Retporciendome la voluntad. Episodio III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por marinerosado.
Retorciéndome la voluntad. Episodio III
Amanecía, lo sabía por la entrada de los primeros rayos de luz que se reflejaban en el piso y que marcaban la sombra de los barrotes como mostrando desde el primer instante del día que estaba prisionera. Estaba en el borde de la cama, lo más lejos posible de mi amo con quien comparto cama las pocas horas que tengo para dormir. La noche que acababa de despejarse con el nuevo día había sido muy larga. Deben haberme traído cerca de las 4 a.m., pues en las noches es que mi amo me prostituye y me la paso deambulando de un rincón para otro atada y arrastrada por todo tipo de hombre que está aquí recluido y que cuenta con recueros para pagarle a mi amo para usarme como quiera.
Largas noches, varios hombres, someterme a las bajezas más inhumanas a los antojos de criminales, enfermos, depredadores, retorcidos, que en un ambiente como este no tienen a nadie para satisfacer sus necesidades, sus caprichos y desviaciones sexuales. Es un mundo antagónico donde algunos lo pierden todo y otros lograr hacer las cosas a su antojo. En mi caso soy de las que ha perdido todo, su integridad, su hombría, su voluntad y me han convertido en un objeto del deseo de otros. Prefiero a veces no recordar, pero desde que despierto puedo palpar el infierno en que vivo.
Es día viernes, trato de no moverme pues temo despertar a mi amo. Quedan pocos minutos para la levantada obligatoria. Si suena la sirena, me salvo de las manías mañaneras y sexuales de mi amo, pues no hay tiempo para obligarme a hacerlas. No hay suerte, siento su mano áspera que abraza mi cintura. Me hala hacia el de lado. Arrastra mi cuerpo y quedan mis nalgas rozando su pene ya erecto. Lo siento estrujarse entre mis tangas y mi piel. Me dice: ábrete. Me posiciono lo mejor que puedo. Él se da cuenta que me entrego, que le soy totalmente sumisa. Quizás eso evite que me castigue. No habla, solo se mueve en mis nalgas. Retira con sus manos el hilo de mis pantis que baja por entre mis nalgas. Lo coloca de lado, me dad una fuerte nalgada.
Resuena, otra más. Todos los demás de la celda se despiertan. Ya saben que me van a coger nuevamente. No harán 3 horas había otro hombre rompiéndome el culo. A él no le importa soy su prostituta. Siento su punta empujar mi anillo ya sin fuerzas para resistirse. He perdido la fortaleza de cerrarlo. Empuja entra suave seguro de la lubricación acumulada de 4 venidas anteriores en la misma noche y por hombres diferentes. Me entra como si mi ano estuviera abierto. Comienza sus movimientos, los cuales se vuelven bruscos. Su mano llega a mis tetillas y mi pecho depilado. Sigue dándome duro. Estamos de lado, me agarra fuerte a la cintura para que no pueda escaparme de sus embestidas. Continua vuelve y agarra mis tetillas, las aprieta las retuerce. Me duele pero a el que le importa. Continúo resistiendo una nueva cogida. Lo saca, deja que mi esfínter se estreche y vuelve a meterlo. Le gusta abrírmelo sigue jadeante y duro. Me da con todas sus fuerzas, me rompe el culo. Y llega a su éxtasis y se viene dentro de mí. Me deja totalmente pegada a él. Para derramar dentro de mí su última gota de semen.
Suena la sirena, hora de levantarse y alinearse. Yo sigo calvada a él. Se retira lo saca de mi culo. Me agarra fuerte de los brazos y me dice: límpialo con tu boquita. Trato de resistirme y me da una bofetada en la cara. Entiendo y no me resisto. Acerco mi boca a su pene sucio de mi ano y de toda la leche depositada por los hombres que me utilizaron esa misma noche. Derramo saliva sobre su pene para hacer el proceso de limpieza, lo meto a mi boca y succiono el semen y líquidos. Me es muy desagradable estuve a punto de vomitar pero si lo hago será peor. Acabo lamiéndole su miembro flácido. Lo dejo lo más limpio posible. Él se cambia, yo sigo con el vestidito y la ropa interior de la noche anterior. Salimos de la celda y nos detenemos parados todos en el pasillo.
Pasa el inspector. Revisa a cada uno, no se buscando que. Llega donde mí. Me mira. Me ordena ponerme de espalda a él. Me pego a las barras de la celda. Me revisa manoseando todo mi cuerpo. Levanta mi falda y deja al descubierto mis nalgas y mi tanga que atraviesa mi culo. Lo saca, lo estira y lo suelta para que suene colocándolo de lado. Me dice: inclínate. Yo lo entiendo y bajo mi cabeza y mi torso agarrándome los barrotes. Queda mi culo en posición alta. El saca un guante de hule, lo sé porque suena cuando lo suelta. Me dice: voy a revisarte. Introduce un dedo por mi ano lubricado por todas las eyaculaciones que me han tirado durante la noche y esta mañana. Siento 2 dedos, me mantengo en la misma posición. 3 dedos dentro de mí, los mueve como si buscara algo dentro. 4 dedos y me duele. Por más que me han dado por detrás cuando lo que me quieren introducir es muy grande me duele. Hago movimiento de dolor para ver si me deja. No vale de nada, si me muevo, el empuja más duro. Siento sus dedos, los 5 en forma de cono forzando la entrada en mi culo. Definitivamente no caben, pero el insiste. El dolor se vuelve insoportable. Es como si te rompieran por detrás. Me pego a los barrotes para alejarme de él.
El sigue presionando, mi ano no resiste más. Siento que se me rompe algo. Siento sus nudillos llegando a mi borde del ano. Sus dedos adentro rompiéndome el tejido del esfínter. Con toda su fuerza me revienta el culo y mete su mano. Del dolor pierdo fuerzas en mis piernas, siento que me desvanezco pero el con su brazo introducido en mi trasero me sostiene. Mueve su brazo como si fuera un pene de afuera hacía dentro. No aguanto el dolor. Me dada duro con su brazo. Luego cierra su puño dentro de mis intestinos. Me duele pero lo siento totalmente. De repente comienza a sacármelo con su puño cerrado. Llega al esfínter y se atora. Demasiado grande para salir. Estaba como si fuera una perra que no puede liberarse del pene crecido del perro. Lloro, suplico, pero de nada vale. Me dejo arrastrar para que no me rompa el culo. Pero él manda a 2 de los prisioneros para que me agarren. Lo hacen burlándose, y de repente un jalón extremo y sale el puño con mi esfínter brotado hacia afuera. Boto mucha sangre. Ellos tienen que agarrarme para no caerme. Me colocan el panty en su lugar para que no corra la sangre al piso.
Me llevan al baño a bañarme. Me quito el vestido, lo pongo en un rincón. Comienzo a quitarme el panty y el amo no me deja. Dice báñate con él y lávalo que aquí no hay más ropa de mujer. Ese lo llevaras hasta que le pidas a tu mujer que te traiga nueva ropa de ella. Agrego: Mañana sábado hablaremos con ella. Yo le dije: por favor eso no. No quiero que ella sepa de esto. Y él dijo: mira puta de mierda, tu eres eso y solo eso. Tendrás que mostrarte ante todo el mundo como lo que te voy a convertir. Todavía falta para tu transformación así que mañana tu mujer vera que ya no eres varón sino una mujer igual que ella. Mañana saldrás en un vestido, maquillada, uñas pintada y en tacones. Sino ya sabes lo que te pasara. Yo preparare un papel con lo que ella tiene que traerte semanalmente y yo mismo le diré en lo que te has convertido.
Camine hacia la ducha, que me hacía mucha falta por lo sucia y usada que estaba. Pensando en la vergüenza y la deshonra que pasaría mañana frente a mí esposa. Seguí las instrucciones lave el panty, los exprimí y lo seque lo mejor que pude. Me los puse de nuevo y camine a recoger mi ropa. En el lugar solo había una camisilla de hombre blanca transparente. Tuve que ponérmela pues no había otra opción. Me quedo por a media nalga. Así tuve que pasar el día. En la noche el amo me llamo y me dijo: hoy no te voy a prostituir, te dejare descansar para que este bien para mañana. Ven vámonos a acostar. Entre primero contra la pared. Luego él se acostó a mi lado. Manoseo mis nalgas. Y me dijo: la semana que viene iniciaremos otro proceso de trasformación. Tu culo está muy bueno pero tus tetas son muy pequeñas. Así que te llevaremos a la enfermería para que uno de los estudiantes que quiera practicar contigo te coloque unos implantes. Vamos a ver los más grandes se puedan conseguir. Esto tendrá su costo pero tú lo vas a pagar con el viejo oficio de la prostitución. Además agrego: así valdrá la pena agarrarte las tetas. Con esa conversación y con el pegado a mi trasero comencé a conciliar el sueño aun con el tremendo calor que hacía. Mi camisilla estaba bañada en sudor pero esa era la única ropa que tenía para ese día.
Amanece sábado, día de visita, el peor para recibir la mayor vejación que alguien puede recibir. Presentarse ante su esposa con un cambio drástico de género. Esos pensamientos me desvelan serán las 5 am. Trato de no moverme para no despertar mi amo. Su despertar puede significarme mamárselo o cogerme como casi todas las mañanas, horas que le gusta hacerlo. Pasa el tiempo y aun no creo poder presentarme en público vestida y maquillada como una mujer. Se las consecuencias de resistirme a salir. De igual forma el hablara con mi esposa. Las consecuencias será un tremendo castigo. Será muy severo eso lo sé. No sé qué hacer.
Despierta y me toca. Me suelta tremenda nalgada y dice: despierta que este día marcara para ti una nueva vida. Estoy disfrutando verte ante tu mujercita presentándote como una mujercita. Se hecho a reír. Levántate puta y busca un papel para dejarle el encargo a tu mujer. Busque un papel y un lápiz que había en la celda. Me dice anota y comienza a dictar:
Como podrás ver la cárcel me ha traído consecuencias inevitables y obligatorias. Ahora funjo de mujer, esclava, sumisa y prostituta. He estado en esta semana con más hombres que tú en tu vida. No puedo evitarlo. Ahora todo ha cambiado, por ello te pido mis nuevas necesidades para la semana que tendrás que traerme:
Ropa:
Vestidos mini falda.
Blusas escotadas y faldas cortas
Short mientras más cortos mejor
Baby doll
Blusas tipo brassier
Panties tangas (colores exóticos)
Leotardo
Pantys media
Leggins
Zapato de tacones
Maquillaje:
Pintalabios
Lápiz de cejas
Sombras
Pestañas postizas
Lubricante
Consolador 12”
Yo lo escuchaba y seguía escribiendo sin pensarlo. Termine y el me lo arrebato. Dijo: yo seré quien se lo entregue. Fuimos a los baños y allí, siguiendo la monotonía de la cárcel, nos bañamos. Salí y busque ropa de hombre para ese día, pero no fue así. Había para mí una mini falda extremadamente corta de color blanco con una blusa de algodón de un solo hombro color rojo. Acompañaba esto unos pantys tanga con un estampado de leopardo y unos zapatos de tacones tipo aguja de color rojo. No eran del todo cerrado, me dejaba al descubierto los dedos y las uñas. Quise morirme pues lo que la vergüenza que iba a pasar frente a mi esposa no tenía comparación alguna. El amo, se acercó junto a otra sumisa y me dijo: ella te va a maquillar, pintarte las uñas y arreglarte. Así que acompáñala. Pedí por favor que en esta ocasión me permitiera vestir de hombre. Pero el de inmediato me cortó y dijo: es obligatorio.
Estuve 1 hora y algo dejándome maquillar, cejas, pestañas, sombra en los ojos, pintalabios. La blusa, mini falda y tacones. La chica me dijo: estas muy linda, vas a ser una mujer muy bella, tus facciones son bastante femeninas. Estaba parada cuando entro el amo y dijo: vamos puta que te esperan en el área de visitas. Salimos por un pasillo, me llevaba de mano. Yo caminaba con dificultad con un taco tan fino. Se abrían las puertas de las diferentes zonas que atravesábamos hasta llegar a la última. Se abre la puerta y entramos a un área con mesas donde estaban todos los familiares que vienen a visitar a los presos. Dentro de ellos mi esposa. Caminamos hacia ella, pero ella no me reconocía seguía buscando hacia la puerta a ver si salía. Llegamos a su mesa y el amo le pregunta usted es la señora de Fernández. Ella responde si claro. Y él le dice: aquí está tu maridito convertido en lo que siempre ha sido, una puta. Mi esposa me ve y se sorprende, pues con el maquillaje y así vestida nunca pensó que era yo. El amo me manda a sentarme, me siento cruzo las piernas pues es la única forma de que no se vea la ropa interior. Hay el saca el papel y le dice: léelo y cumple con esto. Sino no te puedes imaginar lo que pasara tu querido esposo que ya no será más barón, pues lo trasformaremos en una mujer muy puta.
Ella leyó todo, solo me miraba, sus lágrimas corrieron. Me pregunto, ¿cómo ha sido esto? Le dije: no te imaginas el infierno que estoy viviendo, pero esto es la ley aquí dentro. No hay forma de evitarlo solo salvo que logre salir. De eso dependerá pues hay muchas amenazas de seguir los cambios conmigo y muchos ya son irreversibles. Ella extendió sus manos en busca de las mías y volvió a sorprenderse cuando se encuentra con las mías arregladas igual que las de ellas. El amo interrumpió y dijo: que esta puta que tienes de marido no se haga la pendeja, que ella disfruta mucho lo que le hacemos. Y para que no lo dudes mira. Le paso su celular con un video mío con 2 tipos haciéndomelo, donde uno me lo metía por la boca y otro por detrás. Yo estaba en cuatro en el piso y ellos me daban duro. Él le dijo a mi esposa: la vez, no hay un gesto de resistencia, todo lo contrario lo acepta totalmente.
Lo que él no le dice es las consecuencias que me esperan si no permito que me lo hagan. Le mostro el video en la parte final de la cogida, cuando el primero se viene en mi boca y me dice: trágatelo todo puta si dejas caer una gota ya sabes lo que te espera. Y filmo mi cara recibiendo toda la leche de este tipo y como después me obligaba con mi lengua a limpiarle su miembro. Luego el otro me lo saco de atrás haciendo que se lo mamara también y se vino sobre mi cara con un derrame que baño mi cara. Filmo a detalle toda mi cara llena de leche y luego como tomaban con su dedo esa leche y me lo ponían en la boca para que la chupara. Mi esposa estaba estupefacta e incrédula de ver ese video que ya no dejaba ningún margen de duda de lo que estaba viviendo. Finalmente nos despedimos, nos paramos y nos abrazamos ambos en tacones como dos buenas amigas.
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