Por cosas de la vida, termino lleno de semen, orines y vergas dentro de mis agujeros frente a la chica que me gusta
Me hacen su puta, me dejan bien abierto y creo que al final me gustó mucho.
Era un día como cualquier otro, con la diferencia de que quedé de verme con la chica que me gusta. Ella se llama Melissa y tiene 15 años, una piel súper blanca como la nieve, un cabello negro por los hombros, ojos café preciosos. Si bien, no tenía las tetas más grandes ni el culo más bueno, era muy linda.
Yo tengo 14, también soy muy pálido y realmente, algo «afeminado» físicamente. Puesto que dicen que tengo un culo muy redondo y lindo, aparte de tener un cabello algo largo debajo de los hombros y soy algo bajito y delgado.
Llegó el momento de verme con Melissa en su casa. Nada más llegar estaba ella solo con un traje de baño bikini y se veía mojada por agua de la piscina. Me dice que pase, que la vamos a pasar bien.
Realmente no sabía a qué se refería con ello, no esperaba que fuéramos a tener sexo.
Llego al patio donde está la piscina y me dice que me quite toda la ropa. A lo que yo me lo pienso un poco porque me daba pena quitarme todo. Ella me empuja hacia la piscina con todo y ropa, tragué un poco de agua. Y no me quedó de otra que sacarme la ropa.
-Melissa: jajaja. ¿Y ese pequeño amigo?
Se refería a mi pene, la verdad es que mide apenas 10cm erecto, y en ese momento con el agua fría de la piscina mediría unos 3cm, como mucho.
-Yo: eh… disculpa… yo…
Ahí me interrumpió diciendo:
-Melissa: sabes, pensaba coger hoy contigo ya que te me haces algo lindo. Pero tengo una mejor idea.
En eso, veo que coge su teléfono y llama a alguien.
-Melissa: Bien, ya solucioné todo, putita.
-Yo: ¡¿Cómo?!
-Melissa: Así como oyes, puta. Vendrán unos amigos a divertirse aquí, te van a dejar abierto mientras yo observo. Así quizá me entretengo un poco.
Y acto seguido, me patea con su pie descalzo en mis testículos. Cosa que me dejó en el suelo a sus pies.
-Melissa: Bésalos – dice mientras me mete su pie a la boca. – Así, chupa bien, putita.
No pasaron 5 minutos cuando llegan sus amigos. Tres chicos negros y uno blanco. Enseguida se desnudaron y dijeron.
-Chicos: ¿esta es la putita que vamos a follarnos?
-Melissa: sí, ya que no sirve para penetrar a una chica, le haremos ser una.
Lo decía mientras me tocaba mi pequeño pito con su pie muy rápido, me estaba masturbando así mientras yo seguía en el suelo. No aguanté mucho cuando me corrí en sus pies.
-Melissa: Uyy, veo que de semen sí estás cargado. Tranquila, putita que ya ahorita te van a recargar de leche. Empieza lamiendo mis pies para que te tragues tu propia leche.
No podía hacer más que obedecer, no sabía qué más hacer.
Enseguida los chicos se colocaron detrás de mí y metieron dos dedos en mi culo.
-Yo: Ayyy. Duele.
No pude quejarme más, cuando el chico blanco me empezó a meter su polla en mi boca. Medía unos 16cm y me la metió toda hasta la garganta. Me estaba asfixiando. Sacaba y metía, sacaba y metía. Mientras que por detrás ya empezaban a meterme un pene.
Si dos dedos me dolían, ese tremendo pene negro era gigante me estaba partiendo en dos. Hasta que quedé sorprendido cuando vi a Melissa chupándosela al otro mientras le hacía una paja con los pies al mismo tiempo.
No podía creer que Melissa fuera tan puta. Aunque, me hizo reaccionar que luego Melissa me dijo:
-Melissa: Seguro piensas que soy una puta, pero cuando veas el vídeo tuyo siendo partida en dos por estas vergas te darás cuenta de lo puta que eres también.
Me estaban grabado, pero era verdad, a pesar de que me estaban follando sin que yo lo planeara, me estaba gustando, puesto que mi pene estaba duro y goteando líquido preseminal. Hasta que empezaron a meterme dos vergas al mismo tiempo en mi culo y una por la boca. Ahí empecé a explotar de placer, tanto que me corrí mucho. Se corrieron dentro y fuera de mí y luego me obligaron a lamer sus vergas y mi semen caído en el suelo, mientras me tomaban fotos y videos.
-Melissa: Ahora serás nuestra putita personal. Y si intentas decirle a alguien publicaremos todo por internet para que vean lo puta que eres. Ahora, a ver cómo te quedó el culo. Ábrelo con tus manos.
Me hizo ponerme en cuatro y abrir mis nalgas con mis manos.
-Melissa: vaya, te quedó bien abierto. Seguro que entra mi mano.
Y así fue, Melissa enseguida me jaló del cabello y me metió su mano de golpe. Dándome un gran dolor, pero a la vez placentera sensación. Metía y sacaba su mano. Hasta que al final la saco y dejó cómo mi ano se veía abierto, mientras me fotografiaban y me grababan en vídeo. Luego los chicos quisieron orinar dentro de mí ano todavía abierto y en mi boca. Me dejaron desnudo ahí y se metieron a la piscina a disfrutar del agua. Yo, metía mis dedos en mi culo abierto que todavía dolía, aunque me estaba gustando un poco.
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