" POBRES, BIIICHOS!!!"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es entendible el hecho de que en un grupo de cinco varones, haya uno, o tal vez dos, y muy dificilmente tres, que tengan una desmesurada verga de tamaño escandalosamente enorme.
Lo que no es entendible, es que en un grupo así de cinco…los cinco sean unos reverendos vergudos..!
Tal, era el caso de estos cinco que allá debajo del puente de un arroyo suburbano, completamente desnudos estaban bañándose en aquella calurosa tarde primaveral.
Sus despampanantes miembros sexuales, eran cosa hasta risibles por lo inmensa de su dimencionalidad en cualquiera de ellos. Si hasta parecían, diríase, grotescos salchichones que les colgaban grotescamente.
Las mozas, que se habían enterado de la costumbre de éstos de concurrir a diario hasta aquel lugar a bañarse desnudos, habíanse todas ya anticipadamente preparado para ir y apostarse adecuadamente sin ser por ellos vistas, para contemplarlos en tal exhibición.
Por éso, cuando ellos allí arribaron aquella tarde, ellas…ya estaban silenciosamente sonriendo allí escondidas entre una muy tupida espesura vegetal cercana. Todas…las…QUINCE!
Verlos ir quedando desnudos, e ir viendo "lo que apareciendo ante sus ojos veían"…las obligó a hacer esfuerzos extremos para no soltar las exclamasiones de asombrosa admiración que obviamente todas al ir viendo "aquéllo", sentían. Sí: BOQUIABIERTAS Y CASI BABEÁNDOSE POR LA LUJURIOSA EMOCIÓN, AQUELLAS EXUBERANTES MOZAS ADOLESCENTES CONTEMPLABAN ESCONDIDAS.
Cualquiera de ellas, era exuberante y hermosa. Eran, como quince muchachas elegidas para un concurso de mujeres inmensas y hermosas.
Riéndose en total silencio, todas miraban y comenzaban a entre ellas cruzarse miradas, y cuidándose de no soltar ningún sonido que las delatáse, con la más cuidada manera, comenzaron a hablarse en el más bajo modo de voz posible, comenzando yá a trazar…"planes".
Allá, en el agua y retozando confiados y creyéndose solos y libres de ajenas miradas, aquellos cinco muchachos ya nadaban o se sumergían para luego ascender fuera del agua, como yá dejaban tomar sol a sus cuerpos desnudos colocándose de frente al sol, que era, justamente quedar de frente, a la espesura aquélla de la costa en la cual las mozas… mirándolos estaban. Mirándolos, y ahora también, "planeando cosas".
Los minutos, pasaban…alguno comenzaba yá a juguetear lujuriosamente con su inmenso miembro logrando una erección que aún más superlativizaba aquella dimensión escandalosa de su genital atributo, y ya otro lo imitaba y ya otro también, y pronto, eran ya los cinco que humorísticamente competían a ver cuál…lograba la mayor erección en sus vergas. Aquéllo…era algo verdaderamente…despampanantemente increíble!!!
De pronto…un redondo fruto vegetal de ahí del espeso monte, impacta certero en uno de aquellos vergones empinado y gruesamente duro.
-"Aaaaayyyy!!!" -grita el chico impactado…
La sorpresa no les permite inmediatamente pensar qué estaba sucediendo, y el pene de otro de ellos, es idénticamente impactado con otro de aquellos frutos también:
-"Aaaaaaaayyyyy!" -suelta también un grito éste.
Y ahora, de la espesura, las femeninas carcajadas…estallan a coro!
-"Chicos…hay unas putas mirándonos aquí!!!" Es el grito desesperado de uno de ellos, y yá, la desesperación en salir del agua para ir presurosos a recoger sus ropas y vestirse, transforma aquéllo en un espectáculo ruidoso de agua y piernas chapaleando desesperadamente al salir a la orilla del arroyo, mientras desde la espesura y corriendo a toda velocidad y carcajadas, quince muchachas salían dirigiéndose también hacia donde las ropas de ellos estaban, que era justamente en un lugar mucho mas cerca a donde estaban..ellas.
Presos en atróz desesperación angustiante, aquellos cinco chicos vergudos veían cómo aquel enjambre de esculturales muchachas riéndose todas a las carcajadas, eufóricamente atrapaban todas aquellas ropas para salir raudamente corriendo otra vez hacia la espesura del inmenso monte donde rápidamente todas se perdieron en un exprofeso silencio que forzosamente lograban para perderse enigmáticamente en valla a saberse dónde, donde esconderían ellas aquellas ropas para luego de un buen rato en el cual los cinco las llamaban implorantemente desesperados "para que les devolviesen sus ropas", allá, a los muchos minutos después y reapareciendo desde distintos lugares y soltando carcajadas, comenzaban ahora ellas, la previa diversión de torturarlos con la incertidumbre de qué sería de ellos ahora, ahí…desnudos!
En aquel paisaje de monte y agua, solitario y sólo por ellos ahora humanamente poblado, comenzaba un verdadero juego cruel en el cual quince astutas e inmensas mozas tan hermosas como zafadas, estaban absolutamente todas dispuestas a sacarle la más lujuriosa tajada a la situación aquélla que ya, las tenía como harto mejor posicionadas en la erótica batalla sexual que había ya allí, comenzado.
Agrupados los cinco varones allá en la otra orilla del arroyo y las mozas desde el oto lado, comenzaron el juego de palabras y discusiones en donde ellos sólo imploraban, y ellas, a las carcajadas y hasta saltando de gozo y euforia, les gritaban las cosas más obscenas y provocativas desechando de plano y sin escrúpulos, todo recato o delicadezas.
-"Pero que pedazotes de chorizos nos vamos a comer todas hooooooyyyy!!!!" -Y las más grotescas y estridentes carcajadas de femenina sonoridad, estallaban a coro.
Ellos, desesperados e insistentes, continuaban ridículamente pidiéndoles "les devolviesen las ropas".
Señalándolos burlonas, les señalaban los genitales y les preguntaban "porqué no se hacían millonarios, vendiendo aquellas vergas…por kilo o centímetros". Y otra vez, las carcajadas estallaban en todas.
Ellos, nada contestaban; la impotencia y el saber que nada podían hacer, aún más los encendía en una eroticidad que no querían aceptar. Además, ellas…eran "malditamente" hermosas!!!
Bailaban las muchachas y provocativamente les mostraban sus enormes traseros moviéndolos frenéticamente hacia ellos, y aquéllo era ya, una lujuriosa tortura a la cual los estaban todas sometiéndolos sin piedad ninguna.
-"Qué pretenden de nosotros..?" resignados y tratando de encontrar algún punto de negociación, ellos por fin les preguntaron, respondiendo primeramente ellas, con una muy prolongada y desesperante para ellos cadena de irónicas risitas y carcajadas, y mil otras expresiones que astutamente sabían hacer para encenderlos todavía más en desesperaciones y calenturas.
-"Queremos hacerles saltar la leche a chorros por esos divinos pijarrones que tienen, y queremos mamarlos y pajiarlos y que nos chupen bien chupadas desde los pies hasta el culo y la concha y las tetas y axilas, y toditas enteras que nos chupen mientras les hacemos saltar la leche por el agujero de esos tremendos chorizos, y los queremos montar pelados por aquí por todo este monte, y queremos ser sus amazonas montadas sobre sus hombros haciéndolos nuestros caballos a los cinco, turnándonos todas para ello!"
Aquellos cinco chicos oían éso, y era como latigazos que surcaban sus más enraizados sentimientos machistas en los que habían crecido desde la cuna.
-"Ayyyyy, nooooo, por favor éso nooooooo!!!!" -Ahora ellos lesimploraban con dicciones casi aniñadas en sus maneras de suplicarles. Ellas, más aún las carcajadas soltaban..!
-"¿Prefieren que nos vayamos y los dejemos aquí desnudos, y llamemos a la policía diciendo que andan aquí cinco degenerados que intentaron violar a una chica..?"
Los cinco chicos, pataleaban golpeando sus pies en el mismo lugar, presos en impotente desesperación atróz.
Sus enormes pijarrones, vibraban en el aire colgando, al ritmo de su pataléo histérico. Las muchachas, eran un coro de carcajadas.
Subitamente, hace aparición en escena, una mujer de yá algunas décadas de años encima, de esas que andan por esos montes en tarea de juntar hiervas medicinales o leña también, y soltando las carcajadas en sorpresa para mozas y muchachos, la cual habiendo captado todo cuanto allí sucediendo estaba, de inmediato toma partido por las muchachas, a las cuales ya mismo, comienza a enseñarles a los gritos, cierto "secretillo" que escondía cierta hierva de ahí del monte y que ya se encargaba de mostrarles, la cual, explicándoselo ella a todas, así les decía:
-"¿Ven ustedes estos juncos…lo ven..? Observen el jugo que largan si así los escurro…lo ven..? pues…si este jugo se soba en los huevos y la pija de un macho jóven como lo son éstos, en cosa de minutitos, los tendrán más calientes que mil burros, y entregados a ustedes dispuestos a dejarse hacer lo que se les antoje a ustedes hacerles, y poseídos en calentura de bestia que puede llegar a durrarles horas y horas enteras, para al final, quedar profundamente dormidos, y despertarse…sin recordar absolutamente nada de lo sucedido!!!"
Las mozas, escuchando aquéllo, quedaban perplejas…pero sus ojos, destellaban chispas de ardor y felicidad lujuriosa. Mirándolos a ellos allá en la otra orilla comenzaron a reír…con las más maliciosas miradas.
Alejándose a las carcajadas, la mujer se despedía habiendo dejado así, aquel secreto desvelado allí.
-"Corramos…corramos y huyamos de aquí desnudos igual!!!" -comentó uno de ellos en voz baja a los otros…
Captándolo con femenina intuición, las mozas aquéllas al grito de una que lanzándose al agua gritaba:
-"A CAPTURARLOS!!!" Las demás, imitándola, ya saltaban también al angosto arroyito aquél, perdiendo ellos un tiempo precioso en la perplejidad de verlas y mirarlas cómo ya venían por el agua todas chapaleando presurosas, para emprender una desesperada carrera saliendo a campo traviesa desnudos y disparando con sus enormes vergones saltándole en la carrera. Corrían en dirección contraria a donde estaba en realidad el lugar de donde eran; corrían adentrándose más aún en el campo, pero la cosa era…huír de aquellas audaces mujeres!
Ya, ellas venían corriendo ahora tras ellos!
-"Prepárense para la que les espera, machos divinos!!!" -Les gritaban en la persecusión.
Desesperados corrían ellos…ansiosas y ardientes, corrían ellas.
La ansiedad y el ardor, pudo más: ellas…los capturaron!
Tres mozas para cada chico. No fué lucha difícil.
A las carcajadas, marchaban las quince ahora, llevándoselos atrapados de pies y manos, desnudos por aquel campo, otra vez hacia el monte, allá…"donde estaban aquellos juncos"…
Como marranos, chillaban ellos. A las carcajadas, reían todas.
Llegan pues nuevamente al monte, y las carcajadas de todas, ahora adquirían una entonación lujuriosamente mayor.
Ya los tumban a los cinco al suelo colocándose convenientemente tres de ellas sobre cada uno, salvo uno que queda sujetado por dos de ellas así montadas cada una sobre piernas y brazos de éste, mientras la muchacha que quedaba libre, ya arrancaba abundantes juncos de aquéllos por la mujer indicados, para vplver enseguida repartiendo un buen manojo a cada grupo de mozas y chico, comenzando todas aquella tarea de escurrir aquellos jugos que en medio de las súplicas absurdamente inútiles de todos los varones, las mozas dejaban caer sobre los desnudos huevos y vergones de cada uno, para comenzar a friccionarles con fuerza y entusiasmo aquéllo que soltaba espuma y crema al hacerlo, en medio del reír a carcajadas de todas.
Pronto, pudieron ellas todas ver, que lo que les había enseñado aquella misteriosa mujer, era…la más pura verdad.
Lo que continúa a ésto, seguramente …….
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