Queda entre compas (Fistin, Bondage, Lluvia dorada, Beso blanco y moderado BDSM o Sadomasoquismo)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por miguel10cast.
Hola me llamo Arturo, actualmente tengo 21 y estudio Ing. Industrial. Pese a que el campus universitario en el que estudio está muy lejos de casa tuve que buscar una habitación en la nueva ciudad a la cual me iría a vivir. En aquel entonces yo tenía 19 años y tenía claras ya mis preferencias sexuales, la casa a la que me iría a vivir tenía algo en particular, había solo 4 habitaciones y ya residían 5 chicos y 2 chicas, pero ellos no eran chicos comunes, pertenecían al equipo de fútbol de la universidad. La historia de porque había tantas personas en aquella casa es porque pese a que la renta era un tanto costosa se vieron en la necesidad de compartir recamaras, me tocaba dormir en cama matrimonial con aquel quinto solo, no me pareció mala idea y no lo fue. Desde entonces se llevaron a cabo los encuentros pasionalmente más intensos que jamás haya experimentado y hoy, hoy les narrare el primero.
PD: Mi historia por más increíble que parezca es real, el relato a continuación contiene fetiches de muchos tipos: Fistin, Bondage, Lluvia dorada, Beso blanco y moderado BDSM (Sadomasoquismo)
Corría le día lunes 3 de septiembre del año 2012, como olvidar esa fecha, aún era verano y el calor se hacía sentir, fue un año muy caloroso, esa día mi compañero de habitación junto al resto de los compañeros de casa tenían un partido, teníamos escasamente un mes de conocernos pues apenas cursaba el primer semestre de la carrera, las chicas rápidamente se volvieron grandes amigas mías, los chicos se volvieron amigos de aquellos juguetones y curiosos, nuestra historia es un tanto particular pues en ese grupo de habitantes había una libertad de expresión y en general tan grande, personas liberales y de mente abierta, desarrollarse en esa casa era de lo más genial que me pudo haber pasado.
El reloj marcaba cerca de las 4 de la tarde cuando el partido llegaba a su fin, habían sufrido una derrota y pese a que incluso a inicios de semestre había mucha tarea nos fuimos a casa cansados queriendo solo descansar, no recuerdo con exactitud que hizo cada uno pero yo me fui a mi habitación, uno noche anterior me había desvelado haciendo una presentación por lo cual esa tarde tenía mucho sueño y al tirarme a la cama caí profundamente dormido. Más tarde y con la luz tenue de la tarde escuche la puerta abrirse, era mi compañero, Isaí, él es alto, moreno, de complexión atlética, tiene bellos normal y por alguna razón yo imaginaba que era muy salvaje en la cama, se sentó en la cama y por inercia yo también me senté, yo y aquel tipo tuvimos buena relación de amigos desde el primer día que nos conocimos, yo no soy de los que juega futbol pero por el cualquiera y siempre jugando nos agarrábamos a putazos jugando durante o al final del partido, es el mejor amigo que he hecho en la universidad y cualquiera se lo pensaría.
– ¿Te he despertado?
– Si, pero no hay pedo ya me iba levantar.
– No mames estoy bien cansado.- A lo cual de reojo volteó y lo vi quitarse los tenis deportivos mientras se daba masajes en los pies, llevaba puestas unas medias blancas de talón y dedos gris, vi como aun por su nuca corría el sudor y no pude evitar sentir excitación, nadie de ahí sabía que era gay, de lo contrario tal vez no me hubieran aceptado, no lo sé.
– ¿Seguiste jugando wey?
– Nos echamos una cascarita yo y unos compas.
– ¿Te duelen los pies?
– Más o menos.- La idea, esa que todo fetichista de pies cree, era la que estaba a punto de proponer y aunque fuese imprudente no me resistí.
– ¿Te doy un masaje? acá de compas, soy bueno.- Esa sonrisa de lado propia de él y que tanto me ha matado se dibujó en su rostro mientras reía un poco.
– No mames wey.- Mientras reía, de esas risas de confianza.
– ¿Qué wey? Somos amigos ¿Qué no?
– Pues si wey pero eso se vería muy de putos.
– No mames, no tiene nada de malo pero si no quieres no hay pedo.- Entonces yo me eche a reír suave también.
– Sobres pues, no mas hoy por que la neta si me duelen cabron.
– Ya estas, Pero que no se te vaya a parar he wey.
– ¡No mames!- Mientras reía nuevamente.
Le di la vuelta a la cama y cuando estuve de frente a él nos observamos, le lance una sonrisa insinuante la cual entendió respondiéndome con una aún más, no teníamos ni idea de lo que nuestros instintos salvajes nos harían cometer aquella cálida tarde de verano. Me hinque frente a él y de nuevo lo observé, ahora más directamente, estaba excitado y no lo sabía, el solo concepto me erizaba la piel, entonces tome su pie derecho y comencé a masajear, me senté sobre mis talones y seguía masajeando su pie, cambie al izquierdo y así me fui atenuándolos, después quite los calcetines, un tenue aroma a sudor impregnaba mi nariz avivando la excitación, ahora no solo masajeaba sus pies, me iba hasta su pantorrilla y la rodilla, bajaba por sus pies llenos de bellos, no veía nada más que un macho el cual quería que me hiciera una locura en ese momento, me perdí en la sensación de su piel, en estar tocándolo de otra forma, sin darme cuenta mi pene ya estaba duro, lo tocaba y cada vez me perdía más en su piel, cuando escape de aquella fantasía percibía sus miradas, directas y muy penetrantes, entonces lleve mis ojos directamente a los suyos, nos observamos durante un par de segundos
y me dijo.- ¿Eres Gay?- Y sin miedo y como decir cualquier cosa le respondí.- Sí. Nos observamos sin separar nuestras miradas durante un par de minutos más y en un movimiento casi imposible quedamos de frente, mirándonos el uno al otro sin perdernos de vista, nos dimos un atroz y apasionado beso, de aquellos salvajes que despiertan las más profundas y obscuras fantasías de hasta el más puro y recatado, yo estaba por revivir esa pasión casi muerta por sentir lo que era estar con un macho, repagaba con tal fuerza su verga ya dura a la mía que la sentía entrar, nos tocábamos y nos abrazábamos como si al día siguiente el mundo se fuera acabar, el sudor le escurría por el cuello y yo lo lamia, la excitación nos comía vivos y yo solo quería más, el único sonido que se escuchaba en aquella habitación era el de nuestras respiraciones agitadas golpear nuestra hombría ya perdida, él era un viril y tosco deportista que estaba disfrutando en todo esplendor, comencé a quitar desesperadamente su playera y la arroje al piso, el comenzó a desabrochar sus pantalones y ese jodido sentimiento de culpa me vino a la mente.- Esto está mal.- Y de la forma más sínica me respondió.- Esto queda entre compas wey.-
Mientras me tomaba de la nuca y volvíamos a unir ferozmente nuestras bocas. De alguna forma caímos recostados en la cama y yo me movía muy rápido, me desnude en cuestión de segundos, las prendas regadas adornaban el piso de aquella habitación, me fui besando su cuello, lamia y moría hasta sus oídos, saboreaba el rico sudor de aquel semental, comencé a bajar por su pecho, lamia y besaba toda esa zona, jugaba con sus pezones, después baje por el abdomen llegando a ese camino de bellos que se dibuja de su ombligo hasta su zona púbica enredando sus bellos en mi lengua, cuando llegue a esa línea dividida por su bóxer y la piel desnuda me fui a besar y lamer su pene por sobre la ropa, sentía sus huevos calientes ahí debajo, emanaba ese aroma a macho que todos amábamos, baje su bóxer casi arrancándolo de su cuerpo,
llegue de nuevo a sus pies y los lamí desesperado y muy caliente, el solo me observaba retándome, quería saber de qué era capaz y me abalance de nuevo a su verga desnuda recostada sobre su abdomen, 20 centímetros de pito duro y venoso me iba comer en ese momento, comencé a mamar la cabeza, sentía el sabor a sal en mi lengua, bajaba y subía succionando toda esa rica verga, la quería toda dentro de mí y la sentía cada vez más dura, después me fui hasta su cara y nos fundimos de nueva cuenta en un pasional beso salvaje, movía mis caderas sobre su pene y ambos desplegaban liquido pre seminal, el tipo estaba sudado y eso me encantaba aún más, baje hasta sus axilas y comencé a lamer el sudor que había en ellas, disfrutaba de cada rincón de ese tipo, después el me lanzo a la cama y se incoó sobre mí, me tomo de las mejillas levantando mi cara hasta la suya, abrió mi boca y escupió dentro de la ella, después con tal rudeza bajo mi cabeza hasta su pito y lo metió dentro de mi boca, me tenía agarrado de la cabeza y metía su verga muy salvajemente dentro hasta el fondo tocando mi garganta, de nuevo levanto mi cara y me dijo.
– Esto es lo que quieres putito, te voy a dar verga hasta partirte el culo.- De nuevo escupió pero ahora en mi cara mientras me daba una cachetada no muy fuerte.
– Si cabron, párteme en dos quiero todo ese pito adentro de mí.
– Así me gustan, bien putas.
De nueva cuenta y sin darme tiempo de responder llevo mi cara hasta su verga dura y la metió, ahora era más rudo que antes y no me daba tiempo de nada, la metía muy adentro, me provoco el vómito y eso le éxito más, seguía metiéndola muy duro después me pidió que le chupara los huevos a lo cual yo me lancé, por última vez levanto mi cara a la suya y me volvió a golpear, esta vez con más fuerza, se levantó de la cama y de un cajón saco un paño, se lo llevo a la cama y me pidió que me hincara en el piso y pusiera mis manos en la espalda, ato mis manos y se paró frente a mí, yo volteé a obsérvalo de frente y a una velocidad increíble me dio un golpe de tal magnitud que me derribo en el piso, de mi nariz comenzó a salir sangre y de nueva cuenta me hinque, esto comenzaba a gustarme, no decía nada y yo agache la mirada, el me obligó a levantarla y escupió en mi cara, puso su verga de frente a mí, su cabeza tocaba mi nariz, la escena me era tan excitante “eres el puto más grande y aguantador que he conocido”
yo no le respondí nada y después por la espalda me levanto provocándome cierto dolor, me arrastro hasta el baño y de nuevo me hinque, se puso de frente a mí y en el lugar de la ducha comenzó a orinar encima de mí, sentir sus fluidos calientes recorrer todo mi cuerpo elevo la excitación a otro nivel, estaba reventando de ganas, después me puso de pie y comenzó a rozar su verga a un dura por todo mi culo, muy de cerca sentía su pecho atrás de mí y de una, sin pensarlo, sin condón ni dar tiempo al lubricante la metió hasta el fondo, el dolor recorrió mi cuerpo como una descarga eléctrica acentuando en un grito ahogado tras su mano que ya hacía en mi boca, comenzó con el vaivén tan rápido y salvajemente que el dolor era tan intenso que casi se podía decir que eran nuevos extremos de placer, de mis ojos comenzaron a brotar lágrimas, la sangre que salía de mi nariz bañaba la mano del tipo sodomita que estaba consumiendo su pasión en mi cuerpo, su verga dura no daba tiempo ni aun respiro, quito su mano de mi boca y sin sacar su verga seguía dándome una mezcla de dolor intenso con placer, del botiquín que hay tras el espejo del baño saco dos guantes de latex y un par de alfileres, tomo una botella de alcohol que había en el lavabo y detuvo el vaivén, lo peor estaba por pasar.
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