Por la presión que me montó, dejé que me lamiera el culo, y terminó clavándome toda su verga…
Un tipo amenaza a otro, para que se deje lamer el culo, para posteriormente clavarle toda su verga..
Por la presión que me montó, dejé que me lamiera el culo, y terminó clavándome toda su verga…
Hace poco, que me sucedió esto que les voy a contar, soy contratita independiente de una reconocida empresa, así que como ingeniero químico debo llevar a feliz término el proyecto que se me ha encargado, por lo que, en ocasiones, debo realizar mis labores, hasta altas horas de la noche.
Por uso y costumbre, al terminar siempre paso por el gimnasio que se encuentra dentro de las facilidades de la empresa, y tras una rápida sesión de ejercicios, me ducho y me voy para mi casa.
Estando en la ducha, ya a esa hora de la madrugada, pensé que me encontraba solo, ya que, por lo general, el personal de la farmacéutica se encuentra realizando labores de limpieza, en la planta.
Así que mientras me duchaba dejando que el agua de la ducha cayese sobre mi espalda, y nalgas.
Comencé a enjabonarme, todo el cuerpo, y en especial mi culo, ya que antes de ducharme había descargado mis intestinos completamente.
Yo estaba de lo más concentrado enjabonando mi culo, dándole la espalda a la puerta de las duchas, cuando escuché una gruesa voz que dijo. “Bonito culo, me gustaría comérmelo.”
Yo me quedé pasmado, en esos momentos no esperaba que nadie estuviera en las duchas, y mucho menos que me saliera con esas palabras.
Indignado me di vuelta de inmediato, y frente a mí, completamente desnudo, a pocos pasos se encontraba un empleado de bajo nivel.
El tipo, sin temor a exagerar diré, que es la viva imagen de un mastodonte, con unos brazos más anchos que los muslos de mis piernas, su espalda, y quizás exageró un poco, pero no por mucho, es más ancha que una nevera.
Además de eso debe medir más de un metro ochenta de estatura, sin contar que cuando al verlo de frente, vi que su miembro aun en reposo, seguramente era dos, o quizás hasta tres veces, más ancho, y largo que el mío.
De inmediato le pregunté qué falta de respeto era la suya, que si no tenía idea de quien yo era, él se sonrió maliciosamente y dijo. “No estoy hablando contigo, pendejo. Hablo con ese culito lindo, que me estaba sonriendo.”
No podía creer la desfachatez de ese tipo, y sin decir más nada, decidí cortar por lo sano, retirándome de las duchas.
Cuando al pasar por su lado una de sus grandes manazas me agarró, por uno de mis brazos, diciéndome. “Mira la verdad es que me gustaría un montón darte por el culo.”
Del susto, me puse pálido, y traté inútilmente de zafarme de su mano, pero no pude, al tiempo que él insistió diciéndome. “Qué te cuesta, déjame que te dé por el culo”
Me armé de valor, y le pregunté que, si estaba loco, o qué, qué más le valía soltarme, o se iba a meter en un grave problema conmigo.
La verdad es que creo que mis palabras no lo impresionaron para nada, ya que continuó riéndose de forma maliciosa, y me respondió. “Ya que no quieres darme el culo, por lo menos deja que te lo mame.”
La verdad es que me impresionó su insistencia, y luego remató diciéndome. “O me dejas que te mame, el culo, por las buenas, o de aquí no salimos sin caernos a golpes.”
De momento me quedé sin saber que responderle, mirándolo fijamente a sus inexpresivos ojos, sintiendo su gruesa mano, sujetándome con fuerza por mi brazo, como diciéndome.
Esto es una muestra de lo que te espera, si no me complaces, por mi mente de inmediato visualicé una imagen mía, con todo el rostro, y el cuerpo malamente golpeado, botando sangre por la boca, y con mi cabeza, costillas y brazos vendados, diciéndole a un burlón policía, que el ese tipo, me había caído a golpes, por no dejar que me mamara el culo.
Resignado, sumisamente le dije que aceptaba que me mamara el culo, pero nada más eso, él se sonrió, mostrando su blanca dentadura, pero de inmediato me dijo. “Ok termínate de lavarte bien ese culo, que ya te lo voy a lamer.”
Regresé a la ducha, y nuevamente comencé a enjabonar mis nalgas, y hasta mi esfínter por fuera.
Cuando él se me acercó, con una crema blanca en una de sus manos, diciéndome, al tiempo que hizo que me inclinase hacía adelante. “Esto es para asegurarme que te limpias bien.”
Y casi de inmediato sentí una de sus manos y dedos, agarrándome las nalgas, esparciendo esa blanca crema, sobre mi esfínter.
De inmediato supe que se traba de pasta dental, por la rara sensación refrescante que dejó sobre el hueco de mi culo.
Aunque yo estaba aún reacio a colaborar con él, sentí como uno de sus dedos, penetró mi culo, y al poco rato, dejó que el agua que caía de la ducha arrastrase, los restos de la pasta dental que me había puesto entre y dentro de mis nalgas.
Permanecí bastante inclinado hacia adelante, colocando mis manos contra la pared de la ducha, mientras que él, se tiró al piso, para luego con sus manos, hacer que separase mis piernas.
Mi mayor preocupación en esos momentos era que, algún otro empleado llegase, y nos viera, dirigí creo que instintivamente mi vista hacía la puerta, diciéndole. “Esto es por un corto rato, no quiero que nadie nos vea haciendo esto.”
A lo que él me respondió. “No te preocupes que, a esta hora, nadie debe venir a este sitio, y además después de que pase un rato, tú me dices cuando terminamos.”
Esas últimas palabras me reconfortaron, pensé bueno espero que pase un corto rato, y le digo que ya, terminé de pensar eso, cuando sentí sus manotas agarrando mis nalgas, y separándolas.
Casi de inmediato comencé a sentir su gruesa lengua, como comenzó a lamer mi culo, en especial mí apretado esfínter.
Al principio traté de no aceptar lo que me estaba pasando, pero a los pocos segundos, me di cuenta de que un sabroso placer me estaba embargando todo mi cuerpo.
Él con fuerza, apretaba su rostro contra mis nalgas, y su gruesa lengua y creo que, hasta alguno de sus dedos, los enterraba deliciosamente dentro de mi apretado culo.
Como soy de los que se ducha con el reloj puesto, me di cuenta de momento que ya llevaba cerca de unos diez minutos, mamando mi culo, lamiéndolo, y enterrándome su sabrosa lengua dentro de mis nalgas, y algo que no pude controlar, fue que a medida que él continuó, enterrándome su lengua, y dedos dentro de mi culo.
Comencé a restregar mis nalgas contra su cara, y en lugar de apoyarme contra la pared con mis manos, lo hice con mi cabeza, mientras el agua de la ducha continuaba cayendo sobre nosotros dos, al tiempo que, casi gimiendo de placer, con mis manos separé más mis nalgas, para sentir su sabrosa lengua más dentro de mí.
Sin dejar constantemente, de decir cosas como. “Hunnn, que rico. Hunnn, sigue, sigue. Hunnn, quiero más.”
Fue cuando él, separando su cara de mi culo, me dijo. “Ahora sí, quieres que te dé por el culo.” A lo que yo sin control alguno de mis palabras, le respondí que afirmativamente.
Se levantó del piso, me tomó con sus manazas, por mi cintura, y dirigiendo su tremenda verga, al centro de mi culo, atravesó mi esfínter sin dificultad.
Las lágrimas se confundieron con el agua de la ducha que nos caía encima, creo que hasta mis ojos se me iban a salir de sus orbitas, por unos instantes, me pregunte sumamente asustado, que sucede.
Hasta que sentí la barriga y pecho del uniéndose a mi espalda, y nalgas, su boca, se acercó a mis orejas, y nuca, y al tiempo que las mordisqueaba suavemente, él comenzó a sacar, y meter su tremenda verga dentro de mi culo.
Por un rato me quedé entre paralizado por el fuerte doloroso placer que me proporcionaba, con su tremenda verga, y la incredulidad de que todo eso lo tuviera dentro de mí.
A medida que él continuó clavando, y sacando su verga dentro de mis nalgas, yo volví a comenzar a moverlas rítmicamente, restregándolas contra su cuerpo, como buscando sentir, más y más dentro de mi semejante cosa.
Yo mismo no podía creer, que yo disfrutase tanto, lo que aquel desarmado empleado me estaba haciendo, por lo que no dejé de mover mi culo, y comencé a masturbarme, al mismo tiempo.
Después de un largo rato, ni tan siquiera realmente me importaba si alguien nos descubría, yo a cada embate de que sentía su verga, entrando o saliendo de mi culo, gemía de satisfacción, hasta que él comenzó a detenerse al tiempo que con más fuerza me apretaba entre sus brazos.
Finalmente acabó dentro de mí, y al poco rato extrajo su gruesa verga de mi culo, y al hacerlo sonó como quien descorcha una botella de champan.
Por mi parte, al tiempo que me dejé caer al piso con mis piernas y culo bien abiertos, continué haciéndome la paja, hasta que me vine.
Pude ver como bajo mis testículos, el hueco de mi culo manaba su leche, que se confundía con la que yo comencé a eyacular.
De momento levante la mirada, y vi cómo tras lavar su verga con agua y jabón, dejó que el agua de la ducha lo terminase de limpiar.
Se me quedó viendo fijamente a mi boca, y no hizo falta de que dijera nada, voluntariamente, me arrodillé frente a él y comencé a mamar su verga, hasta que esta estuvo nuevamente bien dura y parada.
Por lo que yo seguí mama que mama, hasta que volvió a venirse, pero en esa ocasión dentro de mi boca y garganta, haciendo que me tragase el resto de toda su leche.
Después de eso, ni tan siquiera se despidió de mí, me quedé tirado bajo la ducha, hasta que después de un buen rato me incorporé, me enjaboné, y apenas terminé de ducharme, me marché a casa.
En el camino me fui diciendo una y otra vez que yo no era maricón, que todo fue producto de las circunstancias.
Que me iba a comprar un arma y vaciársela al desgraciado ese, por haberme comido el culo, en fin, pensé muchas cosas, camino a casa.
Desde luego que, al llegar a casa, no le dije nada a mi esposa, por unas cuantas semanas evité volver al gimnasio, al salir de madrugada de la empresa, al tipo ese, no lo volví a ver, durante ese tiempo.
Pero como al mes de que me había sucedido eso, regresé a mi rutina, y como al tercer día, reapareció completamente desnudo, en la ducha del gimnasio.
No hizo falta que dijera nada, apenas lo vi asumí la posición de manos contra la pared de la ducha, el cuerpo inclinado hacia adelante, y mis piernas bien separadas.
Y a los pocos segundos comencé nuevamente a disfrutar como su lengua masajeaba divinamente todo mi culo, y de todo lo demás.
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