Todo por un robo me cogieron mis hijos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pasaron dos días de estar en Cuernavaca y a mi esposa le llamaron de su oficina, (ella es abogada) para solucionar un caso de una demanda a una empresa importante, así que muy a su pesar tuvo que regresar de nuevo a la Ciudad de México, se llevo la camioneta y me dijo que regresaría lo más pronto posible.
Se quedaron mis dos hijos (Sebastian de 19 muy alto, mamado y algo bronceado y Donovan de 17 un poco mas bajo que su hermano, menos mamado, pero con buen cuerpo y mas blanco que su hermano) conmigo porque no se querían ir a la ciudad todavía, puesto que eran las vacaciones de semana santa. Así que nos quedamos, jugábamos en la alberca y en la cancha de tenis que había en la casa.
Pasamos dos días descansando, mi esposa me llamaba cada noche para saber cómo estábamos y como la estábamos pasando y me decía que iba a tardar unos días más que lo previsto porque su caso estaba muy difícil.
Al terminar esa llamada cada quien se fue a su recamara a descansar, pasaron unas dos horas (aproximadamente era la una de la madrugada) cuando me despertó el ruido de una ventana rompiéndose, yo pensé que era un raterillo sin importancia, y decidí bajar con una pistola para espantarlo. Mis hijos salieron casi al mismo tiempo que yo, pero les hice la seña de que se quedaran ahí, pero Donovan y Sebastian bajaron después de mí, mi sorpresa fue grande al ver que eran diez sujetos, queriendo llevarse las cosas de la casa.
Yo dispare al aire y ellos se me quedaron viendo, les dije que se largaran o llamaría a la policía, ellos se empezaron a reír y me pusieron una pistola en la cabeza, diciéndome que soltara la pistola que traía en la mano. Lo hice, pero muy a mi pesar, y es que los hijos de la chingada se llevaron una pantalla de 70 pulgadas, un estéreo, las consolas de videojuegos de mis hijos, y algo de las joyas de mi mujer.
Al cabo de unos veinte minutos, estábamos mis hijos y yo amarrados juntos, en el piso, uno de los delincuentes comenzó a hablar con los otros y ellos comenzaron a reírse de nosotros. Yo les dije que ya tenían todo lo que querían, que se largaran de la casa y que nos dejaran en paz, que no hablaríamos a la policía, pero que nos dejaran, entonces uno de ellos (me imagino que era su líder) dijo algo que nos perturbo, dijo que siempre que robaban una casa, se follaban a todos los que estuvieran en ella, y que íbamos a ser los afortunados en ser violados por ellos.
Yo les decía que estaban locos, que se fueran a chingar a su madre, que a mis hijos no los iban a tocar y que no lo iba a permitir. Entonces los hijos de puta nos separaron, nos pusieron de pie y dijo que iba a ver como se follaban a mis hijos.
El líder puso a Sebastian recargado en la mesa del comedor y les dijo a sus compañeros que tenían un culo virgen para desahogarse y en eso le rompió el pantalón de la pijama y le dejo ver las nalgas blancas con poco pelo de mi hijo y yo les decía que no les hicieran nada, que me hicieran a mi todo lo que quisieran pero a ellos no.
Solo se rieron y me dijeron que a mí también me iba a tocar; y en ese momento el más chico de ellos se sacó la verga y me dijo que se la mamara, yo le dije que no, y en eso me dijo el jefe que si no lo obedecía le iba a ir peor a mis hijos, entonces no tuve alternativa y se la comencé a mamar (era una verga joven y valla que estaba muy rica, no estaba grande, era normal) y me la trague toda, no duro ni cinco minutos cuando se vino en mi boca, sabía extraño (era la primer verga que tenía en la boca) pero no me dio tanto asco.
Cuando se corrió en mi boca vi que a Sebastian ya lo tenían ensartado por el culo y que Donovan estaba mamando una verga bastante grande y solo veía sus miradas de dolor y su desesperación.
Nos estuvieron repartiendo como si fuéramos putas, y se rolaban nada más se corrían con uno se iban con el otro, y entonces vi como pusieron a Donovan de perrito y lo follaban por delante y por atrás, y yo solo se las mamaba hasta que se corrían y sentí cada sabor desconocido y cada textura desconocida que me comenzaba a excitar, pero se me quitaba cuando veía a mis hijos ser follados.
Vi que mis hijos comenzaban a tener la verga parada y no fui el único que lo noto, porque en ese momento el líder les dijo que ya los habíamos calentado demasiado, pero que como ellos no eran mala onda dejarían que los hijos follaran a su padre.
Mis hijos me miraron y yo también, pero no decíamos nada, entonces el líder dijo que para que nos dejaran en paz y que fuéramos libres, como última cosa mis hijos tenían que follarme, y que las dos vergas tenían que estar en mi culo para que valiera la pena.
Nos desamarraron y me pusieron en la mesa en cuatro, y me quitaron mi pantalón, dejándome el culo en el aire, sentí escalofríos y le dijeron a mis hijos que cuando se corrieran en mi culo se irían, Sebastian me dijo :perdón papa, pero estoy muy caliente. Y me la dejo ir en seco, y di un grito de dolor y Donovan me preguntó que si lo tenía que hacer, que el no quería, y yo solo le dije que entre más rápido lo hicieran seria menos doloroso, y lo hizo, estuvieron cogiéndome por veinte minutos y puff la verdad fue la experiencia más placentera de mi vida, cuando se corrieron, en mi desvirgado culo, los rateros solo se empezaron a reír y dijeron que tenia a mis nietos muy en el fondo… de mi culo, se comenzaron a reír mas fuerte y se fueron de la casa, yo abrace a mis hijos y notaron mi verga dura y parada y se sorprendieron de su tamaño y me dijeron papá lo siento por haberte follado así y les dije no importa muchachos, yo me los follare después.
Se empezaron a reír y a pesar de haber sufrido, nos sirvió para unirnos como padre e hijos.
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