Su primera sesion
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por duq.
Habíamos quedado en la cafetería de un lujoso hotel spa de la costa, aunque ya nos conocíamos por fotos y las largas charlas por teléfono y a través del ordenador, aquel era el primer encuentro cara a cara y el nerviosismo de la situación no me dejaba pensar con claridad, no era temor por mí lo que sentía, mas bien por ella, ya que sería su primera experiencia D/s, su primera experiencia real de Ama y aunque era algo que me había demostrado de sobra que deseaba, no podía dejar de sentir esa incertidumbre de no tener la certeza de que llegado el momento, todo fluiría como habitualmente pasaba en nuestras comunicaciones.
La deseaba como mi Ama y ella me deseaba como su sumiso, y había llegado el momento de hacerlo real, solo deseaba que me siguiera haciendo sentir su sumiso cara a cara.
Me senté en una mesa junto a una enorme cristalera que daba a un precioso jardín, debo reconocer que el sitio era ideal, ya me había hablado de él, ella solía ir allí cuando sus obligaciones se lo permitían, le servía para desconectar, para relajarse. Pedí un café y espere, ya era la hora, yo me había adelantado unos minutos, quizás los nervios y el querer quedar bien.
Apareció por la puerta que daba a la recepción del hotel, vestía de negro, muy elegante, me fije en sus pies, preciosos con esas sandalias negras, me levante, la salude, le ofrecí asiento, pidió otro café y agua al camarero y comenzamos a charlar, el primer momento había pasado, aquello era real, estábamos allí, nuestro deseo era fuerte, ambos estábamos un poco nerviosos, lo comentamos, es lo normal, la situación no era habitual, al menos no de las que se viven a diario, incluso conociéndonos como ya nos conocíamos y habiendo hecho ya gran confianza.
Charlamos sobre temas genéricos para romper un poco la tensión de la situación y llegado un momento de silencio, ella me dijo que la escuchara atentamente que quería darme algunas instrucciones, abrió su bolso y saco una tarjeta llave, me la acerco y me dijo que tenía una de las suites situadas en el ático, que había pedido un duplicado de llave para no tener problemas, que yo subiría cuando ella terminase de darme las indicaciones oportunas y ella subiría después, me comento que en el aseo había dejado un cepillo de dientes y crema que había comprado para mi, ya que no soportaba una boca de tabaco como la mía, aunque fuese solo para besar sus pies, asentí ante su deseo, cuando subas, me dijo, te desnudas, dejas tu ropa en el aseo y te lavas los dientes bien, después entras al salón y al fondo veras una ventana que da al mar, allí te arrodillas y me esperas, no quiero que te muevas de allí, ni de esa posición hasta que yo te llame, después subiré yo, me cambiare en el dormitorio y cuando esté dispuesta te llamare, con una mirada me pregunto si lo había entendido todo, le respondí que si y entonces me dijo que subiera ya que ella iba a terminarse el café, cogí la llave y subí al ático.
La suite era grande, muy agradable, vi el aseo y entre, me desnude y me lave los dientes como me había indicado, una vez hube terminado fui hacia el salón y frente al ventanal, me pude de rodillas, no sé bien lo que pasaba por mi mente, las imágenes se sucedían a toda prisa, la verdad es que me había dejado gratamente impresionado con su resolución en las indicaciones y en cómo había planteado esta situación en la que yo me encontraba ahora, no sabía lo que podría pasar después, pero estaba claro que esos temores a no saber cómo empezar que suelen suceder cuando uno se enfrenta por primera vez a una experiencia de este tipo ya no existían, allí estaba yo, desnudo, de rodillas y esperando … oí la puerta abrirse, solo podía oír, intentaba identificar los sonidos sin conseguirlo, escuchaba de fondo alguna puerta de armario abrirse, bolsas de plástico, sonidos que no sabía lo que estaba pasando, pasaron unos minutos, interminables para mi, de repente la escuche acercarse, se paró a mi espalda, note su mano acariciar mi cabeza, y de repente note como me ponía su collar, ese collar que me había comprado en una tienda de mascotas, que ya me había mostrado por foto y que deseaba tanto ponerme, lo ajusto, comprobó que estaba como ella deseaba y se alejo, de nuevo me quede solo y sin saber que sucedía a mis espaldas, pasaron solo unos minutos, quizás menos, no lo sé, me parecieron muchos y entonces me llamo, ven a cuatro patas, me dijo y hacia ella fui, a cuatro patas como ella me había indicado, se había sentado en el sofá que estaba en el centro del salón, se había cambiado, seguía de negro, pero en esta ocasión solo llevaba una especie de bata transparente, de encaje, muy elegante, que dejaba ver su ropa interior negra y las sandalias en las que ya me había fijado en la cafetería, se había puesto cómoda, pero a la vez muy femenina, muy elegante, muy sensual, estaba sentada, piernas cruzadas y mirándome, me detuve frente a ella, con un gesto me indico que besase sus pies y eso hice con gran placer, deseaba mostrarle mi adoración y mi entrega en cada beso que le daba a sus pies, cuando lo considero oportuno, cambio la posición de sus pies, cruzando la otra pierna y seguí con el otro pie, era indudable de que me estaba excitando y que la deseaba, entonces quito su pie y me dijo que fuera hacia el dormitorio, encima de la cama vería la correa del collar, que la cogiese con la boca y se la llevase, así lo hice, a cuatro patas fui hasta la cama, recogí la correa y se la lleve, ella la tomo y la engancho de mi collar, se puso en pie y me paseo por todo el salón a cuatro patas, tirando de la correa y parando cuando lo deseaba, tras dos vueltas al salón, me llevo hacia el dormitorio
Allí me indico que cogiese con mi boca la fusta que estaba en uno de los sillones, así lo hice y de nuevo me llevo al salón, sin decir nada me tendió la mano para que le diese la fusta y tras un nuevo paseo, me paro frente al sofá, se puso tras de mí y comenzó a azotar mi culo, no la veía, pero sentía su fusta estallar contra mi piel con su sonido excitante, el calor de mi propio trasero me indicaba que su color estaría cambiando, con una mano sujetaba mi correa y con la otra manejaba con habilidad la fusta, pensé que acabaría pronto, pero no fue así, siguió azotando y ya mi piel ardía cuando note como soltó la correa y dejo la fusta a un lado, se puso frente a mí y me ofreció su mano, la cual bese, con una caricia en mi mejilla reconoció mi gesto de agradecimiento y se sentó de nuevo en el sofá, me indico que le quitase las sandalias y que adorase sus pies, lo hice con verdadero placer, me tenía muy excitado y deseaba hacerla sentir la dueña de la situación, del momento, lamí cada milímetro de la piel de sus pies, cada poro, pase mi lengua por todo su pie, chupe cada dedo, lo bese, lo lamí, metí mi lengua entre sus dedos, lo hacía con verdadera devoción, con verdadero deseo, tenía la necesitad de que sintiese mi entrega, note como su piel se relajaba, note como disfrutaba de mi lengua, de mi boca, de mi y eso me animaba a desearla aun mas, a que mi dedicación a sus pies fuese aun mayor, con su placer alimentaba mi deseo y mi excitación, no recuerdo el tiempo que estuve adorando sus pies, pero fue eterno, fue mucho, pero me supo a poco, su piel era cálida, suave, cuidada y mi lengua se deslizaba por ella con suavidad, con facilidad, … quito su pie de mi boca y se puso en pie, me indico que le quitase las bragas, lo hice con suma delicadeza, se volvió a sentar y ahora con las piernas bien abiertas, me indico con un gesto que adorase su sexo y hacia allí fue mi boca, mi lengua y toda mi excitación, era suave y su sabor agradecido, era lo que deseaba y ahora tenía la oportunidad de rendirle el homenaje que merecía, apacigüe mis primeros impulsos de deseo y baje el ritmo, para saborearlo despacio, sin prisas, ella, casi sin querer, ya me había enseñado adorando sus pies como deseaba ser complacida, por lo que me lo tome con calma, intentando con mi lengua ser capaz de degustar cada gota de su placer, haciendo movimientos con mi lengua y boca diferentes, lamiendo, besando y chupando, bebiendo y no queriendo dejar escapar nada de aquel instante, mi excitación era máxima, notaba su mano sobre mi cabeza como acariciaba o empujaba hacia ella, ese lenguaje de placer inequívoco, su cuerpo se tensionaba y se relajaba, adoptaba distintas posiciones y disfrutaba, lo estaba consiguiendo, es el sueño de cualquier sumiso, ser capaz de proporcionar placer a su Ama, ser capaz de ofrecerle ese placer, ser usado para ese placer, simple, pero grandioso, en un momento determinado sentí sus dos manos en mi cabeza, sentí como tiraba de mis pelos, como me empujaba hacia ella, note como su cuerpo se convulsionaba, como su piel se abría y como su sexo se hizo mas y mas húmedo …
Aprendí en ese momento como era el placer de mi Ama, lo aprendí y lo saboree, me sentía bien, me sentía grande, me sentía útil, y pensé que querría descansar y relajarse, pero mientras bebía los últimos restos del fruto de su placer, sus manos no soltaban mi cabeza, la presión hacia ella había disminuido, su cuerpo se relajaba por momentos, deseaba que siguiera ahí, deseaba mas, así lo entendí y así seguí, de nuevo baje el ritmo y me dedique a acariciar con mi lengua su sexo, sus labios, su clítoris, dándole suaves lamidas y chupándolo con delicadeza, solo una mano quedaba ya en mi cabeza, la acariciaba, era como si me animase a seguir así, como si me indicase que estaba en el camino correcto, era una caricia de aprobación, lo cual hacia que mi excitación fuera máxima y mi deseo creciese segundo a segundo, la adoraba y la deseaba e intentaba demostrárselo con mi lengua, con mi boca, dándole placer, buscando su placer, ofreciéndole el mío para que obtuviese el suyo, no pensaba, solo actuaba, y no era yo quien lo hacía, eran esos instintos que ella había despertado y que ahora eran solo suyos, de su propiedad, le pertenecían y podía usarlos como quisiera, ese era mi placer, ese era mi deseo, de nuevo su sexo comenzó a humedecerse mas, su cuerpo de nuevo se tensaba, ya había aprendido aquel ritual y me prepare para recibir su explosión, para beber el fruto de su placer
De nuevo sus dos manos empujaban y presionaban mi cabeza hacia su sexo, la sentía a ella toda mía cuando en realidad yo era suyo … no sé el tiempo que transcurrió, me costó recuperar el ritmo de mi respiración, de rodillas intentaba recomponerme y que el aire llegase de nuevo a mis pulmones, ella se había quedado recostada en el sofá, no había palabras, no hacían falta, no soy consciente de que tiempo paso, pero mi excitación seguía siendo máxima y no era capaz de ponerme a pensar en lo que ella desearía ahora, estaba feliz, contento de haber sido capaz de complacerla …
Se puso en pie, cerró su bata y se fue hacia el ventanal, desde allí, mirando el mar, me dijo que fuese a ducharme, que me vistiese y que me marchase, que al día siguiente me esperaba a la misma hora.
FIN
Espero les guste, es mi segundo relato después de algunos otros empezados e inacabados, este surgió, no sé porque, ni sé cómo, cosas de la magia o quizás por la necesidad de expresarme y compartir, quien sabe.
Les agradecería dejasen sus comentarios, críticas y valoración, todas serán bien recibidas y seguro me ayudaran a seguir.
Gracias.
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