Sentí unas tremendas ganas, de que me volvieran a comer el culo, por lo que decidí contarles a mis dos amigos toda la verdad.
Un chico se va a una playa escondida, se pone a fumar y luego llegan otros chicos y se emborracha, por lo que termina dejando que le coman el culo, cosa que posteriormente un par de sus amigos también le hacen..
Al principio mis dos amigos y yo íbamos a ir a la playa, escondida de difícil acceso por estar, entre unos rocosos acantilados.
La cosa es que mis amigos, a última hora no se presentaron por lo que me fui yo solo, y después de llegar al retirado poblado, comencé a caminar en dirección a la playa, ya había comenzado a caer la tarde cuando llegué, y tras montar mi pequeña tienda de campaña, me preparé un cigarro, que desde luego me lo fumé yo solo.
Luego mientras preparaba una fogata, volví a preparar otro, pero mucho más pequeño, y tras fumármelo, lo que me provocó fue meterme al agua, por lo que como estaba solo, me quité toda la ropa, y completamente desnudo me tiré al mar.
Así estuve nadando, por un largo rato hasta que comenzó a caer la noche y sentí algo de frío, por lo que decidí salir del agua, y tirarme al lado de la fogata, tal como me encontraba, mientras me volví a fumar otro más, y comí unos sándwiches que había llevado, tras lo cual sin vestirme me quedé recostado en una toalla sobre la arena.
Ya había pasado un buen rato cuando no sé de dónde, aparecieron cuatro chicos, como de mi edad, que después de saludarme, uno de ellos me comentó, que la policía en ocasiones pasaba por ese lugar.
Pero de inmediato otro de los chicos, dijo. “Si lo hacen únicamente los fines de semana, para ver si agarran a alguna pareja tirando.” Eso me tranquilizó, y me di cuenta de que los cuatro, cargaban unas botellas de ron.
De inmediato me puse un pantalón corto, mientras que ellos sin que yo los invitase, se sentaron alrededor de la fogata, y tras uno de ellos darse un buen trago, me invitó a que los acompañase a beber.
Así que todos sentados en la arena alrededor de la fogata estuvimos charlando, y bebiendo ron, hasta que a uno de ellos se le ocurrió que jugásemos a la botella, un juego relativamente tonto, en el que alguien hace girar una botella, y a quien le apunte el pico, debe cumplir una penitencia, y una vez realizada, nuevamente alguno hace girar la botella, y así sucesivamente.
A medida que seguimos bebiendo ron, fuimos jugando, nos fuimos divirtiendo, ya que la mayoría de las penitencias, se trataban de que a quien le tocaba hiciera algo ridículamente tonto, como imitar a un cantante, a un animal, o cualquier otra cosa estúpida que se nos ocurriera.
Hasta que, de momento, me dieron ganas fumar otro tabaco, pero antes de prepararlo, les pregunté a mis acompañantes si querían fumar, aunque no les dije que, porque no hizo falta, así que a medida que seguimos jugando, también seguimos fumando, y bebiendo.
Cuando al más alto de ellos, sus propios compañeros le pusieron de penitencia, que se quitase toda la ropa, y se metiera al agua, cosa que él hizo sin protestar, no fue hasta que regresó, como no se volvió a poner su ropa, y se quedó completamente desnudo, que me impresionó lo largo y grueso de su miembro.
Al verlo, mentalmente comparé su verga con la mía, que es por mucho más delgada y pequeña que la de ese tipo, y así seguimos jugando, hasta que me tocó perder, quizás por haberme reído tanto, me impusieron la misma penitencia, yo nada más me quité los pantalones cortos, y sin más ni más, me volví a meter al agua, pero al regresar, al igual que aquel chico, también decidí quedarme desnudo.
El juego continuó, y en cierto momento volví a perder, por lo que me impusieron de penitencia que, imitase a una reina de belleza, por la nota, o por lo mucho que ya había bebido, a medida que comencé a caminar, con mis testículos, y verga ocultos entre mis piernas, sin dejar de reírme, moviendo mi abundante cabellera, como si estuviera modelando, y tirando besos como toda una reina de belleza.
Pero en cierto momento uno de los chicos, me pidió que dijera unas palabras, llamándome la nueva reina de la playa, así que, tratando de imitar la voz de una chica, dije algunas tonterías, tras las cuales todos ellos, incluso yo, nos seguimos riendo.
De inmediato nuevamente volví a perder, y la penitencia fue que bailara, como si yo fuera una chica, con el chico alto que estaba tan desnudo como yo, aunque al principio con voz afeminada dije que no, pero en realidad si quería hacerlo, por lo que cuando ellos siguieron insistiendo tanto, acepté.
Y me puse a bailar, con el que habían elegido como mi pareja quien, al principio, se mantuvo a cierta distancia de mi cuerpo, pero de momento, a medida que sus amigos hacían la música con sus bocas y manos, él se fue pegando a mi cuerpo, hasta que por él ser un poco más alto que yo, sentí su parado y caliente miembro, un poco más abajo de mi barriga.
Al principio, me sentí un poco incómodo, al tener esa cosa caliente, y dura pegada a mi cuerpo, pero no dije nada, y seguí bailando, pero a medida que lo seguimos haciendo, él fue diciéndome que bailaba muy bien, pegando su pecho al mío, y deslizando una de sus manos hasta mis nalgas.
Sin que yo por lo borracho, o drogado que estaba, siguiera riéndome como una chica, cuando de repente otros de los chicos, que ni cuenta me di, cuando se quitó toda su ropa, se nos unió, pero colocándose de tras de mí, por lo que casi de inmediato sentí su duro y caliente miembro, que lo colocó entre mis nalgas.
Y sin que yo dejase de reírme junto con todos ellos, así que mientras seguíamos bailando los tres, ellos dos comenzaron a decirme, lo sabrosa que se veían, y lo suaves que se sentían mis nalgas.
Sin que yo me molestase por eso, y hasta sentí como con sus dedos, uno de ellos, me los pasara repetidas veces por sobre mi esfínter, sin que yo me incomodara por eso, los tres seguimos bailando, bebiendo, fumando y riendo, cuando uno de ellos, sin dejar de acariciar mis nalgas, acercó su boca a mi oído, y en voz baja, suavemente comenzó a pedirme, que me dejara dar por el culo.
A lo que yo, en el estado en que me encontraba, de momento no dije nada, pero sin dejar de reírme, él insistió tanto que después de todo, le dije que sí, por lo que casi de inmediato, me encontré al lado de la fogata, recostado boca abajo sobre mi toalla en la arena, con mis piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas.
En ese momento lo que sentí, fueron sus dedos llenos de saliva que fueron penetrando mi esfínter, pero al poco rato los sacó, y de inmediato comencé a sentir la caliente cabeza de su verga, como fue penetrando mi culo, a medida que yo comencé a quejarme pidiendo que me lo sacase, hasta que su cuerpo quedó por completo sobre el mío, y sentía toda aquella verga dentro de mí.
Así que a medida que él comenzó a meter y sacar toda su verga, una y otra vez de mi culo, yo no sé, pero en lugar de seguir quejándome, y pedirle que lo sacara, comencé a mover mis nalgas, y lo más raro de todo, fue que lo estaba disfrutando, y mucho.
Ya él llevaba un corto rato moviéndose sobre mi cuerpo sin parar, cuando su compañero sentándose frente a mi cara, con las piernas abiertas, tras darme otro trago de ron, colocó su verga frente a mi boca.
La que sin que dijera nada, sin más ni más, me puse a mamar, al tiempo que sus otros dos amigos, les decían que se apurasen, que ellos también me querían dar por el culo, durante el resto de esa noche, y quizás gran parte de la madrugada, los cuatro me han dado por el culo un sin número de veces, al tiempo que yo seguía fumando y bebiendo, aparte de ponerme a mamar sus vergas.
Levantándome de la arena en ocasiones, solo para lavar mis nalgas en la playa, cuando me vine despertando, ya había comenzado a caer la tarde, y yo tenía algo de dolor de cabeza, y de culo, de momento pensé que estaba solo, pero después de que me di cuenta de que ellos se habían llevado mi tienda de campaña.
A quienes encontré a mi lado, fue a mis dos amigos, que por lo que me dijeron recién llegaban, ellos dos me encontraron tal como estaba, tirado sobre la arena, con el culo abierto, y lleno de leche por todas partes.
Por lo que me preguntaron que me había sucedido, en ese momento les dije que cerca de seis tipos me habían asaltado, y a la fuerza se llevaron mi tienda de campaña, el morral, y toda mi ropa.
De inmediato mis amigos me dijeron que fuéramos a la policía, pero yo me opuse, diciéndoles que no le iba a contar a nadie, y menos a unos policías, que por estar fumando marihuana me habían robado casi todo, y que encima de eso me habían dado bien duro por el culo, y también a la fuerza me obligaron a mamar sus vergas.
Pero como mis amigos estaban insistiendo tanto, que fuéramos al cuartel de la policía, me acordé de lo que había dejado escondido entre las piedras, que por suerte no lo encontraron, y apenas lo saqué, nos preparamos un buen tabaco, no me volvieron a decir nada de pasar por la policía, a que pusiera la denuncia.
Pero a medida que lo fuimos fumando, sentí unas tremendas ganas, de que me volvieran a dar por el culo, por lo que decidí contarles toda la verdad a mis dos amigos, y parándome frente a ellos dos, después de bañarme y lavar mi culo en la playa, uno de mis amigos de golpe me dijo, que no entendía absolutamente nada.
Así que, tras secarme con la toalla, se los fui explicando nuevamente, con lujo de detalles, ya había anochecido, cuando les demostré al lado de la fogata, como yo había escondido mi verga y testículos entre mis piernas, y hasta me había puesto a modelar, y hablar como si fuera una chica.
Y así seguimos fumando, mientras que yo les contaba, y demostraba todo detalladamente, de cómo dos de ellos, se pusieron a bailar conmigo, y que mientras yo seguía imitando a una chica, ellos me agarraban las nalgas, y hasta me habían metido sus dedos por el culo, y de cómo terminé recostado al lado de la fogata, boca abajo en la arena, con las piernas bien abiertas, y mis nalgas levantadas.
Fue cuando justo en ese preciso momento, que sentí que uno de mis amigos se colocó sobre mí, y sin demorar mucho me enterró toda su verga, mientras que el otro, que se había mantenido callado, apenas vio como yo comencé a mover gustosamente mis caderas, a medida que el primero metía y sacaba toda su verga, me puso su verga frente a mi boca, la que gustosamente me dediqué a mamar por un buen rato.
El resto de la noche, a medida que seguíamos fumando, ellos dos no se cansaron de comerme el culo, o de ponerme a mamar sus vergas, cuando regresamos, el resto de nuestros amigos se enteraron rápidamente de todo lo sucedido, y no precisamente por boca de mis dos amigos….
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