Una despedida de soltero algo diferente….
Un tipo cuenta como fue su despedida de soltero, en compañía de varios transexuales y travesti, como él les dio por el culo y como ellos le comieron el culo a él..
Una despedida de soltero algo diferente….
Cuando el futuro padrino de mi boda y varios mis amigos me dijeron que me iban hacer una despedida de soltero, conociéndolos bien a todos, pensé que en algún momento aparecería alguna bailarina, o por lo menos una puta, para pasar el rato.
Pero apenas llegué suspendieron todo, debido a que la bailarina a las que habían contratado, a última hora canceló.
Así que después de darnos varios tragos, y escuchar uno que otro mal chiste sobre el matrimonio.
Mis amigos, se comenzaron a retirar, pero justo antes de que yo saliera, el dueño del bar en que estábamos, que lo conozco desde hace años, me dijo. “Sin decirles a tus amigos, regresa más tarde. Que yo, si te tengo una verdadera sorpresa.”
Así que algo picado por la curiosidad me despedí de mis amigos, me monté en mi coche, y tras dar una corta vuelta, regresé al bar.
Donde apenas toqué la puerta, me la abrió una chica, alta de piel morena, de cabellera rojiza, y grandes ojos azules, con muy poca ropa encima.
Por no decir que casi nada, ya que tenía puestos unos pantalones muy cortos y ajustados, un sostén, además de unos zapatos de tacos altos.
La que, sin decirme una sola palabra, tras cerrar la puerta, se dirigió dentro del bar moviendo de manera provocativa sus llamativas nalgas.
El dueño del bar que se encontraba tras la barra, al verme entrando me dijo. “Te presento a mi novia.” pero cuando yo iba a extender mi mano para saludar a la chica que estaba a mi lado, tras la barra apareció otra chica, limpiándose la boca con una pequeña servilleta.
De rasgos asiáticos, piel sumamente blanca, cabello bien negro, pero al igual que la trigueña pelirroja, parecía estar usando nada más que unos pequeños pantis y sostén.
Yo la verdad, no es que estuviera confundido, sino más bien lleno de curiosidad por saber que se traía el dueño del bar.
Cuando al tiempo que me sirvió un trago, diciéndome. “Todo va por la casa.” Aparecieron otras dos chicas, tan exuberantes como la asiática, y la trigueña.
Solo que una de ellas andaba sin sostén, con ese par de llamativos y firmes melones al aire, los que orgullosamente exhibía.
De inmediato pusieron a funcionar el equipo de sonido, y tras haberme tomado ese primer trago, fue la chica de las tetas al aire la que me invitó a bailar un suave bolero.
Así que por un buen rato me fui entreteniendo, bailando con ella y el resto de las chicas, mientras que el dueño del bar bailaba todo el tiempo, con la que él me dijo que era su novia, la misma que me dio la impresión, de que cuando llegué, tras la barra le estaba dándole una mamada.
Así que muy contento y feliz, seguí bebiendo, y bailando con varias de ellas, cuando la de las tetas al aire, al volver a bailar conmigo, le dio por agarrarme la verga por encima de la tela de mi pantalón.
La verdad es que apenas sentí sus dedos, agarrando mi verga, se me puso bien dura, tanto que se notaba fácilmente, que estaba sumamente excitado.
Por lo que ella con una voz algo chillona, dirigiéndose al dueño del bar, le preguntó. “¿Le puedo ir dando un pequeño adelanto, a tú amigo?” A lo que él afirmando con su cabeza, mientras seguía bailando con la China, agarrándole viciosamente las nalgas de ella.
Así que, en el medio de la pista de baile, la de las tetas al aire se agachó frente a mí, y tras bajar la cremallera de mi pantalón sacó mí ya parada verga, para de inmediato llevársela a su boca, y comenzar a mamar.
En esos momentos mientras las de las tetas al aire se dedicaba a mamar mi verga, mientras que yo permanecía de pie, tomando otro fuerte trago, sus compañeras me rodearon, y sin que yo se los impidiera comenzaron a quitarme todo lo que yo cargaba puesto, incluso hasta los zapatos y las medias.
Hasta dejarme completamente desnudo, y con muchas ganas de enterrarle toda mi verga, a cualquiera de ellas.
Fue cuando el dueño del bar dejando de bailar con su pareja, se me acercó, y me dijo. “Sabes antes de que sigas, quiero decirte que tanto mi novia como sus tres amigas son transexuales.”
Yo no sé si fue lo mucho que ya había bebido, o las ganas de clavarme a cualquiera de ellas, que al escucharlo decir eso, la verdad es que poco me importó.
Por lo que, sonriendo, le di a entender que eso poco o nada me importaba en esos momentos, por lo que él les hizo una seña a las chicas, de que continuasen.
Así que las de las tetas al aire, continuó mamando mi verga, pero ocasionalmente me daba un jalón a mis testículos, y sacando mi verga de su provocativa boca, me dijo. “Es para que no te vengas muy rápido.”
Así que yo permanecí de pie, mientras ella arrodillada frente a mi continuaba mamando divinamente toda mi verga.
Yo me sentía en la gloria, cuando la trigueña de cabellos rojizos, se me acercó y pegándose a mi cuerpo por dé tras, me susurró al oído. “¿Te gustaría que te diéramos, un buen masaje por todo el cuerpo?”
La verdad es que la sola idea del masaje me agradó, por lo que le dije que sí, y casi de inmediato la de las tetas al aire sacó mi verga de su boca, y junto con las otras dos, juntaron dos mesas.
Mientras que me pareció que el dueño del bar se encontraba disfrutando de la mamada que le daba la china.
Luego la cuarta chica, que se mantenía sin decir nada, se me acercó, y con una voz algo gruesa, me pidió que me recostase sobre las mesas, lo que hice con su ayuda.
Nuevamente aparecieron la de las tetas al aire, y la trigueña de cabellos rojizos, con varias toallas húmedas en sus manos, las que entre las tres comenzaron a pasar por todo mi cuerpo, pero de una manera tan lasciva, que cuando ocasionalmente me agarraban las nalgas, yo no les decía nada, y así me fueron dando ese extraño, pero rico masaje, por todo mi cuerpo.
Para luego pedirme que me diera la vuelta, y seguir pasando las húmedas toallas, una y otra vez por entre mis nalgas.
Fue cuando se acercó la China, y las otras tres le dejaron el espacio libre, al tiempo que la de la voz ronca, me volvió a servir otro fuerte trago, el que comencé a disfruta de inmediato, a medida que comencé a sentir las firmes manos de la China, acariciando mis nalgas.
Ya iba yo a protestar, cuando la misma China, me preguntó. “¿Te gustaría que te diera un beso negro?” Yo había escuchado algunos de mis amigos decir, que determinada puta, le había dado un sabroso beso de esos.
Por lo que, sin pensarlo mucho, moviendo mi cabeza de manera afirmativa, al tiempo que seguía bebiendo mi trago, le respondí que si.
Casi de inmediato comencé a sentir su respiración entre mis nalgas, y a los pocos segundos, como su lengua se fue enterrando suavemente dentro de mi culo.
Lo cierto es que jamás en mi vida, ni tan siquiera había soñado en que algo así fuera tan rico, por lo que a medida que ella continuaba restregando su rostro sobre mi culo, yo fui disfrutando lo que, con su lengua, ella me iba haciendo.
Yo estaba súper excitado, tanto que le tuve que pedir que se detuviera, ya que deseaba clavarme a cualquiera de ellas por el culo.
Y fue la trigueña de cabellos rojizos, la que bajándose ligeramente los cortos y ajustados pantalones cortos que llevaba, mostrándome sus paradas nalgas me invitó a que la penetrase.
Lo que apenas me levanté de la mesa con mi verga agarrada entre una de mis manos, dirigí al centro de sus nalgas, mientras ella se apoyaba en la barra.
Ya la había comenzado a penetrar, cuando la China nuevamente se acercó a mí, y arrodillándose a mis espaldas, mientras yo me fui clavando a la trigueña, ella volvió a la carga, pasando sabrosamente su lengua por entre mis nalgas.
Por un rato disfruté de esas dos cosas, hasta que el dueño del bar llamó a la China a su lado, y fue entonces que la de las tetas, colocando sus tetas frente a mi cara, me pidió que se las mamara, lo que yo gustosamente hice, a medida que seguía dándole por el culo a la trigueña.
Pero casi de inmediato se me acercó al oído, la de la voz ronca, y seductoramente, me preguntó. “Cariño quieres explorar algo diferente.”
A lo que yo sin pensarlo mucho le respondí que sí, en esos momentos la de la voz ronca, se colocó tras de mí, y tras bajarse los pequeños pantalones cortos que estaba usando, emergió su parada verga.
Yo estaba algo confundido, aunque no sorprendido, ya que, aunque sabía, que las cuatro chicas en realidad eran transformistas, a medida que seguí dándole por el culo a la trigueña pelirroja, y le mamaba sus grandes tetas a la andaba sin sostén.
Cuando volteé a ver a la de la voz ronca, y la vi con ese pedazo de verga fuera, creo que me asusté.
Pero aun y así, con eso y todo, seguí clavando mi verga, y mamando aquellas grandes tetas. cuando de momento sentí las manos, de la de la voz ronca, separando mis nalgas.
Y como sus dedos acariciaban suavemente mi esfínter, a medida que lo fueron penetrando, por un rato ella continuó haciéndome eso, cosa que en medio de todo comencé a disfrutar también.
Hasta que, acercando su cuerpo al mío, y la cabeza de su verga al centro de mis nalgas, extrajo sus dedos, y de inmediato me penetró.
Por suerte, justo en ese preciso momento, la de las grandes tetas retiró su cuerpo, de mi boca, porque de lo contrario seguramente se las hubiera mordido, no tanto por el dolor sino por la sorpresa.
El comenzar a sentir como aquella cosa larga, gruesa, y cabezuda, me fue penetrando, me paralizó por breves segundos.
No fue hasta que la de la voz ronca, continuó metiendo y sacando su verga de entre mis nalgas que yo nuevamente comencé a mover mi cuerpo, enterrando y sacando toda mi verga del culo de la trigueña pelirroja.
La que no dejó de menear sus nalgas ni por un segundo, en esos momentos la China, me pasó una botella de ron que me empiné de inmediato, mientras que su novio a su vez penetraba a la de la voz ronca, y a su vez la de las tetas al aire, lo penetró a él.
Era una especie de orgía, en la que todos nosotros habíamos formado, un tren, así permanecimos un buen rato, hasta que por lo menos yo me vine dentro del culo de la trigueña, y la de la voz ronca se vino dentro del mío.
Yo quedé completamente agotado, quizás no tanto por el esfuerzo físico, sino más bien por lo mucho que ya había bebido.
Ya que cuando me senté en uno de los sillones del bar, no sé si fue la China, o la de la voz ronca que, tras limpiarme la verga con una toalla húmeda, por un corto rato comenzaron a mamar mi verga nuevamente.
Pero la verdad es que no se me volvió a parar, por lo menos durante un largo rato, entonces la de las grandes tetas, bajándose los pantalones cortos que estaba usando, sacó su propia verga, y me la colocó frente a mi boca, y en cierta forma o manera me obligó que se la mamara, yo a él.
Yo me encontraba, tan explotado que, aunque hubiera querido defenderme, o evitar que me siguieran obligando a mamar, la verdad es que no tenía la fuerza necesaria para evitarlo.
Entonces la misma de las grandes, sacó su verga de mi boca, y haciendo que yo me colocara de espaldas a ella, sobre aquel sillón.
Separó mis nalgas, y sin más ni más me enterró toda su parada verga por el culo, al igual que posteriormente se lo hicieron al mismo el dueño del bar y las otras tres chicas.
Así que mientras alguna de ellas me daba por el culo, a una de las otras tres yo le mamaba su verga.
Fue tanto lo que bebí, y lo agotado que me encontraba, que en algún momento perdí el sentido, o simplemente me quedé dormido.
Cuando me vine despertando, me encontraba tirado en el piso del bar, mientras que la mujer de la limpieza se encargaba de pasar la escoba por todo el bar.
Yo aún bastante mareado y con un fuerte dolor de cabeza, y de culo, como pude recogí toda mi ropa, y frente a la señora me disponía a vestirme.
Cuando apareció el dueño del bar diciéndome que lo siguiera hasta la ducha, a medida que me duchaba, él se me acercó por la espalda, y suavemente comenzó a acariciar mis nalgas, sin que yo me opusiera o le dijera nada.
Al poco rato él mismo comenzó a enjabonarme, mientras que yo permanecía con mis piernas bien abiertas, sentí como una de sus manos me la pasó entre las nalgas, al tiempo que dejé escapar un profundo gemido de placer.
Él no lo pensó mucho y casi de inmediato, se bajó los pantalones, y bajo el agua que caía de la ducha me penetró, divinamente.
Yo sentía como su miembro entraba y salía de entre mis nalgas, al tiempo que movía mis caderas, restregándolas contra el cuerpo del hasta que al rato, me apretó con fuerza, y supe que se había venido dentro de mi culo.
Luego de eso, me seguí duchando, y expulsando todo lo que él había depositado dentro de mí, después de secarme, me vestí, y sin decir ni una sola palabra salí del bar ya cerca del mediodía.
De todo lo sucedido, no le comenté nada a nadie, y meses después de que me casé, cuando mi esposa se fue por unos días para ayudar a su hermana que estaba por dar a luz.
Fue que me atreví a volver a pasar por el bar, el dueño al verme alegremente me saludó, diciéndome que su novia y sus amigas, siempre le preguntan por mí.
Bueno como esa noche no tenía nada que hacer, esperé a que cerrase el bar, para volver a pasar una noche loca, con el dueño del bar y sus amigas……
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!