi ama a "Pulgoso"
-Entonces ya sabes lo que te espera y como espero que actúes- agregó
-wouf!- contestó Pulgoso ladrando
Al año siguiente se nos unieron Mauricio (quien fue "rebautizado" como "Solovino") y Felipe (quien ahora sería llamado "Lassie") mientras que Ángeles por ser mujer paso a ser una segunda ama.
Mis hijos van a la escuela normalmente, mi esposa y yo a trabajar.
Pero mientras estamos en casa jugamos a ser 5 perros de 2 amas.
Actualmente seguimos practicándolo.
De hecho hemos incrementado la dificultad del juego ya que ellas inclusive en unas vacaciones familiares hace dos años en una playa alejada nos pasearon desnudos por la playa, tomandonos por nuestras correas.
Pese a que estaba alejada hubo un par de personas que nos pudieron ver, unas 15 aproximadamente, quienes al vernos en tal situación solo se sorprendían y se alejaban presurosos.
Esa sensación fue tan placentera que si se pudiera volver a repetir lo haríamos sin pensarlo.
Aunque ahora mismo hijos han empezado a cogerse a su madre y a su hermana.
Hace unos meses mi ama quedó embarazada, es de uno de mis niños pero no sabemos de quién, pues yo tengo medio año aproximadamente que no la tocó.
Me desahogo con mi hija con la cual me protejo para no embarazarla, aunque a ella falta no le quedan y con "Lassie" pues el es un perro hembra, o al menos eso dice.
Aunque de hecho es la hembra de sus hermanos también.
Sin duda mi familia es lo mejor y no lo cambiaría por nada.
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