Todo lo que me pasó por estar comiendo hongos, fumando marihuana y bebiendo ron.
Un chico y sus dos amigos pernoctan en un campo, él ademas de fumar marihuana y beber ron se come varios hongos que se producen en la bosta de las vacas, y termina alucinando y dejando que salvajemente le den por el culo..
Todo lo que me pasó por estar comiendo hongos, fumando marihuana y bebiendo ron.
Cuando mis dos amigos y yo decidimos salir a pasar unos días, en contacto con la naturaleza, realmente no pensé que yo la iba a pasar tan, y tan bien.
En principio, cada uno de nosotros, decidimos que llevaríamos, algo extra para divertirnos, así que uno de ellos dos trajo, un puño de picadura, de la importada.
El otro amigo mío, decidió traerse unas botellas de ron, del más barato que encontró en el mercado.
Mientras que yo sabiendo a donde nos dirigíamos, decidí llevar una docena de latas grandes de leche condensada.
Al sitio a donde nos dirigíamos, se encuentra entre las montañas, es una especie de valle, en el que los habitantes de esa zona llevan a pastar sus vacas lecheras.
Además, hay un riachuelo que justo antes de atravesar el valle, forma una pequeña laguna, de cómo un metro de profundidad, y de unos veinte metros de largo y ancho, en la que, mis amigos y yo, acostumbramos a bañarnos.
Ya en otras ocasiones habíamos ido hasta ese sitio, y le llamamos el Valle Perdido, pero por primera vez, íbamos a pernoctar quedándonos, acampando durante todo el fin de semana, y también por primera vez, habíamos decidido llevar, algo extra para divertirnos, y pasar el rato.
Así que apenas llegamos, montamos la tienda de campaña, justo al lado del pequeño estanque, después de que montamos todo, y prendimos la hoguera, fuimos sacando, las cosas que habíamos traído.
Así que apenas uno de ellos sacó el puño de picadura de marihuana, de inmediato comenzamos a preparar no uno ni dos, sino tres cigarrillos.
Para que así, cada uno de nosotros pudiera fumar, cuando le diera la gana, luego el otro sacó una de las botellas de ron, la que de cuando en cuando nos tomábamos un trago, a pico de botella.
Pero cuando yo saqué las latas de leche condensada, mis dos amigos, hasta me preguntaron que, para qué carajo, yo las había traído.
Fue cuando en medio de la nota que la mariguana me había dado, les dije. “Cabrones, prepárense, vamos a salir a cazar hongos.”
Ninguno de mis dos amigos entendió lo que yo les decía, hasta que casualmente a pocos pasos de donde yo me encontraba, había una gran plasta, que seguramente una vaca la había dejado hace unos días.
Yo me le acerqué, y casi como si tuviera un letrero luminoso señalándolo, en todo el centro de la bosta de vaca, había un tremendo hongo.
Yo lo agarré, lo saqué de la bosta de la vaca, y tras lavarlo con un poco de agua, les pregunté a mis amigos. “¿No han oído hablar de estos hongos?”
Uno dijo que si, mientras que el otro dijo que no, fue cuando les dije. “Estos hongos le suben a uno una nota tremenda. Ahora si los quieren probar, les recomiendo que los pasen con la leche condensada, ya que solos, son extremadamente amargos.”
No terminé de decírselos, cuando abrí una de las latas, y vacié parte de su dulce contenido sobre aquel inmenso hongo, para luego darle un buen mordisco.
Mis dos amigos solo se quedaron viéndome, a medida que se fumaban sus cigarrillos. Tras masticarlos ligeramente, me tragué todo, y para bajarlo me apuré otro trago de ron.
Si ya la marihuana sola, ya me había dado una tremenda nota, cuando me di el trago el primer trago de ron, la nota me subió mucho más, pero cuando reventó en mi cabeza, aquel hongo, con leche condensada, la nota se multiplicó como por mil.
De momento le dije a mis amigos, que tenía ganas de bañarme en aquella poza, y casi de inmediato, comencé a desnudarme completamente.
Ellos dos no tocaron el hongo, pero si cada uno de ellos agarró una lata de la dulce leche condensada.
Uno de ellos puso a funcionar un Cd, y todos comenzamos a escuchar música, aunque a mí por lo elevado que me encontraba, me sonaba como si fuera la misma sinfónica de Londres quien la estuviera tocando a mi lado.
Yo me tiré de cabeza en la poza, y al rato salí, me medio sequé con mi propia ropa, pero me quedé completamente desnudo, lo raro es que no sentía ni frío ni calor, luego me senté junto con mis dos amigos, para seguir fumando, y bebiendo ron, frente a la fogata.
Fue cuando uno de mis amigos me preguntó que sentía, y comencé a describirle, todos los sonidos, olores, y colores que escuchaba, sentía, y veía.
Cuando de momento el otro, para llamar mi atención, me tocó el hombro, yo sé que él me tocó, pero lo que sentí fue algo completamente indescriptible.
Por lo que le pedí, que me volviera a tocar el hombro, o el brazo, y cuando lo hizo, la sensación que sentí fue algo única, aunque bien diferente a cuando me rozó el hombro.
Cuando se los dije a mis dos amigos, a ver si los convencía, para que también se comieron uno de esos hongos.
Ellos no quisieron, ni probarlos, quizás porque como vieron de donde los saqué, seguramente les dio algo de asco, pienso yo.
Pero como yo me sentía tan y tan bien, con la nota que esos hongos me estaban produciendo, que así desnudo como estaba, volví a ponerme de pie a buscar más hongos en la bosta de las vacas, pero no sé qué mosca les picó a mis dos amigos, que mientras yo buscaba más hongos, decidieron acompañarme, es más, uno encontró, a la madre de todos los hongos, y tras sacarlo de la bosta, me lo entregó.
Por lo que yo de inmediato lo bañé con lo que me quedaba en la lata de leche condensada, y en un abrir y cerrar de ojos me lo tragué, sin tan siquiera lavarlo con agua, y la nota me subió mucho más todavía.
Fue cuando mis dos amigos, tras prender otro tabaco de marihuana, y entregármelo, me volvieron a preguntar cómo se sentía, y nada más bastó que uno de ellos me colocara una de sus manos en mi espalda, para que yo volviera a sentir como el calor de su cuerpo pasaba al mío.
Cuando se lo dije, ni me creían, y ambos se quedaron viendo como yo, saltaba y corría, hasta que, de momento, como que perdí el equilibrio, y caí de boca sobre la tierra, donde estuve tirado, hasta que mis dos amigos me ayudaron a ponerme de pie, en medio de la tremenda nota que cargaba.
El solo sentir sus manos sobre todo mi cuerpo, y sus dedos recorriendo toda mi piel, me hicieron disfrutar de una experiencia única, que nunca antes había disfrutado, y cuando se los fui contando, uno de ellos me agarró las nalgas, en otra situación, seguramente lo hubiera mandado al carajo.
Pero en ese momento, el placer que me produjo José al agarrar mis nalgas fue tal, que le pedí que continuase agarrándomelas, sin darme cuenta de lo que les había dicho, ya mis dos amigos se habían comenzado a ir quitando los pantalones, y sus interiores, ese no tan solo continuó agarrando mis nalgas, sino que también comenzó a introducir, alguno de sus dedos dentro d mi culo.
Cosa que cuando comenzó a suceder, la disfruté de manera inscribible, por lo que, a los pocos minutos, ya me tenía prácticamente en cuatro patas, recostado sobre la tierra, con mis piernas y nalgas bien abiertas, fue cuando él comenzó a enterrarme completamente toda su verga, sin que yo me negase, a que él lo hiciera.
Por lo que a medida que continuó enterrándome toda su verga, entre mis nalgas, yo las comencé a mover, de lado a lado, en mi vida había hecho algo semejante, pero en esos instantes, la sensación que tenía por todo mi cuerpo era como si yo le estuviera chupando toda la energía a mi amigo, a medida que él continuaba dándome salvajemente por mi culo.
Por una parte, estaba más que consciente de que me estaba dando por el culo, pero, por otra parte, en medio de la nota que cargaba yo encima, lo disfrutaba de una manera gloriosa, fue cuando al levantar la mirada me encontré con la verga del otro frente a mi cara, la veía como resplandecía.
Era como si una luz brillante, brotase por toda su piel, y sin dudarlo un instante, me la he metido dentro de mi boca, para chupársela completamente, así que mientras uno me daba por el culo, el otro me tenía mamando su verga, pero lo que yo sentía, era algo de locura.
En mi mente, les estaba succionando toda su energía de ellos dos, al mismo tiempo que disfrutaba el hacerlo, por lo que cuando uno comentó que no sabía que yo era maricón, escuché al otro decirle. “Eso son los hongos que el loco este se ha tragado.”
La verdad es que no me importó nada, lo que ellos dos decían, lo que deseaba era seguir, y seguir, dejando que mis amigos me enterrasen sus vergas por mi boca, y por el culo.
Yo la verdad es que no se ni cuando me quedé dormido, por lo que, si se es que, al despertarme, ya dentro de la tienda de campaña que habíamos levantado, aún tenía la verga de uno de ellos frente a mi cara, y al cabrón de otro encima de mí, ya estaba amaneciendo, vi salir el sol, y tal y como me encontraba, volví a ponerme recoger hongos.
Pero al regresar a la tienda tras darme un pequeño trago de ron, volví a quedarme dormido como un tronco, así que cuando me desperté ya comenzaba a oscurecer, vi a mis amigos comiendo algo de lo que trajimos, y completamente desnudo como me encontraba los acompañé.
Fue cuando escuché a uno decirme. “Lo de anoche estuvo bien loco, no sabía que los hongos te afectaban de esa manera.” al principio como que no entendí de que hablaba, pero casi de inmediato recordé todo lo que yo me había dejado hacer por ellos dos.
La verdad es que no se me ocurrió decirles nada, por lo que me quedé callado, prendí un tabaco de marihuana, me di otro trago de ron, y de momento uno de ellos sacó un hongo de quien sabe dónde.
Yo sin perder tiempo lo agarré, y tras bañarlo en leche condensada me lo comí, y al poco rato, y estaba corriendo y saltando, completamente desnudo dentro de la poza, ya en esos momentos mis dos amigos se habían vuelto a quitar sus pantalones, y uno de ellos mantenía entre sus manos, un montón de esos hongos que tanto me gustaron.
Así que a medida que me los fue dando, yo me los fui comiendo, algunos con leche condensada, y otros sin más nada., cuando mis amigos, nuevamente me comenzaron a agarrar las nalgas, ya en ese momento, ni falta hizo que les dijera nada, es más en esos momentos la felicidad que sentía.
Era tal que cuando comenzaron a tratarme como si yo fuera una chica, diciéndome lo linda, y redonda que eran mis nalgas, y lo paradas, que eran mis tetillas, sumamente emocionado, sentí como si algo, tanto como por dentro, como por fuera de mi cuerpo cambiara.
Desde luego que ahora se, que se debió a las alucinaciones que me provocaron los hongos, por lo que cuando uno colocándose frente a mí, se dedicó a lamer y chupar mis pechos, para mí en esos momentos de manera inexplicable, se habían convertido en un par de grandes, tetas, paradas y bien firmes.
Luego el mismo, me tomó por los tobillos, los levantó, diciéndome que yo estaba bien rica, luego de colocar su verga frente a mi boca, les juro que sentí que, en lugar de una verga, yo tenía un peludo coño.
Mientras que el otro de mis amigos me enterraba completamente toda su verga, por el culo al mismo tiempo que el otro también me penetraba, la realidad es que los dos, no sé cómo lo hicieron, pero me enterraron sus vergas, y al mismo tiempo, pero los dos me las metieron por el ojete de mi culo.
Es la única explicación, de lo que pasó, en esos momentos, además, después de que se me pasó la nota de los hongos, mis dos amigos me dijeron que eso era lo que realmente había pasado.
Pero para mí en esos instante, me había convertido en toda una chica, con coño, y tetas, y hasta mi manera de actuar, y de hablar, sin darme cuenta la cambié, comportándome como si yo realmente fuera la putita de ellos dos.
El resto de la noche yo seguí dejando que mis dos amigos hicieran conmigo lo que les diera la gana, al punto que, en cierto momento, cuando vi que uno de ellos derramaba su semen sobre un hongo de los que yo tan gustosamente me estaba comiendo, sin dudarlo por un instante, me lo comí, y para mí fue la cosa más rica del mundo.
No hubo cosa que mis dos amigos no me hicieran esa noche, hasta en medio de la tremenda nota que yo cargaba, les mamé no tan solo sus vergas, sino que también sus culos, sin protestar siquiera.
Claro que cuando ya comenzó a amanecer ellos dos, ya estaban agotados, mientras que yo seguía bien deseosa de seguir recibiendo verga, así que cuando comenzaba a amanecer, me metí en la poza, me lavé, y desnudo como me encontraba salí a caminar por los alrededores.
Disfrutando en medio de mi nota, de los hermosos colores, y olores de la naturaleza, fue que no se de donde salió un tipo, tan desnudo como lo estaba yo, pero mucho más grande que todos nosotros, sin pensarlo me puse en cuatro patas ofreciéndole mis nalgas.
De inmediato él se me ha tirado encima, en medio de mi nota, para mí era como una especie de negro príncipe azul, y yo su linda princesa, así que los mismo que me han hecho mis amigos, también me lo hizo ese tipo, solo que su verga era mucho más grande y gruesa que las de ellos dos.
La realidad fue, y no se vayan a reír, deambulando por aquel valle, entré sin darme cuenta, entré a un viejo y desvencijado establo, y lo que me encontré fue un perro, de color marrón oscuro casi negro, no muy grande, que desde luego en medio de la gran nota, que me habían producido los hongos, la marihuana y el ron, para mi aquel animal, era todo un príncipe.
Cuando mis dos amigos llegaron, encontraron dentro de aquel viejo establo, con aquel perro, que me tenía bien clavado por el culo.
Esperaron a que todo terminara, ya que nos quedamos abotonados por un buen rato, desde luego que al perro terminar conmigo, sacó su verga de mi culo.
Yo en medio de mi gran nota, hasta había perdido el sentido, y mis amigos me llevaron cargado hasta nuestro campamento, con mi culo extremadamente abierto, chorreando todo el semen que aquel perro me había dejado dentro, y diciendo cosas sin sentido, al despertarme estuve a punto de volver a comerme otro hongo, con leche condensada.
Pero mis dos amigos me lo impidieron, y fue cuando comenzaron a contarme todas las locuras, que yo había hecho, cosa que al principio me negué a creer.
Pero a medida que ellos dos siguieron contándome, todo lo que yo había hecho, comencé a recordar todo lo que hice, y me dejé hacer.
Todo gracias a la nota que me dieron esos condenados hongos…Ahora sin que haya necesidad de que me coma ningún hongo, cuando mis amigos, o yo tenemos ganas, y me lo piden, les dejo que me vuelvan a comer el culo, o si lo prefieren les mamo sus vergas.
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