Señor cura, cuando bebo mucho, aparte de reírme como un estúpido, creo todo lo que me dicen, y en consecuencia actuó.
Un tipo entra borracho a la iglesia, con el ferviente deseo de confesarse, el cura lo escucha, y se lo lleva dentro de la casa parroquial, donde le come el culo..
Cuando pasé frente a la iglesia, al ver la puerta abierta, el remordimiento me llevó directo al confesionario.
En un tono de voz condescendiente, luego de decirme el cura. “Ave María Purísima.” y yo responderle. “Sin pecado concebida.”
El padre me preguntó. “¿Hijo has estado bebiendo?” de inmediato le respondió que, sí, por lo que me dijo, tomando en cuenta mi estado. “Bueno sería recomendable que te confesases, cuando te encuentres sobrio.”
A lo que él casi suplicándole, dije. “Padre, es que sobrio no me atreveré a decirle lo que hice, por lo que más quiera confiéseme.”
Mi tono de voz le sonó tan lastimero que finalmente me dijo. “Bueno, hijo dime desde cuando no te confiesas.” Le dije que ni me acordaba cuando fue mi última vez, que me confesé.
El cura se sonrió, y continuó diciéndome. “Bueno hijo, cuéntame que has hecho” …
Cerrando mis ojos comencé por decirle. “Padre yo me encontraba con varios amigos míos del pueblo, y la verdad es que bebí mucho más de lo que estoy acostumbrado, de lo que ahora, me arrepiento mucho, bebí tanto, que me puse estúpido”.
En ese instante el cura se quedó en silencio, y a los pocos segundos me preguntó, que era eso de que me pusiera estúpido.
Fue cuando sin abrir mis ojos, le dije. “Es que resulta, que cuando bebo mucho, aparte de reírme como un estúpido, me creo todo lo que me dicen, y en consecuencia actuó.”
El cura me dijo que fuera un poco más específico, y él muriéndome de la vergüenza continué con mis ojos cerrados confesándome. “Bueno, padre yo estaba tan ebrio, que en cierto momento uno de mis amigos me dijo que yo había perdido la apuesta, y que como había apostado que me desnudaría, debía hacerlo.”
“Yo la verdad es que no me acuerdo de haber dicho eso, pero como ya le dije, bastó que mis amigos me lo dijeran, para que yo les creyese, de inmediato comencé a desnudarme frente a todos ellos en el bar.”
Tras lo cual seguí bebiendo, pero de momento que otro de mis amigos, me dice que tengo bonitas nalgas que, si quiero modelárselas, y yo de estúpido, así lo hice.
Tras caminar entre mis amigos, modelándoles mis nalgas, entre todos comenzaron a decirme que yo tenía unas nalgas hermosas, que daba gusto tocar, y agarrar.
Y sin que yo les dijera ni que sí, ni que no, ellos comenzaron agarrarme las nalgas, a medida que yo sin dejar de reírme como un estúpido, mientras continuaba caminado entre mis amigos.
Y así todo ellos continuaron agarrándome las nalgas, hasta que alguno de ellos, me introdujo un dedo.”
Pero como continué muerto de la risa por la borrachera que cargaba, otro de mis amigos, me dijo. “Te gustaría que te comiéramos el culo.
A lo que de inmediato antes de que yo respondiera que no, continuó diciéndome. “Yo sé que te va a gustar, verdad que, si te va a gustar, que todos te comamos el culo.”
En ese momento, aunque hubiera querido decirles que no, estaba tan borracho que, riéndome como un verdadero estúpido, que lo único que se me ocurrió decirles fue que sí.
Todos ellos lo celebraron, y antes de que yo me diera cuenta, ya me tenían recostado sobre una de las mesas del bar, boca abajo, fue cuando sin perder tiempo, uno de mis amigos, me enterró su verga por el culo.
Al principio me dolió algo, pero a medida que él continuó metiendo, y sacando su verga de entre mis nalgas, yo no sé por qué, comencé a moverlas, y así después de que el primero se vino dentro de mí los demás continuaron clavándome sus vergas, mientras que yo no dejaba de reírme, hasta que al poco rato también me pusieron a mamar.
Lee dije al cura, que eso fue lo que me pasó anoche o, mejor dicho, hasta hace poco”. El cura se me quedó viendo, y me preguntó. “¿Tú ya te limpiaste, es decir te has bañado?”
De inmediato le respondí que no, y fue cuando me dijo. “Mejor acompáñame a la casa parroquial, para que te duches y luego seguimos hablando.”
Aun dando algo de tumbos lo seguí, y tras mostrarme la ducha, me dijo. “Daté un buen baño, y expulsa lo todo lo que te hayan dejado dentro, que cuando termines seguimos con la confesión”.
Obedientemente, le hice caso, me bañé, y saqué de mi cuerpo toda la leche que mis amigos habían dejado dentro de mi culo, al terminar le dio una toalla, y me dijo. “Vamos a continuar, pero ahora te voy hacer unas preguntas a medida que sigues confesándote”.
No bien me senté, tal como salí del baño, con la toalla alrededor de mi cintura, el cura colocó una botella de ron frente a mí, diciéndome. “Esto es porsiacaso te hace falta, para que sigas confesándote”.
La verdad es que antes de seguir confesándose me di un gran trago, y comencé nuevamente a decirle todo lo que me había sucedido, horas antes.
Pero cuando iba por la parte de que andaba caminando desnudo entre mis amigos, el cura me dijo. “Hazme el favor de demostrarme como”
Por lo que después de darme otro trago, con la toalla a la cintura comencé hacerlo, fue cuando el cura me dijo. “Pero hazlo sin la toalla, para tener una idea clara de todo lo que te ha sucedido”.
De inmediato le hice caso, y de inmediato me quité la toalla, y comencé a caminar frente al cura, moviendo mis nalgas, luego cuando le dije que mis amigos comenzaron a agarrármelas.
El cura me agarró las nalgas, por lo que me di otro gran trago, y riéndome, le dije. “Padre, así mismo fue como varios de ellos me agarraron las nalgas.”
Continué caminando, y moviendo mis nalgas, cuando le dije que uno de mis amigos me había dicho que me iba a gustar que me dieran por el culo.
Fue cuando el cura me preguntó. “Y si te gustó.” A lo que, sin dejar de reírme, le respondí. “Sí y mucho.”
Fue cuando al darme vuelta, vi que el cura ya se había quitado la sotana, y su parada verga apuntaba directamente a mi culo.
Me quedé en silencio, y el cura comenzó acercar su parada verga a mis nalgas, él no me dijo nada, por lo que yo solamente se puse en cuatro patas, y a los pocos segundos con su parada verga, el cura comenzó atravesar el hueco de mi culo.
Por un largo rato, me estuvo enterrando, y sacando de mi culo toda su verga, mientras que yo sin dejar de seguir dándose más tragos, movía mis caderas de lado a lado, restregándolas contra su cuerpo, para sentir más, y más a dentro del toda su gruesa y larga verga, a medida que yo no paraba de gemir y reír.
Después de que también se vino dentro de mi culo, me puso a que le mamase su verga, hasta que nuevamente se le volvió a parar, y él nuevamente me la tragué completita con mi culo.
Cuando me desperté, ya comenzando a caer la tarde, me di cuenta de lo que había sucedido, estaba que me moría de la vergüenza, además, como me encontraba completamente desnudo, en una cama que no era la mía, me asusté.
Mi intención era la de agarrar toda mi ropa, y salir corriendo, pero al abrir la puerta apareció el cura, nuevamente vestido con su larga sotana, y en ese momento me dijo. “La verdad es que a ti te gusta eso de que te den por el culo, y ponerte a mamar verga. Pero para que no se aprovechen de ti, tus amigos, de ahora en adelante, el único que te va a dar por el culo soy yo, y no se diga más.”
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