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Dominación Hombres, Fetichismo, Gays

Una tarde estudio

Mi amigo y yo estudiamos anatomía una tarde.
Me encontraba estudiando anatomía para un examen final y como cualquier estudiante ante la proximidad de la fecha estaba entrando en pánico, decidí dejar el estudio de lado y tratar de tranquilizarme, a pesar de que mi pausa no estaba dando los frutos esperados, preferí seguir ignorando la situación por un tiempo más mientras me preparaba mi almuerzo, ya que vivo solo en Colombia ya hace un tiempo, tome la brillante e impulsiva idea de irme de mi país natal a estudiar lejos, por unos cuantos problemas que no vienen al caso, mido aproximadamente 1.78, soy blanco, de cabello negro, ojos oscuros y muy lampiño a penas y me crece tres vellos en la barbilla cada dos semanas, mientras cocinaba recibí un mensaje un mensaje de Tomás, un amigo chileno que había hecho en la universidad ya hace cinco meses.

– Holaaa, ¿cómo estás?, oye como vas con anatomía

– Nahhh, un asco estoy estaba hace un rato estudiando y la verdad es que no entiendo nada, estoy harto, tu como estás haciendo para entender anatomía?

– A mi igual me está costando un montón ya no sé qué hacer para retener tanta información en tan pocos días

– Que cagada yo pensé que al menos tú si estabas entendiendo algo de anatomía, ¿pero probaste algún método en específico?, tipo te sirve estudiar con otras personas?

– No he intentado hasta ahora pero no estaría mal probar, ¿quieres venir a mi departamento?, y así vemos si entendemos mejor anato porque mi cabeza esta por explotar

– Dale dale, entonces estoy ahí a las 11 a.m., ¿te parece?

– Bien, acá te espero en mi depa, vivo en calle 25 al 428

A decir verdad Tomás siempre me pareció un chico bastante guapo, los primeros días que lo vi en las clases de anatomía había caído totalmente enamorado, él era bastante tímido al inicio, media unos cinco cm menos que yo, dientes eran rectos, unos ojos avellana, su cabello era castaño, al igual que yo es bastante lampiño, tiene una mandíbula muy marcada, y un acento que me ablandaba las piernas, aunque mis primeros acercamientos se centraron en llamar su atención no tarde en enterarme que tenía una novia en Chile con la cual llevaba más de dos años, lo que me puso en jaque, sin oportunidad a otro movimiento, claramente tras saber esto lo mantuve de amigo sin ningún otra intención, mantuve contacto cero por un tiempo hasta que los sentimientos que habían aflorado se marchitaran completamente, desde el inicio a parte de parecerme lindo me cayó muy pero muy bien, igual de parlanchín que yo, sus bromas tenían un sutil humor negro y llevábamos más clases compartidas.

Disfrute de mi comida, me bañe, me vestí y ya me encontraba listo para ir a la casa de Tomás, tome un transporte que me dejo directo en la esquina de su casa, cabe recalcar al ser solo mi facuamigo nunca lo había visto con una vestimenta que fuese diferente a la que exigía la facultad, le escribí para que bajase a abrirme la puerta y a la parte de unos minutos estaba allí, vestía un short gris deportivo y una polera marrón claro, ropa muy acertada con respecto al clima, no pude evitar sentirme atraído hacía él, creía haber guardado las ganas que le tenía bajo candado pero estaba equivocado lo que a decir verdad me causada cierto conflicto, mis ojos se deslizaron disimuladamente hacía su entrepierna y podía ver entre ellas un bulto que me hizo sentir culpable, nunca le hable sobre mi orientación sexual así que supuse que una miradita de vez en cuando no levantaría sospechas, había bajado con Mica su perra, me estaba esperando para salir a darle un paseo, acepte sin chistar pues tengo un gran amor por los animales, dimos un par de vueltas en el parque, mientras teníamos conversación sin importancia mi mirada tenía voluntad propia se posaba sola sobre aquel paquete que rebotaba dentro del short, era evidente que no cargaba ropa interior, supuse que era el clima, unos malos chistes después regresamos a lo que realmente habíamos quedado, estudiar anatomía.

Ya en el departamento no pude evitar ver lo limpio y muy bien presentable que estaba su monoambiente, había en el aire un aroma a vainilla, y en la televisión se escuchaba un fondo de lluvia que según él eso le ayudaba a concentrarse mejor, nos sentamos he iniciamos una muy larga jornada de seis horas que se me había hecho casi imposible no mirar la silueta de lo que contenían esos shorts, tras largas horas de estudio el surgió el hambre y la verdad ya hacía falta un break, que suerte, al instante nos pusimos a cocinar mientras charlábamos sobre lo bien que nos había ido en la sesión compartida de estudio, siempre fue muy amable conmigo así que no me sorprendía el hecho de que quiera invitarme absolutamente todo, a pesar de que me negué varias veces hizo caso omiso, tuve que dar el brazo a torcer no sin antes comprometerme hacia mis adentros en la próxima invitarle yo.

Mientras estábamos comiendo veíamos «How to get away with murder», estábamos tan agotados con medicina que preferíamos ver abogados haciendo de la suyas, la serie está plagada de escenas explicitas por lo que no tardo en aparecer una de ellas, la de dos chicos teniendo sexo desenfrenado, lo cual me puso bastante incomodo por las ganas que me habían despertado hacía Tomás, mi mano buscaba el reposa brazos, en donde sin darme cuenta rozamos las manos, ninguno de los dos movió un solo musculo, el tacto con su piel era excitante, era prohibido.

– ¿cómo será eso? – fue la pregunta que lanzo rompiendo con el silencio

– pues se preparan antes, ¿no? – tire tratando de esquivar otra pregunta

– buaaa…, en serio, es que si no me lo decías no me enteraba – era evidente su tono sarcástico – a lo que yo voy es a que se sentirá coger por la cola – dijo mientras rascaba sus huevos

– espera espera…, tu hablas de cómo se sentiría una…? – le dije mientras enarcaba una ceja, a pesar de que me había impactado no lo refleje en mi cara ya que no creía a Tomás un muerde almohadas

–no no no, me entendiste mal, le he pedido varias veces a mi polola que pues, probemos algo nuevo y nunca quiere intentar nada– volvió a tocarse el bulto levemente, pero esta vez rasco el arco de su nariz

– Ah, ya te entiendo -reí en un esfuerzo vano de disminuir la tensión que al parecer solo yo estaba sintiendo – y yo he probado y la verdad a mí me gusto bastante – dije casi sin pesar y obviamente omitiendo que esas ocasiones yo había sido el pasivo – De igual forma en sus ojos avellana pude notar como si se hablara de un deseo concedido.

Lamio sus labios rápidamente mientras miraba los míos – con esa carita? nahhh weón, no te creo – bromeó, estirando su mano hacía mis hombros dándole leves apretujones

mientras reía le dije – bueno allá usted si me quiere creer, pero yo sé lo recomiendo – me sentaba extraño el lanzar señales ambiguas ya que por más que quisiera que me culee sentía la culpa de llevarme la amistad junto a mí lujuria

entre las risas, la caminata y la alta temperatura que tenía el departamento, empezó a llegar un olor a macho que me estaba alborotando hasta los pelos, pase de estar incomodo a ponerme caliente en un santiamén, podía sentir la cabeza de mi pene como se iba humedeciendo de a poco, definitivamente el calor estaba haciendo efecto, empecé a dejarme llevar por mi lujuria, mi mente imaginaba de que tamaño, grosor y color tenía ese trozo de carne, mi boca aclamaba por sentirla, mi lengua quería probarla

– la puta madre debí conseguirme un departamento con aire acondicionado– dijo Tomás regresándome a la realidad

– al menos tu vives solo y nadie te jode la paciencia – le dije recordando que al igual que él alquilaba un departamento con más de tres romíes habiendo muy poca privacidad

– Bueno eso sí, por eso mismo me vine acá, mis papas ya me tenían chato – dijo mientras se ponía de pie para sacarse la polera – al menos aquí puedo echarme las pajas que yo quiera – agregó

Aproveche el momento en que tenía la polera sobre su cara para contemplar su cuerpo, fueron a penas unos segundos, su abdomen y sus pectorales eran fuertes, seguí la línea de su vientre hasta el bulto de su short para descubrir sobre la tela del short gris manchas oscuras que reflejaban un viscoso brillo, seguramente se le rego algo sin que me diera cuenta, pensé.

Atine a reírme nerviosamente, necesitaba bajarle dos rayas a mi calentura, pero él no estaba ayudando al dejar al descubierto su pálido cuerpo, sus pezones eran rosados y delicados, solo me hizo pensar en que ese debía ser el color de su glande.

– Con estos calores lo único que se me antoja son unas lamidas de verga – dijo Tomás tocándose el pubis por debajo de la pantaloneta dejado entre ver sus vellos castaños

– A poco también cargas los vellos castaños ahí – fue la única burrada que se me ocurrió decir

Regreso a mirarme con una cara de obviedad – Claro, soy castaño que esperabas?- tomo su short desde el elástico y los bajo dejando al descubierto su pubis y un poco más de ello, podía ver el nacimiento de una gran pija, sus venas estaban muy marcadas, me quede embobado pensando en el otro extremo que aún ya hacía bajo su short, de pronto, su voz me saco del trance – mhhh te tinca lo que ves, parece –de un tirón termino lo que había empezado, dejando su verga rebotar en el aire por unos instantes, debía de haber medido veinte centímetros, era bastante gruesa, estaba llena de venas y por supuesto su glande era muy rosadito, tenía un lunar justo antes de llegar a su glande, los huevos le colgaban igualando la longitud de su verga que se mantenía flácida, me remordí los labios -ss… sí, me me encanta – titubee mientras veía como de la punta de su verga se estiraba una larga y viscosa gota de pre-cum

– Llevaba tiempo queriendo hacerte mío, pégale una buena chupada – dijo Tomás mientras esperaba parado con su hermoso rabo

No tarde en levantarme de mi asiento para llegar hasta esa hermosa verga que tenía frente a mis ojos, cuando la tuve en mi cara no pude evitar pensar en la amistad y la novia de Tomás, pero al momento en que  me pegue en su vello púbico e inhale lo más profundo que pude, ese aroma a macho que despilfarraba disolvió toda mi moral, puso mí ano a palpitar pedía que me atravesara y me llenase de su leche, quería que me haga suyo sin importar nada, tras olerlo sostuve su pene entre mi mano, no hizo falta que la apretase para tomar de su pre-cum, pose mi lengua sobre su polla, arrastrando mi lengua por su cabeza llevándome cada gota a la boca saboreando su néctar salado inundándola por completo, esto solo me dio un golpe de euforia, coloque su verga entre mis labios y la introduje lo más profundo que pude, lagrimas caían sobre mis mejillas pero el gusto de sentirla golpeando las paredes de mi garganta era increíble, podía escuchar los gemidos de Tomás y las embestidas que le daba a mi garganta sonaban en el silencio de la habitación, agarró mi cabeza con sus manos por detrás de mi nuca – te voy a reventar la garganta – sentenció.

Estuve alrededor de quince minutos con su pedazo entre mis mejillas, la mandíbula me dolía y la saliva caía a borbotones por la comisura de mis boca pero sus gemidos me invitaban a embutirme su polla lo más que podía, me la saque de la boca solo para centrarme en esos bellos huevos que oscilaban en cada arremetida que sus caderas me proporcionaban, me los lleve a la boca saboreando la gloría, podía oler el efecto del calor entre sus ingles hasta que de un jalón me alzo en busca de mi boca, en un instante tenía su lengua en mi boca bailando gozosa de placer, me mordía mientras me desvestía para apretar mis redondas nalgas, ni siquiera supe en qué momento me bajo las pantalones, sentía como me manoseaban y me daba nalgadas, saco su lengua de mis fauces y me obligo a arrodillarme – la chupas mejor que mi polola putito, ahora abre esa boca – puso su dedo índice y medio en lo más profundo de mi boca produciéndome arcadas, el sonido lo excitaba a tope, abrió mi boca de par en par y escupió justo en mi garganta, luego de lubricar sus dedos con mi saliva y la suya volvió a jalonearme hasta sus labios, mientras su mano izquierda aprisionaba mi garganta, con la mano derecha buscaba mi hoyo, puso sus dedos en la entrada de mi ano y con decisión me apego hacía sus caderas sin darme espacio a movimientos, comenzó a abrirse espacio poco a poco hasta sentir que estaba adentro.

Sentía mi ano palpitando con ganas de sentir su verga incrustándose en mí entrada, tenía la verga chorreando de líquido viscoso, entre besos me llevo hasta el filo de la cama, ahí me volvió a poner de rodillas, me miro a los ojos y en un intrigante silencio se sentó sobre la cama – desátame los zapatos, maricón – dijo toscamente.

Le saque los zapatos de a poco con torpeza, cuando tuve sus pies desnudos frente a mí, me dijo – ¿Que esperas?, chúpame las patas – los puse en mi boca sin mediar palabra, sus pies estaban calientes y desprendían un olor a sudo fuerte que delataba la caminata de la mañana me estaba encantando la idea de sentirme a merced de otra persona, de Tomás, limpie sus pies con mi boca hasta dejarlos totalmente húmedos, pase mi lengua por cada uno de sus dedos y también entre ellos, me hacían sentir lo que realmente siempre había sido, un putito sumiso.

Ven aquí, putito- dijo Tomás arrancándome de sus pies y proporcionándome unas cachetadas, luego me empujó hasta la cama clavando mi cabeza sobre esta, alzo mis caderas dejando mi culo listo para ser entregado – ¿estás listo maricón?, te voy a dejar el ojete reventando – susurró Tomás a mi oído, mientras tanto sentía su verga apoyada en mi espalda lo que me embriago en el deseo de que me hiciera suyo, suspirando atine a decir – Sí papi mi hoyito es todo tuyo –,  abrió mis nalgas y al instante sentí su verga caliente atentando contra mi culo, me escupió el hoyo y pronto sentí que empujo todo su trozo dentro de mí, de inmediato solté un grito junto a unas cuantas lagrimas que nublaron mi visión por unos momentos, trate de zafarme pero Tomás siguió bombeando mi culo sin piedad – ¿no querías mi pico?, aquí la tienes putito, ahora aguantas – dijo entre embestidas, me doble sobre mí mismo tratando de buscar consuelo al dolor que se sentía con cada embestida que abría cada vez un poco más mí agujero, sentía como su verga golpeaba mis viseras hasta el fondo tocando mí ombligo, Tomás no paraba de darme lo que tanto había querido tener en mi interior desde la mañana, paulatinamente fui adaptándome a su tamaño, mi ano dejo de resistirse, se rindiéndose ante su amo.

Tomás continuaba destrozando mi orto sin mostrar piedad, después de todo yo era su putito y tenía que complacerlo, saco su trozo tras haberme tenido a su merced por aproximadamente veintisiete minutos, era un macho insaciable y yo su putito complaciente, puso mi piernas encima de sus definidos hombros, alzo mi cadera sobre una almohada y volvió a meter su enorme pija en mi dilatada y viscosa cola, desatando mis gemidos incontrolables se me escapaban cada que sentía sus piernas tocar mis nalgas y su pija entrar en mi por completo, me tenía extasiado de tanto placer, veía como el miembro de Tomás empujaba mi abdomen hacía afuera produciendo un bulto que iba y venía bajo mi ombligo, Tomás tomo mis pies y empezó a chuparlos tal como yo lo había hecho hace ya unos cuarenta minuto, las embestidas que me daba hacía sobre marcar su definido abdomen en todo su esplendor, era un sueño hecho realidad.

Tras treinta minutos más de bombear mi hoyito, sentía como se me escapaba un blanquecino liquido producido por la fricción en mi intestino, Tomás puso mis piernas juntas y me colocó de lado, en esta posición sentía mucho más su verga entrar y salir de mi culo, Tomás gritaba mientras azotaba mi nalgas, mí cola le pertenecía y él lo sabía, el bombeo empezó a intensificarse, mis gemidos eran más fuertes, sentía un morboso dolor mezclado con placer cerca de mí ombligo que estaba obligado a soportar por mi macho rompe culos, sus gemidos fueron subiendo de tono y sus piernas cada vez golpeaban mis nalgas más duro con una rapidez que me hacía morder los labios de placer que acallaban mis gemidos, hasta que de un grito anunció su orgasmo, su lechita estaba siendo expulsada en mi entrañas, se sentía delicioso el calor que dejaba al paso que eyaculaba, me corrí con su pito adentro, mis chorros saltaban por delante de mi cara ensuciando las sábanas y otros caían sobre mi abdomen y pecho, dejando un rastro cálido que se escurría por los lado de mi torso.

Nos habíamos corrido al mismo tiempo, aún con su pija adentro de mí se acercó buscando con su boca todo el semen que había salido de mis bolas, paso su lengua por mi abdomen limpiando la superficie se deslizo hasta mi pecho succionando los chorros de mi leche para luego bajar hasta mi pene embocándolo mientras giraba su lengua alrededor de mi pija sin parar, me provocaba pequeños espasmos placenteros que me arrancaban pequeños suspiros, erizaban mi piel y contraían mi ano que aún estaba atravesado por su enorme trozo de carne que poco a poco sentía como se ponía flácido, una vez que su lengua limpio toda mi verga se tragó todo el semen que había encontrado disperso por mi cuerpo, saco su rabo de mi ano, se colocó frente a él y dijo – suéltame todo lo que tienes – mientras pegaba su boca y metía su lengua a mi rojo y dolorido hoyo, hice fuerza hasta sacar todo lo que él había depositado en mí, luego con la boca llena de su propia leche Tomás llegó a mi boca y escupió dentro de ella – quiero ver que te los tragues, abre la boca y saca la lengua – dijo sosteniendo mi quijada con su mano, trague toda su rica leche, trate de saborear cada matiz del sabor de su semen para que no se me olvidara.

Beso mis labios y con un mordisco se alejó de ellos para caminar hasta el baño, dejándome exhausto al filo de la cama mis piernas colgaban temblorosas, tome fuerzas y con la ayuda de un espejo de mano que ya hacía en un estante que dividía el monoambiente voltee a ver como había quedado mi trasero tras las embestidas de aquel semental, lo primero que vi fue los pliegues de mi ano rosáceos, mis blancas nalgas tenían marcas coloradas de las manos de Tomás, metí un dedo dentro de mi agujero el cual entro fácilmente lo sentía viscoso y a la vez relajado, metí un segundo dedo sin oposición deslizándolo por los bordes de mi hoyo que ardía y dolía un poco al tacto, separe los dedos que tenía dentro mío y sin dificultad podía ver mi interior del cual cayó una gota de un blanquecino liquido sobre el espejo, Tomás me sorprendió ya había salido del baño y en silencio me miraba con atención – Eres un putito muy travieso – me dijo mientras se me acercaba y entre sus desnudas piernas su verga rebotaba –me daba morbo ver como había quedado– le dije sin apartar los ojos su hermosa pija, Tomás tomo el espejo y mi mano al mismo tiempo arrebatándola de mis adentros y se la introdujo en la boca donde me chupo mis viscosos dedos llevándose todo rastro de este e hizo lo mismo con espejo.

105 Lecturas/24 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Selta
Etiquetas: baño, culo, madre, orgasmo, puta, semen, sexo, universidad
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