Todas las hembras de casa quedamos embarazadas

Al mismo tiempo, luego de tremendas orgias, a todas nos embarazaron sin saber cual era el padre de cada bb..
Por aquella época, vivíamos en una casa pequeña, solo teníamos un cuarto grande con dos camas, en una dormían mis abuelos y en la otra mis papas, afuera, en la sala, en una cama chica dormían mis tíos. 

Ya desde chica, me di cuenta de que, cuando cualquiera de ellos quería coger, a mí me mandaban a otra cama y así, ellos podían disfrutar a sus anchas sin que yo les estorbara. 

Todo empezó cuando mi abuela se sentía mal y se metía al baño por horas, creo hasta se quedaba dormida sentada en el baño. En eso, siento que me meten mano entre las piernas y poco a poco mi abuelo me la fue metiendo, creo que pensaba que yo era mi abuela o algo así, el caso es que, por vez primera sentí lo que era estar con un hombre, su verga era super deliciosa, yo nomas me abría de piernas y paraba el culo para dejarlo hacer. 

Esa fue mi primera cogida y nada más y nada menos que con mi abuelo, alguien a quien yo quería mucho, tal vez demasiado, así que sin querer queriendo me entregue a él. 

En otra ocasión, sucedió algo parecido con mi Tío, mi tía había ido a la cocina a prepararse un te ya que se sentía mal. En eso, siento como me agarran las nalgas y me empiezan a dedear el sexo, sentía unos dedos ensalivados lubricándome toda la panocha. Entonces, sentí como una enorme verga se me iba metiendo poco a poco, yo nomas jadeaba y suspiraba de placer. 

Así mi tío me estuvo cogiendo de lo más delicioso hasta que se vino tremendo dejándome todita llena de leche. 

Pasaron los días, una noche, ya muy tarde, mi mama fue a ver a la vecina ya que se encontraba un poco mal y mi mama la fue a atender. 

En eso siento unas manos grandes que me acariciaban las piernas, yo sabía que era mi papa, así que lo deje hacer. Yo lo quería mucho, demasiado, tal vez, así que pensé que estaría necesitado de mi mama y no puse mayor resistencia, muy al contrario, coopere totalmente haciéndome la disimulada. 

Sin poderme resistir, discretamente pasé una mano hacia atrás y se la empecé a agarrar, acariciándola muy cachondamente. Al poco, yo ya no me pude aguantar y, discretamente me di la vuelta y me bajé a mamar, uffff, que vergota tenía mi viejo, me sentí orgullosa, ya que mis amigas decían que sus papas no les daban mucho placer. 

Poco después, me acomode de espaldas junto a él, así como estilo cucharita y entonces él ya me la fue metiendo de a poco. Yo sentía como se me salían los chorros de jugos, me tenía a mil mi condenado viejo. Yo me empecé a mover rápidamente, ya no me aguantaba, sentí como mi papa me tomaba de la cintura y me la metía rápidamente hasta hacerme alcanzar tremendo orgasmo de la increíblemente caliente que estaba yo. 

Me levante rápidamente a orinar, en tanto mi mama regresaba y se metía a la cama para dormir, sin darse cuenta de lo que había pasado. Yo me tuve que ir a dormir a otra cama. 

Recuerdo que esa situación se empezó a repetir constantemente, para entonces, ya casi a diario me daban verga entre los tres, yo aún no se si ellos sabían que me estaban cogiendo a mi o solo se hacían pendejos para poder disfrutarme entre todos, pero sin decir palabra. 

Nunca escuche ningún comentario acerca de eso. Pero los tres se las ingeniaban para que me tocara acostarme en cama de cada uno un día diferente, de modo que a la semana dormía en cama de cada uno de ellos y así, ellos me daban verga super delicioso toda la semana. 

Al poco tiempo, llego a la casa a pasar unos días un compadre de mis papas. El viejo tenía fama de mujeriego, pero era una persona muy querida por los hombres de la casa. 

Se las arreglaron para acomodar camas y creo que hasta fueron a pedir prestada una o dos para que cupiéramos todos, aparentemente esa visita del viejo compadre, la acostumbraban a hacer cada año. 

Me di cuenta de algo que se me hizo de lo más extraño. La primera noche, la abuela se quedó a dormir con él. La siguiente noche, mi tía fue la afortunada y la tercera noche, le toco a mi mama atender al visitante. 

Ya para la cuarta noche, el viejo compadre había recorrido a todas las mujeres de la casa. Solo faltaba yo, que iría a pasar? Pensaba en silencio. 

Pues nada, lo que paso es que me mandaron a dormir con el compadre, la paso tan rico el condenado viejo, que pidió que yo me quedara con el cuatro días más, ante las protestas discretas de las otras mujeres de la casa, que ya traían ganas de ser atendidas por el viejo compadre. 

La verdad que el condenado viejo sí que cogía de lo más rico y sabia atender perfectamente a una hembra caliente. Verdugo y aguantador, ¿Qué más se podía pedir de un macho? 

Según los escuche decir, en esta ocasión fue la que más tiempo había estado de visita y más extraño aun, es que el compadre vendría de visita cada tres meses, ante el júbilo y beneplácito de las señoras de la casa, y del mío propio, por supuesto. 

Para festejarlo, a partir de ese día, los tres machos de la casa se empezaron a coger a todas las hembras calientes cambiando de pareja día tras día. 

A mí me tocaba atenderlos a los tres juntos en su día libre y luego les tocaba el turno a las demás el resto de la semana. 

Al paso de los meses, resulto que las cuatro putas calientes de casa salimos todas embarazadas. Ni para saber quién era el padre de cada bb. Ya se sabría al verles sus caritas cuando nacieran ufff. 

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