POSEÍDO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Había yo cumplido mis 16 años recientemente,y envuelto ya en esas calenturas sexuales propias de esa edad, voy a parar a casa de esa tía cuya hija, Gladys,había siempre sabido hacer conmigo cuanto se le había ocurrido hacerme sin yo oponerle la más mínima resistencia jamás.
Ya pues en el viaje, iba yo sabiendo que Gladys…iba a hacerme su juguetito en cuanto llegara. Gladys, al igual que yo, tenía también, 16 años. Y llegué pues, y tal cual lo tenía yo previsto, Gladys en cuanto llegué…me llevó a los empujones a su dormitorio, allí me desnudó, y me hizo saltar ríos de leche haciéndome cosquillas y pajas y mamándome como descosida y follándome y casi enloqueciéndome en una verdadera maratón orgiástica del más desenfrenado sexo en el cual comenzaba yo a servirla como su ya permanente esclavo tal cual ella así me lo anunció desde el primer minuto al recibirme. Debo agregar que todo tal cual lo cuento así se dió con tal facilidad para ella, ya que sólo ella estaba en la casa para esperarme, y eso ella lo aprovechó para hacerlo aún más directamente grotesco como todo lo que a Gladys le gustaba hacer conmigo.
Gladys tenía una hermosura tan increíblamente exuberante, que yo siempre había estado por ella como poseído en un embelezamiento que me ponía por ella como a un verdadero idiota capáz de las cosas más insólitas como ser…aceptar ser de ella, ESCLAVO TOTAL. Gladys supo captarlo desde un principio, y desde un principio, pues…Gladys éso supo también aprovechar.
Imponente y como paradisíaca casaquinta allá perdida entre quilómetros de bosques que la rodeaban, era la mansión aquélla de mi multimillonaria tía, y sólamente ella y Gladys allí, y ella, o sea tía que casi ninca allí vivía, hacían posible aquella grotesca cosa en la cual Gladys daba rienda suelta a su dominación absoluta sobre mí, haciendo de mi persona el más absoluto objeto de sus deseos repletos de una lujuriosidad en la cual conmigo…hacía lo que quería. Confieso que yo, gozaba en un placer extremadamente indisimulado en el cual hasta gritaba en desmedidos goces sintiendo a aquélla mi hermosa prima exprimiéndome siempre como al más jugoso fruto erótico que siempre a su loca manera de exprimirme, más y más jugos a ella le daba. Reía ella y reía yo, pero más aún reía ella, al verme tan, pero tan incondicionalmente rendido en un placer por ser así de ella su objeto y de entregarme a ella con aquél tan intenso brindarme y el placer que no ocultaba, que Gladys gozaba y reía diciéndome sin escrúpulos que era yo su más "regalado juguete", cosa que por cierto, en absoluto carecía de fundamental verdad.Y era así como en nuestras soledades casi permanentes allá en aquel "paraíso",andaba yo siempre completamente desnudo y casi siempre con Gladys montada sobre mis hombros, llevándola por todas partes y siempre con mi chorizo completamente empinado y sintiendo aquellas atroces cosquillas que Gladys con sus descalzos pies me hacía en los huevos y haciéndome saltar una vez tras otra así chorizo afuera, aquellos chorros de leche que me hacía saltar en medio de orgasmos que me hacían bramar como a un bicho. También solía Gladys jugar a torturarme, y gozábamos en ese juego sadomasoquista en el cual solía ella llevarme hasta límites en los que llegaba yo a sentirme en los arrabales de una locura que me hacía ver estados de la demencia ya acariciante de mi persona, y entonces recién ahí, inteligentemente Gladys sabía poner marcvha atrás en la marcha de aquel loco juego, para volver a la normalidad que nos permitiera poder seguir siempre en esa cosa de así ella y yo disfrutar a pleno. Reíamos…cómo reíamos!!!
Ayyy!!!, las cosas, pero las coooosas que hacía conmigo aquella muchacha!!! Follarme horas enteras así atado y desnudo amarrado ya una cama, a un tronco, o a una piedra…O aquéllo de hacerme lamerla entera hasta bañar su cuerpo con mi lengua…haciéndome conocer de memoria el gusto de sus pies…de su culo…de su coño…axilas tetas y todo, pero todo, todo, todito..! Recuerdo cómo me hacía comer comida para caballos con excitantes sexuales a éstos destinados…¡y cómo reía yo comiéndola y ella, viéndome comer..! Y jugábamos buscando ella y yo nuevas y más grotescas formas de dominación en las cuales fuera siempre yo más bestialmente humillado,y reíamos en una complicidad que nos hacía cada vez más, ser como enamorados cómplices en un loco amor en el cual yo, estaba verdaderamente: POSEÍDO. Hasta que a Gladys se le ocurrió un día aquella más que loca idea..! una idea que al escucharla, aunque es verdad reí al oírla, también…los pelos de punta se me pusieron. Pero Gladys ya saltaba y aplaudía festejando su ocurrencia, y ya, la nueva cosa aquélla, estaba ya sellada. Entonces, un fortísimo ardor de masoquista deleite, invadióme por entero…verdaderamente, estaba yo por ella: POSEÍDO..!(continuará)
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