UNIVERSITARIO 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por trujillano_hot.
Parte 1: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-32446.html
Al día siguiente me dirigí a clase en mi horario habitual, llegando un poco tarde como de costumbre,, y sin pensar muy bien en lo que hacía, entré en clase y me senté. La clase empezó poco después, una clase con un profesor severo, de los de antes, con miles de apuntes que copiar y sin ninguna ayuda de material informático o manual. Llevábamos cinco minutos de clase cuando me llegó un whatsapp con una corta vibración. "Donde estas" rezaba. No era ni una pregunta, no tenía ese contacto, la foto de perfil no era distinguible, pero no necesitaba esa información. Empecé a sudar frío, pensé que lo del día anterior había sido solo una broma, una novatada o un desahogo, pero no pensaba que fuese en serio. Me levanté, intentando no hacer ruido y me dispuse a salir. El profesor paró de hablar, me miró y pronunció "Se dirige a alguna parte? Si sale no hace falta que vuelva a entrar". Me lo pensé mejor "No señor, sólo quería sentarme más cerca, no oigo bien".
No podía permitirme perder una clase sólo porque un tío me lo exigiese. Tenía que saber qué era más importante. Un minuto después recibí otro mensaje, "ven YA". Bloqueé el contacto. No me apetecía, no era el momento, y no tenía porqué hacerlo.
Estaba seguro de que sabía lo que había hecho. Y pude comprobarlo al poco tiempo después, cuando un compañero de clase de la fila de atrás, al que nunca le había dirigido la palabra, me tocó el hombro y me dijo, "Pablo dice que salgas YA". Lo dijo con una sonrisa en la cara, lo que me llevó a pensar que sabía qué pasaba; sólo me faltaba saber hasta dónde sabía.
Pensé que era mejor hablarlo con él directamente, así que esta vez decidí salir de clase. Le dije al profesor que me encontraba demasiado mal y que no estaba en condiciones de atender la clase, que intentaría volver pasado el descanso. Muerto de vergüenza me dirigí a los baños. Estaban vacíos, allí no había nadie. Me dispuese a entrar hacia dentro cuando me agarraron del hombro y me metieron en un cubículo de los baños. Era Pablo, cómo no.
"De que coño vas, cerda?" Me pegó una bofetada que me dejó la cara marcada. "Te dije antes de clase aquí y el primer día ya me cabreas y no apareces" Otra bofetada "Y de que vas bloqueandome? Desbloqueame ahora mismo. Quiero que me agregues ahora mismo, y me pones AMO de contacto. Y me da igual que alguien te lo pueda ver"
"Quiero que estés siempre atento al movil. Si te digo que aparezcas, apareces y punto, sin excusas. Espero al menos que me hayas hecho caso y no hayas traido ropa interior". Me moría verguenza. Llevaba unos bóxers, pero temblaba de pensar en que podía pasar si se enteraba. "Te he preguntado". Tenía que responder "Lo siento tío, pero pensaba que era una broma, una novatada". Me llevé una hostia que me tiró al suelo.
"Bájate los pantalones ahora". Me estaba hartando de la situación "Mira Pablo, vamos a dejarlo aquí, si quieres algo…" Me cogió del cuello y me estampó contra la puerta del baño, no podía ni respirar. "Mira puta, a mi no me engañas. Se te empalma con solo mirarme, y me apuesto a que ahora mismo también estas cachondo perdido, como la zorra que eres". Me empezaba a faltar el aire "Así que aprende a ponerte en tu lugar, que yo te voy a enseñar cual es"
Me soltó, cogí una bocanada del aire y al mirarle a los ojos comprendí que era más facil seguir el camino que me decía. Me bajé los pantalones. "Lo que me temía, los llevas mojados. Puta perra pringosa, en el fondo me das pena" Era cierto, estaba empalmado y había mojado bien los bóxers. "Date la vuelta y pon las manos en la puerta".
Quise protestar, pero él se encargó con un golpe fuerte de girarme y colocarme como le venía bien. Sacó una navaja pequeña. "Que coño vas a hacer con eso!?" Me intenté girar, pero me volvió a sujetar al sitio. No hacía falta que intentase vencerle con fuerza, me doblaba o triplicaba, tenía musculos de gimnasio bien entrenados en todo el cuerpo: brazos fuertes, muslos fuertes, y unos pectorales de marmol. "No hagas preguntas"
Me empezó a rajar el bóxer, siguiendo la brecha del culo. Me estaba dejando expuesto el culo. "Tu pene no me interesa nada, pero quiero que tu coño sea siempre fácil de llegar, para mí y para cualquiera que lo necesite. Como has traido ropa interior, he tenido que solucionarlo. Los bóxers y slips son para hombres. Las cerdas como tu usan suspensorios o no llevan nada, que lo sepas, pero dejan el paso facilitado a los demás".
Ya me pude girar. Me di la vuelta, pero la sensación era rara. Notaba el aire rozar mi culo, pero seguía llevando los bóxers. A mi pene le encantaría salir pero ni me atrevía a rozarmelo. Quise protestar por una cosa "Oye, no te vuelvas a referir a mi de mujer. Ni soy una puta, ni soy una cerda, ni tengo un coño". Me escupió directamente a la cara. Mientras el gapo me resbalaba, me dijo "Tienes un coño, que te quede bien claro, un coño virgen que te desvirgaré cuando me de la gana, y como tienes un coño tengo todo el derecho del mundo, yo y cualquier otro hombre, a llamarte cerda, perra y puta"
Se quitó la camiseta, y solo pude quedar asombrado y olvidarme de lo mal que lo estaba pasando. Le podía perdonar todo solo con esa visión. Mientras estaba en ese estado, me cogió la cabeza y me la apretó contra su axila. "Quiero que huelas fuerte y distingas este olor. Que se te meta bien dentro del cerebro. Este es tu nuevo olor, tienes que oler a mi sudor" El tío sudaba bien, era un olor extremadamente fuerte. No llevaba desodorante ni de coña. "Huélelo, quiero que huelas a mi sudor, para que si otro tío te ve sepa que ya tienes dueño. Está claro que si una puta huele a macho no puede ser su propio olor, es que tiene que tener un amo. Y tu tienes un amo, verdad?" Seguía en esa posición, oliéndole el sobaco a Pablo. "Verdad?" Me apretó más fuerte contra su axila, frotándome toda la cara contra los pelos y llenándome las mejillas de sus gotas de sudor. Solo pude mover la cabeza en sentido afirmativo y emitir un leve sonido. Ya era mejor seguirle el juego.
"Y ahora, trabajame la polla". Se dejó caer los pantalones, y con ellos los calzoncillos. Me puso las manos en los hombros y me dirigió a donde me correspondía, al suelo.
Empecé a hacer lo que mejor se me daba en esos momentos. Me metí la polla en la boca y le dí vueltas con la lengua. Llegué hasta el fondo y volvía a atrás, regocijándome en la punta. Le sabía a rayos, pero mejor no pensar en eso.
"Sonríe a la cámara". Miré arriba. No podía creérlo, me estaba grabando con el móvil. Eso era el colmo, me quise quitar inmediatamente, pero no pude. Me cogió la cabeza y me la estampó contra su polla. Los agujeros de mi nariz se encontraron con los pelos de su pubis. En ese momento empecé a sollozar, no quería seguir ahí. Quería irme a clase, volver, y coger apuntes. El cabrón me estaba denigrando como le daba la gana. "Es el castigo por no haber llegado a la hora que tocaba. Me has hecho esperar, y eso está muy mal. Te voy a dar una segunda oportunidad, porque creo que tienes potencial como puta, y más te vale cumplirla" Miré arriba, y ahí seguía la cámara del móvil. Con asco le continué mamando la polla
Cuando me dejó ir la cabeza, fue para correrse, y ni entonces soltó la cámara del móvil. Se corrió en toda mi cara. "Pásate los dedos por la cara y cómetelo. No quiero que te dejes ni una gota". Me pasé toda la mano rápidamente, deseándome quitármelo de encima. Me miré la palma de la mano y pude ver toda su corrida. Con una arcada en la boca me lo llevé a la lengua y tragué. No quería saber ni a que sabía.
"Buen chico, al final te has portado bien". Había dejado de grabar "Cómo te portes determinará lo que hago con este video". Estaba asustado y me tenía contra las cuerdas. Podía arremeter en ese momento y quitarle el movil, tirarlo al váter. Pero me leyó la mente y me lanzo una mirada que me dejó helado. Empecé a levantarme, con la cabeza gacha, pero me frenó en seco. "Antes de que te vayas, coge esto". De su mochila sacó un dildo, no podía creerlo, llevaba uno ahí dentro. Era bastante pequeño, no como los de los vídeos que solía ver, pero nunca había probado uno. Le puso lubricante y me lo tendió. "Métetelo, ahora". Me incliné y me lo introduje "Así se te irá amoldando el culo. No quiero que tu coño quede demasiado abierto para cuando te desvirgue, pero quiero que te vayas haciendo la idea de lo que será. Ahora subete los pantalones". Me fui a quitar el dildo, pero me llevé una bofetada. "No te he dicho que te lo quites". El muy cabrón me hice subirme los pantalones, con los bóxers rotos y el dildo clavado en el culo. "Ahora vete, el descanso de la clase está a punto de llegar. Y aún te quedan tres horas más, verdad? Ves y cógeme todos los apuntes, puta. Y mañana, no me hagas esperar". Salí del baño como pude, no sabía ni como caminar con uno de esos.
Cuando llegué a la clase, estaban saliendo para los cinco minutos de descanso. Entré en el aula y me senté como pude. Mientras me sentaba, se me iba clavando el dildo. Un compañero me preguntó que si me encontraba mejor, a lo que respondí que perfectamente. Él me dijo que no lo parecía, que tenía mala cara. No sabía si era mejor moverme o no. Pablo también entró antes de que se acabase el descanso, colocándose dos filas más atrás. Notaba su mirada en la nuca. Así pasé las tres horas de clase, con eso dentro del culo haciéndose un hueco en mí, cogiéndo apuntes para Pablo mientras éste se divertía con su portatil y sus amigos
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