"Por ellas, toditos bien cochaditos"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Habíamos concurrido juntos hasta aquel alejadísimo y agreste parque allá bien en las afueras de la ciudad y donde jamás se veía un alma humana, y juntos, diez varones y diez mujeres adolescentes y ardiendo en eroticidades propias de esa edad, en un lugar así…no pudimos más que caer rendidos al ardiente deseo de entregarnos al desenfreno de una lujuria desaforada.
Pero obvio: primero, hubo una encarnizada y muy febril discusión acerca de qué sería lo que iríamos juntos en ese sentido a allí hacer. Y, fue así que en esa ardiente y muy entusiasta discusión, ellas supieron ir acorralándonos en una muy astuta estrategia dominante en la que fuimos quedando por ellas atrapados, hasta que la cosa así quedó acordada: Deberíamos los diez varones dejar que ellas nos amarrasen completamente desnudos a diez finas y altas palmeras allí en cantidad agrupadas, para dejarnos torturar por ellas con eróticas cosquillas que todas nos harían ahí atados e indefensos, desnudos y calientes…
¿Cómo fue posible que una cosa así sucediera? Ya lo decía recién: Ellas, inteligentemente y con enorme astucia, supieron imponer esa condición y a éso llevarnos hasta aceptarlo cómplicemente. Fue así que poseídos ya por una sobreexcitación monstruosa y ya resignados a soportar tal fechoría, los diez chicos varones nos fuimos desnudando todos entre el felíz sonreír malicioso de aquellas muchachas que, seguidamente, procedieron a ir atándonos así manos atrás a los troncos lisos de aquellas altas y femeninas palmeras, amarrándonos también los pies uniéndolos con unsegmento de cable que rodeando tras la base del tronco, unía uno y otro tobillo impidiéndonos así el poder mover nuestras piernas. Al ir ellas terminando la tarea de las ataduras, las sonrisas…iban tornándose en sonoras carcajadas.
Por fin, ya los diez bien amarrados y exhibiendo en nuestras desnudeces las escandalosas erecciones de nuestros penes gruesos y enormes, ellas comenzaron la más sonora algarabía de carcajadas al tiempo que alzaban sus brazos y bailaban y entre ellas chocaban en lo alto sus manos como en triunfal festejo de lujuriosa triunfalidad.
Entonces, los diez varones nos sentimos como los más idiotas de toda la tierra. Pero queriendo todos juntos ocultarlo, decidimos comenzar a reír como una manera de minimizar el error cometido y mostrarnos como cómplices en aquéllo que ya, comenzaba. Ellas, captando también eso, más todavía reían atrapándonos aún todavía más en aquella situación en la que estábamos ahí atrapados.
Aquéllo, comenzó a ser una de las torturas más deliciosamente monstruosas: Comenzaron a hacernos sutiles y por demás erotizantes cosquillas despiadadas recorriendo sus dedos por nuestros desnudos cuerpos y bailando en contorneantes movimientos de sus hermosos cuerpos enloqueciéndonos en calenturas que nos hacían hasta bramar y aullar como bestias ahí retorsiéndonos desesperados y locos ante el desenfrenado sutil o no tan sutil hacer y hacer de todas ellas. Tal vez, lo más sutil y torturante, fuesen sus socarronas miradas burlonas como riéndose sin decírnoslo, por la idiotéz de nosotros al haber caído así tan tontamente en la aceptación de ese jueguito.
Si: aquéllas sus miradas y risitas mientras nos torturaban …éso nos decían. Pero ya, la cosa no tenía vuelta atrás; ellas hacían y hacían a su más libre hacer y hacer, y nosotros debíamos…sentir y sentir…y aguantar y aguantar.
Aquéllo era una generalizada sonoridad de mil expresiones de la más loca mezcla donde nosotros los diez varones ya gritábamos o suspirábamos o reíamos o llorábamos, o gemíamos o aullábamos…o relinchábamos o rebuznábamos. Mientras, al mismo tiempo, ellas eran un a carcajadas reír y reír, soltar exageradas exclamaciones de socarronerías exprofesas, y un gozar desenfrenado de aquel hacer y hacer en el cual éramos sus más regalados juguetes…ardientes juguetes.
Entonces, pronto, los primeros chorros de eyaculante semen comenzaron a saltar pija afuera por aquellas vergas torturadas por las cosquilleantes manoseadas de nuestras dóminas allí impuestas. Entonces, las carcajadas de todas, se multiplicaban en cada eyaculación que ellas disfrutaban como lograda victoria. Victorias…que comenzaron a esmerarse en conseguir…una tras otra. Si: comenzaban ahora a jugar entre ellas, un atróz juego en el cual padecíamos la desenfrenada lujuria de jugar entre ellas para ver cuál lograba hacerle saltar más y más leche al que cada una tenía para sí torturando. Así, en tal cosa, habíamos quedado los diez…ahí atrapados.
Más ellas nos hacían y hacían , y más iban descubriendo en cada uno, las cosas que más y mejor nos excitaban, para ésas irremisiblemente hacérnoslas sin ningúnescrúpulo y sin que nuestras llorosas o sonrientes súplicas fuesen por ellas en lo más mínimo atendidas. Sacudíuamos nuestras cabezas…apretábamos fuertemente nuestros dientes…cerrábamos nuestros ojos o los abríamos exorbitados… estábamos…enloqueciendo.
Ver aquéllo, debería ser algo …sumamente interesante: Diez chicos completamente desnudos, calientes como volcanes y amarrados a diez palmeras teniendo frente a sí, a diez hermosas muchachas que se divertían torturándolos deliciosamente en un sádico jueguillo en el cual una y otra vez lograban ellas hacerlos explotar como bombas orgásmicas para de ellos arrancar una y otra vez aquellas eyaculaciones que asombrosamente a chorretadas les hacían a todos pija afuera saltar. Unos y otros , fuimos finalmente desmayándonos hasta quedar por fin, todos desvanecidos ahí en esas palmeras atados. Oíamos, en nuestras nebulosas inconscientes, sus carcajadas triunfales, sus aplausos, y sus sus jubilosos gritos. Por fin, ya por ellas desatados, coronamos aquella su total victoria sobre todos nosotros, lamiéndoles bien los pies a todas, como una justa muestra de aceptación de la superlativa superioridad de ellas sobre todos nosotros. Luego, repuestas un poco nuestras fuerzas, desnudos y por todo el parque, las paseábamos a todas montadas sobre nuestros hombros. Ellas, riendo felices, a voz en cuello decían: -"Cómo…pero cómo los cochamos!!! Toditos…toditos bien cochaditos!!!"
(Espero, les haya gustado; de resultar así, les seguiré contando…sinó…NO.) AXEL.
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