Por malas calificaciones, tres machos reciben en su rancho a un sobrinito bien putito (parte 3)
Luego de ser cogido boca abajo, de cucharita, le larguen en la boca y le hagan mamar por primera vez, Joelito iba a seguir recibiendo otras cosas, en lugar de formación en esa chacra….
Un sanitario en el campo suele estar compuesto por una ducha, lavatorio de manos y, en este caso, un water que, si tuviera vida o una cámara incrustada, estaría siendo testigo de algo muy fuerte. Pero antes de seguir, recordamos a Darío, el menor de la casa con 23 años, un morocho de buenísimo cuerpo, el que con una regla de colegio confirmó tener una metralla de 20 centímetros que descubrió, desde su segunda cogida lo que realmente le gustaba hacer: a sus 15, le violó una y otra vez a una vecina de tan solo 11 años, a la que bajo engaños metió a su pieza y le hizo tanto daño que, en un momento su hermano José tuvo que intervenir luego de escuchar sonidos de desgarro de la víctima…»Mi hermano querido, tranquilo nomás, yo sé que te estás haciendo hombre, pero a nenas como ella le tenés que coger más lento, hacer que tu pija saboree más…o si querés violarla nomás entonces por lo menos tapa su boca que sufre la feroz pija que le metés… bueno ídolo cierro la puerta y avisame cuando ya te canses porque tengo para ella mucha leche de mi palo jaja»…
Al día siguiente y sin lavarle aunque sea la conchita, Darío la vistió y la dejó a la pieza de José quien, frotándose las manos, la desnudó otra vez y haciendo que sus agujeros queden bien a la vista, le propuso «contame todo lo que te hizo la bestia de mi hermano o te doy solo por el culo por todo el día… elegí vos»; ella, llorando y temblando, decidió recordar cada detalle y así deslechar a pura paja al hermano mayor que desencajado en placer escuchaba todo y así, largada tras largada, llenar toda su inocente piel y también hidratar esa boca relatora con lechita de varón.
Y siguiendo con el dolor, un atento Darío, solo en el rancho y aprovechando la ausencia de los otros dos, vio al pibe Joel entrar a bañarse y diciendo «perdón sobrino, entro a orinar un ratito y salgo», «che, pensé que pusiste la cortina…se te ve el culito» y luego de decir «tranquilo que estamos entre hombres, tenemos lo mismo», empezó a sacudir su manguera una y otra vez a propósito, hasta lograr que Joelito se condenara al mirarlo de seguido… ¿Sobri, te gusta lo que ves, querés pija?… 25 minutos después, el sobri de pie lloraba amargamente bajo la ducha, con su tío atrás marcando el ritmo de la violación con su enorme pene, más fino en la punta y más grueso en la base, de esos que nunca dejan de doler cada uno de esos 20 centímetros que está reventando, sin condón y sin lubricación el orificio de Joelito que, superado en fuerza, no puede zafarse de esa dolorosa berenjena que, para retrasar su venida, le entraba todo y por un buen rato quedaba quieta, estirando los bordes de su culito hasta los límites…para Joel, pocos días después de que Esteban lo haga feliz, volvía a tener una nueva primera vez…que lo están violando y muy duro.
Poco después, sin largar Darío sacó su matraca de ese culo y lo pone de frente «Sobrino, vos sos inteligente, si querés seguir vivo, ni una palabra de esto» a un Joelito que así descubría, en ese momento el lado más oscuro del sexo. Llorando y mojado fue a su pieza, triste, con dolor en el culo y en el corazón al que, rato después, sumó susto y terror al enterarse de que su otro tío y su macho Esteban recién volverían al día siguiente y, con esa matraca sin lecherar, significaba peligro, mucho peligro.
Peligro que se hizo realidad al estar quieto, sentado, de espaldas y con sus pies apoyados cada lado en el muslo del morocho vergón, siendo sometido a un frenético y profundo bombeo en la posición de «vaquero inverso», por parte de aquel mismo varón que, momentos antes, en el sofá lo hizo sentarse en su mandioca para violarlo de una forma tan desconsiderada y dolorosa como silenciosa, silenciando con un sucio bóxer metido en su boca y así nada pudo hacer para frenar esa poronga que, minutos después, a diferencia de lo que pasó en el baño, sí le dejó abundante virilidad en su canal rectal, como uno de los 4 recuerdos de lo que terminó siendo su primera noche entera de violación.
Sin dejar de llorar, el putito estaba de cuatro con las piernas bien juntas, recibiendo toda la fuerza del violador, que se daba aquella fiesta de la única forma en la que gozaba del coito, embestida tras otra. Minutos después, con su dedo índice terminó de limpiar la cabeza de su pija y poniendo las últimas sobras en el orificio nasal de Joelito y un último suspiro, terminó de empavonar toda la cara de su víctima a la que dejó bien bañada en su leche.
Y mientras los otros dos machos dormían en el hostal del pueblo, la espalda del peque estaba mojada con el sudor de su Tío, que encima de el le ponía su enorme pene adentro; el culón pensaba en Esteban y asi tratar de aguantar tanto dolor, pero instantes después Darío lo puso de pie para seguir dándole pija y, en esa posición, el dolor fue terrible… tanto que por inercia el adolescente dio unos cuantos pasos y cayó al suelo sintiendo que su culito ardía de dolor. Ya sin el boxer con olor a huevos en su boca, dejó escapar un desesperado “AHHHHHHH» al recibir en el suelo, una vez más ese taladro del hombre que estaba dispuesto a seguir dándose placer con su culo, en el que desplazaba hacia delante y atrás a toda bala…y sentía como esa flor de poronga iba saliendo de su interior solo para después entrarle con todo, una y otra vez. El tío Darío quería dejarle muy en claro a Joel que ese cuerpo ya fue conquistado por el, la violación era la guerra y su sable el arma que invadía cada fibra hasta que agarró con fuerza esa cinturita de putita, la que rápidamente, recordando la cogida con Esteban, supo lo que venía a continuación y, cerrando los ojos, sintió las brutales sacudidas…tan duras que lo hacían temblar, para gozo de aquel insensible macho…»por más que te hacés la llorona sos tremenda puta busca pija» y así, escuchando llantos y gritos, empezó a correrse dentro del pequeño, hasta la última gota.
«A ese tu culo hay que domarle hasta llenarle de leche, aguantá que para eso está»… Se levantó del suelo y luego vió como su semen se escurría por las piernas de ese trolito que continuaba ahí tirado llorando sin parar. Para tristeza de Joelito, al menos de sus tíos eso lo excitó demasiado, por lo que levantó al niño agarrándolo del cabello y lo tiró en la cama, de manera tal que su cabeza quedó al borde y el resto de cuerpo boca abajo en el colchón… se acercó parado frente al niño y como pincel en lienzo, pasó una y otra vez la pija por su cara, de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, en diagonal, bordeando sus labios, mentón y nariz…»Mirá como me tenés putito, sos una calienta pijas, con esa carita de pendeja asustada luego de ser secuestrada y antes de ser liquidada a pijazos, bueno continuamos…Joel, en ese momento, tragando saliva, sintió el verdadero terror.
No era la iglesia, pero los dos hombres estaban de rodillas, con Darío atrás moviéndolo al ritmo y compás de la penetración. «Oh, oh, oh, ay, ay, ay, aaaahhhhh» estimulaba al que envolvía su cuello con su brazo o estiraba su cabello hacia atrás, haciendo que Joel se pasara con la boquita bien abierta al gritar y vibrando… minutos después, mirando al techo sintió esperma caliente y a bulto impactando en sus nalguitas en las que Darío, después de largar todo, le aplicó un intenso masaje con sus manos y esa crema especial.
A las ocho de la mañana del día siguiente, cuando llegaron Esteban y José, no vieron nada raro en el putito que, luego de ser cogido otra vez en el baño y bien bañado para no tener rastros del violín pijón, dormía profunda e intensamente y Darío, ya laburando en las plantaciones de mandioca, se tomó un pequeño descanso y apoyándose en un árbol, se hizo una fuertísima paja y así festejar consigo mismo esa deliciosa faena, deseando que no fuera la última… y tirando su chele al suelo, quería volver a repetir…
Espero que les haya gustado y seguimos en la próxima entrega, esperando que hayan tenido una muuyy rica paja…
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