Soy la amante de un empresario casado, parte III
Quise quitarme la ropa interior femenina y ponerme mi ropa interior masculina, pero estaba muy excitado y solo me empecé a vestir, me puse la camisa, el pantalón y mis tenis. No sé en que momento, pero me puse el perfume que estaba en la bolsa y salí a ver a Armando .
Lo más difícil de tener sexo con tu jefe, es tener que hablar de ello, o no.
Después de que Armando sale del baño, me dice que me dé una ducha, mientras él preparara la comida.
Comimos sin tocar el tema, es más, Armando me estaba contando que después de comer iríamos a la oficina un rato, que tenía unos pendientes.
La tarde transcurrio así, Armando en la oficina y yo en el coche preguntandome porque había pasado y en qué momento lo íbamos a hablar. Estaba muy confundido, venían a mi mente las veces que Armando me llamo putita y las mismas veces que permiti que eso pasará.
Estaba decidido a hablar yo. Pero Armando era un hombre que imponía y al final no me atreví, la tarde terminó y me dice que vayamos al departamento, durante el trayecto el iba hablando por teléfono con su esposa y familia. Eso me dejó más confundido.
Al llegar al departamento y cerrar la puerta, Armando me empieza a besar y yo trato de corresponder aunque la verdad no estaba tan caliente como en la mañana.
Pero decido que si va pasar algo, está vez seré yo quien penetre a Armando. Al tiempo de estar besándonos mi pene empieza a reaccionar y empiezo a ejercer presión en Armando para que baje y me haga sexo oral, pero este puso resistencia.
Me toma del cabello y jala la cabeza para atrás.
-A ver putita, por si no quedó claro, aquí el macho soy yo, soy tu semental.
No me quedo de otra más que aceptar, si aceptar.
-Ok Armando
Y fue el quien empezó ejercer presión hacia abajo. Llegó hasta la altura de su pelvis y le bajó el pantalón y boxer hasta las rodillas.
Armando toma mi cabeza con sus manos y la dirige hasta su pene ya erecto. Yo lo introduzco en mi boca y Armando empieza a gemir. Sus gemidos roncos y varoniles me excitan mucho.
Armando empieza un vaiven, literal me está cogiendo la boca, las arcadas empiezan a aparecer y con ello ese sentimiento de humillación. Pero lejos de querer parar, mi mente y cuerpo querían más.
Con cada arcadas mía, Armando gemía y se estremecía, al tiempo de estar así. Armando empieza a acelerar el vaiven y en un gemido grave explota en mi boca.
-Ahhhhh
Sentí su cuerpo estremecer y como sus chorros de semen llenaron mi boca. El sabor era extraño, por un lado me agradaba , pero el solo pensar que tenía el semen de Armando en mi boca me generó un poco de asco.
Me levanté para ir al baño y escupir cuando Armando me dice.
-Quiero que te tragues mi semen.
Yo volteo a verlo y en un acto de sumisión absoluta me trago todo su semen. Abro la boca para que compruebe que no hay nada.
Armando sonríe y me da un beso.
-Prepara la cena, tengo mucha hambre.
El se va a su habitación y me deja ahí. Humillado. En un mismo día, Armando había bautizado mis dos agujeros. Realmente era la soy la putita de este hombre.
Quise hablar con el pero mi mente estaba hecha un caos. Primero tenía que ordenar todo
El resto del día transendio de lo más normal, cenamos, cada quien se baño y nos fuimos a nuestras habitaciones a dormir.
Al día siguiente, Armando me dice que antes de llegar a la oficina vayamos a un centro comercial y me pide que lo espere en el estacionamiento.
Después de una hora (aproximadamente) regresa con una bolsa de Liverpool, sube al carro y nos vemos rumbo a su trabajo. Armando me da indicaciones que estará la mañana en la oficina en juntas, que aproveche para hacer mis cosas.
-Te espero a las 2, me tomaré la tarde libre.
-Esta bien Armando, llegó aquí a esa hora.
Mi mente estaba tratando de poner todo en orden. Había decidido hablar con Armando. Lo iba a hacer en la noche que lo llevará al departamento, incluso esa noche no quería dormir ahí.
Llegó a las 2 por Armando a la oficina. Me dice que vayamos al departamento que tenie unas cosas que hacer. Era perfecto, podía hablar con el en el trayecto. Pero al final me detuve, no quería incomodarlo si después tenía algo que hacer.
Entramos al departamento y Armando se dirige a la sala, lleva consigo la bolsa de Liverpool.
-Emilio ven, acompáñame aquí en la sala.
Mi corazón empezó a latir, sabía que iba a pasar
-Se que estás buscando una explicación a lo que paso ayer, lo veo en tu mirada. Mira yo soy bisexual, desde muy joven me gusta estar con hombres. Tu me gustaste desde que te ví la primera vez y quise intentarlo.
-Se que tuve que ser honesto, pero no sabía que ibas a pensar si te decía. Por eso fui dejando que las cosas fluyan y fluyeron bien. Ahora, no debes sentir miedo, pena o vergüenza, lo que paso ayer puede pasar más veces solo si tú aceptas y somos directos.
Yo solo escuchaba, mi mente estaba atenta a lo que Armando decía.
-Solo que si aceptas, tienes que hacer unos cambios en ti.
-Cambios?
-Si, a mí me gusta feminizar a mis amantes, es decir, que usen ropa interior femenina, que estén depilados y huelan rico. En esta bolsa, hay varios conjuntos de lencería, un kit de depilación y un perfume. Si deseas que lo de ayer siga pasando está es la única condición.
Armando me entrega la bolsa.
-Voy a estar en mi habitación, si aceptas, te quiero ver con eso puesto, sin vellos en el pecho, piernas, brazos y pubis.
Armando se para y ser dirige a su habitación. Mi mente que estaba tratando de poner todo en orden, volvió al caos. Abro la bolsa y habia varios conjuntos de lecheria, saco uno y de solo pensar en ponermelo mi pene reacciona.
No es posible que este considerando ponerme eso, yo soy un hombre, un macho igual que Armando, soy hetero, me gustan las mujeres.
Aunque mi cuerpo, especialmente mi pene están muy emocionados, mi mente tomo control de la situación y decidí escribirle a Armando.
-Armando, lo siento, pero esto que me pides no lo puedo aceptar, espero no te moleste pero me iré a mi casa, necesito estar solo.
Envié el mensaje, deje la bolsa en la sala y salí del departamento.
No quería llegar a casa, no quería estar solo, es más quería probarme que yo era hetero, así que busco en google lugar donde hubiera sexoservidoras, elijo la más cercana de mi ubicación y voy hacia allá.
Llego, veo a las mujeres y escojo la más guapa, la más femenina, llegamos al motel y la mujer se empieza desnudar de una forma muy sexi, bailando y moviendo sus caderas, mientras yo estaba en un sillón viendo el show, termina por quitarse toda la ropa. Yo tenía tiempo sin ver un cuerpo femenino en persona, le digo que se acerque a mi y me empiece desnudar.
Ella obedece y empieza por quitarme la camisa, pero yo le digo que empiece por los zapatos. Ella un poco extrañada asiente con la cabeza y hace lo que le pedí. Al poco rato, yo ya estaba semi desnudo, solo faltaba el boxer, cuando ella intento quitarmelo le dije que parara, que bailará para mí. La verdad me dió un poco de pena porque mi pene aún estaba flácido.
La mujer empezó a bailar, movía las caderas y se tocaba sus pechos, su vagina, sus nalgas, pero mi pene seguía dormido. Comencé a tocarlo por encima del boxer para que reaccionara mientras ella se desvivía por darme el mejor baile sexy. Por más que tocaba mi pene no crecía.
Le dije que me hiciera sexo oral, habíamos pactado que sería con condón, me bajo el boxer, me pongo el condón en mi pene aún dormirdo, me excuso diciendo que dando sexo oral se podrá duro. Ella empieza y tras un tiempo mi pene sigue flácido.
Me empiezo a preguntar que me esta pasando, no puedo hacer que mi pene se ponga duro. Es algo que no me había pasado antes. La mujer se percata y me dice que me relaje, que deje de pensar, que cierre los ojos y disfrute.
Le hago caso y cierro los ojos, mi mente automáticamente se traslado la vez que le hice sexo oral a Armando, las imágenes eran claras. Yo arrodillado con el pene de Armando y saliendo de mi boca. Esas escenas en mi mente, hicieron que mi pene se pusiera duro. Yo estaba disfrutando con el sexo oral de la mujer y con esas imágenes en mi mente. Hasta que ella habló y corto la fantasía. Escucha su voz de mujer hizo un efecto adverso en mi pene que rápidamente empiezo a perder firmeza.
Pienso que la mujer cacho lo que estaba pasando y me dice.
-En quien piensas? puedo ser ella, como se llama?
Me dió mucha vergüenza, ella lo notó
-Si te excita pensar que soy otra persona, dime, puedo ser ella y cumplir tu fantasia.
Me sentía algo humillado, mi mente me hizo una mala jugada.
-No importa, solo hazme sexo oral y no hables.
Trate de pensar en mi ex esposa, en las veces que tenía sexo con ella. Pero no funcionó, mi pene seguía dormido.
Le digo a la mujer que pare, que hemos terminado, que se vista. Le pago y la llevo a dónde la recogí.
Llegué a mi casa, todo frustrado, preguntandome qué había pasado conmigo. Me acuesto y tras mucho pensar, decido renunciar a ser chofer de Armando.
Al día siguiente llegó a casa de Armando. Lo llevo a la oficina y regreso a su departamento para recoger mis cosas, estaba decidido a renunciar ese mismo día.
Entro a la que es mi habitación y para sorpresa mía, ahí estaba la bolsa con la lencería. Una corriente atravesó mi cuerpo. Me acercó y estaba todo. Tomo un conjunto, la tela es súper suave y por instinto o no, me llevo el sostén a la parte superior de mi tórax, volteo a verme en el espejo y tras unos segundos, me quito la camisa y me pongo el sostén, hago lo mismo con el pantalón y mi boxer, y me pongo la tanga. Batalle para ponerme la tanga, ya que mi pene duro me lo impedía.
Me quite todo y fui a la bolsa a tomar el kit de depilación, estaba totalmente entregado a la excitación que todo esto me producía.
Leí las instrucciones del depilado y me fui al baño, empecé a depilarme piernas, brazos, axilas y pubis. Después de como una hora mi cuerpo estaba totalmente lampiño. Me terminé de bañar y salí a ponerme la lencería, me puse el sostén, la tanga y las medias, volteo al espejo y la imagen que veía me excitó demasiado, mi pene estaba muy duro.
Quería masturbarme y terminar con esto. Yo veía a renunciar pero ahora estaba envuelto en un ola de excitación. En eso duerme mi teléfono. Era Armando, me dijo que había acabado su jornada. Le dije que iría enseguida y colgué.
Quise quitarme la ropa interior femenina y ponerme mi ropa interior masculina, pero estaba muy excitado y solo me empecé a vestir, me puse la camisa, el pantalón y mis tenis. No sé en que momento, pero me puse el perfume que estaba en la bolsa y salí a ver a Armando.
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