Por curioso
Por andar de curioso, recibió lo que quería pero no como quería..
En verano me gusta ir a la unidad deportiva que queda cerca de la casa, mis amiguitos viajan, mis hermanos ya son mayores y se la pasan haciendo sus cosas, mi madre se va a USA para trabajar y regresa después de vacaciones, a mí me cuida mi abuela, sin embargo ella ya está grande y la mayor parte del día se la pasa dormida.
Como todos los días fui a la unidad deportiva, ahí veo a toda la gente haciendo ejercicio, me gusta porque hay una sección con juegos y ahí me entretengo.
En la unidad dan clases de natación y me gusta ir a ver cómo toman su clase, pero hace unas semanas empezó a ir un hombre muy interesante, es alto, blanco, con barba.
Después de ver a mi hermano manteniendo relaciones sexuales con su novia, desde ese día me llamó mucho la atención los cuerpos de los hombres y sobre todo el pene, ese día quedé encantado al ver el de mi hermano, en la unidad deportiva me meto a las regaderas a ver a los hombres desnudos.
Este hombre de nombre Jorge me encantaba, no era delgado, tenía pancita pero se me hacía muy sexi, y me gustaba ir a espiarlo mientras se bañaba, aunque siempre lo hacía con su boxer o trusa puesto, él un día noto que lo espiaba y me habló, me dijo algo como “ey chiquillo” y yo salí corriendo, hasta llegar a mi casa.
Los próximos días evite ingresar a las regaderas y me mantuve en el área de los juegos, pero Jorge ese día fue a correr a la pista de atletismo, que queda justo a un lado del área de juegos, en una de sus vueltas me sonrío y me dio un saludo con la mano, eso me hizo sentir tranquilo, porque yo pensé que estaría molesto conmigo.
Cuando se fue a las regaderas, lo seguí, me escondí de tras de los casilleros y lo vi desnudarse, pero esta vez se quitó todo, se enredó en la toalla y se dirigió a las regaderas, en ese momento me dio la impresión de que me vio escondido, pero como no dijo nada, supuse que solo fue mi imaginación, no me pude contener y camine hacia su mochila, mire para todos lados y como no había nadie cerca, tome el boxer blanco de Calvin Klein y lo olí, de tanta adrenalina me temblaban las manitas, olía a sudor y orina, pero me hizo que mi pipi se pusiera durísimo, no aguanté y lo lamo un poco.
Un ruido en las regaderas me hizo salir del trance, solté el boxer y me fui corriendo, no voltee y solo corrí hasta llegar a mi cuarto.
Mi conducta de oler y lamer su ropa interior se repitió toda la semana, y le sume el estar viéndolo mientras se duchaba, tenía un pene moreno y gordo, en comparación con su piel blanca se veía gracioso, me llamaba mucho la atención ver la cantidad de pelos que tenía arriba del pene, mi hermano no tenía nada, no sé si por lampiño o se rasuraba.
En una ocasión me vio observándolo y se empezó a tocar la verga, con el pretexto de enjabonarse, se le puso dura, y muy larga, yo estaba como hipnotizado, esta vez no salí corriendo y él me veía fijamente, se estuvo tocando la verga, se subía y bajaba el prepucio hasta que lanzó algo blanco, en eso me dijo “ven” pero me fui corriendo.
Al siguiente día fue muy sinvergüenza, cuando se fue a la regadera lo seguí pero ya sin temor iba a unos pasos de él, se desnudó y yo estaba sentado en la banca de al lado, cuando caminó a la regadera yo corrí a su boxer y lo olí, obviamente me vio, apenas había dado un par de pasos, soltó una risa burlona, pero no se detuvo, camine tras de él y me paré a unos pasos de la regadera, en esta ocasión desde que se desnudo tenía la verga bien erecta empezó a masturbarse y a gemir, y de pronto me dijo:
-Ven dame tu mano. Yo obedecí.
Él se vino en mi mano y me dijo.
-Pruébalo, cómetelo.
-No, como cree.
-Hazlo sabe rico y te hará crecer fuerte y guapo. – No lo pensé y me lo comí, no sabía mal, hasta un poco dulce, me atreví a decir, volvió a soltar una risa pícara y me dijo:
-¿Cómo te llamas?
-Maximiliano, pero todos me dicen Max.
-¿cuántos años tienes?
-Siete, pero ya voy a cumplir ocho, en menos de un mes.
-¿y te van a hacer una fiesta?
-Si, pero hasta que mi madre regrese del otro lado.
-Mira que interesante, que te parece si mañana vamos a mi casa para comprarte pastel.
-Siiiii!!! Pero le voy a decir a mi abuela si me da permiso.
-No creo que te deje, mira hagámosle así, voy a dejar mi carro estacionado afuera, en la calle de atrás, pero lo voy a dejar abierto, para que tú llegues y te subas, yo solo voy a bajar a pagar la mensualidad de natación y cuando regrese al carro, nos vamos a mi casa y te regreso aquí mismo, así no le dices a tu abuelita y sólo finges que vienes a la unidad como todos los días.
-Ok, está bien.
-Pero ¿si sabes cuál es mi carro?
-Si, uno negro, con las ventanas oscuras, está bien bonito tu carro.
-Así es, entonces así le hacemos mañana ¿va?
Ese día casi ni podía dormir de la emoción, y la mañana se me hizo eterna, pero no hay fecha que no se llegue y la hora de mi prime festejo se acercaba.
Llegue antes de tiempo pero me quedé en la calle jugando, lo vi estacionarse, se bajó y cruzó la calle a una tienda que hay frente a la unidad, yo corrí y me subí al carro “sin llamar mucho la atención” como me dijo él.
El carro olía muy bien, y estaba muy bonito, cuando llego se subió me prendió el carro y me hablaba sin voltear a verme.
-Quédate así sentado, ahorita vamos a ir al edificio que estoy haciendo, porque en mi casa hay gente.
-¿Entonces no hay pastel?
-Claro que hay, y también regalo.
Durante el camino, que no fue mucho, no hablamos, de pronto llegamos a un edificio muy bonito, que estaban haciendo en la ciudad, entramos al estacionamiento y tomamos un elevador, subimos hasta el último piso, en tramos a uno de los departamentos u oficinas, pero no había nada, estaba vacío, iba a caminar, me detuvo el hombro.
-Espérate, deja te pongo el pañuelo, recuerda que es una sorpresa.
Me puso un pañuelo en los ojos, me dijo, que me quitara los tenis y calcetines, por qué no podía ensuciar el lugar, me hizo abrir la boca y puso algo en mi boca, era como una bola, y lo amarró atrás de mi cabeza, me dijo que era mi gorrito de cumpleañero, empezamos a caminar y escuché una voz.
-Se estaban tardando, mira nomas como lo traes, amordazado y segado.
-En tráfico, ya te la sabes, pero ya estamos aquí, pero basta de cordialidades estamos aquí para festejar a Maxi, Max a la cuenta de 10 te quitas el pañuelo ok.
Empezaron a contar y escuché mucho movimiento, en lo que contaban, la cuenta no era tan rápida, cuando dijeron 10, me quité el pañuelo y gritaron “sorpresa” había un par de regalos, un pastel pequeño unos cuantos globos, me lanzaron confeti, me sentir muy alegre, pero en un segundo todo cambió, noté que tanto Jorge como su amigo estaban en ropa interior, y aquí fue donde “mi regalo inició”.
Después del sorpresa, Jorge se acercó a mí, con colocó su mano derecha en mi espalda, como para acercarme a la mesa y con la izquierda me soltó un puñetazo en el estómago, sentí que el aire se me salió, hasta vi un poco borroso, ellos solo se rieron, y me preguntaron si estaban bien, como pude asentí, en eso se acercó el amigo y me soltó otro puñetazo igual, ahí me doblé y caí al suelo, ellos nuevamente se rieron, y se decían cosas como “te pasaste” “míralo agarrando el aire”.
Inicie a llorar, las lágrimas salían de mis ojos y la baba me escurría por la mordaza que traía, me sentaron frente a la mesa donde estaba el pastel y me cantaron “cumpleaños feliz” me hicieron morder el pastel, pero antes de eso me dijeron que parara de llorar o me iban a dar más.
-Ahora viene la hora de los regalos, quieres Maxi.
-Si, dije con algo de miedo.
-este es de mi parte, dijo Jorge era un conjunto deportivo, short, playera, boxer, calcetines y unos tenis.
-Y este es de mi parte, dijo el amigo, dentro habían unos carritos hoteles.
-Gracias, me gustaron mucho. ¿Ya nos podemos ir? -pregunté mientras empezaba a llorar nuevamente, ellos había estado fumando marihuana desde que llegamos, el cuarto apestaba.
-Oí Inge que ya se quiere ir dice- le comentó Jorge al amigo mientras ambos se rieron
-¡Deja de llorar y quítate la ropa!- me asusté bastante, pero tenía miedo que me volviera a golpear, todo tembloroso, empecé a hacer lo que me decían.
-Así desnudo cómo estás ven y quítame el boxer, me dijo Jorge. Yo lo hice y su verga ya estaba parada, era enorme y gruesa.
-Que buena verga te cargas Jorge, dijo el ingeniero, ahora ven y quítame el mío.
El pene del inge era mucho más pequeño y delgado que el de Jorge, estaba más blanquito, me obligó a oler el boxer, ellos solo se reían, ¿a qué huele? Preguntó Jorge.
-A orinas, respondí, las risas se hicieron en el cuarto.
-A hombre, huele a hombre, dijo el Inge, soltando una cachetada, que me tumbó al suelo y me hizo ver estrellitas, -Inicie a llorar, pero recibí un puñado de cachetadas unas más fuerte que la otra -Cállate verga, callate que te va peor.
-Abre la boca, grande, mientras tomaba aire para soltar el grito, por que estaba llorando, me metió la verga en la boca y me dijo -Chúpalo como si fuera paleta.
Estuve un rato ahí chupando la verga, de pronto deje de llorar, y me concentré en mamar, esa verga, pensando que así me dejarían en paz.
Jorge se puso detrás de mí, me abrió las nalgas y empezó a lamer, me empezaron a salir lágrimas de los ojos, y empecé a temblar “mira como tiembla” y se reían.
De pronto Jorge me mete el dedo al culo de una hasta el fondo, intentó escapar, sin éxito y él Inge aprovecha para meter su verga en mi garganta, ambos se rieron y me lanzaron al piso.
Sentía que me ardía el culito, y no paraba de llorar, pero ya no había ruido, me pegaban si gritaba mucho, me empinaron en una silla, me amarraron piernas y manos, el Inge continuó metiéndome la verga en la boca.
-Ahora si mi Jorge, rómpele ese culo.
-Claro que si Inge, váyale explicando al nene.
-Max, ahora si, viene tu regalo de cumpleaños, ahorita te vamos a romper el culo, Jorge te va a meter la verga, y seguro te va a doler mucho, puede que hasta te desmayes, ambos se rieron, pero no hay nada que puedas hacer, yo solo lloraba, tenía miedo.
De pronto, sentir un dolor muy fuerte en el culo, sentí que me desmayaría pero no pasó, solo me quede todo aguado, sentía como si me hubiera hecho del baño.
-Mira sentía orinó todito, dijo el Inge.
-Que rico, contestó Jorge.- el dolor se hizo cada vez más intenso, de pronto el Inge, se vino en mi boca, yo solo tragué todo, Jorge me siguió embistiendo, muy duro, de pronto me empezó a dar nalgadas muy duras que me hicieron empezar a llorar fuerte.
-Eso maricon, grita, llora- Empezó a embestirme pero esta vez muy profundo y se detuvo.- gritó y dijo que rico, me tiro al suelo y ahí me quedé un rato tirado, ellos estuvieron hablando se limpiaron, el Inge se fue, Jorge se acercó a mí me levantó y me llevó al baño.
Me sentó en la taza del baño y me dijo “puja” me salió líquido y muchos gases, me limpió. Fuimos al cuarto me puso mi ropa nueva y él se quedó con la sucia dijo que “para siempre recordarme”
Cuando nos subimos al carro, me dio un abrazo muy fuerte y me dijo “feliz cumpleaños”.
-Maxi, espero que te hayan gustado tus regalos, y déjame te digo algo bebé, no te andes yendo jamás con desconocidos, o te pueden hacer daño ¿ok?
– está bien- dije – me seco las lágrimas me llevo a donde me recogió y nunca super de él.
……………
Espero que les haya gustado, si es así, dejen sus comentarios y pongas estrellas. ⭐️
@Abelmx



(4 votos)
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!