Tania, la prima de mi esposa.
Fantasía dedicada a la prima de mi esposa, quien es madre de un chiquillo de 8 años, que nos sorprende fornicando..
Tania es prima de mi esposa Katy. Tiene como 30 años, mide como 1:60, es morenita, guapetona, con un culote, piernuda, tetas no muy grandes, pero bien formadas, y se me hace que es bien caliente.
Su hijo Betito, como de 8 años, es morenito, delgado, de ojos grandes, cabello negro quebrado, simpático, bonito.
Cada que los veo me excito, me imagino qué rico ha de haber sido cuando le estaban haciendo al chavito. Cuando su marido le estaba llenado de mocos la panocha hasta que le cuajaron.
Fantaseo con que he logrado convencerla para que seamos amantes y que me la voy a coger en su habitación mientras su esposo Julio no está.
Estamos encuerados en su cama, le estoy chupando las tetas, manoseándole las nalgotas que tiene, frotando mi verga dura contra sus piernas.
De repente entra Betito a la habitación y nos ve, y Tania algo espantada, lo tranquiliza diciéndole que es un juego, y que si quiere él también puede jugar.
Betito pregunta que qué debe hacer y Tania le dice que chuparle las tetas como vio que yo lo hacía. Y entonces Robertito, de 8 años se pone a mamarle las tetas a su mamá mientras yo me aparto un poco y luego la sigo manoseando.
Luego él dice que le gustaría que su mami lo bese como a mí y entonces ella le dice que se encuere. El niño se encuera a toda prisa, arrojando a un lado su pantalón, su playera y su calzoncito.
Tania le dice que se acerque, lo atrae hacia ella tomándolo de las nalguitas y le empieza a chupar el pito, se lo mete entero en la boca, con todo y sus huevitos, que casi ni se notan.
Yo estoy fascinado.
Se acomoda en cuatro y yo me pongo tras ella acercando mi verga parada a su panocha. Entonces se la meto, la tiene muy mojada, y comienzo a moverme, me la cojo como perro mientras ella chupa el pitito de su hijo.
Entre jadeos se la saca de la boca y le dice que es un secreto, que no debe decirle a su papá, que si no le dice podremos jugar así muchas veces. El niño dice que sí le gusta ese juego. Para entonces ya su pito se empezó a parar.
Yo la acomodo boca a arriba y me pongo a mamarle la panocha mientras él nos observa y se toca la punta del pito y ensayando a moverse el pellejito. Dice que también quiere probar.
Me hago a un lago y el chavito se pone a chuparle el coño a su mamá. Yo me paso del otro lado y le meto a Tania mi verga en la boca.
El chavito le pregunta a su mamá que si sabe rico el pirulí que está probando, que porque la cosita de ella es muy sabrosa, que está muy llena de babita. Ella le dice que sí y entonces él dice que si puede probarlo, pero ella le responde que no, que el pirulí es sólo para las mujeres, que mejor le vuelva a dar el suyo a ella.
Betito se quita de entre las piernas de su mamá y me dice que siga chupándole su cosita para que mami esté contenta. Yo desde luego lo obedezco. Volvemos a acomodarnos, pero ahora estamos en posición misionero y él se arrodilla y le acerca el pito a la boca a su mamá.
Yo le abro las piernas y se las levanto, le meto la verga y me muevo rápido adentro de ella. Para entonces estamos que explotamos.
Tania vuelve a chupar el pequeño pito, pero ahora con mucha más fuerza porque jadea y gime con mi verga adentro, mientras Betito no para de sonreír con lo que está gozando. Entonces ella deja de chupar y empieza a suspirar fuerte diciendo ooohhhhhh, ohhhhh, ohhhh.
Yo tampoco puedo aguantar más y me vengo adentro de la panocha de la prima de mi esposa. También hago como ella, gruño y digo ahhhhhgggghhhh. Siento cómo salen mis mocos con fuerza rellenando la exquisita panocha de ella y me sigo moviendo entre sus piernas hasta que dejan de brotar. Me quedo encima de ella, los dos suspiramos.
Su hijo nos mira. Sigue tocándose su pitito, ahora bien paradito, pregunta por qué hicimos así y que si ya terminó el juego. Su mamá le dice que sí, que ya terminó, pero yo le digo que aún no.
Le digo: mira, falta la parte final del juego, ven.
Ella me pregunta que qué faltó, que qué voy a hacer.
Le digo: abre bien las piernas para que te limpiemos. Ella con los ojos muy abiertos obedece.
Le digo al niño: hay que dejar a mami limpiecita, vamos a chuparle otra vez su cosita. Él dice que sí, que le gustó el sabor de la babita de mamá.
Le digo: ahora sabe mejor, sabe a cremita, pruébala.
El niño de inmediato se coloca entre las piernas de su mamá y empieza a lengüetearle la pucha y ella vuelve a jadear al sentir la lengua de su hijito limpiándole el coño.
¿Te gusta? le pregunto al niño y él dice que sí, que es cierto que sabe más rico.
Le digo: no te acabes la cremita, yo también quiero. Pero como todos los niños, Betito es egoísta y dice que no, que es para él. Vuelve a mamarle la pucha a su mamá que no para de jadear, hasta que se la come toda.
Ya no hay (dice y se levanta)
Yo de inmediato me coloco en su lugar y vuelvo a mamar para que ella no pierda la calentura. La prima Tania está otra vez a todo vapor, gime una y otra vez con la mamada. Me separo y le meto el dedo, empiezo a frotarle el coño, el niño me mira como hipnotizado.
Le digo: ésto puedes aprenderlo para jugar con mami cuando ella te lo pida.
Le tallo el coño hasta que vuelve a alcanzar el orgasmo suspirando hondo.
El niño pregunta que si le está gustando y ella dice entrecortadamente que sí, que sí.
Por ahora ya terminó el juego (le digo), para la otra te enseñamos más cosas.
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