Tulón chileno
Primera parte de la historia de mi vida, lo escribo porque en serio necesito sacarme estos recuerdos de la mente.
Iniciare estos relatos de lo más antiguo a lo más reciente que me fue ocurriendo en la vida. Son 100% reales y los cuento porque en serio necesito hacerlo. Me limitaré a los casos más exóticos, más secretos. Pueden juzgarme o lo que quieran pero así es la vida real de millones de personas en todo el mundo.
Me llamo Ricardo y vivo en Chile. Desde chico siempre fui más grande y tulon que mis compañeros. Eso llevaba a los más sumisos o regalones de entre ellos a acercarse a mi. Me describo: actualmente tengo 30 y mido 1,85, siempre he sido marcado porque de chico practiqué deportes. Aclaro que siempre me han gustado mujeres y hombres, sin distinción. Cuando tenía 14 años ocurrió lo que les contaré ahora.
Un amigo de mi hermano al que llamaré Jaime y que tenía 9 años iba siempre a la casa a bañarse en la piscina con él, porque su madre había muerto y su papá se la pasaba trabajando, entonces como vivían cerca siempre pasaba después de la escuela. A veces estaban mis padres, pero a veces no, y en esos casos me dejaban cuidándolos. Yo no los pescaba porque tenía una pololita de mi curso en ese entonces con la que la pasaba bien, pero a veces me metía a la piscina con ellos cuando hacía calor. Como no tenía short me metía con unos boxer top que tengo que me quedan de pana.
Una vez mis padres salieron de compras y a última hora decidieron llevarse a mi hermano. En eso tocan el timbre y es Jaime que venía a jugar a la casa. El era muy maduro para sus 9 años y además muy hermoso (nada que ver con mi hermano), blanco y marcado porque también estaba en deportes, ademas de regalon y tierno. Yo le digo que pase, que no hay nadie pero que puede esperar en la piscina ya que hacía calor.
Jaime entra y me pide un jugo, mientras lo observo, y parece que guarda un secreto. Me dice que no trajo short y que si no tengo uno de mi hermano que le preste. Cosa rara, ya que siempre traía. Se lo paso y entra a cambiarse al baño. Como mi hermano es un poco mas bajo el blanco que le pasé le quedaba apretado, y cuando lo vi desde atrás noté que se le marcaba todo el huequito del ano. Ya ahí empecé a calentarme, no había culiado con mi polola esa semana y le propuse ir a la piscina con él.
Ahí se puso demasiado contento y me llevó casi de la mano al patio, donde comence a sacarme la ropa para quedar en boxer. Yo sabía que mi familia no llegaría hasta la noche así que estaba tranquilo. La mirada de Jaime era rara, como entre curiosa y asustada, y yo notaba que hacía grandes esfuerzos por no mirarme el paquete que ya se me estaba creciendo.
En el agua comenzamos a jugar como siempre pero esta vez, cosa que nunca habia hecho, intencionalmente lo tocaba más de la cuenta. Cuando lo alzaba para atraparlo le besaba sus pezones y cuando lo agarraba bajo el agua le metía mano en el culito y varias veces le sobajie el ano con mis dedos, pero sin llegar a metérselos. Y el pendejo se estaba dilatando, se los juro. No solo eso, cuando podía me agarraba el paquete sobre el boxer (que yo ya traia descaradamente erecto) y me copiaba dándome besos en los pectorales.
Ahí fue que le propuse salir del agua y hacerle un masaje con crema para que no se quemara por el sol porque era muy blanquito. Obvio el cabro aceptó con tremenda sonrisa. Lo puse en la reposera sobre una toalla y traje la crema que estaba cerca y le dije que se sacara el short porque así era mejor. Al segundo se lo sacó Jaimito y me mostró una de las escenas mas lindas de mi vida, un hermoso botoncito rosadito lubricado por la piscina y un poco abierto, entre dos suaves y duritas nalgas blancas. Pa morirse wn.
El pendejo tenía los pelos parados y la respiración agitada. Yo comencé a masajearlo desde el cuello y los hombros hacia abajo, y cuando llegué a su cinturita su respiración ya era casi un gemido. Ya yo no aguantaba más así que le dije que iba a masajearle su potito pero que ahí tenía que ser más delicado y que se hacía de otra manera. No espere niun segundo más y le metí toda mi boca en ese ano hermoso y rosadito que me estaba regalando, comencé a meterle la lengua como desesperado y a morder sus nalgas lo más duro que pude sin lastimarlo.
Ya Jaimito gemía, casi que gritaba, obviamente le estaba encantando el «masaje», y solito movía sus caderas hacia atrás como tratando de devorarme la lengua con su culito. Ahí fue que me dijo la frase que me permitió entenderlo todo: «yo sabía que esto funcionaría». Paré mi beso negro: «que cosa bebé?», le dije. «Yo sabía que tu hermano y tu familia iban a salir, me avisó por MSN»…Ahí quedé en shock. El pendejo me había engañado!
«Te quiero mucho por favor no le digas a nadie», siguió Jaimito, «nadie me ha gustado tanto como tú y nadie me ha prestado tanta atención nunca», me dijo. Yo no sabía si estar enternecido o exitado. Era obvio que en los inocentes juegos que teníamos antes Jaimito no era tan inocente y había estado deseando este momento. «Sigue lo que estabas haciendo» me suplicó, y yo obediente volví a mi faena de devorar ese culito que ahora sabía que me pertenecía por completo…
(CONTINUARÁ)
Que rico, espero la segunda parte. Saludos desde el sur de Chile.
Wow, por favor sigue contando
Como sigue?
Uff me dejaste con la paja a medio terminar cuando sigues con tus relatos ?
Tremendo relato!!! Continúa por favor!!!
Hay que rico, no sabes cómo la tengo de dura 😝
Que rico.. a la fecha sigues con el
Wn que rico que gana de hacer lo mismo