PLEGARIA POR MIKEL
El lamento de la pareja que ha extraviado a su amante homosexual y espera en posición para ser de nuevo sometida a la tormenta de lascivia que se desencadena cuando es cogida.
Plegaria por Mikel
Estoy solo y me enciende el deseo de volver a ser culiado por ti, Mikel. Abrirme de piernas y luego mis nalgas se proyectan hacia ti para que introduzcas tu garrote en la espaciosa cueva que lo aprisiona…
¿Qué pasó que te pusiste tan weón? Las cosas iban tan bien. Cada cierto espacio de tiempo, venías a culiarme. Y yo te recibía trasvestido con lencería roja que te hacía convertirte en un macho cabrío.
Pero esos son recuerdos y la espina acuciante del deseo empieza a asfixiarme y un nudo se me instala en la boca del estómago y de ahí baja hasta mis testículos para irrumpir con fuerza en mi culo.
No puedo dejar de recordar mis amantes anteriores… Alejandro y su sonrisa y su pene…
Caminé hasta la plaza y allí nos encontramos. 1,85, cara agradable y cuerpo de atleta. “¿Muy grande?”. “En la cama somos todos del mismo porte”. Esbozó una sonrisa que dejó ver albos dientes entre sus labios carnosos e incitantes. Por primera vez sentí deseos irrefrenables de besarlo. En ocasiones anteriores, lo he hecho como parte del ritual propiciatorio de un buen coito. Esta vez no, me atraía besarlo…
Íbamos a mi casa. Sería la verga número 18. El verano no había sido especialmente bueno para mi ejercicio privado que consiste en contactar machos activos que me hagan sentir putita entre sus brazos, mientras me cogen apartando el hilo dental de fina lencería femenina que uso en estas ocasiones. Mi pene gotea su lascivia en la parte delantera del colales…
-Es la primera vez que vengo…
–Mi casa está muy cerca…
Creo ya haberles contado que mi gusto por la penetración anal se ha convertido casi en un culto que practico desde muy pequeño. Aún antes de que el cura que me convirtió en homosexual larvado y oculto se hubiera situado en mi vida. Sólo que ahora que pude experimentar en forma libre y adulta el morboso placer de ofrecer el culo abierto y anhelante a un varón que gusta de los maduros pasivos como yo. Sería la verga 18, pero antes debo completar el registro con lo ocurrido con la anterior.
Iba muy motivado por ese espectacular ejemplar de macho joven y potente… y a mi lado caminaba el macho que daría satisfacción a todas mis ‘perversiones’ que para mí son el resultado esperado de una manera de sentir libre de prejuicios y culpas, para disfrutar de la calentura: en estado de absoluta transformación en cánida meretriz.
Atravesar la puerta, cerrarla y unirnos en el beso más apasionado que me haya dado con alguien fue todo uno… Hablaron las lenguas, las manos, la piel… Mi culo sintió la avidez de una lengua que lo recorría y desataba todo el morbo que puede sentirse en dichas ocasiones… Ahora era la perra. Puta entre las putas. Degusté la punta húmeda de su pene y fui introduciendo su cuerpo en mi boca, acariciando con el paladar y el dorso de la lengua esa herramienta de carne y sangre… Sus manos recorrían el camino iniciado por el franciscano: mis nalgas, alrededor del ano, el escroto… Relámpagos de aterradora intensidad se iniciaban en esos lugares y llegaban a mi afiebrado cerebro… El pene, que había visto como un poco grande, pero de una cabeza normal, empezó a llenarse y a crecer a punto que ya no pude tragarlo.
Vino entonces el punto en que la excitación me hacía ofrecer el culo. Abierto, dilatado, lubricado con el gel y la saliva y el deseo de ser penetrado.
Una danza de contorsiones y posiciones se desató con el pene metido en mi culo. El condón no pudo aprisionar esa deliciosa mole de carne y decidí probarla sin ese molesto forro. Le pedí que no me dejara su semen en mi canal, pero cuando ya estábamos sumergidos de lleno en ese remolino de sexo, le pedí, le rogué, le supliqué que me la depositara para sentir su chorro… Y sí lo hizo-.
Tuve varios orgasmos violentos, antes, durante y después de que el semen ardiera en mi crisol aún más caliente que él.
Eso quería de ti, Mikel, que te sacaras el condón y me regaras la entrada del culo con semen caliente… pero después de un largo rato de entregarme a la lujuria de ser cogido, cuando siento que acaba con clavadas y agarrones violentos. Me doy cuenta de que el condón yacía en el suelo y me habías culiado a fierro pelado.
-¿Qué hiciste, Mikel? LO que tú me dijiste… Te dije que me acabaras afuera, no dentro del culo…
Para eliminar esa sensación de sobresalto, bajé hasta su verga húmeda y la mamé como si eso fuera mi ultima mamada.
Ahora dónde estás, porque después de eso tuvimos la lujuria de hacerlo piel con piel y pude darme el gusto de maraca que recibe el semen del macho en su poto.
Ahora espero que recibas el lamento de mi plegaria de puta que quiere volver a cabalgarte. Sentir tus potentes brazos que me rodean y me poseen…
Quiero otra vez que llegues a mi puerta y me arrastres hasta el lecho y me cojas de las piernas, las pongas en tus hombros y me sodomices con la fuerza de un potro salvaje. Soy esa yegua que culean alternativamente con asnos y con equinos recibiendo semen en el hoyo desgarrado…
Ten piedad y ven, Mikel. Te estoy esperando en cuatro.
Juana La Loca
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Como sigue??
Gracias Jesús por tu interés. Estoy redactando la continuación este fin de y lo subiré de inmediato.