Tomas – El abuelo 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre ficticio será tomas y quiero presentarles la primera parte de lo que será una seguidilla de historias de mi autoria, espero sepan disfrutar.
Era el 2006 y yo estaba terminando la secundaria y me encontraba en el dilema sobre que estudiaría.
Las posibilidades eran ingresar a la universidad de ciencias económicas o ingresar a la facultad de ciencias sociales a estudiar geografía.
Me termine decidiendo por la primera opción.
Mis padres me enviarían a una universidad católica en la capital de mi estado, a unos 56 kilómetros de mi ciudad natal.
Llegó el mes de febrero y las clases estaban pronto a comenzar cuando mis padres decidieron comenzar a buscar un departamento, vieron muchas opciones pero el precio de los alquileres eran demasiado elevados así que tendrían que tomar una decisión que ellos no querían y era que me mandarian a vivir con el padre de padre, mi abuelo paterno.
Ellos no querían porque sentían que yo necesitaba espacio para poder estudiar tranquilo y a la ves experimentar la independencia.
Mi abuelo si bien no era un tipo malo era ya muy quisquilloso por sus 62 años.
Llegó marzo, era domingo y yo preparaba las cosas en mi casa para mudarme con mi abuelo.
Llevaba una tele y mi bolso con ropa, mi abuelo vivía en un departamento cercano a mi universidad así que tenia su ventaja.
Llegaron las 3 de la tarde y emprendimos el camino a casa de mi abuelo, llovía y hacia frío así que yo me dormí en el asiento trasero del auto perdiendo toda noción del tiempo hasta que de pronto sentí una voz:
– Levántate, remolón.
Era mi abuelo y al abrir los ojos pude verlo tan lindo y varonil como siempre lo recordé.
– Abuelo!!!! Me dormí, perdón.
Y bajé del auto, abrí el baúl y saque mis cosas y juntos entramos a casa.
Mis padres tomaban un café con mi abuelo mientras yo acomodaba las cosas en lo que sería mi nuevo cuarto Hasta que me quede dormido nuevamente.
Eran las 10 de la noche cuando mi abuelo me grito desde el comedor.
– Tomas, levantate!!! Es hora de cenar.
Mis padres ya se habían ido y yo no los había despedido.
Me levanté de la cama, me puse un pantalon comodo y una remera y sali de mi cuarto hacia la sala y cuando llegue a ella pude ver a abuelo como nunca antes lo había visto.
Sin remera, con un pantalón corto y y un delantal de cocina, dejandome ver todo su bello corporal bañado en transpiración.
– Hay estas, muchachito dormilón.
Siéntate, las milanesas ya van a estar listas.
Me senté en la mesa con mi pene super erecto apreciando la cola dura y respingada de mi abuelo, parecía un chico de 30 años.
Charlamos, me pregunto sobre mi sexualidad, sobre si tenia novio, en mi familia ya todos sabian que era gay y con eso no habia problemas y yo tomaba este tipo de charlas con naturalidad, comimos, lave los platos y me fui a dormir despidiendome de mi abuelo.
Me dormir rápido, porque estaba muy cansado pero a eso de las 1 de la madrugada me levante a tomar agua cuando en el comedor pude escuchar unos quejidos.
Me fui acercando lentamente cuando pude ver que mi abuelo descansaba sobre el sofá mientras se masturbaba violentamente mientras veía una película pornógrafica.
Yo, ni lento ni perezoso no encendí las luces y me senté en un lugar donde podía observar toda la escena como un primer espectador.
Comencé a masturbarme mientras veía a mi abuelo y a la sombra de su miembro subiendo y bajando y mientras me imaginaba lamiéndo toda su transpiración, secando sus axilas con mi lengua.
Comencé a lanzar quejidos inconcienteme, quejidos fuertes sin tener en cuenta que mi abuelo se encontraba a 3 mts cuando de repente se encendió la luz pero aun así no me daba cuenta, me encontraba en un estado de clímax completo cuando de pronto escuche la voz de mi abuelo.
– Que haces? Putito.
Me estabas espiando.
Yo completamente desnudo, con mi pequeño cuerpo intentaba esconder mi pene con mi mano.
-No abuelo.
No es lo que vos pensas.
El, mordiéndose el labio inferior dijo:
– Se que es lo que yo pienso, pendejo morboso.
Me tomo del brazo violentamente y me paro y cuando lo hizo me pegopegó una cachetada.
– Vamos a mi cuarto.
Voy a llamar a tus padres que vengan a buscarte
Mientas yo lloraba el me arrastraba a su cuarto tomándome de los pelos.
-No abuelo, por favor.
No los llames.
Me dio una piña en el estómago y me hizo caer al suelo y cuando me encontraba ya tirado me dio dos patadas.
– Puto de mierda!!! No les voy a contar pero te voy a coger y vos no vas a decir nada.
Yo lloraba en el piso mientras mi nariz sangraba cuando el me levanto y me tiro a la cama, yo adolorido no ofrecía resistencia.
Este animal me puso boca abajo con una almohada sobre el estomago y me ató las manos en el espaldar de la cama.
Fue a la cocina y volvió con un bote de aceite de girasol y comenzó a untarlo sobre mi ano.
Yo lloraba y le pedía por favor, que no me hiciera daño.
Tenia mucho miedo, esto se había transformado en una pesadilla.
-No llores Puto de mierda.
Que no es esto lo que querías?
Me puso un calcentin en la boca dejándome totalmente mudo.
Esto era lo peor que me había pasado en la vida, sentía morir mientras mi abuelo me aplicaba aceite en el ano mientras me metía furiosamente de a 3 dedos, desgarrandome mi pobre orificio.
– Ahora vas a ver Puto de mierda.
Aguantatela que estoy por comenzar.
Se sentí encima mío y comenzó a meter su pene sobre mi trasero sin ninguna contemplación Hasta que lo dejó ir sin piedad.
Me dolía, yo no movía mi cuerpo pero a el nada le importaba.
Yo lloraba.
El fuertemente metía su miembro por completo y lo volvía a sacar.
Podía ver en el reloj de su mesa de luz que ya llevaba 20 minutos de una cojida violenta cuando comenzó a convulsionar y comenzó a acabar dentro de mi.
Estuvo recostado sobre mi 4 minutos cuando se paró y se fue a la cocina, yo esperaba que el me desate pero no fue así.
Eran las 3 de la mañana cuando cansado me dormí.
Me levanté a las 5 de la mañana cuando el nuevamente pegandome puñetazos sobre las costillas me levantaba.
– Putita, acá va de nuevo el abuelo.
Volvió a cojerme, esta vez durante 45 minutos.
Mientras lloraba con la mirada perdida sobre el reloj intentaba conciliar el sueño pero no podía, literalmente este hombre estába destrozando mi próstata con sus impulsos violentos.
Término de cojerme y esta vez si me desató pero me dejo encerado en su cuarto.
Pude ver que las sábanas estaban llenas de sangre, yo no podía pararme así que hice el esfuerzo y me fui al baño de su cuarto donde prendí la ducha y comencé a llorar en silencio.
Ya eran las 6:20 de la mañana cuando salí de la ducha y me acosté a intentar conciliar el sueño pero acostado en el piso porque las sábanas estaban llenas de mi propia sangre.
Me dormí y me levante cuando mi abuelo me despertó con una patada sobre el estomago.
– Levántate y prepárame el desayuno.
Vamos, ahora!!!
Me levanté y me fui a la cocina, como estaba con un pantalón corto y sin remera.
Me puse a preparar café y tostadas mientras seguía llorando.
El sentado en la mesa me decia:
– Pendejo.
Tus viejos no tienen plata para que vos estudies.
Yo te voy a bancar pero hacete a la idea que vas a ser mi mujer a partir de ahora.
Me entendiste?
Yo llorando y con mis voz entre cortada le dije
– Está bien abuelo.
Yo seguía preparando las tostadas cuando sentí que el se paró y me tome la cintura por detrás y me bajo el pantalón.
– Mi Putita.
Me va a encantar cojerte en la cocina.
Bajo su calzoncillo y pude ver por primera vez su pene, media cerca de 27 centimetros y 4 de diametro.
Fue solo un instante porque me lo dejo ir sin ninguna dvertencia y puso una mano sobre mi boca y comenzó su faena.
Me tenia sobre la mesada de la cocina, con mi estomago apoyado sobre el frío marmol cogiendome como lo hace un toro con su vaca.
Mis quejidos eran mudos Hasta que retiro su mano de mi boca y yo comencé a dar alaridos de dolor.
De pronto cesó la faena y me levanto y me puso boca arriba sobre la mesa de la cocina y con mis piernas sobre sus hombros comenzó a cojerme de nuevo.
No entendía como este animal sin corazón podía aguantar tanto.
Me estuvo cojiendo en esa posición por cerca de mediaHasta que de pronto acabo.
Yo estaba exhausto y triste al mismo tiempo así que desnudo y lleno de semen tome mi café y me fui a duchar mientras el seguía en la cocina desayunando.
Continuará.
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