Secuestro
Cuando el secuestro pasa a ser un sistema de vida..
Como la mayoría de los secuestros, la víctima no recurre a la justicia, para evitar el escarnio público, la revictimización y ocultar el trauma.
Como todos los dias, volvía del colegio conversando con una compañera que vivía cerca de mi casa. Todos los dias nos despedíamos en la misma esquina, ella camibaba tres cuadras en un sentido hasta su casa, yo tres cuadras en otro sentido hasta mi casa.
Me habia despedido recién de ella, no habia caminado media cuadra cuando un furgón se detiene a mi lado, se bajan dos tipos y me suben a la camioneta. Tal fue mi sorpresa, que no alcancé a gritar, me taparon la boca con paño y no supe nada más.
Cuando desperté, estaba completamente desnuda sobre una cama, atada de pies y manos a cada esquina de la misma.
De pie, a mi lado habia un tipo mirándome, quise gritar, pero tenía algo dentro de la boca y una cinta adhesiva cerraba mis labios. Tenía mucha vergüenza de como me miraba, tiré de las cuerdas, pero aparte de lastimar mis muñecas y tobillos, no pasó nada más.
– Tranquila, no te va a pasar nada, sólo vas a estar un rato más. Cuando tu papá pague el recate te vamos a liberar – por la voz se notaba que era joven, tenia su cabeza con un pasamontañas.
– Más rato te vengo a ver, tengo algunas cosas que hacer y vuelvo. Voy a ir a buscar algo para beber – se dio vuelta y se fue.
Grité, mas nada salió de mi boca, tan sólo un gruñido. No quería que me dejara sola, pero no queria que me viera desnuda.
El cuarto, porque era eso, un cuarto que parecia haber sido bodega. Las paredes y el cielo raso de un color que en su tiempo debe haber sido blanco. Ahora de un color gris con mamchas y pintura descascarada. La cama, de una plaza, de 1×2 metros aproximadamente, era el único mueble. No cabia nada más tampoco, entre la cama y la pared no habían mas de 50 centímetros para cada lado. Y un metro entre los pies de la cama y la pared en donde estaba la puerta. Arriba una ampolleta colgaba de un cable. Parecía una prisión, o lo que me imaginaba que podria ser.
– Hola, volví – dijo con una sonrisa estúpida parado los píes de la cama.
Nunca nadie me habia visto desnuda, excepto mi papá, pero es mi papá, y nunca en esas condiciones ni de esa manera. Sentia su mirada como raspando mi piel. Cerré los ojos par ignorar su presencia. Pero aun así, con los ojos cerrados sentía su presencia y el calor de su mirada en mi vagina.
Sigue…
Capítulo1
Espero continúe