«UNA MUJER PRACTICA»
Yesenia mantenía las piernas abiertas, gemia y gozaba de cada embestida, lo llamaba por su apodo de Rodo y le pedía que no parara, sentía como la enorme cabeza del pene de el macho se incrustaba en su interior gorda y muy dura.
Yesenia había salido de casa de sus tíos esa tarde con un objetivo claro en la mente, conseguir el mejor celular que encontrara, ya estaba harta de ese cacharro que tenia desde los 12 años, que se quedaba sin batería en menos de dos horas, que se calentaba en insta, ti-to y hasta en face y que tenia un sistema tan viejo que no le permitía descargar aplicaciones nuevas desde hace mas de un año, estaba cansada de la pobreza, estaba cansada de las miradas de burla y lastima que sus compañeras de la escuela por ser pobre a lado de su tia, le dedicaban, estaba cansada de solo esperar y de jamás conseguir lo bueno, si quería cosas finas, si quería cosas caras y pasarla bien tendría que ver por si misma, ya no era una niña, no necesitaba de nadie para conseguirlo y sabia perfecto que era lo que tenia que hacer para cambiar su situación,
Antes de salir de su casa había usado el maquillaje de su tia, esos colores le parecían horrorosos, aseñorados y muy corrientes, pero para lograr efectuar sus planes eran perfectos, se había colocado una minifalda entallada, unos zapatos deportivos y una blusa con poco escote, pero bien entallada, soltó su cabello y se pinto los labios de ese rojo profundo que a su tia tanto le gustaba usar de vez en cuando, paro en su camino al negocio al que ya le había puesto el ojo para verse en un escaparate de cristal, lucia mucho mayor de lo que realmente era y si bajaba un poco los parpados para que luciera un poco mas lo ahumado de el maquillaje de sus ojos podría decirse incluso que era una chica de mas de 25 años, aunque en realidad tuviera 14,
Camino unas cuadras mas y al doblar en la esquina ahí estaba, era una pequeña tienda de importaciones en el centro de la cuadra de enfrente, era atendida por un matrimonio de no mas de 40 años de edad, casi siempre solo por el marido que se hallaba solo y a pesar de que vendían cosas de buena calidad y de marcas asiáticas reconocidas la gente no era muy asidua a entrar, preferían visitar los grandes almacenes y tiendas de cadena por los precios un poco mas bajos, pero el precio a ella no le importaba, le bastaba con saber que ahí tenían lo que ella estaba buscando y es que el dinero no le iba a hace falta jamás, ella sabia que para ganar había que invertir y que como las canciones de reguetón que siempre oía decían «un cuerpo chulo vale mas que una mina»,
Entro en la tienda apenas diez minutos después de asegurarse de que la mujer y sus hijos hubieran subido al auto familiar y dejado solo al padre en el interior, se trataba de un local pequeño con una trastienda que jamás había visto pero si al hombre ir hacia ella, con una sencilla puerta de cristal y mucha publicidad en el exterior, empezó a mover de acá para allá dulcemente sus caderas, había practicado para verse femenina y deseable y no fácil y barata, entro al negocio, fingió no prestar atención en el fornido hombre de poco menos de 40 años sentado frente a uno de los mostradores repletos de piezas de tecnología, pero de reojo de tanto en tanto lo miraba por el rabillo del ojo, pasaba por cada uno de los escaparates lejos del «señor» y leía una por una las características de los equipos, las manos le estaban sudando un poco, pero estaba decidida a hacerlo, estaba decidida a no llegar a casa con las manos vacías, ni con las manos vacías ni insatisfecha, pero la espera era lo que la turbaba, en su interior sabia que si iniciaba el cachondeo y los tocamientos tal y como en sus recuerdos de lo vivido con su padrastro y su hermanastro, su cuerpo recordaría todo aquello solo y se dejaría llevar,
La muchachita desaparecería como siempre hizo detrás de la hembra tal como siempre había sucedido y solo tendría que preocuparse por elevar el coño y aguantar las embestidas de una verga gorda y si había suerte muy cabezona (aunque jamás se la había visto al dependiente imaginaba que todos los hombres serian similares de allá abajo a su padrastro y hermanastro) en su interior hasta recibir la lefa caliente y espesa en sus entrañas, a como ansiaba sentir se calor liquido de nuevo,
Sintió como las manos de inmediato sudaron un poco mas ahora que era presa del deseo y los recuerdos, y empezaron a ponerse calientes, había pasado tanto sin un hombre de verdad, uno de carne y hueso follandola como una bestia, fue desde que la ley había apresado a su padrastro y hermanastro, no había vuelto a saber de ellos, la habían llevado con doctores y psicólogos que en unas cuantas visitas la declararon dada de alta, y realmente lo extrañaba, sentirse empotrada y falta de todo control sobre su vagina, limitarse a sentir las embestidas y no pensar en nada mas que las sensaciones dulces y ansiosas que invadían su piel, desde aquella alta se había pasado los días acariciando con violencia su «botoncito» ese abultado timbre por encima de su coño al que su padrastro y hermanastro tanto les gustaba chupar y acariciar, ese que la hacia sentir con las piernas flojas y liberar aguas desde lo mas hondo de su interior, aguas que escurrían desde su centro mismo y bajaban ligeras sin prisa por sus tobillos hasta llegar a sentirlas en las plantas del pie,
De pronto una voz grave la saco de sus pensamientos,
-Buenas tardes, dígame buscaba usted algo en especial?
le dijo el robusto hombre poniéndose de pie y acercándose a ella, se detuvo a poco menos de 1 metro y medio y ella giro su cabeza para sonreírle tal como había practicado por los últimos dos días frente al espejo del baño, se trataba de un hombre de poco menos de 40 años de edad, de aproximadamente 1.75 de estatura, se veía fornido, de espaldas anchas y lo mas llamativo eran sus brazos debido al ejercicio que obviamente practicaba, no se notaba barriga alguna en su abdomen y vestía unos pantalones de mezclilla negra acompañados de una camisa sin mangas de un equipo de básquet ball americano que hacia resaltar sus brazos, al verla sonreír el le devolvió de inmediato la sonrisa y ella inicio su plan,
-Buenas tardes, si por favor ayúdeme,
le dijo fingiendo confusión
-Claro usted dígame,
le respondió el atractivo hombre riendo un poco de vuelta
-Mire es el cumpleaños de mi prometido, el gusta mucho de jugar videojuegos en el teléfono, y quiero comprarle alguno, pero no entiendo la mitad de lo que ponen las tarjetas de especificaciones,
-Muy bien, me podría decir si recuerda que tipo de juegos a el le gustan?
Yesenia empezó a enumerar los nombre de varios juegos que ella misma quería probar, soñaba con llegar a ser una de esas chicas sexys que cobraban por emitir sus partidas en internet y hacer uno que otro gesto sugerente para sus fans, jamás había jugado esos sistemas pero recordaba como de niña su hermanastro le había dicho lo hábil que era para los videojuegos, todos los títulos que menciono necesitaban de grandes capacidades internas en un teléfono o computadora para poder correr con fluidez y emitir en directo, eso lo sabia bien ya que se había informado desde hace mucho,
-Mire,
Empezó a hablar el propietario solo para que ella muy sonriente y encantadora le quitara la palabra
-Hay por favor no me diga de usted, me hace sentir mal jaja, no hay cosa mas incomoda para una chica que la hagan sentir vieja jaja
-Jaja, discúlpame por favor
-Yesenia, soy Yesenia,
-Pues mucho gusto, yo me llamo Rodolfo, jaja Rodo para los amigos y amigas,
Siguieron hablando por un rato acerca de especificaciones internas de los teléfonos, de la velocidad de carga y de los durables que eran las distintas marcas, en todo momento Yesenia fingió un interés y una dulzura convincentes pero huecos, el le cuestiono el presupuesto con el que contaba para poder disminuir las opciones y ella se limito a decirle que el dinero no era un problema,
Que compraría el que le pareciera mejor, aquella joven a Rodolfo le parecía una de las mas lindas que habían pisado su tienda, el gesto de comprarle un teléfono a su novio lo hacían pensar en un mujer cariñosa y dulce justo como su mujer y su vestimenta que aunque nada sugerente revelaba unas curvas torneadas y agradecidas no hacían mas que llamar su atención a pesar de sus firmes intenciones de «no mirar de mas y se educado»
Para Rodolfo las cosas fueron pasando de la amabilidad a la curiosidad, de la curiosidad a la coquetería y de la coquetería al deseo, pasados menos de 40 minutos y fruto de una caricia a las manos de la joven al darle un teléfono para que lo viera que duro apenas unos segundos habían terminado besándose apasionadamente, ella se había separado de el apenas un instante después solo pára decirle decidida y cachonda, que alguien podía entrar, que había que cerrar la puerta e irse a la trastienda,
La oportunidad era única, Rodolfo era un padre de familia, tenia dos hijos pequeños y amaba a la mujer con la que se había casado hace ya mas de diez años, pero ahí tenia justo en ese preciso momento a una diosa dulce y dispuesta a corresponder sus caricias, sus besos y por lo candente de sus pupilas al pedirle que fuera a la trastienda a entregarse a el sin reservas y permitirle por fin después de tantos años probar un coño distinto al de su esposa,
Que si bien aun era hermosa ya no llamaba su atención igual que antes de que llegaran los niños, apenas hubo cerrado la puerta se abalanzo sobre la chica, tomo su cuello con la mano derecha mientras con la izquierda sostenía su espalda baja, coloco todo su cuerpo por el frente contra ella para que sintiera su verga dura bajo el pantalón y ella lejos de asustarse o pedirle que fuera mas despacio lo correspondió, ella acaricio su tronco, su abdomen por encima de la camiseta y sin perder tiempo metió las manos debajo de esta, mientras una mano acariciaba sus pectorales velludos y marcados, la otra mano bajaba hasta su cintura y trataba de bajar por la parte de arriba de su pantalón hacia sus calzoncillos,
El sentir esa mano tratando de llegar a su fierro hizo que Rodolfo perdiera por completo el control, levanto la falda entera de Yesenia, acaricio por unos momentos su vulva a través de su ropa interior y se puso de rodillas para echar sus piernas sobre sus hombros, levantarla permitiéndole sujetarse de un adorno afianzado a la parte alta de un muro y después de hacer su tanga a un lado mamar su vagina húmeda y dulce con desesperación, el olor era increíble, se trataba de un manjar conocido pero con un sazón distinto por decirlo de alguna manera, esa pucha contenía un aroma único que aunque similar jamás podría parecerse al de su esposa, el calor de sus pliegues envolvía en cada lengüetada la lengua de Rodolfo, sus labios y por momentos en los que la lujuria lo hacían perder la coordinación sus narices entraban un poco dentro de esos pliegues también, esos pliegues tiernos y húmedos que reclamaban la atención de un macho que penetrara duro en su interior y dejara su mas profunda intimidad goteando como muestra de lo que el sexo debe ser,
Rogelio se puso de rodillas y ella se soltó del adorno y se agarro de forma rápida a su cabeza para evitar caerse, el bajo aun mas su estatura y le permitió bajarse de sus hombros sola, se levanto de el suelo de forma rápida y tomándola de la mano la guio a la parte trasera de la tienda, no había demasiado que ver allá atrás, se trataba de una habitación pequeña de quizá diez por veinte metros, con una heladera, una mesa, un sillón y un tapete de plástico enorme que servía de sitio de juegos para los niños de Rodolfo, había peluches y almohadones sobre el y sin decir mas nada y con solo una mirada Yesenia empezó a desvestirse,
Primero salió la blusa Y después de una rápida mirada a esos pechos contenidos dentro de un blanco bra, Rodolfo se apresuro a desprender los seguros de su espalda, tantos años de practica con su mujer lo habían vuelto un experto, de manera inmediata el seguro se abrió con un solo movimiento de mano de el y unas tetas grandes y con pequeños pezones rosados aparecieron ante sus ojos, Yesenia los tomo entre sus manos y tento a Rodolfo con una mirada traviesa y ansiosa, el se apresuro a chupar las aureolas y a bajarle lo que le quedaba aun puesto, la falda y las pantaletas, la llevo al suelo sobre aquella alfombra y se despojo de su camiseta frente a ella, Yesenia era todo deseo al mirar,
Vio aparecer de pronto un cuerpo varonil, velludo y aunque un poco fuera de forma bien proporcionado y llamativo, digno de los sueños húmedos de cualquier mujer, el bronceado tostado de esos enormes brazos resaltaban por encima del color de la piel de su pecho y estomago y un camino de pelos que nacía por debajo de los fuertes pectorales se perdía en el interior del pantalón de Rodolfo, ella poso sus ojos de manera impúdica y anhelante sobre el bulto de su verga aprisionada aun bajo la tela y el hombre se apresuro a quitarse todo por completo,
Una reata gorda, dura y larga, rosada y velluda apareció frente a sus ojos, si, no había herrado al pensarlo muy seguramente todas las vergas eran iguales o parecidas, si bien este pene era muy distinto a los que la habían desvirgado un día, ya que su padrastro y su hermanastro eran de tez mucho mas oscura los tamaños y las formas eran casi iguales, un largo cuerpo de buen grosor que nacía en el pubis se proyectaba como una estaca firme y orgullosa apuntando hacia el techo coronada por una cabeza gorda y humeda, deseosa de entrar en ella y de correrse en su interior dejándola escurriendo lefa por horas, mojando sus pantaletas y produciendo en el proceso ese olor que tanto le gustaba percibir desde pequeña,
Fueron apenas unos segundos en los que ella miro aquel pene gordo y cabezón, de pubis peludo y con dos huevos enormes también cubiertos de espeso pelo colgando de el, y en esos segundos, los ojos de Yesenia pasaron de el miembro de el a la vagina de ella, abrió un poco las piernas apoyando sus talones en el suelo, acaricio su clitoris mordiendo tal como había practicado frente al espejo desde hace unos días su labio inferior,
-Ya no aguanto papi, ya métemelo
Rodolfo se dio cuenta de lo que estaba por hacer, no tenia condones a la mano, estaba por coger con la novia de un tipo al que no conocía, en su trastienda, sabia que su esposa nunca volvía después de irse a casa por las tardes, que lo esperaba para cenar y hablar, pero el solo pensar en que ella pudiera entrar de pronto por esa puerta le subió por completo la excitación, se abalanzo como una bestia sobre la hembra, cualquier otra tan delgada y bajita hubiera sentido algo de miedo al ver a ese hombre peludo y robusto con una verga de tales proporciones acercarse hambriento de ella, pero no Yesenia, ella sabia de que iba esto desde hace mucho quizá demasiado tiempo, lo sabia y le gustaba, no solo era parte de su plan era algo que moría por hacer de nuevo, era algo que necesitaba con desesperación, ya basta de caricias solitarias y de jugar con los mangos de los cepillos, necesitaba un hombre de verdad,
Las piernas de Rodolfo embonaron a pesar de su diferencia de tamaño con las de ella de forma perfecta, ella se abrió por completo y el hundió sin miramientos su verga en el interior de su panocha, fue de igual forma un alivio y un estrés para el, sentir como todo el pelo de su pubis pegaba contra el pubis casi lampiño de ella, sentir todo el trayecto húmedo y caliente de esa cavernita que ella tenia entre las piernas amoldarse a su verga, a través del pelo de su pubis Rodolfo sintió ese botoncito de carne tocarlo y con la técnica que durante años había hecho gozar a su mujer lo aplasto para sofocarlo con parte de su peso, en el ángulo preciso para que a cada embestida suya no solo su verga gorda entrara y saliera del interior ajustado de la chica sino que el botoncito impertinente que osaba elevarse sintiera la mayor estimulación posible,
Las embestidas fueron duras, contrario a su trato como vendedor, Rodolfo en la cama era un macho tosco y bruto, que pensaba en darle la mejor experiencia a sus mujeres pero no estaba para nada dispuesto a seguir sus indicaciones o ser un tibio a la hora de cogérselas, en su cama aun antes de conocer a su mujer siempre había habido solo un macho, el, y estaba mas que decidido a que esa hembra que había entrado en su tienda saliera con la concha llena de mecos, las piernas temblando y una sonrisa que todos pudieran ver en su camino a casa,
Las embestidas eran violentas, coordinadas y sin piedad, la manera en que el miembro duro de Rodolfo entraba y salía de la vagina de la chiquilla era mas parecido a un ataque lleno de saña que un macho y una hembra que se apareaban, sin embargo Yesenia mantenía las piernas abiertas, gemia y gozaba de cada embestida, lo llamaba por su apodo de Rodo y le pedía que no parara, sentía como la enorme cabeza del pene de el macho se incrustaba en su interior gorda y muy dura, habían dejado de ser en menos de una hora esos sonrientes y civilizados humanos que charlaban sobre equipos celulares en la parte delantera del local, en esos momentos no eran mas que un macho tosco y enorme en comparación a su joven hembra que siguiendo el llamado de la naturaleza y su objetivo como ser vivo se abría de piernas, chorreaba líquidos vaginales y gemia ante cada embestida profunda y animal de su corneador,
De pronto Yesenia sintió algo, trato de cerrar las piernas, ahí estaba, su orgasmo se había manifestado de la nada, por mas que había luchado por aflojar la opresión en sus caderas, en su ano y vagina la lucha había sido en vano ante la estimulación de Rodo, Yesenia no quería correrse quería seguir ahí abierta de piernas por horas de ser posible sintiendo ese cuerpo peludo y tosco empotrarla contra el suelo como si no fuera mas que una hembra sin rostro ni voto, habían sido tantos años de contención, tantos años de soledad para su coño, deseaba que el la cogiera tanto como quisiera y le llenara hasta mucho después la vagina de semen caliente y espeso,
Rodo igual se dio cuenta desde el primer momento, aun un poco antes de que las piernas de ella trataran de cerrarse de lo que pasaba, sintió como el interior de la chica bombeo su verga, como las paredes internas de su coño lo oprimieron un poco, la aplasto con todo su peso y aumento la velocidad de las embestidas, Yesenia gritaba no de dolor sino del profundo placer que sentía en su interior, las manos de el apretaron con firmeza pero sin furia su cuello y las embestidas que le daba iban cargadas de maña, su clitoris era embestido y rosado por su piel y su vello crespo, ella no podía mas, empezó a correrse como toda una perra,
Contrario a sus impulsos primarios no cerro mas las piernas, se tomo a si misma por las rodillas y con sus manos se forzó a abrirlas aun mas, quería que su macho sintiera como su coño masajeaba ese enorme glande que se había enterrado dentro de su ser, quería de sus jugos mojaran sus testículos peludos y que toda la alfombra de plástico donde jugaban sus mocosos quedara apestando a ella, a ella y a el justo en ese momento en el que se vendrían, ella sabia que hacer para darle el mejor orgasmo a el querido Rodo también, mientras su coño vibraba sin control y ella cerraba los ojos se abrazo a Rodolfo con las piernas tratando con sus insignificantes fuerzas comparadas a las de el de atraerlo aun mas en su interior, grito su nombre muchas veces llena de éxtasis y le pidió victima del mas profundo placer,
-Si papi, soy tu puta, soy tu puta y quiero que me preñes, que me llenes de semen y me dejes un hijo dentro, aaahhhh, ahhh!
Las manos de ella se unieron al igual que sus brazos a su misión, se abrazo de Rodolfo y araño su espalda, puso su boca contra su pectoral derecho que era lo único que alcanzaba debido a su baja estatura comparada a la de el y lo lleno de besos y saliva caliente, Rodolfo no pudo mas, oír todo aquello y sentir como esa pequeña puta lo atraía en vano a sus entrañas con desesperación fue demasiado, se enterró de lleno y empezó a gritar y a quejarse lleno de placer, sus huevos subían y bajaban a medida que su perineo fuerte depositaba contracción por contracción grandes cantidades de mecos certificados y fértiles en el coñito lampiño de su nueva amiga, después de haber eyaculado, Rodolfo se empezó a mover de nuevo, sus testículos golpeaban de un suave pero pesado vaivén el cuerpo de Yesenia que sentía como esos movimientos mezclaban mas y mas la lefa dentro de ella, ambos estaban muertos, llenos de sudor y apestando a sexo, a infidelidad y no podían sentirse mas felices,
Cuando Rodolfo se salió de ella ya con el pene por completo flácido aunque aun enorme y se tiro a su lado viendo bocarriba el techo y cayendo poco a poco en la realidad y la magnitud de lo que acababa de hacer, Yesenia se adelanto a sus pajas mentales y se subió encima de el de nuevo, lo beso y acaricio, le dijo palabras de agradecimiento por hacer venirse de una forma tan especial y contrario a lo que el cada vez mas lucido Rodolfo quería aparentar su miembro demostró que la culpabilidad no es lo mismo que el arrepentimiento, el miembro se elevo de nuevo, Yesenia lo sintió en sus nalgas, puso la mano detrás y lo tomo con cariño en su interior, lo pajeo y le dijo cosas calientes, que quería jugar mas y que su coño aun tenia hambre de verga,
Basto con unas palabras de deseo y unos besos cortos para que el pene estuviera de nuevo en todo su potencial, sin pedir permiso ni avisar (aunque no era necesario jaja) Yesenia se acomodo sobre el y lo metió dentro de su hueco vaginal por completo, esta vez Rodolfo le permitió llevar el control, a pesar de lo duro que estaba su miembro y de las contracciones ocasionales en su interior fruto de que Yesenia era una maestra en el arte de complacer sexualmente a cualquier varón, Rodolfo tenia una fuerte cruda moral, ahora que había eyaculado por primera vez dentro de la chica su mente se había aclarado y se sentía mal por dentro a pesar de lo rico que sintiera por fuera jaja,
Le encantaba lo que la chica le hacia, su manera de montarlo como toda una vaquerita puta y hambrienta de semen, ver sus tetas moverse mientras lo cabalgaba, pero algo en su interior le impedía entregarse al placer de nuevo, se sentía incomodo, las complicaciones abandonaron su mente cuando Yesenia se inclino sobre el y dejo sus tetas a su alcance, aunque trato de resistirse y aferrarse a ese sentimiento de culpa que le comía la cabeza el constante vaivén de esas tetas sobre su nariz, boca y ojos termino por vencerlo, la verga se puso aun mas dura, cual asta y sus manos aprisionaron esos bellos senos de pezones rosados, los chupo, los beso y los jalo con firmeza algunas veces provocando un leve dolor en su hembra y con cariño en otras haciéndola sonreír y mojarse aun mas, sus entrepiernas estaban empapadas, Rodolfo sentía como los jugos de ella y los suyos propios le escurrían por el pene hasta llegar a sus huevos y caer a la alfombra de plástico, aun así la sensación era genial, y podrían haber estado horas del mismo modo si no fuese porque la noche empezaba a caer por la ventana trasera de la trastienda, Yesenia aligero su peso y se movió como una poseída sobre el miembro de Rodolfo, el noto lo mismo que ella, que la noche llegaba y tomándola por las caderas la enterró en el gordo cipote, subiendo su pelvis hacia arriba con violencia, le arrebato el control y lo tomo por completo de nuevo, tenia aprisionados sus cabellos con la mano derecha y tiraba de ellos hacia atrás mientras la penetraba con fuerza y mamaba su pezon derecho con toda la intención de lastimarla, ella sentía ese dolor pero no oponía resistencia ni le molestaba de mas, estaba acostumbrada, pues eso era otra de las cosas que extrañaba de vivir con su hermanastro, había sido esa una de las primeras cosas que le había hecho aun antes de penetrarla,
Rodolfo gimió por fin y deposito aun mas semen dentro de ella haciendo fuerza con sus nalgas hacia arriba y jalando la pelvis de Yesenia hacia abajo, el calor en sus genitales era demasiado, estaban empapados de la cintura hacia abajo y el cuarto olía a sexo y sudor, de inmediato después de terminar Rodolfo le pidió que bajara de encima de el, su miembro salió de su vagina y esta no tardo en empezar a arrojar semen y jugos, Rodolfo miro de reojo como sin importancia lo que paso pero atesoro esa imagen en su memoria por lo sexy que le pareció, se vistió dándole la espalda a ella, no quería seguir deseándola y follando con ella,
Tenia que irse en menos de dos horas a casa y había mucho que limpiar y orear, borrar toda huella de lo que había hecho, comprar algunos artículos de aseo y lavarse las axilas, la cara, el pelo del pecho y la entrepierna, no podía llegar a casa apestando a sexo, no podía perder a su mujer y sus hijos, los amaba, empezaron a vestirse sin decirse nada, Yesenia jamás le dio la espalda a el, en todo momento mientras se colocaba sus prendas miraba con deseo a ese hombre tosco y velludo que la había empotrado y preñado por fin después de varios años de espera desde lo de su padrastro y hermanastro, estaba satisfecha, contenta pero esto aun no terminaba, Rodolfo termino de vestirse, encendió las luces de la trastienda, abrió la ventana y prendió un ventilador (era de pleno día cuando habían empezado a follar y ahora la habitación lucia muy oscura), miro a sus espaldas y vio que ya a ella solo le faltaba colocarse la blusa y los zapatos, le sonrió y se fue a la parte delantera,
Cuando Yesenia lo alcanzo el la estaba esperando frente a uno de los exhibidores y después de una breve platica en la que el fue el único que hablo para decirle que le había encantado estar con ella y que por favor por el bien de sus parejas no había que tocar jamás el tema, ella se limito a estar de acuerdo en todo y fingió que se iba solo para asegurarse que llegaría a salvo a la puerta que comunicaba con la calle, ya ahí y con la puerta abierta de par en par y gente caminando por las banquetas, le tendió a Rodolfo una fotografía, el la miro con atención y noto que se trataba de ella en un uniforme de gala en la escuela, se veía aun mas joven, jaja, esperen un momento demasiado joven, la miro asustado dándose cuenta de la verdad y ella con una sonrisa burlona y la voz mas delgada, le dijo
-Soy yo, hace una semana, fui maestra de ceremonias de mi escuela y me tomaron fotos,
Que rayos estaba pasando!?, Rodolfo continuo con la fotografía en la mano, la miro con incredulidad y por un momento se puso blanco del susto,
-Que edad tienes?
-14, pero dicen que cuando me arreglo así me veo mucho mayor, le dijo moviendo las caderas y tomando la falda por las puntas para fingir los ademanes de una niña pequeña, lo dijo ella sonriendo como si fuera una gracia y esperando que el hombre dijera algo mas,
Rodolfo no sabia que hacer, que decir ni que pensar, era que acaso había tenido tan mala suerte para ser engañado por una chantajista o es que alguien la había enviado para arruinar su vida, como el no decía nada pasados unos minutos ella lo hizo,
-Me vas a dar un «Honorable mágico 8 pro» y un «Appo Alce 18 pro» y yo hare como que jamás paso nada, no le diré a nadie y la policía no se enterara, claro que si no me das lo que pido la policía se horrorizara al saber de como el dueño de una tienda de celulares me tomo el día de hoy y me obligo a estar con el en la parte trasera de su negocio, me harán exámenes y verán como me dejaste debajo de la falda,
Rodolfo no lo podía creer, pero de inmediato fue a la parte trasera de la tienda y trajo las dos cajas selladas, de el mueble en que los guardaba, ella lo esperaba en donde la dejo, miro las cajas en sus manos y le pidió que los encendiera para verificar que estuvieran funcionando, así estaban y sonrió al comprobar que eran los modelos que quería, los puso en su bolso y sin darle la espalda se fue de ahí, Rodolfo acababa de perder casi el equivalente a mil quinientos dólares, entro de nuevo en la tienda y cerro con llave aun tratando de comprender si todo lo ocurrido en las ultimas horas era real o si estaba tirado en alguna esquina de su casa ebrio, no era una pesadilla, tampoco había sido un sueño, una jovencita había entrado en su vida, le había dado dos orgasmos intensos, había puesto en riesgo su vida y su matrimonio y le había dado baje con una suma grande de dinero, empezó a quitarse la ropa que se acababa de poner hace menos de cinco minutos, estaba por completo desnudo con la verga flácida aun húmeda y los huevos colgando vacíos debajo de ella, la llave de agua le lanzaba gotitas frías en la piel mientras el se lavaba las manos y empezaba a preparar jabón en una esquina de la habitación para lavarse a trapo el vello del pecho y el pubis y quitarse los aromas de lo que había hecho el y esa chica, miro la alfombra plástica en la que jugaban sus niños y no pudo evitar sonreír al ver unos pequeños charcos de jugos vaginales y mecos manchándola.
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