"POBRE BICHITO!"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aún recuerdo muy bien aquel carácter como misógino en mis sentires de aquellos entonces, y la manera cómo, aquellas tres muchachas apuntaron sus baterías a destrozarme aquel carácter, para encarrilarme prepotentemente hacia una dirección a la que yo advertía que llevarme querían, sin desear yo tal cosa; pero, que en tal sentido, ya habían ellas establecido una tácita "declaración de guerra", en la cual…estaba yo ya metido.
¡No había cosa que me fastidiara más, que aquello que la Rosa, la mayor de aquellas tres muchachas vecinas, me dijera cuando burlonamente me llamaba:"Bichito"! ¡Qué rabia más insoportable para mí, aquéllo era! O cuando la Marina caminaba moviendo con exprofesa exageración su enorme culo cuando yo la miraba, o cuando la Beatríz soltaba aquélla su sonora risita de agudísimo timbre de prolongada duración torturante a mis sentires. -"Bichiiiiiitooo!!!" Me decía la Rosa, y ya la Beatríz soltaba su risita, y la Marina salía caminando a las risas y moviendo bien el culo. Yo…ya no sabiá qué hacer para soportar todo aquéllo. En mí ya recorría toda mi sangre un torrente pasional de ardores que iban mezclando una especie de diabólicos cócteles de una eroticidad que se fermentaba a temperaturas como de infiernos, y lo de aquellas vecinas era como las femeninas manos que aquel brebaje prepararan. La guerra entre yo y ellas, estaba en plena marcha.
-"¡Vas a caer a nuestros pies y vas a entregarte mansito y bien regalado , y vas a ser el juguetito de nosotras!" -Me dijo un día la Marina, y ya la Beatríz soltó su risita, y la Rosa coronó aquello con un sornástico "¡Pooobre bichiiiitooo!!!" Ya, aquéllo había alcanzado niveles siderales en el estado de mis ardores eróticos. Yo luchaba con una fuerza monstruosamente bestial pero igualmente arrollada por el accionar de las tres mujeres, y rápidamente iba yo quedando como enredado en una especie de erótica telaraña dominante de femenina e inteligentísima trama lujuriosa. Delante de mí, y en cierto momento en que estaban sutilmente acosándome, la Beatríz comentó sin disimulos ni temor a que yo la oyera o más aún: exprofesamente para que yo oyera:"Creo que está ya casi…casi…a punto de caramelo!" Las tres soltaron las risas oyendo yo en ese femenino reír la sobresaliente risita de la Beatríz, ver a la Marina moverme el culo casi en mi cara, y mientas la Rosa exclamaba con estridencia un "¡POOOOBRE BICHIIIITOOO!!!",alzando uno de sus pies al que había para éso descalzado…me lo refregaba directamente en la cara haciéndome sentir aquel olor que accionó en mí como una especie de implosión que avivó inconteniblemente aquéllo que justamente…acababa de decir la Beatríz.
No se que cara habré puesto, qué colores me habrán invadido…pero las aditivas risas de aquellas muchachas, se multiplicaron en intensidad y sonoridad triunfal. Instantáneo y como último recurso de una resistencia ya ridícula a esa altura, recuerdo que me levanté y salí corriendo a entrar en mi casa en donde ese día, estaba yo solo, para encerrarme en mi cuarto desde donde las oía a carcajadas reír y comentar, hasta que cada una se marchó a su respectiva casa ahí en la misma cuadra. Yo, quedé ahí:en mi cama revolcándome jadeante y ya desnudo por completo; preso en atróz excitación y presto a comenzar a masturbarme poseído por aquel ardor como asnal ya. En esos "menesteres" pues ya estaba, cuando oigo pasos de carrera velóz entrando a casa y dirigirse directamente a mi cuarto sintiendo el abrirse de mi puerta y entrando como abasallante tromba: ¡la Marina! De un salto horizontal se abalanzó sobre mí desnudo atrapándome en mi propia cama así caliente y completamente desnudo, comenzando ahí mismo a someterme a la más arrolladora sesión de cosquillas, manoseos, y mil cosas de todo tipo, comenzando ya, la posesión absoluta de todo mi ser entero así en cuerpo, y alma.
Sin intercambios de una palabra siquiera, fuí el objeto de su más avasallante hacer, explotando una y otra y varias veces más en orgasmos que me hacían gritar como animal, para ella disfrutar y reír , reír y reír, y así tenerme hasta que su deseo de marcharse fue, para ahí dejarme tendido y como exausto en un gimiente estado sobre la cama "despatarrado".
Pasaban los minutos y yo, sentía mi recuperación fogosamente invadirme. Otra vez…oí la carrera ingresar a mi casa, abrirse la puerta y…entrar como la Marina, esta vez… ¡laBeatríz! Con su risita aguda y sonora…cayó sobre mí.. Y, como la Marina lo había ya hecho conmigo, así, lo hizo ella también. Y, como la Marina, también se marchó. Otra vez los minutos transcurriendo con mi gemir …y volver a excitarme otra vez! Entonces…lo que es ya obvio saber: La Rosa entró corriendo y a las risas y gritando "Pooooobre bichiiiiitooooo!!!" y la ví y sentí caer sobre mí.
Todo en mí lo repitió la Rosa haciéndome otra vez explotar en orgasmos de locura atróz, y mi verga era como una caliente manguera largando y largando leche, y comprendí ahí que aquellas mujeres habían logrado la prodigiosa magia de combertirme en un monstruo de la calentura anormalmente atróz para el deleite de su dominación ilimitada sobre mi ser. Si: Aquello, así iría a ser…Ellas, LO HABÍAN ASÍ LOGRADO! Entonces, una irrefrenable sensación hirviente de deseo erótico me invadió entero: Ser esclavo de las tres!!! Y fue entonces…cuando a la Rosa…ahí se lo dije. Reía la Rosa oyéndome, y riéndose…se marchó exclamando: "Poooobre bichiiiitoooo!!!"
Como extenuado volví ahí sobre la cama a quedar, para volver otra vez a sentir en todo mi ser los embates de una excitación monstruosamente atróz, y…otra vez mi casa era invadida por femeninos pies a la carrera y a las carcajadas entrando. Y otra vez la puerta de mi cuarto se abría, para, esta vez, entrar y abalanzarse sobre mi…la Marina, la Beatríz, y la Rosa. Si: Aquéllo, era recién el comienzo. Una insólita cosa de increíble carácter en la cual un chico pasaba a ser el más ilimitado objeto del lujurioso hacer de tres abusadoras mujeres que ya, lo habían capturado para un sin fin de lujuriosas orgías en donde con él harían lo que querrían por todas las partes posibles a cualquier hora posible y así, día y noche.
Como un demencial y calenturiento muchacho así al servicio de tres muchachas, solía yo andar por montes y parques, playas,bosques y cualquier lugar que lo permitiera, soportando las orgías a las que siempre ellas me sometían. Lamiéndoles los pies y anatomía entera… Llevándolas en mis hombros desnudo y cuánta cosa quisieran ellas hacerme. Siempre viendo a la Marina moverme el culo…siempre oyendo las risitas de la Beatríz… y siempre escuchándola a la Rosa diciendo: "¡¡¡POOOOBRE BICHIIIITOOOO!!!!"
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