Retiros Espirituales – Capitulo 18 (quinta parte)
Pablo, aún desde su escondite, presencia el reto más morboso y excitante que un padre puede plantearle a sus dos hijos varones….
Yo sabía claramente, que lo de “divertir a la visita” no se trataba de un decir, la diversión, para mí, estaba por comenzar.
Genaro se arrodilló frente a sus dos hijos, la cara de ambos fue un completo poema, sobre todo la de Gustavo y más aún, cuando sus vergas fueron tomadas por las manos de su padre, el acto reflejo de su hijo mayor hizo que retrocediera, por lo que su padre tuvo que recurrir a la fuerza para obligarlo a permanecer parado en donde estaba, mientras tato, Gonzalo pareció disfrutar del tacto de su progenitor porque su verga tomaba cada vez mayor tamaño, fue por esta razón que el padre decidió arrancar la medición con su hijo menor, diciendo: “en vista que esta verga ya está casi lista, voy a proceder a metérmela a la boca para tomar medida y definir este reto de una buena vez, ¿preparados?”, fue como dio inicio al “juego” y tomando con más detenimiento la verga de su hijo con su mano, la llevó a su boca y comenzó a avanzar, intentando llevarla lo más hondo posible en su garganta, de inmediato la dejó libre y comenzó a toser, era claro que no tenía mucha experiencia y yo no pude evitar la risa, incluso pensé en salir de donde estaba y ofrecerme en ser yo quien midiera el tamaño de estas dos vergas, pero eso podía espantarlos y perderme el espectáculo, así que continué donde estaba y le di tiempo a Genaro para que se recuperara y continuara con su morboso juego.
“¿Viste, papá?, un solo intento y te ahogaste, ¡jajaja!, eso demuestra el gran tamaño de mi verga, aunque debo confesar que aún no se encuentra en su máxima erección”, fueron las palabras de Gonzo, para seguir punzando a su hermano mayor y asegurándose ganador, “ni creas enano que va a ser así de fácil, mi papá aun no mide la mía, así que no te adelantes”, fue la respuesta inmediata de Gus, “pues entonces que mi papá vuelva a medírmela porque como dije, no la tengo completamente parada, sería injusto, además, ¿tu con qué vas a competir si tu verga ni funciona?”, respondió retador el menor de todos, buscando claramente que su hermano mayor reaccionara, “¡cállate, enano!, sabes muy bien que si funciona pero todo esto no me gusta y me sobrepasa, pero ya encontraré la manera de que reaccione, más bien porque no recreamos la escena de hace un rato, verte humillado ante mí sí que me haría excitar, ¿no te parece, enano?”, “¡ya cállense los dos, vamos a retomar, fue solo un error de cálculo”, fue como el maestro de obra retomó y recuperó su aliento, tomando de nuevo la verga de Gonzo en sus manos, esta vez fue más despacio, justificando el tiempo de aquella verga en sus manos y en su boca, en no volver a ahogarse, pero era claro que lo que quería, era retrasar lo que más pudiera aquel juego morboso con sus hijos, su hijo menor no chistaba, su cara mostraba algo de excitación pero no quería ser muy evidente y menos estando al lado de su hermano, quien tanto dudaba de su sexualidad, trataba de disimular el gusto que estaba sintiendo, su padre prácticamente ya mamaba su verga buscando llevarla a su máxima expresión y tratando de amoldar su boca al tamaño de esta, pero se detuvo un momento para respirar y decirle a su hijo menor: “hijo, realmente heredaste el tamaño de mi verga, no me está siendo fácil llevarla completa al fondo de mi garganta, por eso la demora, pensé que solo sería meterla de un tirón en mi boca y ya, pero veo que no es así, así que discúlpame, además quiero asegurarme que esté en su máxima erección para poder tener claridad de su real tamaño” y volvió a llevársela completa a la boca, Gustavo mostraba cara de asco ante la escena y también se le notaba rabia por lo que acababa de escuchar del tamaño de la verga de su hermano, presentía que le tocaría admitir que definitivamente tenía la verga más pequeña y eso no le gustaba para nada, además su verga no reaccionaba y eso haría más difícil su medición.
Genaro llevaba varios minutos con esa verga en su boca mientras debajo de aquel bóxer mojado, se evidenciaba una erección de campeonato, era claro que estaba disfrutando del momento que él mismo, inteligentemente creó, se sintió una arcada más que lo obligó a toser de nuevo, pero esta vez, tomándose más confianza, rápidamente tomo aire y volvió a lo suyo buscando llevar aquel trozo de carne hasta la parte de más honda de su garganta y habiéndolo logrado, se retiró de nuevo y comenzó a hablar: “Gonsito, Gonsito, que gran verga tienes, a tu hermano le va a quedar muy difícil superar esto que acabo de sentir en mi boca y garganta”, la cara del menor se iluminó y comenzó a celebrar saltando de alegría por lo que acababa de escuchar, la escena fue verdaderamente morbosa, el recién felado hacía que su verga erecta y brillosa por tanta baba, brincara de un lado a otro, regalándome imágenes que aumentaron mi excitación al punto de casi correrme en ese mismo instante, me toco apretar mis güevas y la base de mi verga para evitar venirme y poder seguir disfrutando de la escena, por otro lado, la cara de Gus se descomponía, sabía que seguía su turno y no se notaba ni preparado ni a gusto con la situación, “a ver, hijo, ¿qué vamos a hacer con esta verga flácida?, veo difícil que ganes este reto”, fueron las palabras punzantes de Genaro a su hijo mayor, este solo respondió: “papá, sabes que esto no me gusta, nunca me gustó la idea de tener tu boca en mi verga, pero no quiero perder sin dar la pelea, déjame intento pajearme para lograr que se me pare”, “deja eso, yo me encargo”, respondió el padre tomando la verga de su hijo en las manos, este intentó de nuevo moverse de su sitio pero Genaro ya sabía de sus reacciones y lo volvió a agarrar con fuerza, “¡quieto, hijo!, deja de ser escrupuloso y disfruta del juego con nosotros”, fue la manera de suavizarlo un poco para luego comenzar a sobar con fuerza esa verga que no mostraba ganas de despertar.
El maestro de obra no se iba a dar por vencido, decidió dar el siguiente pasó, se llevó la verga de su hijo mayor a la boca y comenzó a succionar buscando que ese trozo de carne por fin despertara, la cara de Gus mostraba desagrado pero se mantuvo quieto y callado para no volver a enojar a su padre, mostrando un rasgo sumiso que no había mostrado antes, mientras tanto Gonzo continuaba celebrando su triunfo y de manera eufórica decidió punzar a su hermano mayor, lanzando una fuerte palmada en el culo de este, “TAZ”, “¡a ver, hermanito”, concéntrate en lo que mi papá te está haciendo para que por lo menos tenga un rival decoroso o ¿vas a aceptar mi triunfo compitiendo de una manera tan mediocre?”, retó vehemente el menor a su oponente, esa fuerte palmada descolocó a Gustavo, por lo que quiso parar todo lo que su padre le hacía, agarrar a su hermano del cuello y devolverle el golpe, pero también fue el interruptor que prendió el fuego en su interior, haciendo que esa verga comenzara a despertar, “!WOW, Gustavito!, veo que te prende que te azoten ese culo respingón que tienes, solo fue recibir ese fuerte golpe de tu hermano para que esta verga comenzara a despertar, ¡Gonzo!, repite la dosis que necesitamos ver la verga de tu hermano en su máxima erección”, ordenó Genaro a su hijo menor, “¡ni se te ocurra poner un dedo en mi cuerpo, enano!, y creo que es mejor dejar hasta aquí esto, papá”, sentenció Gustavo, “te dije que este era mi juego y por ende, MIS REGLAS, así que yo decido cuando termina y no me hagas usar la fuerza, Gustavo, ¿estamos claros?, así que aguantas o daré como ganador a tu hermano menor y me encargaré de contarle a buena parte de la familia la miseria de verga que tienes”, amenazó con furia el padre a su hijo mayor, Gustavo agachó su cabeza y pude ver lágrimas en sus ojos, mientras que la cara de Gonzalo brillaba de la emoción y acto seguido se ubicó detrás de su hermano y con morbo pero a la vez con sed de venganza, comenzó a azotar fuertemente el culo de su hermano, las palmadas se escuchaban en todo el lugar y aunque la cara del mayor de los hijos de Genaro mostraba dolor, sus quejidos eran ahogados para no mostrar debilidad, además fueron estas palmadas en su retaguardia, el interruptor que terminó de prender el fuego en su interior, el padre volvió a llevar aquella verga a su boca y en cuestión de segundos, tomó su máximo tamaño, la soltó para poder respirar y continuó diciendo “Gonzo, Gonzo, no pares de azotar el culo de tu hermano que por más que se resista, hoy hemos descubierto que lo disfruta al máximo, déjale esa piel en carne viva si es necesario y asómate para que por fin puedas verle su verga en su máxima erección”, Gonzo no lo dudó y sacó su cabeza por un costado del cuerpo de su hermano y se encontró con una verga no tan larga como la de él, pero si más gruesa, brillaba por las babas de su padre y palpitaba en la mano que la sostenía, “!WOW, papá”, nunca imaginé que fuera tan gruesa”, dijo Gonzo casi babeante, Gustavo continuaba quieto y con su cara agachada, pero con su verga a mil, se notaba que el famoso “spanking” era algo que lo prendía, lo que realmente lo excitaba, pero no quería aceptarlo, no debía, pero él, al igual que su padre y su hermano menor, lo habían recién descubierto, subió su rostro un momento y al recibir un nuevo azote en su culo, pude ver su cara de dolor mezclado con máximo placer, soltó un quejido de excitación que lo delató, por lo que su padre ordenó a Gonzalo no parar de azotar ese culo, “¡papá, papá!, para, creo que ya es suficiente y ya debes tener un ganador, ¿no?”, fue la manera de Gustavo salir del estado en el que se encontraba, “claro hijo, déjame me la meto una última vez a la boca, pueda medirla y saber entonces saber quién es el ganador, ¿crees que puedas aguantar o terminarás llenándome la boca de leche?, jugó Genaro con la mente de su hijo, “¿cómo así papá, mi hermano ya va a eyacular?”, interrumpió Gonzo, “que va, enano, solo quiero terminar con esto ya”, apuntó Gus, “eso dice él, pero siento su verga palpitar en mi mano y en mi boca, y más cuando escucho uno de tus azotes en su culo, tu hermano mayor está disfrutando del juego más de lo que te imaginas y de lo que él quisiera, déjame mido una última vez y declaro un ganador”, evidenció Genaro a Gustavo, mientras él acomodaba su verga erectísima de nuevo en su bóxer empapado, regalándome imágenes imposibles de olvidar, la cara de Gus volvió a agacharse de vergüenza, pero era claro que su padre tenía razón, su mamada, sumado al spanking en su culo, habían despertado en él, una excitación nunca antes experimentada, se notaba batallando en su cerebro por aceptar esto que estaba descubriendo, su padre aprovechó su trance para volver de nuevo a mamarle su verga y no fue una sola vez, aprovechó para alargar ese momento y seguir llevando a su hijo al límite, limite en el que también me encontraba yo, creí que iba a eyacular en ese mismo instante pero quería ver el final, así que volví a contenerme, esto si era EL VERDADERO LÍMITE, pasados unos minutos de estar recibiendo la buena mamada de su padre y los buenos azotes de su hermano menor en su culo, Gustavo decidió de nuevo hablar para que todo terminara y empujó suavemente a su padre al piso, “¡ya basta!, suficiente de este juego, así que padre, di ya quien ganó para poder irme a descansar al cambuche”, “¡calma, hijo!, no hay necesidad de empujarme, solo veía que lo estás disfrutando, pero está bien, lamento desilusionarlos a ambos, pero después de la medición, no puedo determinar un ganador”, dijo el padre a sus dos hijos, “¿queééééééé?”, gritaron Gus y Gonzo al unísono, “entiendo su decepción, hijos, es claro que la verga de Gonzo es más larga, de eso no hay duda, pero he descubierto que la verga de Gus, no siendo tan larga como la tuya, es más gruesa y por esto no me parecería justo declarar un ganador”, informó Genaro, “¡pero papá!, el reto era de quien tenía la verga más larga, no más gruesa, así que yo soy el ganador”, declaró Gonzo, quien comenzó de nuevo a celebrar con su verga saltando de un lado a otro, Gustavo estaba callado, su cara estaba roja de excitación, su verga no había cedido ni un milímetro, estaba roja igual que su cara y palpitaba solo de sentir el aire rozarla, esto estaba siendo ajeno, desde su inocencia y su afán de ganar el reto, para el hermano menor, pero no pasaba igual con Genaro, quien era consciente del estado de su hijo mayor y lo estaba disfrutando, lo que acababa de descubrir era información muy valiosa para él y le iba a sacar provecho más adelante si o si, “dijimos que el reto era quien tenía la verga más grande, no más larga y aquí efectivamente no hay un ganador, tu verga es más grande en largo pero la de tu hermano es más grande en grosor, así que declaro un empate”, respondió Genaro a su hijo menor, estas palabras sacaron de su mutismo a Gustavo, quien interrumpió aun con su verga apuntando al cielo: “pero papá, debe haber un ganador, no nos puedes dejar en un simple empate y ya, sabes que este enano no va a parar con el tema hasta que haya una decisión definitiva, así que decide ya quien ganó, punto”, “es verdad lo que dice Gus, papá, define ya quien ganó”, se sumó Gonzo a esta emoción, “es difícil para mí dar un ganador porque el tamaño de una verga se define en largo y grueso, por eso decidí dar un empate, pero si ustedes insisten en que haya un ganador, solo se me ocurre un tercer parámetro de medición para definir este reto”, volvió a retar aquel padre a sus dos hijos, “¿y cuál es ese parámetro?”, preguntó curioso el menor, “simple, quien más leche eyacule, será el ganador del reto, ¿qué les parece?”, retó de nuevo Genaro mientras magreaba descaradamente su verga ante los ojos de sus dos hijos por encima de aquella prenda intima, yo no podía creer lo que acaba de escuchar, este man era un perverso, seguía jugando con la mente inmadura de sus hijos y llevándolos a su terreno, uno muy morboso y macabro, y a mí me estaba arrastrando con él.
Ambos jóvenes estaban mudos, no sabían que decir, Gonzo comenzó a inquietarse y tocaba disimuladamente su verga que volvía a despertar rápidamente, Gus por su parte permaneció mudo pero con su mirada le dijo todo a su padre, era una mirada fusilante pero a la vez suplicante, como quien dice: “papá, eres un cerdo, pero por favor hazlo ya”, el más curioso de todos rompió el silencio diciendo: “¡listo papá!, yo acepto, ¿qué hay que hacer?”, “¿qué dices tú, Gus?”, preguntó Genaro y este no respondió, “él que calla, otorga, así que manos a la obra”, terminó de decretar el maestro de obra, quien se arrodilló de nuevo ante su hijo menor y volvió a llevarse su verga a la boca, esto tomó por sorpresa a Gonzo pero no se opuso, por el contrario expresó en su rostro una mueca de satisfacción que le dio luz verde a su padre para continuar, era él quien los iba a ordeñar para poder determinar el ganador definitivo, “gran jugada la de este señor”, pensé yo desde mi escondite.
La mamada de Genaro al menor de sus hijos duró unos minutos, Gonzo mostraba en su rostro como estaba disfrutando de aquella felación, se notaba que era la primera manada real que recibía en su vida y era precisamente su progenitor quien se la estaba regalando, Genaro dejaba su vida en esto, quería dejar huella en sus hijos y sí que lo estaba logrando, la escena para el mayor pareció no ser de mucho agrado porque a pesar de seguir inmóvil, su verga había perdido toda erección, pero no despegaba sus ojos de lo que le regalaban su papá y hermano, no perdía detalle de aquella mamada, como queriendo estudiar detalladamente lo que en minutos viviría él en carne propia, al cabo de unos minutos, Genaro dejó la verga de su hijo y le pidió que se volteara, esto sacó al menor de sí pero para evitar alguna reacción violenta de su padre, se giró inmediatamente, dejando a la vista de él, su culo respingón, duro por el entreno y el trabajo en la obra, y completamente limpio de vellos, inmediatamente lo tuvo a centímetros de su cara, el padre presionó con su mano fuertemente la espalda baja de Gonzo obligándolo a tirar el tronco hacia adelante y parar aún más su buen culo ante sus ojos, lo agarró con ambas manos, abrió ambos glúteos dejando al aire un ano completamente lampiño, cerrado, virgen y rosado, y enterró su cara en medio de este sin dar tiempo a ninguna reacción, esto fue sorpresivo para todos, Gonzalo intentó quitarse, pero pudieron, más su inexperiencia, curiosidad y excitación, era claro lo que hacía Genaro en aquel culo y más cuando Gonzo comenzó a gemir con fuerza, estaba disfrutando como su padre se lo chupaba por primera vez en su vida, por la cara que se le veía, no creía yo que hubiera experimentado esto antes y lo estaba llevando al límite de nuevo, el menor no disimulaba su excitación y no solo sus gemidos lo delataban, sus piernas comenzaron a tambalearse y a abrirse de a poco para que pudieran entrar más al fondo de su apretado ano, este movimiento lo aprovechó el maestro de obra, despegó su cara del culo de su hijo, dejando ver un hilo de saliva, conservando la conexión entre su boca y aquella zona íntima y privada de su hijo menor, y sin pedir permiso a nadie, ensalivó uno de sus dedos para luego llevarlo a aquel apretado ano para comenzar a dedearlo suavemente, no quería asustarlo, el dedo grueso de su padre en su culo, típico dedo de una persona que trabaja en construcción, hizo que Gonzo se quejara del dolor, su padre lo calmó y le pidió que se relajara, asegurándole que después de unos minutos lo iba a comenzar a disfrutar y así lo hizo, relajó aún más sus piernas, permitiendo la entrada de aquel grueso dedo y pasados unos segundo, aquel intruso comenzó a moverse de adentro hacía afuera y de afuera hacía adentro, provocando nuevas sensaciones en este adolescente y por ende, nuevos gemidos de placer.
Gustavo, ante este nuevo movimiento de su padre, intentó moverse de su lugar y dar la espalda para no presenciar aquella escena, pero fue detenido por un grito de Genaro: “tu ni te muevas, jovencito, este juego lo iniciamos los tres y lo terminamos los tres, así que, a tu lugar, no quiero que te pierdas ni un solo segundo de como tu hermano menor disfruta de este excitante juego que he ido diseñando segundo a segundo, además pronto será tu turno, ¿estamos claros?”, era claro como su padre no solo estaba jugando con sus cuerpos, sino también con sus mentes, Gus tragó saliva y volvió a su lugar, ver a su hermano menor en esa posición, hizo que su verga comenzara levemente a despertar, mientras que su padre aprovechaba el morbo del momento para por fin desprenderse de su prenda íntima y dejar libre aquella verga erecta que tanto ansiaba ver, una verga trigueña, completamente recta, larga y gruesa, con un glande más oscuro que el resto, brillante de tanto presemen y palpitante ante el roce del aire de aquel lugar, sorpresivamente para mí, Genaro también llevaba su verga sin un rastro de vello púbico y eso me gustaba, y más en un personaje como él, le sumaba mucho morbo que no fuera el típico man peludo y descuidado, con una mano dedeaba el culo de su hijo menor y con la otra magreaba su verga recién liberada para luego dirigir una mirada al lugar donde yo me encontraba, diciéndome con esta, “esto es para usted, así que disfrute mientras pueda que ya llegará su turno” o por lo menos así la interpreté, quería que mi turno llegara ya, pero también estaba disfrutando al máximo el poder presenciar esta escena desde la sombra, ya les había dicho lo mucho que disfruto la exhibición, pero el voyerismo también me generaba mucho morbo, son dos caras de la misma moneda.
Mientras yo continuaba en mi escondite disfrutando de una escena realmente morbosa e incestuosa, Genaro continuó dedeando a su hijo menor de manera experta provocándole gemidos de excitación y un “tembleque” en las piernas que aprovechó para ejercerles más presión para abrirlas un poco más y soltando su verga, pasó a tomar la verga de su hijo desde atrás, trayéndola completa hacia él y comenzando de nuevo a estimularla, el gemido de placer de Gonzo, al sentir esto, se sintió, creo yo, en toda la parcelación, el padre estaba llevando a su hijo al máximo placer, obligándolo a experimentar situaciones que dudo mucho que a su edad , este joven hubiera experimentado, al punto que Gonzalo paró más su culo como señal de que ya estaba disfrutando de lo que minutos ante le había generado un gran dolor, su padre aprovechó esto y sacando su dedo, escupió fuertemente en aquel ano, embadurnó con este lapo de saliva un segundo dedo y sin dar tiempo a nada, llevó esta vez dos dedos al culo de su hijo, este solo pudo blanquear sus ojos y emitir un nuevo gemido, estaba totalmente rendido al placer que le regalaba su padre, estaba convertido en una marioneta con la que hacían lo que les diera la gana y así lo hizo ver Genaro, quien aprovechando la excitación de Gonzalo, con su mano libre, lo giró, obligando a que su cara quedara a la altura de la verga flácida de Gus, este movimiento no solo alertó a su hermano mayor, Gonzo intentó oponerse al quedar en esta posición y quiso moverse de lugar, pero su padre lo mantuvo ahí a la fuerza, “¡quieto ahí, Gonsito, no vayas a empezar con las mismas mañas de tu hermano que hasta ahora te has portado muy bien, más bien aprovéchate de la situación y comienza a mamar la verga de Gus, sé que es algo que estás deseando desde hace mucho tiempo, ¿o crees que no he visto muchas veces como se te van los ojos con esa verga y con la mía cuando nos cambiamos aquí en la obra, en paseos, compartiendo vestuarios o en otros momentos en los que nos ha tocado desnudarnos juntos?, se te adelantó la navidad, hijo”, esta confesión de Genaro descolocó a sus dos hijos de inmediato, sobre todo al menor que se sintió evidenciado y avergonzado, “¡papá”, ¿cómo dices eso?”, fue la defensa del pobre de Gonzo, dominado más por la excitación que por la razón, “si, papá, el enano tiene razón, ¿cómo se te ocurre soltar semejante información?, es un tema que hemos hablado los dos, pero no era necesario que se lo dijeras a Gonzo en este momento y aprovecho tu imprudencia para retirarme al cambuche, este juego ya se salió de control”, sentenció Gus desde su posición, “¡ni se te ocurra moverte de donde estás, Gustavo!, ya te dije que las reglas las pongo yo y esto no ha terminado, está bien que dije cosas de más, pero necesitamos que tu verga vuelva a estar erecta y llevarla al límite, y fue la única manera que se me ocurrió, así que ofrécesela a tu hermano menor y que continúe el juego, ya te lo advertí una vez, no me hagas usar la fuerza”, fue la manera que encontró Genaro para obligar a su hijo mayor a permanecer donde estaba, “y tú, Gonzalo, abre esa boca de una puta vez y comienza a mamar”, sentenció el padre a su hijo menor, acompañando dicha sentencia con un fuerte azote en su culo que lo obligó a quejarse del dolor y a abrir su boca para llevarse adentro la verga de Gustavo.
Gonzalo comenzó torpemente a mamar la verga de su hermano, mientras este hacia muecas de fastidio, aunque sabíamos que tener así a Gonzo le generaba algo de morbo, mientras tanto Genaro continuaba dilatando el ano de su hijo menor, alternando sus dedos y su lengua, mientras lentamente continuaba masturbando su gran verga, “esmérate hijo, ya estás en edad de saber mamar vergas, esas que tanto te gustan, has que la de tu hermano despierte de nuevo y nos regale su leche, necesitamos saber cuánta es capaz de botar para poder tener un ganador, que de la tuya me encargo yo” ordenó Genaro, mientras soltaba su propia verga y volvía a azotar el culo que dedeaba, luego pasó de nuevo a chupar aquel ano para liberar su mano y traer con fuerza otra vez aquella verga entre las piernas hacía él y continuar masturbándolo, era claro que lo quería llevar al orgasmo, los gemidos de Gonzo estaban siendo ahogados por la verga de su hermano, quien en esta oportunidad, estaba logrando despertarla solo con la ayuda de una felación, no era la mejor, pero Gonsito se esmeraba y más producto de la excitación en la que se encontraba, sus contracciones lo delataban, estaba a punto de eyacular y su padre lo supo enseguida por lo que decidió volver al dedeo, esta vez fueron tres de sus gruesos dedos los que terminaron en el fondo de ese culo y en cuestión de segundos, su hijo menor comenzó a eyacular chorros de leche que cayeron al piso dejando un buen charco en este, sus piernas fallaron producto del orgasmo, al punto que perdió el equilibrio y terminó sostenido por su padre para que no cayera al piso mientras recuperaba el aliento y se paraba de nuevo, “¡vaya, vaya, Gonsito!, que buen orgasmo has tenido y que buena cantidad de leche has botado, mira no más el charco que has dejado en el piso, a tu hermano mayor le va a quedar muy difícil superar esto”, volvió Genaro a retar para que el juego no quedara ahí, “¡uy, si, papá!, te juro que nunca había tenido un orgasmo como este, aunque no me gustó eso que dijiste de la verga de Gus, todo eso que dicen es mentiras”, se defendió Gonzalo, aún con voz de excitación, para dejar su dignidad intacta, “no te preocupes hijo, de eso hablamos después, además después de esta noche, de que terminemos esta obra y de pagar la deuda con Jorge, ninguno de nosotros tres va estar en condiciones de reclamarle nada a nadie, más bien prepárate que falta Gus y a él también hay que ayudarlo a eyacular”, agregó Genaro, quien se agachó rápidamente frente a su hijo mayor y se llevó su verga a la boca para evitar que reaccionara y volviera a amenazar con irse al cambuche.
Con el maestro de obra mamando la verga aún sin despertar del todo de Gus, continuaba la escena ante mis ojos, ahora el propósito era hacer eyacular al hijo mayor, tarea un poco titánica, porque este se resistía y había perdido toda la excitación que había logrado tener recientemente, no hablaba pero su cara lo decía todo, no estaba cómodo pero se dejaba hacer para no incomodar a su padre, quien no era ajeno a todo esto y sacando esa verga de su boca, ordenó a su hijo menor: “Gonzo, Gonzo, ¿ya estás recuperado?, necesitamos que vuelvas a azotar el culo de tu hermano para que esta verga despierte, yo de ti buscaba en aquella mesa, donde dejaron sus toallas, algo con que ayudarte, seguro que Gus lo va a disfrutar aún más de esta forma”, la cara del mayor cambió por completo, fue una mezcla entre temor y excitación, extrañamente no refutó y permaneció en su lugar, estábamos presenciando todos el recién descubrimiento del gran fetiche de Gustavo, Gonzalo corrió de inmediato, quería sumar a la causa, ayudar a su padre y por qué no, humillar a su hermano, fue a la mesa y revolcó unos segundos sin tener éxito, no había encontrado nada que sirviera y se acercó de nuevo a su padre y hermano para lanzar un buen azote al culo del último con su mano completamente abierta y dijo: “papá, no encontré nada con que azotar esas nalgas, pero creo saber que nos puede servir, ya vengo, no me demoro”, este último azote hizo que Gus se quejara fuertemente, había sido el más fuerte de todos, pero también fue de nuevo el detonante para que su excitación volviera, “¡vaya, vaya, hijo!, como que te gusta mucho que te castiguen el culo porque mira cómo se te pone la verga con solo uno que acabas de recibir”, señaló Genaro, quien tomaba aquella verga gruesa desde la base, completamente erecta y brillante por tanta baba, y me la mostraba descaradamente como si fuera un trofeo, el maestro de obra estaba jugando muy bien su juego y yo lo estaba aprovechando al máximo, ver esa verga me hizo acelerar un poco mi masturbación al punto del orgasmo, pero me interrumpió un grito de Gonzalo, quien volvía al sitio donde todo ocurría, venía corriendo, aun desnudo, con su verga de un lado a otro, completamente roja y recién ordeñada, llevaba un jean en la mano y gritaba: “papá, papá, mira lo que traigo, el jean de Gustavo, ¡jajaja!, que ironías, será su propio cinturón quien azote su culo, fue el más ancho que encontré”, la cara de Genaro se iluminó, mientras que la de Gus se agachó por completo, “que gran idea hijo, comienza ya que tu hermano está ansioso”, ordenó de nuevo el padre y así lo hizo.
¡Taz!, ¡taz!, ¡taz!, ¡taz!, fueron los sonidos de los azotes en aquel joven culo, la escena estaba llegando a limites que jamás imaginé, ver al menor de los hermanos con un cinturón de cuero café, azotando el culo desnudo y algo mojado de su hermano mayor, hizo que mi orgasmo llegara de inmediato, no pude aguantar más, a pesar de ser la segunda eyaculada del día, logré bañar aquella pared con una buena cantidad de leche, ya había retrasado demasiado mi orgasmo y semejante escena hizo que soltara todo de inmediato y al parecer no fui el único, en el futuro deck de aquella construcción, continuaban Genaro y sus dos hijos, el padre continuaba arrodillado antes su hijo con su verga en la boca, con una mano marcaba su propia masturbación y con la otra, exploraba la zonal anal de Gustavo, había visto como antes ya había ensalivado uno de sus dedos y ahora comenzaba a intentar introducirlo en el ano de su hijo, este seguía de pie, quejándose, pero sin moverse y completamente excitado del dedeo suave de su padre en su culo y de recibir en el mismo, azotes por parte de su hermano menor, quien disfrutaba al máximo de este momento de poder, Genaro, un poco más consciente de la situación, ordenó a su hijo menor restarle un poco de fuerza a los correazos, estaba viendo que Gus llegaba a un punto de no disfrute, sabía que aquel “spanking”, sumado a la estimulación protática y a la buena mamada que le estaba regalando, le generaba mucho placer, pero también sabía que había límites y más para alguien inexperto en estas áreas, se notaba que el padre tenía algo de experiencia y por eso la orden a Gonzo, quien inmediatamente obedeció y le bajó un poco a la intensidad de sus golpes, Gustavo lo agradeció con su rostro y recuperó la totalidad de la excitación que venía perdiendo, “padre, padre, creo que no voy a aguantar mucho”, advirtió excitado y con la voz entrecortada, Gus a Genaro para que dejara de mamársela y así poder ver la cantidad de su leche, se notaba que aún azotado, dedeado y excitado, no perdía su espíritu competitivo, el maestro de obra buscó la manera de que su hijo mayor inclinara su cuerpo hacia adelante, buscando llevarlo a la misma posición en la que estuvo Gonzo hace unos instantes y poder poner su verga en dirección al piso para luego poder comparar ambos charcos de semen y estando ya en esta posición, Genaro aceleró la masturbación y el dedeo en aquel culo, no sin antes relamerse los labios, deseoso seguramente de recibir la leche de su hijo en su boca, pero sabía que no podía porque debía dar un ganador, los azotes de Gonzalo, por obvias razones terminaron y Gustavo con otro gemido igual o más fuerte que el de su hermanos, anunció su orgasmo botando grandes cantidades de leche en el piso de aquel futuro deck, yo desde mi escondite pude evidenciar a un ganador, la cantidad de leche que salió de la verga de Gustavo, superaba a la de Gonzalo, era claro que el mayor de los hermanos había ganado el reto, pero no sabía que planes tenía Genaro, quien al ver e orgasmo de su hijo, retiro el dedo de su culo, lo llevó a su boca para saborearlo y sin soltar la verga de su hijo, retomo su masturbación de manera acelerada y ahí, arrodillado en el piso, mirando fijamente a donde yo estaba escondido, anunció con un gemido más conservador, su propio orgasmo, fueron varios trallazos que fueron cayendo al piso, dejando también un buen charco de semen.
Ya estando los tres recuperados, con sus vergas morcillonas producto de la recién ordeñada de su padre, ambos jóvenes preguntaron a su padre por el ganador del reto, a lo que este respondió: “viendo el charco de semen de ambos y siendo yo el que presenció en primera persona cada una de sus eyaculaciones, me queda muy difícil dar un ganador porque ambos charcos están muy similares”, los dos hermanos agacharon sus caras al piso para observar con detenimiento sus charcos de leche, se miraron entre sí, y al subir de nuevo y mirar a su padre, los dos afirmaron: “papá, tienes razón, está difícil la decisión, ambas eyaculaciones están muy similares, o yo no había visto en detalle la eyaculación de Gonzo como vi la de Gus, o estos dos hermanos estaban en el trance postorgásmo y habían decidido cerrar el reto de manera salomónica, “de acuerdo, hijos, debido a la similitud de sus eyaculaciones, hemos decidido los tres, que este reto termina en un empate, así que cerremos todo este capítulo con un buen abrazo entre hermanos y espero que nunca más haya una pelea entre ustedes por este tema, ¿estamos?”, concluyó Genaro mientras sus dos hijos se abrazaban y yo podía ver como esas dos vergas, aun morcillonas y recién ordeñadas, se rozaban entre sí, su padre interrumpió aquel abrazo con un chorro de agua que los tomó por sorpresa y se le abalanzaron generando una lucha de tres, nuevamente por aquella manguera, Genaro los alejó del lugar en donde recién había pasado todo, cuidando no mojar el piso y estando ahí, hizo que Gus y Gonzo se juagaran el sudor generado recientemente, lavaran su vergas de su propia saliva y del resto de semen que aún tenían, y les ordenó que tomaran sus toallas y volvieran de inmediato al cambuche y así lo hicieron.
Ya estando solo, el maestro de obra no perdió tiempo y sin darme tiempo a reaccionar, se acercó rápidamente a mi escondite y de manera certera y experta, me agarró fuertemente del cuello, obligándome a caminar hacía adelante y con una especie de llave, tomó mi brazo derecho y lo dobló en mi espalda obligándome aún más a avanzar, me llevó a rastras al lugar en donde recién había ordeñado a su hijos y con una especie de zancadilla, hizo que cayera al piso para luego “obligarme” a lamber una a una, los tres charcos de semen que allí habían, mientras me decía: “a ver, putito, ¿esto era lo que quería al venir esta noche a exhibirse ante nosotros?, pues ahora traga, no quiero que deje ni un solo rastro de leche en el piso”, yo solo hice caso, no estaba siendo una obligación, pero si debo confesarles que tragar leche y más regada en un piso, no era de mis fetiches favoritos, pero ahí estaba yo, tragando semen de tres desconocidos, al terminar y subir mi cara, me encontré con la verga morcillona de Genaro que aun escurría leche, este me tomó con fuerza de la cabeza, llevándome a su entrepierna y volviendo a hablar: “la quiero limpia, putito”, y así lo hice, abrí mi boca y comencé a limpiar esa verga hasta dejarla sin rastro de semen, en esta acción, ese trozo de carne comenzó a despertar de nuevo, me empecé a ilusionar con poder mamar esa verga completamente erecta, pero que equivocado estaba, “no se ilusione, putito, eso que desea será para otro día, espero verlo pronto de nuevo por acá y le aseguro que ese día lo atiendo como se merece”, y azotando fuertemente mi cara con su verga morcillona y mi culo con una de sus manos, se despidió Genaro, yéndose así como estaba a acompañar a sus hijos al cambuche y dejándome ahí arrodillado en el piso completamente desnudo.
Me levanté como pude, me ardía el culo por el azote recién recibido, volví a mi escondite en busca de lo que me quedaba de túnica y emprendí camino a El Edén, por fin, crucé la construcción por su interior y al cruzar lo que al parecer iba a ser la puerta principal de aquella finca en un futuro, creí ver una sombra perderse en uno de los espacios de las misma, el susto fue grande, así que corrí rápidamente así como estaba a la carretera principal de la parcelación, no quería más problemas, pero si lo de la sombra no había sido producto de mi imaginación, habíamos tenido una quinta persona en la escena de Genaro y sus dos hijos y un voyerista más, caminé completamente desnudo por aquella vía, ya no había nada que me preocupara, solo quería llegar a la casa finca y poder descansar de una buena vez por todas y así lo hice, lleno de preguntas, pero ya tendría tiempo para pensar en estas.
Continuará…
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