Retiros Espirituales – Capítulo 6
El castigo de Sebastián y sus amigos termina y Pablo tiene que retrasar su eyaculada una hora mas gracias a Carlos y sus catedras….
Yo solo podía contener mi arrechera y seguir acomodándome mi verga erecta dentro de mi ropa interior y casi me vengo en ese instante, esas tres vergas brincaron, pude constatar mis sospechas, la verga de Sebastián era bastante grande y ya marcaba una semierección, “este man disfrutaba de eso, la chimba si no”, me dije en ese instante, tenía que reconocer que ese troglodita me arrechaba y mucho, recordé su amenaza en el desayuno y mi verga palpitó más en mi ropa interior, tenía un vello oscuro mal motilado, circuncidado y para ser la verga de ese personaje, había que reconocer que era una verga bonita, algo gruesa, parejita, blanca y de glande rosadito y en el estado en el que se encontraba, lograba llegar a los 17 cms y unas güevas acordes a esa belleza, ¡ufff!, ya quería estar ahí arrodillado mamando esa delicia y esta vez no me iba a cohibir de mirarla con descaro así a ese man le incomodara, aunque no parecía porque sacaba el culo hacia adelante exhibiendo con ganas la gran verga que tenía, cosa contraria pasaba con los otros dos, unas vergas en estado de reposo, casi comprimidas producto del miedo, con algo de vello, se notaba que algo se cuidaban esa parte de su cuerpo, ambas sin circuncidar y unas güevas de tamaño promedio, la verdad es que estos dos manes no me provocaban nada, en esas estaba cuando crucé mirada con el mandamás de esos tres y esta vez no me intimidé, por el contrario lo reté y hasta le esbocé una pequeña sonrisa para que supiera que disfrutaba verlo ahí, sometido, empelota, semierecto y excitado, este man tenía un cuerpo normal, cero gimnasio pero se veía delgado, con buenas proporciones, esta vez no vi en su cara rabia, al contrario, estaba en disfrute y expectante hasta que vio que Carlos y sus monitores se quitaron las correas de sus túnicas, ahí si logré ver algo de pánico en su expresión, Manuel y Esteban volvieron a llorar y el líder ordenó a Andrés y Daniel darles un motivo real por el que llorar y son los primeros en recibir el primer azote con las correas en sus culos, estos dos comenzaron a gritar e inmediatamente Carlos ordenó sacar dos nuevos objetos de adentro de la tarima, tres gag balls rojas y dos de estas fueron a parar en esas bocas que se quejaban de dolor, la verga de Sebastián finalmente se erectó del todo al ver a sus dos amigos completamente sodomizados y recibiendo azotes en su culo, estaba disfrutando al parecer de esas imágenes, cuando recibió el primer azote en su culo por parte de Carlos, su cara se estremeció, contuvo el dolor y esbozó una pequeña sonrisa, yo seguía sin entender el juego de este man, “¿disfrutaba de lo que le estaba pasando?, ¿lo había planeado todo para verse sometido y ver a sus amigos de esta manera?, me preguntaba en ese instante, miraba esa verga que delataba la excitación de su dueño, cuando los azotes se hicieron más seguidos y más fuertes, “eso debe estar doliendo”, pensé yo, las caras de los tres me decían que sí, sobre todo las de Manuel y Esteban que no paraban de llorar, los dos monitores estaban encarnizados azotando esos culos, se les notaba el placer en sus caras, Carlos por su parte trataba de mostrarse plano, sin ningún rastro de emoción pero continuaba agitando esa correa contra el culo de Sebastián, de un momento a otro, pararon para acercarse y tocar la piel recién azotada y confirmar su temperatura, “deberían estar ardiendo”, supuse yo, y en ese mismo instante, los tres castigados fueron volteados dándonos la espalda e inmediatamente sus culos fueron expuestos y abiertos para que todos viéramos como “boqueaban”, “están deseosos de verga”, manifestó Carlos, “la única manera de suavizar este ardor es con una buena dosis de verga, sus mentes no lo saben, pero sus culos sí, pero eso será para después, por ahora seguirán siendo castigados hasta que me aseguren que este temita con los uniformes no volverá a suceder, ¿estamos claros?”, preguntó el líder y los dos más débiles afirmaron con sus cabezas implorando que el castigo terminara, pero no fue así, ahora en esa posición los azotes continuaron, esos culos ardían, las caras de los monitores cada vez mostraban mayor excitación, se acomodaban sus vergas debajo de sus túnicas mostrando lo erectas que estaban, los tres cocineros ya tenían sus túnicas remangadas en sus pechos, sus calzoncillos en las rodillas y su manos marcando una paja frenética en sus vergas, líder y monitores obligaban a los castigados a mirar el espectáculo de los cocineros, recordándoles todo el placer que ellos tres estaban despertando en los presentes y todo el que podían también recibir, pero por ahora en sus destinos solo estaba el despertarlo.
Yo estaba absorto, estaba a punto de pararme al lado de los cocineros e imitarlos, no podía de la excitación, no entendía como nadie más de los alumnos mostraba algo de excitación, todos estaban planos, sentados, solo miraban y no hacían nada más, exceptuando a David que seguía excitado y concentrado en su paja, parecía importarle poco que los demás lo viéramos, solo le importaba aprovechar la escena para darse placer, el contorno de esa verga se dejaba ver por encima de esa tela, el ritmo de esa paja cada vez era más rápida y en mi mente solo estaba poder ver el momento exacto en que se viniera y poder ver que iba a hacer con toda la leche que botara.
Carlos paró el castigo, volteó a mirarnos y al cruzar conmigo, su cara cambió, mostró de nuevo rabia, recordándome que era yo el castigado de esta sesión y no Sebastián y sus secuaces, yo comencé a sentir ese mismo ardor en mi culo que estaban sintiendo esos tres, me visualicé ahí parado siendo castigado, sometido, sodomizado y rebajado por el líder y la idea me estaba gustando, pero también disfrutaba de ver a otros en esa misma posición, esa era mi disyuntiva, tanto el rol de amo como el rol de esclavo me excitaba, busque esquivar la mirada de Carlos y me encontré con la de Santiago, ambos tan planos, tan inexpresivos y tan fríos, me aterraban, ni un asomo en el rugbier de excitación, de asco, de nada, “¿qué le estará pasando por la cabeza a este man en este momento?”, me preguntaba, los azotes dejaron de sonar, volví mi mirada a ese lugar, los castigados volvieron a ser volteados con sus caras hacia nosotros, esos rostros estaban desencajados, sobre todo los de Manuel y Esteban, Carlos pasó su dedo por las vergas de estos dos confirmando que habían estado “preeyaculando” y obligó a Sebastián a chuparlo, este se resistió un poco pero el líder le dijo tajante: “abra la boca y chupe que sé que lo está deseando”, se volvió a negar e inmediatamente recibió dos fuertes correazos en su culo, uno de cada monitor haciendo que abriera la boca para quejarse y ahí aprovechó para meterle ese dedo lleno de semen de sus dos amigos a la boca, “miren como este macho disfruta de este momento, por más que se resistan este tipo de machitos, siempre terminan disfrutándolo” dijo Carlos pasando su dedo por la verga de Sebastián y confirmando que estaba bañada en “presemen”.
Cinco de los alumnos no aguantaron más, se pararon y se dirigieron a la puerta, el líder de El Edén los detuvo dando un azote al piso de madera de esa tarima y gritando: “esto no ha terminado y no he dado la orden de retirarse del recinto, de hacerlo alguno de ustedes cinco, sabrán muy bien las consecuencias, vuelvan a sus sillas”, dos de ellos definitivamente salieron del salón y los otros atemorizados volvieron a su lugar. Recordé a los dos recién salidos, había estado almorzando con ellos el día anterior, Gabriel y Sergio eran sus nombres, me parecieron bastante osados para retar así a Carlos y las normas de El Edén, pero “¿quién era yo para juzgarlos si yo me la había pasado día y medio incumpliéndolas?”, me dije a mi mismo y me pregunté también: “¿cuáles irán a ser las consecuencias para estos dos por esa decisión que acababan de tomar?.
La verga de Sebastián había perdido rigidez producto de los azotes en su culo, entonces Carlos posicionó a Esteban y Manuel más adelante, de manera que sus culos pudieran ser vistos por el homofóbico, de inmediato comenzaron de nuevo los azotes, conté 10 en total, las caras de esos tres eran toda una melodía, se retorcían, apretaban sus dientes sobre esas bolas rojas y cuando estos terminaron fueron abiertos para volver a confirmar que sus anos palpitaban, Sebastián no quitaba la mirada de sus dos amigos y comenzó a hacer un amague hacia adelante intentado alcanzar con su verga, que volvía a tomar rigidez, el culo de Manuel, Carlos notó ese movimiento e inmediatamente lo frena diciéndole: “sé que lo está deseando, se dé su amistad por años entre ustedes tres y se también muchas otras cosas que sus esposas me han contado, sé que por ellas tres ustedes están aquí y desde que hablé con cada una de ellas en consulta privada, sabía que esto con ustedes iba a terminar así, era solo cuestión de horas para que usted, señor Sebastián, mostrara sus verdaderas intenciones con sus dos amigos de colegio, solo era ponerlo en la situación indicada para que ese deseo reprimido de años, aflorara, pero lamento tener que retrasar ese momento, por ahora solo disfrute de ver los culos de sus amigos boqueando, pidiendo verga y muestre reverencia a quien realmente manda en este lugar, así, probablemente, se le permita poder disfrutar meter su verga por primera vez en alguno de estos dos culos”, esas palabras fueron viagra para Sebastián, estaba excitadísimo, su verga palpitaba, caían gotas de semen de su uretra y bufaba como un animal en celo, por el contrario, para Manuel y Esteban, habían sido estremecedoras y reveladoras, el solo pensar en ser penetrados por su mejor amigo, les angustió, pero una cosa era lo que sus caras decían y otra muy distinta lo que decían sus vegas, que aunque no estaban erectas, no dejaban de gotear semen.
Al fondo, los tres cocineros parecían haberse excitado sobremanera con el discurso de Carlos porque comenzaron a bufar y uno a uno comenzaron a eyacular, yo estaba en la gloria, la escena era épica, Sebastián seguía amagando buscando donde meter su verga, Carlos aprovechó su movimiento para simular con su mano una especie de orificio y este comenzó a penetrarlo buscando el orgasmo, Esteban y Manuel seguían quietos esperando movimiento, ya fueran unos azotes más o simplemente ser desatados dando fin al castigo, yo quería salir corriendo a mi cuarto o al baño social de la finca para matarme mi verga con una paja como nunca antes me la había hecho, mire en dirección a Santiago y este seguía igual, sin emoción alguna, por el contrario David estaba al borde del orgasmo y en tres, cuatro sacudidas más a su verga, contuvo el sonido de su boca y comenzó a eyacular brotando semen por encima de esa tela blanca, ¡wow!, que espectáculo me acababa de regalar ese trigueño, saco su mano de la túnica, se limpió y luego restregó todo el semen en el resto de la tela y siguió como si nada, era obvio que para los 6 en tarima, David acababa de disfrutar de una muy buena paja y no dijeron nada, yo no tenía recuerdo si en el contrato estaba prohibida la masturbación y más en frente de todos.
Volví la mirada al frente y lo que me encontré fue excitante, Manuel y Esteban estaban siendo embadurnados en sus culos con un gel y posteriormente, “dedeados” a manos de los dos monitores, estos dos se quejaban del dolor y la humillación, sus anos estaban siendo estimulados de manera perfecta por estos dos sujetos al punto que comenzaban a sentir un placer que nunca antes habían sentido, Sebastián al ver esto, aceleró el ritmo con que penetraba la mano de Carlos, yo en medio de mi excitación, lo único que le quería sumar a esa escena, era que Sebastián también fuera penetrado por algo o alguien, deseaba que Carlos se animara a ser ese alguien que desvirgara ese culo heterosexual y sumarle el placer de verlo, por fin, desnudo y poder conocer ese cuerpo, ese culo, esas verga y esas güevas, pero parecía decidido a retrasar ese momento por varios días más, “¡Dios mío!, que manera de padecer, estos si son los propios retiros espirituales”, pensaba yo, mientras los monitores sumaban más dedos en esos culos y comenzaban a pajear a los “lavaperros” del troglodita.
Sus vergas comenzaron a cobrar vida, mostrando unas vergas de tamaños promedios, les calculé yo, de unos 15 a 16 cms, la verga de la Esteban un poco más gruesa que la de Manuel, pero de un largo muy similar, estos dos sujetos tenían los ojos como platos, sorprendidos del tratamiento que estaban recibiendo, descubrían sensaciones nunca sentidas y al cabo de unos minutos, comenzaron a escupir leche sobre la madera de esa tarima.
Acto seguido, Sebastián aceleró el ritmo de sus embestidas y a punto de eyacular, Carlos, de manera magistral, retira la mano, cortando su orgasmo, el troglodita gritó pidiendo, suplicando que esa mano volviera a su verga y ahí fue cuando el líder de El Edén le exigió que le dijera quién era el que mandaba, a lo que no le quedó más remedio que responderle que él y adicional también le exigió que prometiera nunca más incumplir con alguna de las reglas del lugar si quería volver a sentir esa mano experta en su verga, Sebastián rendido y sin opción, cumple con todo lo pedido, recibe de nuevo tratamiento en su verga y luego de tres, cuatro embestidas, comienza a eyacular encima de toda la tarima de ese salón, su verga palpitaba, el bufaba de placer y de su verga brotaba una buena cantidad de leche, yo no sé si ese man era así de cargado en su cotidianidad o realmente el momento y la situación lo habían hecho venirse en esa cantidad, pero derramó mucha leche, Carlos simplemente tomó una de las túnicas rotas del suelo para limpiarse la mano y termino diciendo: “espero haya quedado claro para todos cuáles son las consecuencias de sus malas actuaciones, espero castigos como este no se tengan que volver a repetir porque prometo para la próxima, ser mucho más severo”, su mirada estaba fijaba en mí, yo estaba que me venía sin siquiera tocarme, verme ahí castigado, sometido y sodomizado por ese man aumentaba mi excitación y mi suplicio, creía que mi verga iba a eyacular en ese mismo instante con solo tocarla, estaba al borde del orgasmo y quería que dicha actividad terminara ya, pero mi agonía aumentó cuando el líder anunció que faltaba una hora de cátedra.
Carlos se dedicó por esa hora a hablarnos de nuevos valores, la insistencia, la persistencia y la resistencia, la verdad que me supo a mierda su palabrería, me pareció de lo más cliché y me sonó a pura frase de cajón, yo solo tenía mi mente en la paja que me haría al salir de ahí, adicional que para su ponencia, el muy estratégico, dejó a los tres castigados tal cual como estaban cuando comenzó su “charla motivacional”, atados de pies y manos, completamente desnudos y con sus vergas goteando semen, ni siquiera se tomó la molestia de desatarlos, no, los dejó ahí expuestos ante todos, recordándonos su poder y el fin que podíamos tener si incumplíamos alguna de sus reglas, para mí fue peor ver eso porque yo ya había incumplido varias de estas.
La hora pasó, se nos notificó la hora del almuerzo, nos dieron la tarde libre por ser domingo y nos invitaron a una misa a las 6:00 pm, opcional, antes de la comida para cerrar el día, yo ni escuché los avisos parroquiales, ni mucho menos me quedé a ver cómo desataban a esos tres y los mandaban desnudos a sus habitaciones, solo corrí a mi cuarto y directo al baño para despojarme de mi ropa y hacerme una paja como nunca antes me la había hecho, Santiago notó mi afán e intentó detenerme pero yo sin pensarlo mucho le dije que necesitaba urgentemente una paja o si no me iba a explotar ahí mismo, sé que quedé evidenciado ante él pero no me importaba nada en ese momento, él solo sonrió y me dejó continuar, la paja solo duró unos segundos porque solo fue tocarme y pajearme dos tres veces para soltar chorros de semen que fueron directo al baldosín de la ducha, las piernas me temblaban, el aire me faltaba y las güevas me dolían, solo me logré recuperar minutos después del orgasmo, me tocó volver a ducharme para lavar el desastre en la pared, en mi verga y cuerpo, salí de la ducha, volví a vestirme y me dirigí al comedor para la hora del almuerzo…
Continuará…
PD: Sus valoraciones y sus comentarios son super importantes para mi, son la manera de saber si lo que estoy escribiendo por primera vez les está gustando, por eso les pido el favor que no dejen de hacerlo.
Con respecto a los que me han comentado, trataré de darles gusto con sus pedidos, modificando un poco situaciones de la historia sin desviarme totalmente de lo que tengo en mente.
Esta muy rico el relato. Ya quiero saber que sigue pasando, también me encanta que los exhiban y expongan así