SIU 2
El invierno llegó y Siu ya no sangraba. La mente del niño transformó el dolor en placer..
A la hora acostumbrada Maxim despertó y empezó a desperezarse ajeno a lo que había sucedido la noche anterior. Al estirar sus brazos topó con el cuerpo de Siu. Rápidamente recordó y su polla se volvió roca en un momento. Destapó al niño con la intención de bajarse la calentura pero al comprobar la mancha de sus fluidos y sangre que cubría parte del colchón, se detuvo. Salió de la cabaña y se dirigió al río para lavarse y aclarar sus ideas. Se sumergió en las frías aguas de un remanso que quedaba oculto desde la otra orilla y enfrió su hombría y su mente. Después de lavarse se tendió sobre una roca bastante plana para que el tímido sol de la mañana le secara. Cerró los ojos y recordó lo acontecido la noche anterior. Sus pensamientos iban y venían. Para su sorpresa, sintió algo de arrepentimiento al recordar el llanto y los gritos del pequeño. Casi al mismo tiempo se justificaba diciéndose que ya estaba usado. También pensó que no era más que un sucio niño coreano que había tenido suerte de dar con él en vez de ser capturado junto al resto, a saber lo que le hubieran hecho esos soldados… Pensó que ya tomaría una decisión.
Ya en la cabaña preparó algo para desayunar y despertó al niño. Siu sentía que caminaba raro y notó molestias al sentarse en un tronco a modo de silla. Observaba a aquel hombre con temor mientras comía tímidamente y finalmente se armó de valor y preguntó por su familia, pero no obtuvo ninguna respuesta comprensible. No conseguía entender al descomunal hombre y se acurrucó en un rincón de la cabaña mientras le observaba saliendo al exterior. Esperó un rato, se terminó de vestir y al comprobar que ese hombre no estaba escapó del lugar para terminar perdido.
Maxim volvió al atardecer y comprobó que el niño se había ido, en un acto inconsciente se llevó la mano a su polla y supo que no podía dejar pasar esa oportunidad, el invierno estaba próximo y ,sin ninguna duda, el niño lo haría más llevadero. Siguió fácilmente el rastro del niño, le encontró asustado junto al tronco de un árbol caído, le dio una bofetada que lo tumbó y lo cargó hasta el río para que se lavara la suciedad de su cuerpo. Para animarlo, Maxim se despojó de sus ropas y se sumergió en las aguas. El niño le siguió con cautela y se aferró a su captor cuando resbaló con las piedras.
Siu empezó a admirar el fuerte cuerpo de Maxim. Era verdaderamente alto, el cabello castaño claro caía sobre sus espaldas anchas, parecía un triangulo invertido cuyo vértice era unas caderas estrechas. Cuando se dio la vuelta, su barbuda cara contrastaba con un cuerpo lampiño , a excepción del vello púbico. El niño se quedó contemplando, una vez más, la gran chota del trampero que parecía no tener espacio suficiente entre las musculosas piernas del hombre.
Sus miradas se cruzaron y ambos parecieron entenderse. Se vistieron y partieron hacia la cabaña.Una vez dentro, Maxim sacó la botella de vodka, se sirvió un vaso y ofreció un trago al niño mientras le decía que bebiera, se relajara y fuera obediente o le iba a ir mal.
Un vaso siguió al otro y pronto Siu sintió calor en su cuerpo y aceptó su destino inmediato. Tomó con sus pequeñas manos,la que para él era, una descomunal polla y empezó a subir y bajar suavemente, iniciando una masturbación mientras embobado la miraba. Su lengua se esmeró para recorrer toda aquella inmensidad, logró engullir el prepucio y dejó que la mano de Maxim presionara hasta que su garganta indicó el tope de la penetración bucal.
La mano de Maxim pronto buscó el ano del niño. Los dedos, lubricados con grasa de oso, se abrieron paso hacia el interior del niño que los recibió con agrado. En la mente de Siu había calado la enseñanza de su padre, debía satisfacer al adulto, debía ser un buen niño.
–천천히 해주세요 (despacio, por favor)
Viendo que el niño estaba dispuesto ubicó su machete frente al ojete y zas! Metió un tercio de polla.
–черт, я собираюсь открыть для вас дыру (joder, te voy a abrir un boquete)
–아아 아파 (ahhh, me duele)
–아아
–아아
–заткнись пидор и научись с этим мириться (cállate maricón y aprende a aguantarla)
–노우, 꺼내 (noooo, sácala)
–Вот и все у тебя внутри (Ya está, la tienes toda dentro)
-아, 아르그 (aahhhh! arrgg!)
–да, да, посмотри, как оно входит в тебя. Подожди… подожди. я кончаю! (sí, sí, mira cómo te entra. Aguanta … aguanta. ¡ me corro!)
Maxim había logrado enterrarle gran parte de su polla y había sentido un profundo placer mientras lo bombeaba. Fue incapaz de parar, es más, no se planteó ni por un momento detenerse ante las quejas del niño. Se corrió abundantemente, apartó al chaval y se desplomó satisfecho.
Siu, por su parte, había logrado resistir. Su ano sangraba, estaba abierto y rasgado, sangraba. Su cara mojada de su propio llanto. Su cuerpo dolorido y su voluntad neutralizada pertenecían al fortachón, sin él saberlo. Su padre le inculcó el propósito de su existencia y Maxim le estaba enseñando lo duro que iba a ser su adiestramiento.
Los días pasaban de forma rutinaria, en parte. Maxim se dedicaba a revisar las trampas, a despellejar los animales, a curtir las pieles, a ahumar la carme, a cazar, a preparar algo de comida y a forzar al niño hasta conseguir enterrar por completo su polla en él. Siu limpiaba, recogía leña, procuraba el agua y aguantaba día tras día el dolor en su ano, que le producía una polla que conseguía estirarlo al extremo de romperse y en su próstata maltratada.
El invierno llegó y Siu ya no sangraba. La mente del niño transformó el dolor en placer. Se sentía satisfecho complaciendo a Maxim. Se sentía cuidado y querido por un hombre que lo necesitaba a diario. Un hombre que incluso le besaba los días que bebía.
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